La ruta de Tarapacá: Análisis de un mito y una imagen
en el norte de Chile
Juan
Chacama jchacama@uta.cl
y Gustavo Espinosa
gespinoz@uta.cl. Departamento
de Arqueología y Museología, Universidad de Tarapacá,
Arica, Chile.
Resultado Proyecto FONDECYT Nº
1940949. Trabajo presentado en el Congreso Internacional de Arte
Rupestre (Cochabamba 1997) y en el XIV Congreso Nacional de Arqueología
Chilena (Copiapó 1997). Publicado en Actas del XIV Congreso
Nacional de Arqueología Chilena, Tomo 2, pp. 769-792, 1997.
Cedido espscialmente por los autoes para Rupestreweb, 2005.
Resumen/Abstract
Se estudia un conjunto de imágenes
rupestres del extremo norte de Chile vinculándolas formalmente
al tema iconográfico de la "Deidad Central con Báculos",
cuya representación más emblemática la encontramos
en la "Puerta del Sol" del Templo de Kalasasaya en Tiwanaku. Se
propone que tal conjunto de imágenes sea una serie de representaciones
gráficas de Tunupa o, también, de Tarapaca, divinidades
andinas, supuestos hijos de Viracocha, que la cronística
de los siglos XVI y XVII confunden en su función de ordenar
el mundo. Esta asociación se realiza en base a un análisis
del mito y de las imágenes rupestres, destacando las características,
atributos y espacio de acción de las divinidades.
De acuerdo con el análisis
de la iconografía, los mitos, relatos indígenas actuales
y toponimia, se reconstruye la ruta simbólica que emprende
TunupaTarapaca, desde la zona del lago Titicaca hasta la costa,
ordenando al mundo y provocando algunas peleas entre cerros mallkus.
Este camino, en el desierto del extremo norte de Chile, se relaciona
con las rutas caravaneras preincaicas, que involucran a los sitios
de arte rupestre estudiados marcándolos simbólicamente
y definiendo para el mito de Tarapaca un ambiente semántico
de riñas y peregrinaje civilizador.
We examine a group of geoglyph
and petroglyph images from northernmost Chile are formally linked
to the iconographic theme of the Central Staff Deity, whose mosr
stylized form is found of the Gate of the Sun at the Kalasasaya
Temple at Tiwanaku. We suggest that this image are graphic representations
of Tunupa or Tarapaca, both Andean divinities and supposed sons
of Wiracocha and both of whom the Spanish chroniclers of the 16th
and 17th c confused in their attempts to describe the Andean world.
The study is based on an analysis of myths and images emphasizing
the fetures, attibutes, and space of divine activities.
The symbolic route taken by Tunupa
Tarapaca from the lake Titicaca region to the coast to impose
a world order and thus provoking fights among the mountain mallkus
is reconstructed using iconographic analysis, myth, native descriptions,
and toponyms. This roadway through extreme northern Chile is related
to pre Inka caravan routes associated whith the geoglyph
and petroglyph sites discussed here, linking them symbolically and
defining the Tarapaca myth as a semantic construct of fights undertaken
during the Civilizers pilgrimage.
1. ANTECEDENTES ICONOGRÁFICOS
Nuestro primer objetivo consiste
en definir las características de la imagen de la "Deidad
Frontal con Báculos", su desarrollo histórico y su
propuesta relación con Tunupa.
La deidad frontal con báculos
Bajo dicho nombre se conoce en la
literatura arqueológica andina a una figura antropomorfa
en posición frontal con rostro irradiado y portando un báculo
en cada mano, cuya imagen más emblemática la
encontramos en el personaje central tallado en la litoescultura
existente en el sitio Tiwanaku conocida como "La Puerta del
Sol". Dicho personaje, que ha sido ampliamente tratado en la
literatura especializada, emblematiza, según diversas opiniones,
gran parte de la ideología del Horizonte Medio en el área
andina (Figura 1).
|
FIGURA 1. "Deidad Frontal
con Báculos",
grabado principal de la Puerta del Sol,
Tiwanaku. |
Desarrollo histórico de
la imagen
El surgimiento de este tema bajo
una representación iconográfica determinada, parece
haber ocurrido paralelamente en las áreas de Ayacucho y Circuntitikaca
(Cook 1994; Bittman 1985; Isbell 1983), habiéndose
producido un desarrollo histórico de la imagen de la Deidad
Frontal con Báculos, estrechamente vinculado a los procesos
histórico-políticos de la región:
"Con las transiciones socio-organizacionales
en las tierras altas desde dispersos templos ciudades a centralizados
estados urbanos, conviene una conversión iconográfica.
En las formas más tempranas conocidas, los diseños
transmiten imágenes individuales a través de varios
medios. Más tarde, con la convergencia de Wari y Tiwanaku
ocurre una simbiosis de dichas figuras transformándose en
temas" (Cook 1994:161-162).
Las formas tempranas de la iconografía
Huari y Tiwanaku se encuentran en el sitio de Pucara (ca 200
aC-200 dC) (Lumbreras y Amat 1968). Las figuras representadas
poseen rasgos supra-humanos, tales como alas; la presencia o ausencia
de alas es importante para entender la evolución de este
arte figurativo.
La figura frontal que aparece en
la cerámica Pucara es un ser sobrenatural caracterizado por
un "ojo partido", lágrimas, un collar con pendientes,
un medallón alrededor de su espalda y alas. Las
alas en la figura frontal Pucara son rasgos ausentes en representaciones
más tardías. La Figura Frontal de Pucara es estructuralmente
precursora de la Deidad Frontal con Báculos del Horizonte
Medio (Figura 2).
|
FIGURA 2. Litoescultura Pucara. Se destaca
la cabeza irradiada y presencia de báculos. |
La deidad frontal con báculos
como tema iconográfico
A continuación se caracterizan
los atributos que definen la Deidad Central con Báculos de
la Puerta del Sol de Tiwanaku (Figura 3).
En términos generales, la
imagen puede ser definida como un ser antropomorfo en posición
erecta y frontal, con sus brazos en V alzados hasta la altura de
los hombros. Su cabeza presenta un tocado irradiado por apéndices
terminados en círculos y cabezas de puma; su rostro presenta
boca cuadrangular rebordeada al igual que sus ojos, dos lágrimas
o tatuajes se sitúan bajo ellos. El personaje está
ataviado con una túnica hasta la rodilla ceñida por
un cinturón y ornamentado con un pectoral terminado en apéndices
circulares; por su parte el cinturón está ornamentado
con cabezas humanas colgantes. De ambos codos le cuelgan cabezas
humanas (¿trofeos?) y en cada mano sostiene un báculo,
uno de ellos representa un propulsor de dardos y el otro una honda
(Kolata 1993).
