Los petroglifos de Tiopampa, Paucará (Huancavelica)
Arturo Ruiz Estrada aruizestrada@yahoo.com
Instituto de Investigaciones
Histórico Sociales de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos
RESUMEN
Los estudios sobre el arte rupestre de la región peruana de Huancavelica
son aún escasos pero existen indicios de lugares donde se han registrado
importantes expresiones del arte plasmado en la roca. Ellas responden a
tradiciones culturales que comparten con otras áreas como las del valle del
Mantaro y las regiones vecinas de Ayacucho y Lima. Con la intención de
contribuir al registro e interpretación de tales manifestaciones históricas,
presentamos una primera aproximación al estudio de los petroglifos de Tiopampa,
localizados en la provincia de Acobamba, región de Huancavelica, Perú. Se trata
de una pequeña cueva, poco profunda, en cuyas paredes interiores se diseñaron un conjunto de figuras
grabadas con características que
indican un estilo único en cuanto a la técnica y la estructura iconográfica. El
contexto del ambiente revela que su elección tiene connotaciones especiales por
el hecho de ser una quebrada con abundantes peñolerías que configuran un territorio
diferente al resto de espacios próximos. Además, a diferencia de otras
estaciones rupestres está realizada en un espacio oculto de acceso restringido
en tiempos antiguos. La cronología
del sitio es aún difícil de establecer, toda vez que las exploraciones
realizadas solo estuvieron centradas en documentarlo en sus aspectos más
resaltantes sin haberse practicado excavaciones metódicas en el lugar.
Palabras Claves: Arte
Rupestre-Petroglifos-Paucará-Huancavelica-Perú
INTRODUCCIÓN
Debido a la carencia de investigaciones sobre el arte parietal de la región
de Huancavelica advertimos la
necesidad de documentar nuevos sitios para ampliar nuestra visión de la
historia prehispánica regional. Para tal propósito venimos dando algunas
informaciones cuya orientación
responde precisamente a documentar una muestra más del arte rupestre nativo. Tratamos ahora de un
conjunto que revela un solo estilo no asociado a otras figuras grabadas o a pinturas rupestres. Tal particular condición le otorga
especial importancia por la singularidad del tema cuya realización en tiempos
antiguos debió adquirir notable interés para el grupo humano que habitó a su
entorno.
La historia regional registra que la zona donde
se localiza la cueva fue un espacio donde, a la llegada de los españoles,
habitaba un conglomerado social denominado como Anqara. Pero sabemos que éstos
Anqara, de acuerdo al aporte de algunas investigaciones arqueológicas y varios
datos etnohistóricos, constituían una de las últimas agrupaciones sociales prehispánicas
cuyas raíces profundizan en muchos
miles de años antes de nuestra era. Sospechamos por ello que los petroglifos, hoy
documentados, sean tal vez la obra de los más remotos pobladores de la región,
si tenemos en cuenta que este tipo de expresiones rupestres dan cuenta de
sociedades que en muchos casos no habían logrado los conocimientos de la agricultura.
Por otro lado, queremos
motivar a las poblaciones actuales del departamento de Huancavelica sobre el reconocimiento de
los testimonios culturales prehispánicos locales de modo que sean ellas los custodios permanentes de tan valioso
legado cultural. Nos enfrentamos también ante la urgencia de registrarlos en
vista de la acelerada destrucción de muchas evidencias que muestran los alcances intelectuales logrados por las sociedades andinas. Los
signos iconográficos aquí presentados constituyen un importante documento para
la historia del arte en la región de Huancavelica.
Una exposición sintética del presente artículo se hizo durante el IV
Simposio Nacional de Arte Rupestre realizado en la ciudad de Ayacucho en el mes
de Octubre del año 2010 (Ruiz 2010).
ALGUNOS ANTECEDENTES
Conocemos
de la presencia de petroglifos en la región de Huancavelica, a partir de un
sitio llamado Rurupa localizado por
la margen izquierda del valle de Huaytará, en la provincia del mismo nombre. Se
informó de este lugar debido a la presencia de varios bloques grandes con
diferentes motivos grabados (Núñez Jiménez 1986a: 245). Otro lugar donde
observamos petroglifos fue en la cueva de Quillamachay localizado en la provincia
de Acobamba, donde, aparte de pinturas aparecían petroglifos con diseños
geométricos entre los que destacan varias figuras rectangulares de diverso
tamaño que enmarcan líneas paralelas (Ruiz 2000). Rainer Hostnig cita en su
inventario general del arte rupestre del Perú a los sitios de Chuncana en la
provincia de Huancavelica y Rurupa en la provincia de Huaytará. En resumen, son
todavía insuficientes los datos referidos a la presencia de petroglifos en la
región de Huancavelica, existiendo, más bien, algunas informaciones sobre las
pinturas (Hostnig 2003).
