LA
MEMORIA DE LOS CERROS. Algunos comentarios sobre los sitios con
arte rupestre de la región de Potosí (Bolivia).
Pablo
Cruz. UMR 8096 Universidad de Paris I. cruzabsi@club-internet.fr
Introducción
A semejanza de otras regiones montañosas,
los Andes albergan numerosos abrigos rocosos y cuevas que sirvieron,
desde un principio, como refugio frente al duro clima de altura. Muchos de esos refugios están, desde entonces, ornados por
pinturas y grabados rupestres que muestran símbolos y representaciones
iconográficas de un pasado lejano pero que, sin embargo,
lograron sobrevivir el paso del tiempo.
A diferencia de los útiles y de los objetos,
donde la decoración puede o no ser portadora de un mensaje
explícito —los objetos pueden estar decorados unicamente
con un fin estético—, las pinturas y grabados rupestres han
sido consideradas sobre todo como un soporte narrativo. Lo que no
quiere decir que ellas no guarden al mismo tiempo, hoy en día
como en el pasado, un cierto valor estético. Sin embargo,
en la mayoría de los casos solo disponemos de escasos medios
para descifrar un mensaje original diluido por los años y
por numerosos cambios culturales. Lamentablemente, aún cuando
estamos convencidos de que los motivos rupestres son portadores
de un mensaje, en la gran mayoría de los casos los contemplamos
de manera estéril, como si en ellos vieramos un texto sin
palabras.
Frente a la complejidad semántica que puede
guardar cada representación, los márgenes de análisis
se vuelven entonces muy reducidos, en muchos casos limitados a descripciones
evidentes como ser: se trata de la representación de un animal,
de un hombre, o de una escena de caza... ; a tal punto que el mensaje
se pierde detrás de la forma y del estilo. Nada parecería
entonces más lógico que el empleo de "arte"
rupestre o "arte" parietal para designar una lectura formal
y estética. Esta percepción, minimalista y atemporal
del fenómeno rupestre se acerca mucho del concepto de "arte
primitivo" en donde una estética globalisante prima
sobre la historia y el mensaje. Sin embargo, pensamos que con la
prudencia necesaria al caso, se puede sobrepasar este estado descriptivo
articulando diversos registros y comunicando con otras disciplinas
como la ethnohistoria y la etnografía.
Así, en este trabajo quisieramos compartir
algunas reflexiones acerca de los sitios con arte rupeste de la
región de Potosí (Bolivia) proponiendo diversos ángulos
de lectura. No obstante, no tratamos de presentar aqui una solución
etnoarqueológica para comprender los sitios con pinturas
rupestres, sino que tratamos de alargar el campo de análisis
hacia otras disciplinas. Por un lado presentaremos desde la
arqueología los sitios con arte rupestre y por otro
lado trataremos de comprender como ellos fueron y como son percibidos
por los habitantes de la región desde la llegada de la colonia
hasta la actualidad. De esta manera, después de una breve
presentación de los sitios y de sus contextos geográficos
y culturales, desarrollaremos como a travez del tiempo estos
lugares se integran dentro de un paisaje ritualizado.
LOS SITIOS
Presentaremos aquí ochos sitios con
arte rupestre, de los cuales siete se encuentran en cercanías
de la localidad de Betanzos y uno no muy lejos de de la ciudad de
Potosí. Estos sitios fueron elegidos entre otros por la cantidad
y por las temáticas de las representaciones como por poseer
una localización particular en el paisaje. Los sitios se
encuentran en la región de puna seca, a una altura que oscila
entre los 3200 m. y los 3800 m. Esta région se caracteriza
por tener un clima de altura aunque más docil que el altiplano,
con una vegetación compuestas por gramineas y pequeños
arbustos xérofilos. Desde el punto de vista cultural, esta
région forma parte de área denominada como Andes Centro-Sud.
Complejo Lajasmayu
La comunidad Lajasmayu está localizada en
las proximidades del pueblo de Betanzos, distante a unos 40 kms.
de la Ciudad de Potosí. Dentro del territorio de esta comunidad
se encuentran numerosos sitios con pinturas y grabados rupestres,
la mayoría de los cuales están plasmados en una impresionante
pared de areniscas que corre en dirección norte-sur. Esta
singular formación geológica corresponde al movimiento
sinclinal de Betanzos. Sobre esta pared se encuentran 4 sectores
con pinturas rupestres llamados Supay Molino Khakha, Sara Cancha,
Bailantusuna khakha y Khakha Cancha. Prolongando este cerro y en
dirección de la localidad de Ventilla; los sitios con ate
rupestres se multiplican. Presentaremos aquí uno de ellos
denominado Jatun Cueva. Varios sectores con pinturas ruestres de
Lajasmayu fueron estudiados por Matthias Strecker y por otros miembros
de la SIARB (Sociedad de Investigación de Arte Rupestre de
Bolivia). Nuestro trabajo de campo, principalmente relevamientos
calcográficos, fotográficos y topográficos,
fueron realizados durante los años 1996 y 1997 en coordinación
con la Prefectura Departamental de Potosí.