Como lo señaláramos
anteriormente, la caracterización de atributos arriba descrita,
está referida a la imagen existente en la Puerta del Sol;
no obstante, existen otras versiones de esta imagen tanto en la
zona circuntitikaca como en el área Wari, que si bien conservan
gran parte de los atributos descritos, éstos varían
en algunos aspectos de su representación (ver Cook 1994:
lámina 58).
2.ANTECEDENTES ETNOHISTÓRICOS
Se ha propuesto en algunos estudios
que la imagen central de la Puerta del Sol corresponde a una representación
de Tunupa (Gisbert 1980; Kolata 1993) Según
los cronistas este personaje sería el hijo o criado del principal
dios del panteón andino: Viracocha, y tendría encargado
ayudar a su padre a ordenar el mundo.
De Viracocha a Tunupa
el predicador
La idea de Viracocha como dios creador
andino (Nota 1) cuyo origen se encuentra en el lago Titicaca y recorre
gran parte del territorio del actual territorio boliviano creando
las cosas y las gentes, se recoge básicamente de Betanzos
(1987 [1551]) y Cieza de León (1986 [1553]),
aunque también encontramos referencias a él en otros
cronistas (Ávila, Santa Cruz Pachacuti, Molina, Bartolomé
de las Casas y otros). Si seguimos a Betanzos (en Pachacuti 1993
[1613]), en su primera salida, con Tici Viracocha hizo el cielo,
la tierra y una primera gente que vivía en la oscuridad.
En una segunda salida convirtió en piedras a esas primeras
gentes por desobediente, e hizo el sol, el día y los demás
astros en Tihuanaco. Luego se fue por el camino de la sierra hacia
el norte haciendo salir a cada grupo étnico de sus respectivas
pacarinas, mientras sus dos hijos hacían lo mismo por los
Andes y los llanos (Betanzos 1987 [1551]:11).
El mismo Pachacuti Yamqui en su
transcripción de la primera oración de Manco Cápac
menciona a Viracocha como creador de todas las cosas, agregando
que en esa primera edad de las tinieblas, los hombres vivían
en lugares baldíos y por escasez de lugares y tierra peleaban
sin cesar. Apareció entonces un tal Tunupa, "El qual
no trayeya enterés ninguno, ni trayeya hatos, el qual sizen
que todas las lenguas hablava mejor que los naturales y le nombravan
Tonapa o Tarapaca" (Pachacuti 1993 [1613]:188).
Este personaje, según Pachacuti,
anda por las tierras del Tahuantinsuyu haciendo milagros,
"Pues se llamó este barón
Tonapa Uiracochampa Cachan, pues ¿No era este hombre el glorioso
apóstol Sancto Thomás?(...) Este barón
llamado Thonapa dizen que andubo por todas aquellas provincias de
los Collasuyos predicándoles sin descansar" (Pachacuti
1993 [1613]:189).
Tenemos, entonces un personaje viajero,
un predicador y hacedor de milagros, asimilado incluso a un santo
peregrino (Nota 2). Pachacuti rescata en la oración
de Manco Cápac el carácter movedizo de Tunupa
"Y después desto siempre
los acordaba [Manco Cápac] de Ttonapa deziendo: Dicen que
debes ser mayordomo y servidor del Hacedor de la Gente. Por eso,
te ruego que no me olvides, señor que al pasar me hiciste
rey del Cuzco, Tarapaca, tunapa. Ojalá, aunque me muera,
no olvides al que a tu paso hiciste rey. Y cuando me muera, fortalecerás
y premiarás mi alma. ¿Cuánto quisiera saber quién
era? ¿Habrás sido tú quien aplastó, venció
y ahuyentó a los hapiñuño?" (Pachacuti
1993 [1613]:142).
En estos movimientos de predicador
y milagrero pasa por la casa de Apotambo, padre de Manco Cápac,
donde, en vista que Apotambo se da el tiempo de escuchar sus prédicas,
Tunupa deja un fragmento de su bordón, origen del Tupayauri
de oro por el que se fundó divinamente la dinastía
de los Incas. Santa Cruz Pachacuti menciona que con este bordón
Tunupa tiene el poder de conquistar tierras (Pachacuti 1993 [1613]:194)
(Nota 3).
3. ICONOGRAFÍA Y RELATOS:
EL TUNUPA PEREGRINO
¿De qué manera se vincula
la iconografía del señor de los báculos con
las referencias etnohistóricas?
Tiempo y espacio del mito
Tras el análisis de las crónicas
varios son los autores que consideran que el mito de Tunupa tendría
relación con el horizonte Tiwanaku (Gisbert 1980;
Ponce 1982; Kolata 1993). Ponce lo ubica en el período
de la expansión Tiwanaku V (724-1200 d.C.), lo cual habría
permitido el desalojo de muchas deidades locales y su entronización (1982:179).
Para Bouysse Cassagne, por un lado, Viracocha sería la emanación
simbólica de cambios climáticos y, por otro, Tunupa
por su recorrido collavino representa el mito de apertura del desaguadero,
que se realiza a partir de la fase final de la subida de las
aguas (-250), hacia el fin de Pucara y principios de Tiwanaku (1988:82).
En cuanto a su dispersión
geográfica, el mito plantea un recorrido que considera gran
parte de la región andina (Nota 4).
Para Guirault:
"Este ser mítico habría
sido un profeta, o un predicador, surgido de las aguas del lago
Titicaca. Durante numerosos años, recorrió la mayor
parte del actual territorio boliviano, para anunciar la paz entre
las diferentes facciones y predicar una nueva religión. Finalmente,
capturado por sus enemigos, fue colocado en una barca de totora
lanzada al lago Titicaca donde desapareció para siempre;
antes, como señal de su travesía, dejó
una cruz en los alrededores de Carabuco, pequeño pueblo ribereño.
Hoy en día, se conserva un pedazo de esta cruz como reliquia
en la iglesia de este pueblo" (Girault 1988:58).