LOCALIZACIÓN GEOGRÁFICA
Los
petroglifos que motivan la presente información se localizan en una pequeña
cueva del distrito de Paucará, provincia de Acobamba, departamento de
Huancavelica (Figura. 1). Queda al Sur Oeste de la ciudad de Acobamba, a unos 20
kilómetros de distancia, en una quebrada encajonada donde se advierten
numerosas peñolerías distribuidas en forma irregular como producto de disloques
geológicos milenarios. Dicha quebrada recibe el nombre de Wichjana (Figura. 2). Un
riachuelo de caudal variable discurre por el centro de ella, el cual desciende
de las alturas del pueblo de Paucará con el nombre de Pumaranra, luego prosigue
su recorrido y toma los nombres de Paucará, Huayanay o Casaví y, finalmente,
desemboca en el río Urubamba cuyas aguas contribuyen a la cuenca del río Huarpa
en la vecina región de Ayacucho. La cueva denominada Tiopampa, toma este nombre
de acuerdo a informantes locales quienes señalan a dicho sector terminal de
la quebrada de Wichjana. La
altitud que registra es de 3680 metros sobre el nivel del mar, lo cual equivale
a que se encuentra en la región Suni (Pulgar Vidal 1996: 97). Su ubicación
matemática es 18L 0535022, UTM 8588152.
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Figura 1. Localización del sitio arqueológico
de Tiopampa, quebrada de Wichjana,
distrito de Paucará, provincia de Acobamba,
departamento de Huancavelica.
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Figura. 2. Zona de acceso a la quebrada de
Wichjana
donde se localiza el abrigo de Tiopampa. |
PAUCARÁ
La
población más cercana a Tiopampa es la de Paucará. Esta fue creada como
distrito el 15 de Enero de 1943.Se ubica al norte de la ciudad de Acobamba a la
cual está unida mediante una
carretera afirmada por donde se accede en no más de una media hora. Cuenta
además con carreteras que lo vinculan a las ciudades de Huancavelica, Huancayo
y Huanta. Tiene una superficie de 225 km2, y ocupa casi la cuarta parte del área total de la provincia
de Acobamba. Su altitud es de 3,806 metros sobre el nivel del mar. Está
localizado a 12° 42´0¨ latitud Sur, y a 74° 41´0¨ Oeste. Su clima es frío y
seco con temporada de lluvias de diciembre a marzo y tiempo de estío de Abril a
Noviembre. Para visitar la zona con fines de investigación o turismo es
preferible hacerlo en los meses de estío, para evitar contratiempos con las
salidas al campo.
Tiene
una población de 10,000 habitantes y es uno de los ocho distritos de la
provincia de Acobamba con gran actividad comercial. Ocupa una posición
intermedia, desde el punto de vista geográfico, entre los ambientes de puna y
los valles del Mantaro al
Este y el Urubamba al Oeste por lo que tiene un
régimen climático templado.
La
topografía del suelo es accidentada y sus terrenos se inclinan hacia la cuenca
del rio del mismo nombre. Por esas laderas predominan las rocas de tipo volcánico, de manera que al
entorno del territorio paucarino, se observan numerosas tobas volcánicas que
aparecen en forma de conos distribuidos entre los campos de cultivo. Algunas de
estas tobas sirvieron para construir sepulturas tipo ventanillas como lo es el
caso del vecino sitio de Chanquil, donde justamente se aprecian
dichas estructuras funerarias.
Los
principales cultivos para la subsistencia son la papa, la cebada, el trigo, las arvejas, el olluco, las
habas y la mashua. Se crían
también animales como los camélidos, las ovejas, ovinos y roedores menores como
el cuy que sirven para el consumo local pero también para la venta a otras
localidades. Las ferias dominicales activadas durante todo el año, con la
asistencia masiva de muchos comerciantes y pobladores del entorno son una
muestra de las fuertes transacciones comerciales a nivel regional.
En
la quebrada donde se localiza Tiopampa, se observa una vegetación arbustiva de
quinuales, eucaliptos, cactáceas y un arbusto espinoso denominado “airampo” cuyos pequeños frutos suelen
utilizarse para el consumo humano directo o la preparación de refrescos o
mazamorras. Hay espacios pequeños donde aparecen cultivos especialmente de
papas.