Supay Molino Khakha
Se trata de una pared rocosa y de inclinación
oblicua (entre 70° y 90°) localizada a escasos metros
del rio Lajasmayu. Sobre esta pared se encuentran unas 100 pictografías
diseminadas a lo largo de 10 m. y a una altura que oscila entre
1.50 m. y 4.50 m. En razón de la erosión continua
que presenta el suelo se puede deducir que en tiempos pasados estas
alturas fueron menores. Las pinturas de este sector, reagrupadas
en varios paneles, están realizadas en diversos tonos
de color rojo, blanco, gris, ante y negro siendo la mayoría
de las representaciones monocromáticas. En algunos paneles,
se entremezclan y superponen motivos abstractos (lineas, lineas
serpenteantes, círculos, círculos concéntricos,
espirales, redes o mallas, etc.) con representaciones zoomorfas
y antropomorfas. Entre los motivos geométricos sobresalen
un cruz espiralada en color rojo, varios motivos ramiformes y la
representación de un tejido en color rojo-violáceo
que muestra singulares guardas laterales. Por su parte, entre las
representaciones zoomorfas se destacan un grupo de camélidos,
algunos muy estilizados, relacionados a una escena de caza. Otro
motivo destacado es la de un "animal" mezcla híbrida
de un suri con largas extremidades inferiores y cabeza de
camélido. En cuanto a las representaciones antropomorfas
se distinguen algunas muy estilizadas como las representaciones
tipo reloj de arena de otros más naturalistas como ser los
relacionados con escenas de caza. No obstante, sobresale entre todas
las representaciones anthropomorfas, una de gran tamaño,
muy estilizada realizada en color blanco y rojo. Por debajo de este
motivo, se localizan otras representaciones antropomorfas mas pequeñas
que portan armas, estos se encuentran alineados verticalmente culminando
en su extremidad inferior en una representación antropomorfa
con cabeza de ave, sosteniendo en una de sus manos, una cabeza trofeo.
Esta última representación parece estar de pie sobre
una especie de embarcación cuya forma recuerda las balsas
en totora del lago Titicaca.
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Detalle de las pinturas de Supay Molino Khakha
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Detalle figura central de Supay Molino Khakha |
Las numerosas superposiciones, los diferentes estilos
y contenidos iconográficos de estas representaciones dejan
ver diferentes épocas de ejecución. Desde el punto
de vista cronológico los escasos materiales líticos
observados en superficie permiten asociar el sector al Período
Formativo y al Horizonte Medio.
Sara Cancha
Este sector se encuentra a unos 250 m. al norte
de Supay Molino Khakha y está igualmente recostado sobre
la misma formación geológica. Como en el caso anterior,
las pinturas se agrupan en paneles diseminadas largo de la pared
y concentrándose por debajo de un alero pequeño. Como
en el sitio de Supay Molino Khakha, en Sara Cancha se hallan una
centena de motivos geométricos asi como representaciones
zoomorfas y antropomorfas. Sin embargo, en este sector se
pueden observar un mayor número de representaciones de camélidos.
Estas representaciones integran escenas de caza como camélidos
alineados a modo de caravanas -aunque no se constataron representaciones
de animales llevando cargas-. Los motivos geométricos de
este sector (espirales, círculos concéntricos, redes
o mallas, etc.). no comparte el mismo estilo que en Supay Molino
Khakha y muchos de ellos son polícromos. Entre las representaciones
antropomorfas sobresalen algunas muy estilizadas, en forma de reloj
de arena y realizadas en uno o dos colores. En otro estilo, se destaca
tambien una representación antropomorfa que porta un penacho.
Sobre la surperficie del sector se constató,
de manera dispersa, un gran número de restos matériales
que ponen en evidencia numerosas ocupaciones. El material encontrado
en superficie se vincula al Período Formativo y al Horizonte
Medio para la región de Potosí.