Bandelier menciona una tradición
entre los indios del pueblo aymara de Carabuco: Según los
relatos nuestro señor Jesucristo habría llevado una
gran cruz hasta la cima de un cerro. Al llegar los españoles
la trataron de hundir en un lago sin conseguirlo, considerado milagro
los españoles la sacan del lago y la colocan en Carabuco
en una capilla que don Alonso Ramírez Segura, entonces obispo
del Cuzco, había construido allí (1996:370)
Los diferentes relatos de la martirización
de Tunupa llegan al extremo de asimilarlo casi totalmente con Jesucristo
en el tránsito de su pasión, muerte y resurrección,
como lo refleja una misiva jesuita del siglo XVI que se refiere
a la historia de Tuñupa, hijo de Pucica'ka:
"Dicen más, que viendo
sus obras y maravillas los demás señores principales
de la tierra...trataron de darle muerte"
"...y hecha una cruz le enclabaron
en ella y luego ataron la cruz a una balca y la hecharon en esta
laguna"
"...y que cuando le crucificaron,
le decían grandes afrentas de que era un burlador y engañador
de maravillas fingidas y que él lo pagaría todo junto"
"La demás gente que le
quería bien veía aquella crueldad, lo sentía
grandemente, derramando muchas lágrimas de dolor y los mismos
cerros y piedras se movían dándose las unas
contra las tras, de sentimiento, por ver padecer a su criador y
hacedor"
"Murió en la laguna y
después de unos días resucitó y muy enojado
de lo que hacían con él sus enemigos, los prendió
y castigó rigurosamente..." (Nota 5)
Santa Cruz Pachacuti Yamqui, nos
habla de un hombre vestido de blanco con largas barbas (Tunupa,
Tonapa y Ttonapa) "Este hombre andaba predicando,
llegó a los Andes de Caravaya y allí hizo una cruz
muy grande y la cargó sobre sus espaldas, hasta que la plantó
sobre la cima de Carabuco, donde les predicó en alta voz
derramando lágrimas" (1996 [1613]:370). Tunupa
es apresado junto a la laguna grande de Carapuco, un mancebo entra
donde Tunupa está preso lo salva y con una manta en lugar
de balsa lo lleva por la laguna. Después de su escapada de
Carabuco Tonapa pasa algún tiempo en una peña llamada
Titikaka, luego va por el Tiquina a Tiwanaku donde transforma en
piedras a indios que no quieren escucharle. Desciende después
al Chakamarka (Desaguadero) hacia el océano, y se cree que
pasó por el Chinchasuyos. Cambia ídolos en camino
del Kusko a Jauja y, finalmente, deja vestigios en piedra cerca
de Pachacamac (Pachacuti 1993 [1613]:380).
Bandelier, por su parte, nos
remite a las relaciones de Polo de Ondegrado (1550-1575), que respecto
a los viajes de Tunupa menciona que sale del Brasil, va de
ahí a través del sur de Bolivia donde se encuentran
las huellas de su paso, y le hacen peregrinar por gran parte de
la América Meridional. Menciona que Calancha atribuye
la muerte de Taapac (Tunupa) a los indios de las orillas del Titikaka,
donde dice, el cuerpo fue colocado en una balsa:
"y las tranquilas aguas haciendo
las veces de remo, los céfiros sirviendo de pilotos, el cuerpo
navegó con tal velocidad que quedaron absortos y poseídos
de temor que ellos mismos lo habían matado sin piedad...
la balsa llegó a la playa de Chachamarka donde está
el Desaguadero, la misma balsa abrió por tierra formando
el Desaguadero, el santo fue hasta el pueblo de Aullagas y el Titikaka
en dirección de la costa de Arica y Chile" (Bandelier
1996:385).
Algo similar refiere Ramos Gavilán
(citado por Ponce 1982:173-175), lo citamos desde que Tunupa
llega navegando hasta Aullagas:
" y sobre ellas fue nauegando
hasta los Aullagas; donde como arriba queda dicho, se hunden las
aguas por las entrañas de la tierra, y allí, se dize,
quedó el Santo cuerpo, y que cada año en vna de las
Pascuas, o por aquel tiempo, se veían alli vna muy fresca,
y verde Palma: aunque otros afirman, se vé esta Palma en
vna isleta, que el desaguadero haze vezina a la costa de Chile sola,
y sin que la acompañe otro arbol alguno" (Ponce 1982:175)
Tiempo y espacio de la imagen:
La deidad frontal con báculos en el extremo norte de Chile
Sabemos, a través de la literatura,
que la imagen de la "deidad con Báculos" ya sea independientemente,
o participando de un tema iconográfico mayor, constituyó
parte de la ideología de los estados Wari y Tiwanaku (Cook
1994; Isbell 1983); sabemos también que ha sido
representada en el arte rupestre del río Loa (Berenguer
et al. 1985). Si consideramos nuestra propuesta
de su aparición en el desierto de Tarapacá, se constituye
así un eje de dispersión bastante amplio.
Para identificar esta imagen en
los valles occidentales del norte de Chile, tendremos en cuenta
las siguientes premisas:
* Por efecto de metonimia la
presencia de algunos atributos será reveladora de una imagen
más compleja.
* Existen cadenas de atributos
que nos lleva de una imagen visual a otra sin perder el contexto
original
En el desierto tarapaqueño,
o pampa del Tamarugal (Prov. de Iquique, 1ª Región,
Chile), existen representaciones de arte rupestre tanto en técnica
de tallado en piedra (petroglifos) como de raspado en laderas de
cerros (geoglifos), que denotan la presencia de una imagen que bien
puede corresponder una interpretación de la Deidad Frontal
con Báculos.
En la quebrada de Aroma, el sitio
de petroglifos Ariquilda 1 (Figura 4) (Reinhard 1983;
Cané 1985; Briones et al. 1993;
Espinosa 1996), con más de 3500 grabados, presenta
como una de las figuras antropomorfas más representativas
un conjunto de personaje de rostro irradiado, brazos en V, en ocasiones
con faldellín y/o báculos en las manos, que han sido
identificados con la figura de la Deidad Frontal con Báculos
de Tiwanaku (Figura 5) (Chacama MS). Unos 30
kms al sur del sitio Ariquilda, se encuentra en medio del desierto
un cerro isla conocido como Unita (Iensen 1971; Reinhard
1983; Cane 1985; Bittman 1985; Briones et.al.
1993), el cual presenta una figura semejante al personaje tipo
de Ariquilda 1 (Figura 6) con la notable diferencia que el
personaje de Unita tiene una magnitud de 100 m. de largo.
|
FIGURA 4. Quebrada de
Aroma, donde se sitúa el sitio Ariquilda 1. |
|
FIGURA 5. Petroglifos
del sitio Ariquida 1. Destaca un panel con petroglifos de
músicos
y otro con un personaje antropomorfo de rostro
irradiado. |
|
FIGURA 6. Fotografía
aérea lateral del "Gigante de Tarapacá" o geoglifo
del Cerro Unita. |
Según los atributos presentes
en las imágenes de Ariquilda 1 y Cerro Unita y aquellos descritos
para la figura de la Divinidad Frontal con Báculos, podemos darnos
cuentas de la gran cantidad de atributos que comparten (Figura
7). Quizás la mayor diferencia entre las imágenes
tarapaqueñas y aquella del Titicaca sea la mutación
de los báculos, atributo que define la presencia de esta
deidad tanto en el área Wari como en la cuenca lacustre circuntitikaca.
|
FIGURA 7. Personajes del
arte rupestre del norte de Chile vinculados a la Deidad Frontal
con Báculos. A, B, C, D, E y F=Petroglifos del sitio
Ariquilda 1. G=Geoglifo de Cerro Unita. |
No obstante dicha notable diferencia,
otra lectura de las imágenes tarapaqueñas nos servirán
para ratificar nuestra propuesta de que ambas corresponden a un
mismo concepto.