LA CUEVA DE TIOPAMPA
Se
accede al sitio de Tiopampa por la quebrada Wichjana a través de un
conglomerado de tobas volcánicas que aparecen como grandes conos de color
plomizo (Figura. 3). Luego se ingresa por una falla geográfica en la que abundan numerosos
bloques dislocados en ambas márgenes de un río, al pie de altos acantilados muy
accidentados. Este rio, después de
la citada quebrada, prosigue su curso para finalmente desembocar en la cuenca
del Urubamba.
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Figura. 3. Conglomerado de tobas volcánicas
que preceden a la quebrada de Wichjana. |
La
cueva es poco profunda cuya entrada mide 17.50 m de largo en su boca, con una
extensión de 10.50 m. y una altura de 10.00 metros (Figura. 4). Aquí destaca la
pared interna porque ella sirvió como el soporte donde sus antiguos moradores
grabaron varias figuras, a poca distancia del piso del abrigo, de tal manera
que son accesibles para su estudio. El ambiente interior es seco, pues no
existe humedad ni filtraciones de agua. El piso carece de restos que indiquen
alguna ocupación prehispánica pero para lograr una aproximación cronológica del
sitio es posible efectuar excavaciones hacia las inmediaciones de la cueva,
donde podría encontrarse algunos indicios de ocupaciones humanas vinculadas a
las actividades realizadas en la cueva. Su proximidad al rio debió ofrecer una condición vital para
el aprovisionamiento de agua por quienes peregrinaban a estos lugares.
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Figura. 4. Cueva de Tiopampa, ubicada en la
margen izquierda del río Paucará,
quebrada de Wichjana. En su pared interior se
hallan siete petroglifos antropomorfos. |
PROCEDIMIENTO DEL ESTUDIO
Al
entorno del pueblo de Paucará, particularmente hacia el lado sur, aparecen una
serie de formaciones rocosas que llaman la atención porque se trata de tobas
volcánicas enhiestas que afloran en forma de conos desperdigados en el campo.
Además, por la misma orientación de la población surge una quebrada con
numerosos bloques dislocados y desparramados por
ambas márgenes de un río que discurre
por dicha garganta. Estas llamativas formaciones pétreas motivaron que se hayan
tejido una serie de creencias que hacían sospechar la existencia de algunos
vestigios antiguos que con el correr del tiempo dieron pábulo a esas ideas. Es
decir, para los pobladores locales siempre fue una zona misteriosa y de respeto.
Con esos datos acudimos a dicho pueblo en busca de conocer su historia y los
vestigios arqueológicos que pudieran existir en sus inmediaciones. Para cumplir
nuestro cometido, exploramos la quebrada del río Paucará y revisamos los
farallones y bloques rocosos de sus márgenes con la intención de identificar la
presencia de restos antiguos. Tal actividad nos permitió reconocer abundantes
evidencias de fragmentos cerámicos en superficie como rezago de poblaciones
preincaicas y, al mismo tiempo, llegamos, con sorpresa, a reconocer un complejo
centro de arte rupestre denominado Huallanca, donde se alternaban paneles con pinturas de diferentes
colores como petroglifos y, además, una pequeña cueva
aislada denominada Tiopampa, donde
se había grabado únicamente siete figuras esquemáticas.
El registro lo realizamos tomando las medidas y fotografías de la cueva
y de las figuras sin alterar su naturaleza, de modo que los datos anotados
sirvan para cotejar posteriormente con vestigios similares de la misma región.
Los nombres de los sitios provienen de las entrevistas a campesinos de la zona,
quienes al ser preguntados dieron las denominaciones que aparecen en este
escrito.
ANTIGUAS OCUPACIONES HUMANAS EN LA ZONA
Cuando
los españoles ocuparon la región de Huancavelica en el siglo XVI, registraron
que allí vivían por lo menos tres antiguos grupos humanos a quienes
reconocieron como de las etnias Angara, Tayacaja y Chocorvo. Los Angara
ocupaban los actuales territorios de las provincias de Acobamba, Huancavelica y
Angaraes (Jiménez de la Espada 1881: 143). Los Tayacaja ocupaban el territorio
de la actual provincia del mismo
nombre y la de Churcampa. Los
Chocorvo poblaron las actuales provincias de Castrovirreyna y Huaytará (Gonzáles
Carré 1976: 159). De acuerdo a esta distribución, el sitio de Tiopampa, por
estar localizado en los
territorios de la provincia de Acobamba, fue un espacio que correspondió a la
antigua sociedad Anqara. Desde luego que éstos Anqara fueron el resultado de un
largo proceso de desenvolvimiento humano a través de miles de años de
organización y manejo de su ambiente cuyos más remotos antecedentes son todavía
desconocidos.