El peregrinar de Tunupa hacia la costa: Historias indígenas
Los cronistas logran rehacer la
ruta de Tunupa hasta que se pierde en la región de Aullagas,
al sur del lago Poopó. Es claro que este peregrinar no termina
allí, incluso los cronista mencionan una posible relación
con la costa de Chile. Historias indígenas regionales respecto
al volcán Tunupa, situado a orillas del salar de Uyuni nos
permite extender el itinerario de sus viajes desde el altiplano
boliviano hacia la frontera con Chile.
Ponce menciona un mito narrado por
aymaras de la meseta:
"Celoso cierta vez el Illimani,
rey de las montañas, de que un monte vecino, vasallo suyo,
pero rebelde y osado, amenaza destronarle superándole en
altura, se le queja e implora justicia. Coge Tunupa la honda y descabeza
al temerario, el cual desde entonces se llama Mururata (descabezado).
La cabeza del Mururata cae rebotando sobre el altiplano. Tunupa
de un puntapié la hecha lejos. ¡Sarjama! (vete) le dice.
Esa cabeza es el Sajama" (Ponce 1982:178).
Molina (1996), por otra parte,
recogió una serie de leyendas que tienen al volcán
Tunupa como personaje central. Estas versiones fueron
recogidas en las zonas de Quillacas y Pampa Aullagas, Salinas de
Garci Mendoza y Challapata, Huari y Sevaruyo.
Según estas leyendas se dice
que un día el viejo Asanaques se casó con una mujer
llamada Tunupa y tuvieron varios hijos. El Asanaques era un viejo
con barba blanca y el principal Mallku de la región. La Tunupa
era una bella y joven mujer que llevaba doce polleras de muchos
colores y doce enaguas. El viejo Asanaques era muy celosos de la
bella Tunupa acasionádole muchos sufrimientos. Un día,
tanto sufrir, la joven Tunupa decidió irse hacia la costa.
En esa ocasión la Tunupa y el Asanaque tuvieron una riña
en la que el Asanaque comenzó a castigarla. La Tunupa pidió
auxilio y salió en defensa de su hermana, Chullasi, que se
encontraba al otro lado del lago cerca a Orinoca. Chullasi, para
defender a su hermana Tunupa lanzó una piedra, con una honda,
a la cabeza del Ausanaques, hiriendo al Mallku para siempre. Es
por esa razón que el mallku se encuentra inclinado hacia
donde sale el sol y la piedra que le hirió se encuentra aún
en la pampa cerca al camino, que llaman PacoKahua. Mientras el Asanaques
estaba herido, la Tunupa aprovechó para marcharse, dejando
atrás a sus hijos Wilacollo, Huatascollo, Huari y Sevaruyo
(Cerro Gordo) (cerros menores que se encuentran al sur del lago
Poopó).
Iniciando su camino hacia la costa,
la Tunupa orinó en las pampas de Aguas Calientes, donde hoy
existen brotes de aguas termales, consideradas saludables. Luego
de transitar por las pampas de Condo, la Tunupa decidió descansar
en la localidad de Quillacas, donde se construyó un fogón
para cocinar, formando así los cerros de Santa Bárbara
y San Juan Mallku, donde luego se ubicaría el actual pueblo
de Qillacas.
Al día siguiente, se dirigió
rumbo al oeste, para cruzar el río Marqués, la Tunupa
dejó una de sus abarcas, en el lugar hoy conocido por una
pequeña loma denominada Sato. Al otro lado del río
decidió descansar dejando rastros de reposos en los
contornos del cerro Pedro Santos Willka, lugar de fundación
del pueblo y ayllu de Pampa Aullagas.
Rumbo al sur, cerca de Tambillo,
la Tunupa excavó la tierra para construir una Tiwaraña
de piedra para preparar la quinoa. Continuando su trayectoria hacia
el sur, en una localidad llamada Jayu Cota, excavó nuevamente
la tierra para luego verter su leche y dejarle a su hijo menor que
la seguía. Más adelante dejó en su camino a
un hijo enfermo con viruela, llamado Saalviano, nombre de un cerro
que tiene muchos huecos en su superficie.
Siguió camino hasta una gran
planicie donde se perdía de vista el Asanaques y donde dicen
que la Tunupa vertió grandes cantidades de leche para alimentar
a sus hijos. En esta zona, conocida desde entonces como el Salar
de Uyuni (o Aullagas) se encontró con dos jóvenes
muy guapos, el Cora Cora y el Achacollo o cerro Grande, con los
que entabló una buena amistad. Ellos la convencieron que
se quedase por esos lugares antes de seguir rumbo a la costa.
Muy pronto los jóvenes se
enamoraron de la bella Tunupa. y comenzaron a pelearse por su amor.
Con un hondazo, el Cora Cora hirió el corazón del
Achacollo, por lo que desangró mucho. Por su parte, el cerro
Achacollo también le lanzó un hondazo al Cora Cora,
hiriéndolo en la vejiga y habriéndole muchos huecos.
Así ambos jóvenes pretendientes murieron por el amor
de la Tunupa y desde entonces la Tunupa se quedó y permaneció
para siempre en esta región de los Aullagas (Molina 1996:405-408).
El autor menciona que la trayectoria
de la Tunupa sugiere un recorrido civilizador en toda la región,
ya que crea nuevos asentamientos poblacionales que recuerdan la
disposición geográfica de la confederación
de varios grupos étnicos conformados fundamentalmente por
urus y aymaras. Este proceso civilizador se refleja en la domesticación
de hechos cotidianos. La construcción del fogón, introducción
de alimentos preparados; la abarca suelta, manufactura de la vestimenta
a partir de economía pastoril; construcción de la
Tiwaraña, explotación agrícola sedentaria,
etc. (Molina 1996:409).
Relatos indígenas similares,
en que dos mallkus se enfrentan por el amor de una bella mujer (cerro)
son parte de la tradición oral en la zona de Sajama, Bolivia
y en el altiplano chileno. En ellos se enfrentan el cerro Sajama
con el Sabaya por el amor ya sea de Mama Illimani, o de Mama Guanapa,
cerro cercano al pueblo de Cariquima.
La historia del Sajama y el Illimani,
contada según Francisco Chambi, oriundo de Sajama, es la
siguiente: Enamorados por la Mama Illimani, el Tata Sabaya y el
Doctor Sajama, comenzaron una riña, por saber quién
era más alto. El Tata Sabaya mandó al Sajama
unos saltanejos (ctnomis) para que cavaran la base del cerro. El
Tata Sabaya tuvo la suerte de una gran nevazón que cubriéndolo
a él, cubrió además a los saltanejos que se
murieron. Tata Sabaya, entonces, manda un hondazo que llega
a los pies del Sajama. Hasta el momento hay piedras alrededor del
cerro, llamadas Achacala (piedra grande). De la misma forma, Sajama
tira un hondazo justo en la boca del Sabaya, por eso hoy aún
se puede ver atrás del Sabaya hay una serie de cerritos pequeños
que son la sangre escupida por el Tata Sabaya (Nota 6).
Recapitulemos. Hasta este punto,
gracias a una hermenéutica de la información entregada
por los cronistas del siglo XVI y XVII, siguiendo los relatos indígenas
de poblaciones del sector del lago Poopó y del altiplano
en la frontera de Chile y Bolivia, más relaciones que nos
sugiere la toponimia de la región, podemos vincular al desierto
tarapaqueño en la ruta mítica que Tunupa, deidad aymara,
sigue desde el lago Titikaka a la costa del norte de Chile.
¿En qué lugar o tiempo
Tunupa se confunde con Tarapaca?, hasta ahora hemos sostenido la
existencia de una relación entre la iconografía del
personaje de los báculos y Tunupa, pero hay una relación,
sino muy clara, muy evidente entre Tunupa y Tarapaca o Taguapaca,
Tawapaca, Taguapica, Tuapaca, Tarapacac o Taapac, según el
cronista de turno.
Para Santa Cruz Pachacuti son el
mismo personaje, eso se desprende de ciertas referencias
en que los menciona y los confunde como un solo ser: "Por eso,
te ruego que no me olvides, señor que al pasar me hiciste
rey del Cuzco, Tarapaca, Ttonapa" (Pachacuti 1993 [1613]:142),
y también, más adelante: "Ustedes malditos, son
los que Thunupa Tarapaca, al que llaman criador de Viracocha creador
del mundo aborreció" (Pachacuti 1993 [1613]:145)
y en otras ocasiones más. Calancha, en cambio los presenta
como dos hijos de Viracocha, sin embargo menciona el mito de Tunupa
como el mito de Taapac (en Ponce 1982:178). Ponce, también
hace una cita de Sarmiento de Gamboa respecto al castigo de Tawapaka,
que demuestra lo mismo:
"Es esta laguna frontera de Chucuyto,
pueblo del Collao, cincuenta y siete leguas del Cuzco al sur. Y
como Viracocha mandase algunas cosas a sus criados, el Taguapaca
fue inobediente a los mandamientos de Viracocha. El cual, por esto
indignado cotra Taguapaca, mandó a los otros dos que lo tomasen;
y atado de pies y manos, lo hecharon en una balsa en la laguna,
y así fue hecho. E yendo Taguapaca blasfemando del Viracocha
o por lo que en él hacía, y amenazando que él
volvería a tomar venganza dél, fue llevado del agua
por el desaguadero de la mesma laguna, adonde no fue visto más
por muchos tiempos. Y esto hecho, Viracocha fabricó en aquel
lugar una solemne guaca para adoratorio, en señal de lo que
allí había hecho y criado" (Ponce 1982:241).
Es probable que se trate de dos
seres míticos, pero de atributos y funciones tan similares
que fueron confundidos por los cronistas. Un elemento que pudo aportar
a esta confusión son las significaciones análogas
de los nombres de las deidades. Tawapaca, puede interpretarse en
quechua como tawa, cuatro y paca, algo oculto, disimulado. Así
Aliaga (1987), quien revisa tres diccionarios quechuas, interpreta
la función de Tarapaca como agente destructor "los cuatro
elementos o misterios que pueden destruir la tierra",
Aunque a nosotros esta interpretación no nos satisface, resulta
altamente interesante que tunupa en aymara también se puede
interpretar como thunu, algo encubierto, como el bulbo de
una planta en la tierra (Siñane, comunicación personal)
y pa, con relación a la tercera persona singular. Lo que
de todas maneras nos resulta muy oscuro para interpretar y preferimos
buscar la significación del vocablo tarapaca en aymara (Nota
7).
4. ANÁLISIS DEL MITO Y
LA IMAGEN
Atributos y funciones: Tarapaca
y su espacio semántico
Hablando entonces, ahora, de Tarapaca,
queremos precisar su presencia en la iconografía rupestre
del norte de Chile. En esto nos puede ayudar un análisis
del mito. Si hacemos caso a los cronistas y a las historias indígenas
podemos construir un esquema (Tabla 1) en que se resumen
las características, atributos y espacio de acción
de Tarapaca.
Tabla 1: Análisis
del mito de Tarapaca.
|
Debemos considerar, para ajustar
aún mejor este cuadro, que la crítica de las
fuentes etnohistóricas nos permiten delimitar características
más específicas para el mito de Tarapaca. Urbano (1988),
por ejemplo, se niega a aceptar aquellos aspectos de las acciones
de estas deidades que se asimilan a funciones relacionadas con la
actividad cristiana evangélica. Así el Tarapaca hacedor,
predicador, milagrero, Mesías, profeta, mártir, es
un personaje construido por los cronistas con criterios pastorales.
Urbano, para estructurar el campo semántico en el que se
mueve la divinidad, prefiere derivar la interpretación de
sus funciones a una deformación fonética del vocablo
aymara taparaco, que según el diccionario de Bertonio se
refiere a un ser "revoltoso, travieso" y, también, "atrevido
que no teme a nadie y riñe con todos", constituyendo estas
características el espacio semántico básico
de lo que él denomina "el ciclo de los Viracochas" (1988:204).
Para determinar esta significación Urbano desecha (demasiado
rápidamente) otra interpretación que deviene del análisis
del vocablo aymara "paca" que según Bertonio (1612)
correspondería a "un páxaro grande como Aguila,
y una especie destas se llama cocotaapaca que es muy grande poco
menor que un Buytre...". De una manera similar interpreta Mamani
(1985) el vocablo paca como paka, ave de rapiña, y
taapaca, como t'apaka, ave invernal. También, Tarapaca como
Tarapaka, ave de rapiña posado en arbusto. Es nuestra opinión,
que alguna característica del ave de rapiña correspondería
en algún momento a los atributos de Tarapaca, como lo veremos
más adelante.
Continuando el análisis,
si a la Tabla 1 la contrastamos al proceso hermenéutico
que realiza Urbano del mito de Viracocha, y, posteriormente, lo
relacionamos con los relatos que existen sobre Tunupa en la zona
boliviana del lago Poopó, más lo que nos sugiere el
vocablo Tarapaca, obtenemos la Tabla 2, que nos permite acercarnos
más a los verdaderas características, atributos y
espacio de acción del personaje mítico:
Tabla 2. Atributos
de Tunupa
Sabemos, entonces, que Tarapaca
es un personaje mítico, burlador, peleador; además
un viajero civilizador. Estas características delimitan su
espacio semántico como una divinidad peregrina. Esta voluntad
itinerante nos parece la esencia de la interpretación
de su nombre. Según Dionisio Siñane, profesor
de Aymara de La Paz (comunicación personal) el vocablo
Tarapaca se puede entender en aymara como tara, algo que se expande,
que sale y se dispersa como la corona de una flor y, paka, un águila.