LOS PETROGLIFOS
Los
grabados fueron plasmados al fondo de la pared rocosa de la pequeña cueva. Se
trata de siete diseños cuya
organización revela una distribución más o menos horizontal a poca distancia
del piso del cual no excede de los dos metros, situación que habría facilitado
realizarlos sin el uso de algún
tipo de escalera. La escena abarca
un panel de solo cinco metros de largo. Todos han sido representados en
movimiento porque tienen las extremidades superiores e inferiores desplegadas
aunque en diferentes posiciones. La cabeza es redondeada y algunos guardan aún
huellas de pintura de color negro en los ojos así como en el resto del cuerpo.
El tronco es notorio, más o menos ancho, pero algunos lo tienen delgado pues únicamente lo realizaron a base de
simples líneas. Para el caso de las manos y los pies solo consideraron grabarlos
con tres dedos (tridigitos). Sin excepción, presentan una prolongación entre
las piernas, lo que les confiere un aspecto lagartiforme. Pero este apéndice podría
ser una magnificación del pene. Cada figura ha sido tratada con una técnica de
rayado no muy profundo que no sobrepasa un centímetro. Se advierte también unas pequeñas manchas rojizas junto a las figuras. El primer diseño,
mirando al fondo de la cueva, muestra los brazos y las piernas inclinados hacia
abajo, el cuerpo engrosado con una raya vertical central. El ancho de los
trazos de este diseño alcanza 0.02
m. Tiene una altura de 0.72 m con
un ancho de 0.75 m. dimensiones que lo califican como el de mayores dimensiones
en el sitio. El segundo motivo, más pequeño, guarda similar posición y
estructura iconográfica que el anterior y tiene 0.42 m de altura con 0.32 m de
ancho (Figuras. 5a y b).
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Figura. 5a). Figuras antropomorfas lagartiformes de
Tiopampa N° 1 y N° 2. Ambos grabados tienen
las extremidades desplegadas y
dirigidas hacia abajo, que muestran actitud dinámica.
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Figura 5b) Remarcado sobre foto de los motivos lagartiformes
1
y 2. Ambas figuras expresan pleno movimiento. |
La
tercera figura, muestra el brazo derecho doblado hacia abajo y el otro
hacia arriba; ambas piernas dobladas también hacia abajo. Mide 0.30 de altura
por 0.40 de ancho. El cuarto personaje mantiene idéntica posición que el
anterior pero presenta el tronco abultado con un ancho de 0.04 m.; tiene 0.30
de altura por 0.40 de ancho total. Entre ambos motivos se observa una pequeña
oquedad que los separa (Figura. 6a y b).
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Figura. 6a) Motivos antropomorfos
lagartiformes N°3 y N°4 a los lados de un pequeño
hoyo elíptico, grabados en la
pared interna de la cueva de Tiopampa. Muestran
actitud dinámica y largo
apéndice entre las piernas.
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Figura 6b). Remarcado sobre foto de los motivos
lagartiformes 3 y 4.
Ambas figuras expresan pleno movimiento. |
La
quinta imagen posee ambos brazos flexionados hacia arriba y el tronco es
lineal; mide 0.60 m de alto por 0.50 m de ancho. La sexta figura muestra el
brazo derecho doblado hacia arriba y el otro más o menos en posición
horizontal; mide 0.39 de altura por 0.54 m de ancho (Figuras.7a y b). Un séptimo
motivo grabado junto al anterior
está muy borroso.
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Figura 7a) Diseño antropomorfo lagartiforme
N°5. Muestra las extremidades en
pleno movimiento y configuración similar a
los motivos anteriores.
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Figura 7b). Remarcado sobre foto de la figura lagartiforme N° 5. |
ESTADO
DE CONSERVACION
Debido a que los
motivos rupestres se encuentran al interior del pequeño abrigo rocoso y a
cierta distancia del camino que se dirige a los pagos de Huayanay y al pueblo
de Paucará no se encuentra a la mano de los transeúntes y por consiguiente hay,
asimismo, escaso deterioro en ellos. No se observan drásticas alteraciones y
podemos expresar que su estado de conservación es bueno, sin pintas, manchas o
raspados contemporáneos. En cierta manera, el polvo y el ambiente algo oscuro
del fondo de la cueva ha protegido la escena rupestre de cualquier elemento
externo que lo afecte. Esta situación ha permitido el poco conocimiento que se
tenía de este sitio, pues ninguna persona supo mencionarnos sobre su
existencia.