Resumiendo, la Tabla 2 determina
los atributos iconográficos básicos de peregrino de
Tarapaca. Entre ellos se cuentan la balsa de totora, báculo
y/u honda y alguna característica ornitomorfa correspondiente
a su relación con paka, un ave carroñera. Su espacio
de acción se presenta como una ruta que va desde el lago
Titicaca hasta la costa del norte de Chile.
5. CONSTRUYENDO UNA IMAGEN
Comparemos los atributos de Tarapaca
con las imágenes que tenemos de la divinidad en el arte rupestre
del norte de Chile:
La balsa
El diseño de balsas es de
alta frecuencia en el repertorio gráfico del arte rupestre
nortino, especialmente en los petroglifos del sitio Ariquilda 1.
Por lo general, este tipo de figura se presenta en visión
lateral, teniendo a bordo a un personaje antropomorfo de pie, que
sostiene en sus manos un remo o bastón. Aunque no hemos podido
determinar una vinculación iconográfica entre las
imágenes antropomorfas con brazos en "V" y balsas, en ocasiones
ambos diseños comparten un mismo panel.
Otro tipo de embarcación
con forma de balsa, se detectó reiteradamente en el sitio
Ariquilda 1. Esta figura se presenta, también, en visión
lateral, pero es mucho más compleja que la anterior. El diseño
de este tipo más definido, presenta una nave con casco en
forma curva, una serie de elementos en la cubierta, entre los que
parecen identificarse dos personajes con apéndice craneano
en forma de cola sujetos a especies de cuerdas o maderos, parte
de la estructura de la balsa. Con un poco de imaginación
a este diseño lo hemos denominado "la balsa de Tunupa" (Figura
8).
|
FIGURA 8. Serie de petroglifos
representando balsas. A, B y C=Balsas con personajes antropomorfos
sosteniendo un remo o bastón. D, E y F=Representación
de "La Balsa de Tunupa". |
Báculos y/u hondas
Las figuras antropomorfas portando
báculos son una constante en el arte rupestre del norte de
Chile, gran parte de estas representaciones son personajes de pie
y posición frontal, portan tocados cefálicos o son
de cabeza irradiada y mantienen sus brazos doblados en "V".
Por lo común poseen adornos internos en forma de cuadrados
o rectángulos. Creemos que, consideradas en forma global,
estas imágenes respetan el espacio semántico que se
genera con los atributos de Tarapaca (Figura 9).
|
FIGURA 9. Petroglifos
con figuras antropomorfas portando báculos y/u honda
del Sitio Ariquilda 1. |
Relación de las imágenes
rupestres con el ave
Hemos dicho anteriormente que en
el proceso de desarrollo histórico de la imagen de la deidad
central con báculos, la figura frontal de tiempo Pucara presentaba
alas, siendo éstas, un elemento importante para determinar
la evolución del diseño. También se ha mencionado
la relación entre el vocablo Tarapaca con un ave carnicera.
Aunque, un primer análisis de las propuestas imágenes
de Tarapaca en el norte de Chile no parecen presentar relación
formal con la imagen de algún ave, para nosotros esto correspondería
a mutaciones iconográficas que los antecedentes iconográficos
y etnohistóricos pueden ayudar a aclarar.
Un análisis iconográfico
de los atributos de las imágenes de Ariquilda 1 y Cerro Unita nos
ha permitido obtener una interesante lectura de dichas representaciones.
Entre el conjunto de grabados de Ariquilda 1, se encuentra
la representación de falcónidas, definidas éstas
por su pico y una particular representación de alas, las
cuales se realizan a partir de dos trazos semi curvos que
salen del cuerpo y una serie de trazos mas pequeños que "cuelgan
perpendicularmente" de los primeros. Una de estas representaciones
de falcónidas presenta la particularidad de llevar un un
diseño geométrico en su pecho el cual consiste en
una hilera vertical de cuatro rombos unidos por el vértice
(Figura 10).
|
FIGURA 10. Petroglifos
de figuras de falcónidas del sitio Ariquilda 1. Nótese
el diseño geométrico en el pecho de D y E. |
Dicho elemento es coincidente con
el "pectoral" señalado para la figura antropomorfa
de Ariquilda 1, ante lo cual, proponemos, que el faldellín
"alado" que lleva esta figura es una síntesis de
las alas del ave, produciéndose una relación "antropomorfo
ornitomorfo" a través de atributos compartidos.
Como refuerzo a esta propuesta señalamos que en el mismo
sitio de Ariquilda 1, existen algunas variantes de este personaje
en las que la representación de alas se encuentra directamente
en los brazos del personaje, trazadas en el mismo estilo que las
alas de las falcónidas (Figura 11).
|
FIGURA
11. Petroglifos antropomorfos del sitio Ariquilda 1. A=Personaje
antropomorfo con diseño geométrico tipo rombos
en el pecho y faldellín "alado". B, C, D y E=Personajes
con representación de alas en brazos y faldellín. |
Una imagen de síntesis de
la relación ser antropomorfo - ave la observamos en una litoescultura
asociada estilísticamente a Pukara:
"(...) esta escultura representa
un personaje mítico femenino con la espalda de un ave; el
personaje lleva en cada mano un cetro. El cetro termina en cabeza
de ave; falta la cabeza del otro cetro. Parece que originalmente
tenía una especie de aureola con apéndices, pero desgraciadamente
la aureola está totalmente destruida. La pieza no tiene procedencia
pero es de estilo Pukara" (Rowe 1979:12, Lámina
IX, figuras 15-19) (Figura 2).
La referida imagen de síntesis
nos vincula inmediatamente a la imagen de la Deidad Frontal con
Báculos dentro de su proceso de continuidad histórica,
según lo plantea Cook (1994: lámina 53), pero
también nos plantea la relación de esta imagen con
un ave, situación que percibimos en las imágenes de
Ariquilda a través de un seguimiento de atributos compartidos
(Figura 12).
|
FIGURA 12. Relaci—n de
imágenes rupestres de cabeza irradiada y brazos en
"V" del norte de Chile con la figura de la falcónida.
A=geoglifo de Cerro Unita; B=Deidad Frontal con Báculos,
el resto de las figuras corresponde a petroglifos del sitio
Ariquilda 1. |
Así, la definición
del diccionario de Bertonio de paca como "un páxaro grande
como Aguila, y una especie deestas se llama cocotaapaca...", que
para Urbano no tiene mucho sentido (aunque le sugiere tesoros simbólicos),
para nosotros es muy orientador, creemos que Tarapaca es un ser
mítico relacionado con la figura de ave, posiblemente en
un momento pretiwanaku, y cuyo antecedente iconográfico
sería la antigua figura frontal de Pucara. Esta hipótesis
implicaría que el mito de Tarapaca, como nombre regional
(o simple confusión) de Tunupa, no sólo se expande
por una extensa zona geográfica, sino, también, por
una extensa zona temporal.
Una última pista (respecto
a los báculos o la honda)
Un atributo básico de la
figura con báculos de la puerta del sol, son los cetros que
porta en sus manos. Nosotros para relacionarla con las imágenes
del norte de Chile, podemos hacer dos lecturas interpretativas.
Por un lado los báculos nos remiten al mito del bordón
de Tunupa. Según el relato de Santa Cruz Pachacuti, Tunupa
deja un fragmento de su bordón a su paso por la casa de Apo
Tampo, este bordón sería el origen del Tupayauni de
oro por el que se fundó divinamente la dinastía de
los Incas, agrega que con el bordón Tunupa pretende conquistar
el mundo
Por otro lado, y siguiendo la interpretación
de Kolata (1993) de la figura de la puerta del sol, en que
menciona que uno de los báculos representaría un propulsor
de dardos y el otro una honda. Si nos remitimos a los antecedentes
etnográficos observamos que una constante en el peregrinar
de Tunupa o Tarapaca son las luchas que se dan en su nombre entre
los mallkus de la región, donde las piedras lanzadas con
la fuerza de la honda destruyen los cerros, llegando a modificar
el paisaje.
Es bastante interesante en las historias
indígenas la insistencia de relacionar a Tunupa con riñas
entre cerros mallkus, incluso Pachacuti en su Relación lo
menciona:
"Lo uno dizen que en un cerro
muy alto llamado Cacha Pucara estaba o abía un ydolo en figura
de muger, al qual dizen quel Tunapa tubo gran odio con el dicho
ydolo. Y después le hechó fuego y se abracó
el dicho cerro con el dicho ydolo rrebentándoles y derretiéndoles
como una cera el dicho cerro, que hasta el día de oy ay señales
de aquel milagro espantable jamás oydo en el mundo" (Pachacuti
1993 [1613]:190).
Recordemos, además la interpretación
que hace Urbano del nombre Tarapaca como una deformación fonética
del vocablo aymara Taparako, que según el diccionario de
Bertonio se refiere a un ser "reboltosos, travieso" y, también,
"atrevido que no teme a nadie, y riñe con todos" (Bertonio
1612). Así la función de Tarapaca como personaje
mítico vinculado a constantes riñas nos permite seguirle
la pista en su peregrinaje hasta la costa del norte de Chile.
6. CONCLUSIÓN: RUTAS
EN EL DESIERTO DE TARAPACÁ, LA RUTA DE TARAPACA
En esto del peregrinaje de Tarapaca,
nuestro trabajo sigue relaciones toponímicas. Cerca del volcán
Sajama, ya en territorio chileno, se encuentra el volcán
Taapaca. Este volcán se asienta en el borde mismo de la cornisa
que deslinda la zona alta, de la planicie en que discurren los valles
occidentales. Desde esa envidiable posición mallku Taapaca
puede ver, tanto las grandes montañas del altiplano, como
el mar. Taapaca es un volcán sagrado, corresponde a un santuario
inca de altura (Reinhard, comunicación personal). Más
al sur, casi al llegar a la costa existe el pueblo de Tarapacá.
Esta zona del norte de Chile es conocida como Región de Tarapacá,
pero lo más importante para nuestro estudio, esta zona es
conocida en la arqueología por la importante presencia de
arte rupestre que en forma de geoglifos, petroglifos y, en menor
medida pictografías, se presentan como una verdadera red
de arte gráfico indígena en el desierto.
Para esta zona el clásico
trabajo de Nuñez (1976) vincula los geoglifos
con una serie de rutas de tráfico de caravanas que unen la
costa con las tierras altas, planteando que estas rutas responden
a un patrón de intercambio-colonizador con función
socio-política en que la expansión Tiwanaku tiene
importancia.
Actuales trabajos sobre el arte
rupestre del norte de Chile, insisten en vincularlo a rutas caravaneras
en un transecto sierra-costa. Un elemento iconográfico que
ha servido para determinar estas rutas es el rombo escalonado, que
según Briones y Chacama (1995), hacen que las rutas
se remonten a lo menos al Horizonte Medio, como elemento iconográfico
emblemático de Tiwanaku. Podemos sumar también la
figura de Tarapaca, presente en Cerro Unita y los petroglifos de
Ariquilda 1, imágenes todas éstas, pertenecientes
a un repertorio mítico, que funciona a manera de marca de
identidad en la apropiación de espacios territoriales en
un plano de acción simbólica (Figura 13).
|
FIGURA 13. Mapa con la
ruta de Tunupa-Tarapaca. (Basado en Gisbert 1980: Lámina
44) |
Estamos, ahora, en condiciones de
mapear la ruta seguida por Tarapaca, desde esos viajes oscuros por
los actuales Brasil y Argentina que nos habla Polo de Ondergardo.
Su bien documentado peregrinar por la zona del lago Titicaca, donde
será investido por los cronistas como apóstol y como
Jesucristo mismo, predicando y conquistando tierras con su bordón.
Su travesía en balsa a través del desaguadero
resultado del castigo de Viracocha. Sus riñas a hondazo limpio
y su labor civilizadora en la zona del lago Poopó, el salar
de Uyuni y la frontera chileno-boliviana. Sus evidencias como mallku
sagrado que mira al mar en la zona norte de Chile y, finalmente,
su llegada marcada en las piedras y cerros del desierto de
Tarapacá (debíamos decir el desierto de Tarapaca,
sin acentuar la última sílaba). Así Cerro Unita,
con su gran imagen grabada, debió ser Mallku Tarapaca, para
prestar luego su nombre al pueblo de Tarapacá y a toda la
región.
El personaje de Cerro Unita y de
los petroglifos de Ariquilda correspondería a la representación
gráfica de una divinidad mítica andina, de probable
origen Pucara y/o Tiwanaku. Simboliza la incorporación del
desierto tarapaqueño a un orden ideológico amplio,
un orden no sólo económico o político, pero
también mítico, fundacional. Tarapaca en su peregrinaje
hacia la costa tiene un mandato civilizador, debe ordenar el mundo,
aunque en su camino provoque más de una riña importante,
tensión que al fin y al cabo permiten el equilibrio de la
sociedad de los humanos y, al parecer, también de las divinidades.
Notas
1. Según Itier (1993:158)
la crítica de las fuentes históricas evidencian que
Viracocha no fue un Dios Creador como lo presentan los cronistas
y misioneros de la colonia, sino la versión cuzqueña
de un héroe cultural de difusión panandina. Urbano,
por su parte, negando a Viracocha una esencia de dios creador,
configura un ciclo mítico de "los Viracocha", en el que uno
de sus hijos, Tawapaka, como dios burlador, ordenador y desordenador
concita mucho mejor las características de dios andino (1988).