DISCUSIONES
La
presencia de cuevas con petroglifos datan desde cuando Augusto Cardich ofreció
su informe sobre el arte rupestre que él registró en la zona de Lauricocha
(Cardich, 1964). Antes de esta información se carecía de datos concretos sobre
la existencia de estas expresiones grabadas al interior de cuevas. Existen, más
bien, numerosas informaciones de petroglifos expuestos al aire libre de los que
son buenos ejemplos aquellos registrados por Núñez Jiménez (1986) o el estudio
de petroglifos del sitio de Checta
en el valle peruano de Chillón (Guffroy 1980), los de Miculla en la región de
Tacna (Ayca Gallegos 1987; Gordillo Begazo 1996); o los hallazgos en el valle del río Mala, provincia de
Cañete, región de Lima, hecho por los arqueólogos Henry Tantaleán y Omar Pinedo
(2009). Recientemente el arqueólogo Daniel Morales y sus alumnos de la Escuela
de Arqueología de la Universidad de San Marcos de Lima, identificaron un
conjunto de petroglifos en el cerro Huambo, en la margen derecha del valle de
Santa Eulalia de la provincia de Huarochirí. Por lo menos aquí, uno de los
bloques muestra una figura de aspecto lagartiforme (Daniel Morales,
Comunicación personal, diciembre del año 2011). Existen ciertas similitudes
entre las figuras lagartiformes de muchos sitios peruanos, como por ejemplo, en
los lugares citados aquí, pero en cada sitio ellos presentan sus particularidades, sus propias
asociaciones culturales y también un contexto ambiental diferente por lo que no
es posible atribuir la presencia de estos petroglifos a la misma época.
Una
primera apreciación que tenemos sobre la naturaleza de los petroglifos de Tiopampa, es su relación con un sitio
próximo llamado Huallanca, localizado en la misma quebrada de Wichjana,
distrito de Paucará. En Huallanca, que en verdad es un complejo rupestre con
expresiones de pinturas y grabados de diferentes períodos, destaca un panel que
contiene también siete figuras
grabadas similares a las de Tiopampa, en la modalidad de petroglifos, pero expuestos
al aire libre (Figura. 8). Esta circunstancia sugiere que las figuras
lagartiformes de ambos sitios deben ser contemporáneos, porque incluso para diseñar la cabeza de las
figuras aprovecharon algunos hoyos naturales de la roca. También ambos conjuntos
guardan similitudes por cuanto presentan la misma configuración, es decir tienen las extremidades desplegadas, lo
cual indica que son diseños en
movimiento, como si estuviesen danzando. Consideramos también su semejanza porque guardan dimensiones
parecidas.
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Fig. 8. Petroglifos de Huallanca, quebrada
de Wichjana. Presenta configuración
rupestre similar a la de Tiopampa, con la
diferencia de encontrarse al aire libre. |
Difieren,
en cambio, porque en las figuras de Huallanca no se ha detallado el volumen del
cuerpo y tampoco se notan huellas de pintura negra como ocurre en el caso de
Tiopampa. De igual manera, éstas últimas, no están asociadas a pinturas, salvo una mancha rojiza que
aparece en la cueva. En cambio los petroglifos de Huallanca se encuentran
asociados a pinturas de diferentes colores y otros tipos de petroglifos como
los abundantes hoyos pequeñitos. De otro lado es importante considerar que estos
petroglifos podían ser vistos por los transeúntes debido al hecho de estar al
aire libre. En cambio los de Tiopampa no están expuestos al aire libre y no se
los puede observar sino ingresando a la cueva. Las condiciones de visibilidad
son distintas. La situación de visibilidad en este último caso es más
restringida en vista de encontrarse los grabados al fondo de la cueva.
Situación esta que debió generar una diferente conducta de los usuarios en estos lugares.
Sobre
la presencia de figuras
lagartiformes en varias partes del Perú, se ha expresado que: “Este tema
zoológico, dibujado de manera muy sencilla, casi como cruces a veces, está
representado en numerosísimas localidades petroglíficas: Cerro Mulato, El
Pongo, Acueducto de Cumbemayo, Santuario de Cumbemayo, Los Huabos, El Vagón,
Alto de la Guitarra, San Juan, Colcapampa, Chiprac, Retama, Pampa de las
Petacas, Rurupa, Sarcas, Toro Muerto, Miculla, Challatita y Quebrada de los
Boliches. Generalmente, dan la sensación de dibujos muy primitivos como trazados
por manos infantiles.” (Núñez Jiménez 1986: 60).
Observamos
en esta cita la mención al sitio de Rurupa, el cual se localiza en la margen
izquierda del río Huaytará, en la provincia del mismo nombre de la región de
Huancavelica. Núñez Jiménez anota que la técnica empleada es de tallas
superficiales para representar figuras humanas exageradamente esquemáticas,
cuadrúpedos como el camélido, figuras lagartiformes, cruces y solares (Núñez
Jiménez 1986: 245). Adjunta calcos de tales motivos entre los cuales se
distingue la figura 1921 con la representación de lo que sería un diseño
antropomorfo lagartiforme con un brazo en posición horizontal y el otro llevado
a la cintura. Tiene las piernas cortas abiertas que culminan en pies tridígitos
y un largo apéndice entre las piernas con otros dos cortos apéndices a los
lados. Otra muestra, la figura 1922, exhibe otro lagartiforme, entre un
conjunto de otras figuras, con los brazos y piernas extendidas que rematan en
manos con tridígitos. Rurupa,
entonces, es un ejemplo que guarda algunas similitudes con los diseños del
presente estudio.
Una
figura del sitio de Huancor, valle del río San Juan, provincia de Chincha,
grabada en una roca (Núñez Jiménez 1986: 177, Fig.1753; Guffroy 2009: 200, Figura.
406) muestra dos diseños lagartiformes bien similares a los de Tiopampa, pero
están asociados a otros diseños diferentes, situación que no ocurre en el caso
de Tiopampa. El río San Juan nace en la provincia de Castrovirreyna, región de
Huancavelica y cuando ingresa a la provincia costeña de Chincha toma este mismo nombre. Son pues, en todo, caso
espacios geográficos no distantes uno de otro, asunto que puede explicar las
afinidades que señalamos por cuanto las antiguas sociedades humanas de esos
territorios debieron haber mantenido contactos durante el desarrollo de la historia regional.
El
rasgo de la presencia de las manos con tridígitos es, de igual manera, un
aspecto que se dio en varias sociedades del mundo andino como también a nivel
de todo el planeta. Grabar o pintar solo tres dedos ya da la idea de los dedos
completos de la mano frente a ser solo dos o uno y así lo concibieron los seres
humanos de tiempos milenarios. Los pobladores antiguos de la zona andina de
Huancavelica no escaparon a dicha idea de representación de los tridígitos
A
decir verdad, las figuras de Tiopampa tienen relación con muchas
representaciones que aparecen en el mundo andino y en otras latitudes de la
tierra donde se observan diseños similares denominados como lagartiformes,
porque esa es la visión que ofrecen al observarlas actualmente. Pero en el caso
de Tiopampa el rostro redondeado de las figuras con dos ojos notorios sugiere
corresponder a diseños lagartiformes antropomorfos que no ocurre en otros sitios donde tienen la cabeza de
forma triangular o exagonal,
motivo por el cual parecen asociarse a verdaderas figuras de reptiles. Aquí, es interesante anotar que figuras
de lagartos y lagartiformes se presentan claramente en los petroglifos de Boca
Cachimayo (Hostnig 2008), pero todos con las extremidades en la misma posición.
En Tiopampa todas las figuras se hallan en posición vertical pero
cambian en cuanto a la disposición de las extremidades dando señal, como ya lo
anotamos antes, de una escena en claro movimiento. No expresan entonces una
actitud de reptar sino de plena exaltación corporal.
No
hemos observado ningún tipo de material arqueológico en el piso del abrigo de
Tiopampa, lo cual sugiere que no fue un refugio destinado para una actividad humana
permanente. Esta situación nos indica que se trata de un lugar probablemente
destinado a algún tipo de culto religioso. El hecho de estar ubicado el abrigo
en una quebrada que une las
partes altas y bajas de la zona de Paucará puede refrendar que el abrigo
cumplió un rol de descanso o paradero ritual para quienes transitaban por el
único camino de dicha quebrada en tiempos antiguos. Actualmente las personas que viajan por dichos
lugares siguen utilizando el camino de esta quebrada para desplazarse
justamente de los pueblos o localidades a mayor altura hasta los más bajos. Pero
si no ingresan a la cueva no lograr visualizarlos como sí ocurre para el sitio
próximo de Huallanca por estar aquí al aire libre. Si bien no hemos observado
otros restos arqueológicos en la cueva, en cambio en los espacios próximos a la
quebrada, hacia los pastizales y lugares de cultivo aparecen en superficie apreciables
muestras de fragmentos de cerámica. Estos fragmentos indican ocupaciones
humanas que se pueden atribuir a los períodos denominados Intermedio Temprano
(siglos I al 500 d.C.) e Intermedio Tardío (Siglos X al XV d.C). los cuales
localmente se asignan a los estilos cerámicos Caja y Coras. Esta circunstancia
nos permite afirmar que el sitio de Tiopampa puede vincularse a uno de estos períodos pero cuya filiación
cronológica definitiva podrá señalarse cuando se practiquen excavaciones
arqueológicas hacia las inmediaciones de la cueva. Pero señalamos de antemano
que la iconografía que muestran los estilos cerámicos locales antes señalados no registran la
presencia de figuras lagartiformes. Esta situación nos hace sospechar que tal vez el sitio de
Tiopampa puede corresponder a tiempos del Precerámico andino.