2. Para Gisbert la figura de Tunupa
se prestaba especialmente para ser asimilada al cristianismo, así
es identificado en primer momento con San Bartolomé y, posteriormente,
con Santo Tomás (1980:40). Para Urbano Tarapaca
(Tunupa?) es el personaje del ciclo mítico de los Viracochas
que más se aleja de los principios teológicos judeocristianos
(1988:205)
3. Según Duviols, cuando
Manco Cápac, hijo de Apotambo reina, este fragmento del bordón
de Tunupa se transmuta en oro y en la forma de cetro. Este tupayauni
es el símbolo del poder de la dinastía Inca.
4. Para Molina , la diversidad terminológica
del nombre Tunupa (Tunupa, Ttonapa, Tonapa, Taapac, Taguapica, Tarapaca,
Tawapako), sugiere una gran dispersión espacial, donde cada
nombre respondería a una versión regional (1996:403).
5. "Entonces los sumos sacerdotes
y los ancianos del pueblo se reunieron en el palacio del Sumo Sacerdote,
llamado Caifás; y resolvieron prender a Jesús con
engaño y darle muerte." (San Mateo 26, 3-4) "Llegados al
lugar llamado Calvario, le crucificaron allí..." (San Lucas
23, 33) "Estaba el pueblo mirando; los magistrados hacían
muecas...También los soldados se burlaban de él..."
(San Lucas 23, 35-36) "Desde la hora sexta hubo oscuridad sobre
toda la tierra hasta la hora nona...En esto, el velo del Santuario
se rasgó en dos, de arriba a abajo; tembló la tierra
y las rocas se hendieron" (San Mateo 27; 45, 51
6. Lecoq, menciona otra versión
de esta historia referida por Wachtel, en ella Tunupa es la hija
del Sabaya; ella se disputa con el cerro Sajama (1996:442).
7. Es indispensable mencionar que
Tunupa ha sido identificado con el dios precolonial del trueno y
del rayo. Así lo han visto La Barre (citado por Ponce
1982:163) y Kolata (1993:148). Y también
con Ekako (Ponce 1982), talismán antropomorfo, de
uso actual como amuleto para la prosperidad, que representa a un
personaje jibado
¿Preguntas,
comentarios? escriba a: rupestreweb@yahoogroups.com
Cómo
citar este artículo:
Chacama,
Juan y Espinosa, Gustavo.
La
Ruta de Tarapacá: Análisis de un mito y una imagen
rupestre en el Norte de Chile
En
Rupestreweb, http://rupestreweb.info/tarapaca.html
2005
[1999]
Referencias Bibliográficas
ALIAGA, Francisco
(1987) Los dioses en la mitología andina. Diálogo
Andino 6: 91-104.
BANDELIER (1996)
BERENGUER, J., V.
CASTRO, C. ALDUNATE, C. SINCLAIRE y L. CORNEJO (1985) Secuencia
del arte rupestre en el Alto Loa: una hipótesis de trabajo.
En: Estudios en Arte Rupestre. C. Aldunate, J. Berenguer
y V. Castro (Eds.) pp. 87-108, Museo Chileno de Arte Precolombino,
Santiago.
BERTONIO, Ludovico
(1612)
BETANZOS, J. de,
(1987 [1551]) Suma y narración de los Incas. Trascripción
María del Carmen Martín. Atlas, Madrid.
BITTMAN, Bente (1985)
BOUYSSE CASSAGNE,
Therese (1988) Lluvias y Cenizas: Dos Pachacuti en la historia.
Editorial Hisbol, La Paz.
BRIONES, Luis, J.
CHACAMA, G. ESPINOSA (1993)
BRIONES, Luis y Juan
CHACAMA (1995) Rutas y sistemas de arte rupestre
en el desierto tarapaqueño. Simposio Internacional
de Arte Rupestre Andino (en edición), Arica.
CANÉ (1985)
CIEZA DE LEON, P.
de, (1986 [1553]) Crónica del Perú.
Pontificia Universidad Católica del Perú.-Academia
Nacional de Historia, Lima.
COOK, Anita (1994)
Wari y Tiwanaku: entre el estilo y la imagen. Pontificia
Universidad Católica del Perú, Lima.
CHACAMA, Juan (MS)
ESPINOSA, Gustavo
(1996) Lary y Jam'atu, ritual de luvia y simbolismo andino. Chungara
28 (1-2): 133-157.
GIRAULT, Louis (1988) Rituales en las regiones andinas de Bolivia y Perú.
(Traducción Hans van den Berg), La Paz.
GISBERT, Teresa (1980) Iconografía y mitos indígenas en el arte.
Gisbert y Cia. S.A., La Paz.
IENSEN (1971)
ISBELL, William (1983) Shared ideology and parallel political development: Huari and
Tiwanaku. Latin American Studies Program. Cornell University.
First Annual Northeast Conference on Andean Archaeology and Etnohistory.
Editado por Daniel H. Sandweiss.
ITIER (1993)
KOLATA, Alan (1993) The Tiwanaku. Portrait of an Andean Civilization. Blacwell.
Cambridge MA & Oxford UK.
LECOQ, Parice (1996)
LUMBRERAS, Luis y
Hernan AMAT (1968) Secuencia arqueológica del altiplano
occidental del Titicaca. Actas y Memorias del XXXVII Congreso
Internacional de Americanistas, Tomo 2, pp 75-106.
MAMANI, Manuel (1985) Ensayo de topónimos más comunes de la Primera
Región de Tarapacá. Universidad de Tarapacá
y Organización de Estados Americanos, Arica.
MOLINA, Ramiro (1996)
La leyenda de Tunupa. En: Cosmovisión Andina, pp.
401-418. Centro de Cultura, Arquitectura y Arte Taipinquiri, La
Paz.
NUÑEZ, Lautaro
(1976) Geoglifos y tráfico de caravanas en el desierto
chileno. En: Homenaje al Dr. Gustavo le Paige, S. J. Universidad
del Norte, Antofagasta.
PACHACUTI YAMQUI
SALCAMAYGUA, Joan de Santa Cruz (1993 [1613]) Relación
de antigüedades deste reyno del Piru. (Estudio etnohistórico
y linguístico de Pierre Duviols y César Itier).
Instituto Francés de Estudios Andinos-Centro de Estudios
Regionales Andinos "Bartolomé de las Casas", Cusco.
PONCE, Carlos (1982) Tunupa y Ekako. Editorial Juventud, La Paz.
REINHARD, JOHN (1983) Las líneas de nazca, montañas y fertilidad. Boletín
de Lima 26.
ROWE (1979)
URBANO, Henrique
(1988) Thunupa, Taguapaca, Cachi. Introducción a un espacio
simbólico andino. Revista Andina 1(6): 201-219.
[Rupestreweb Inicio] [Introducción] [Artículos]
[Noticias] [Mapa] [Investigadores] [Publique]
|