Las
peñolerías de la quebrada se distinguen de las que existen al ingreso de ella,
porque son bloques rocosos quebrados distribuidos irregularmente como resultado
de una convulsión geológica milenaria. La cuenca no es amplia sino más bien
estrecha y podría calificársela
como un desfiladero rocoso.
Fuera de esta accidentada quebrada los
terrenos próximos son algo llanos y muchos en declive pero en ellos se practican cultivos
especialmente de papa y cebada. El riachuelo que discurre por ella es una
fuente de agua constante para su aprovechamiento. Aunque no lo observamos
durante las exploraciones, el ambiente es propicio para la presencia de
roedores andinos como la vizcacha y aves menores de altura. Además, a la vera del riachuelo se extiende un camino tradicional que une a los
sectores altos con los bajos del distrito de Paucará. Tanto estas condiciones
como la singular configuración de la quebrada debieron influir para que las gentes antiguas de esta zona le
otorgaran alguna importancia como para documentar en la roca los símbolos de
sus ideas que ahora intentamos definir. Los transeúntes ancestrales por esta
depresión geográfica debieron haber realizado algún tipo de ritual frente a la
escena de las figuras grabadas
Para
la región peruana de Huancavelica no hemos observado, por el momento, paneles
aislados con la sola representación de figuras lagartiformes, salvo las que
aparecen en el sitio de Huallanca, localizado en la misma zona. Si bien existen
algunas muestras de sitios con petroglifos en Huancavelica, pero éstos son de
diferente configuración. Esto quiere decir que los de Tiopampa corresponden a
un estilo diferente Aunque se observan evidencias
de petroglifos en una zona próxima
a la ciudad de Acobamba, capital de la provincia del mismo nombre, pero éstos no
guardan similitud con las del presente informe.
Debemos
manifestar que sería prematuro asignar a los petroglifos de Tiopampa una
cronología definida, sin tener las evidencias que la apoyen. No se ha excavado en el lugar como tampoco se
han encontrado asociaciones de algunos restos sean cerámicos o líticos que nos
puedan auxiliar en su respectiva datación exacta. No obstante, afirmamos su
autenticidad como expresiones estéticas y probablemente rituales y religiosas realizadas
por las sociedades que habitaron
la región huancavelicana de Paucará en tiempos preincaicos.
Finalmente
un dato que queremos añadir se refiere al hecho de ser siete las figuras de la
cueva de Tiopampa como también las del sitio vecino de Huallanca, aspecto que sugiere
varias interpretaciones sobre el significado que le pudieron asignar en tiempos
arcanos. Podría pensarse en la simbolización de las pléyades o las
siete cabrillas porque algunos cronistas mencionan que los pueblos las tenían
en el corpus de sus ideas religiosas, los siete colores del arco iris u otras
ideas con respecto a ese número de figuras, las cuales fueron observadas desde
tiempo inmemorial. Desde luego que es arriesgado opinar de esta manera pero uno
puede estar tentado en señalar estas coincidencias y recurrencias. De otro
lado, si los largos apéndices observados entre las piernas de las figuras, representan órganos sexuales masculinos, podríamos
pensar, tal vez, que el sentido del panel grabado habría sido la simbolización
de la fertilidad. Profundizar actualmente
en el pensamiento que quisieron expresar sus remotos autores resulta aún
riesgoso hacerlo en esta primera aproximación a su estudio. Se requiere un
mayor número de evidencias similares como también de investigaciones más
rigurosas para poder formular propuestas que se acerquen con mayor precisión al
significado y uso del sitio.
Debemos
señalar también que un aspecto que lo diferencia del sitio de Huallanca
próximo, es el hecho de que los grabados de Tiopampa están prácticamente
escondidos con poca visibilidad para los transeúntes. En cambio los de
Huallanca se hallan al aire libre y pueden ser notados por los transeúntes si
recorren por la margen izquierda del río. Actualmente el camino entre Paucará y
los terrenos de Huayanay y Chopcca ocurre por la margen derecha del río y así
fue y es tradicional hasta el presente. Se produce de esta forma un panel al
aire libre y otro con escasa visibilidad en la misma ruta o quebrada. Tal vez esta
circunstancia obedecía a la diferenciada funcionalidad de ambos paneles que
aunque distanciados representaban la misma creencia en su condición de símbolos
ideados por sus ancestrales gestores. Además, los de Huallanca están asociados
a otros tipos de motivos sean pintados o grabados, lo cual no ocurre en el caso
de Tiopampa Pero es
posible que sus creadores hayan distinguido la razón de haber realizado las
estructuras iconográficas de siete
figuras al aire libre y otras siete figuras al interior de una cueva en lugares
más o menos próximos, porque sus autores entendían a quienes estaba dirigido el
pensamiento o mensaje grabado en la roca. Mensaje que aún permanece misterioso
a nuestra visión actual pero que intentamos registrarlo como expresión que
puede apoyar futuras investigaciones.
CONCLUSIONES
De
las observaciones realizadas en nuestro primer acercamiento al estudio de la
pequeña cueva de Tiopampa, debemos
manifestar que hemos llegado a las siguientes conclusiones:
1. El sitio identificado es un auténtico lugar arqueológico de acuerdo a sus peculiares
características, a la similitud de su emplazamiento con otras cuevas o abrigos
donde también los antiguos grupos humanos andinos dejaron grabaciones rupestres.
Casos similares en cuanto al uso de cuevas se realizaron, asimismo, en otras
partes del mundo. Pero aquí, se trata de grabados pintados que tal vez testimonian
un lugar sagrado en su tiempo.
2. La quebrada por donde discurre el
riachuelo de Paucará y el camino adyacente que une a las partes altas y bajas
de distrito es y fue un sector de pasaje y uso permanente por las comunidades
que habitan la zona. Esta circunstancia debió ser un factor para que se
eligiera la cueva como un lugar aparente a plasmar las expresiones
iconográficas ancestrales disponibles a los transeúntes de la quebrada antes
mencionada.
3. La expresión dinámica de los siete iconos grabados sugiere la ejecución de una danza y si el apéndice entre las piernas es
una magnificación del pene se puede pensar que la escena corresponde a una
expresión vinculada al culto de la fertilidad.
4.
El panel de petroglifos de Tiopampa, a nivel regional, tiene semejanza estilística
con los petroglifos de Huallanca localizado en la misma cuenca de Paucará pero
que difieren por que este último se encuentra al aire libre. Esto indica que
deben ser contemporáneos y señala posiblemente la presencia de una nueva tradición rupestre en la
sierra central del Perú. En ambos sitios se expresa un estilo definido en la
zona de acuerdo a la técnica del grabado, a la estructura iconográfica de los
diseños y el estilo esquemático que ostentan. La escena de Tiopampa debió ser
ejecutada en un solo momento o en escasas sesiones, pues no se aprecia
superposición alguna en los diseños.
5. No se ha podido establecer una cronología relativa ni, desde luego, absoluta
por falta de asociaciones en el sitio, y por la carencia de estudios de
petroglifos en la región que pudiesen apoyarnos para establecer un cálculo cronológico definitivo.
6.
Se requiere efectuar mayores investigaciones arqueológicas orientadas
a identificar nuevos estaciones rupestres con petroglifos que sirvan al
establecimiento de una sistematización que con mayor seguridad permita tratar
aspectos relacionados con la cronología, el uso y la tradición estilística a la
cual corresponden.
7.
Tiopampa merece una protección adecuada para evitar su destrucción pues podría ocasionar la pérdida de
una de las genuinas expresiones del arte y la estética ancestral nativa ocurrida
en el territorio de los Angaraes o antiguos pobladores de la región andina de Huancavelica. Las
ideas plasmadas en los petroglifos expresan la simbolización de algunos
aspectos del antiguo pensamiento
religioso regional.
—¿Preguntas,
comentarios? escriba a: rupestreweb@yahoogroups.com—
Cómo citar este artículo:
Ruiz Estrada, Arturo. Los petroglifos de Tiopampa, Paucará (Huancavelica).
En Rupestreweb, http://www.rupestreweb.info/tiopampa.html
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