Bailantusuna khakha
Bailantusuna khakha se encuentra sobre esta misma
formación geológica de Lajasmayu, cerca de la cumbre
a 1.000 m. al norte de Sara Cancha. Este lugar, por estar cerca
de la cumbre, domina un gran espacio visual y hoy día, los
campesinos de Lajasmayu suelen venir en ocasión de la fiesta
de San Juan para realizar hogueras, las cuales se ven desde grandes
distancias.
En este sector se localizan dispersas unas rocas
de gran tamaño en las que se pueden observar algunos motivos
pictóricos. Las pinturas se encuentran en las hoquedades
de estas rocas y están asociadas a la impronta dejada por
estructuras en barro adosadas a las mismas. Estas marcas corresponderían
a estructuras funerarias adosadas conocidas vulgarmente como "chullpas
ampollas".
Los motivos más frecuentes están realizados
con pigmentos ocres rojizos y dejan ver un trazo geométrico
acercándose morfológicamente a la representación
de unos sombreritos.
Es interesante señalar que estos motivos aparecen en otros
sitios asociados con estructuras funerarias.
También se puede observar
en este sector algunas representaciones esquemáticas de camélidos
y una representación de un rostro humano.
Por otra parte, frente a las rocas con pinturas
rupestres podemos encontrar una pequeña hoquedad natural
denominada "Cueva del Lik'ich'iri", aludiendo a un personaje
mítico de carácter maléfico el cual suele extraer
o succionar la grasa de las personas (del qechua lik'i-grasa, ch'iri-sacar)
En este sitio también se observan razgos funerarios ya que
en el interior aparecen una gran cantidad de restos esqueletales
humanos expuestos.
Khakha Cancha
El sitio de Khakha Cancha se encuentra en el extremo
norte de esta formación de Lajasmayu. Se trata de una prominente
pared rocosa sobre la cual se apoya de manera casi vertical una
peña desprendida. Es sobre esta roca que se localizan la
mayor cantidad de pinturas rupestres. Entre ellas, se destaca la
representaciòn de un tejido, aunque más simple y de
menor tamaño que el de Supay Molino Khakha y unas representaciones
complejas que podríamos figurativamente asociar con un cienpiés.
Sobre la base de esta pared, se constataron varias piedras que posiblemente
formaban una estructura funeraria derrumbada. Es interesante señalar
que motivos semejantes a estos "cienpiés" fueron
observados en otros sitios de la región que comportaban vestigios
funerarios.
Muy cerca de este sector se encuentra un extenso
sitio arqueológico donde se pudo poner en evidencia una densa
ocupación desde el Período Formativo hasta el Período
Inca. Numerosas estructuras funerarias son igualmente presentes
en el sector.
Jatun Cueva
Jatun Cueva se encuentra a unos 1000 m. al norte
del sitio de Khakha Cancha sobre otro cerro. Como su nombre lo indica,
Jatun Cueva es un refugio natural de gran tamaño que se encuentra
al margen de una quebrada. A diferencia de los casos anteriores,
en este abrigo rocoso cohabitan pinturas rupestres con petroglifos.
Las pinturas se encuentran plasmadas sobre el muro dorsal del refugio
compuesto por areniscas mientras que los grabados se situan sobre
un florecimiento basáltico que emerge al interior del abrigo.
Tanto las pinturas como los grabados exponen principalmente representaciones
zoomorfas y antropomorfas. Como en la mayoría de los sitios,
los camélidos se encuentra entre los motivos más frecuentes.
Se destaca entre ellas una escena de parto muy natural. Algunas
representaciones grabadas y pintadas de felinos y de vizcachas completan
los motivos zoomorfos. Las representaciones antropomorfas pintadas
son muy simples a diferencia de aquellas grabadas, de singular belleza,
estilizadas algunas de las cuales muestran tocados y armas.
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Detalle grabado Jatun Cueva |
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Detalle parto de un camelido, Jatun Cueva |
Si la gran mayoría de las representaciones
rupestres de este sitio remontan a una época préhispanica,
otras parecen ser en cambio mucho mas modernas. Entre ellas se destaca
la representación de un mujer en polleras y sombrero que
recuerda el sombrero tipo usado por las cholitas paceñas.
La superficie del sitio libró muy poco material
arqueológico, solo se registraron algunas puntas de proyectiles
y lascas así como escasos fragmentos cerámicos.
Pignasi
La comunidad de Pignasi se encuentra a unos 8 kms.
de la localidad de Betanzos y a unos 12 kms. de los sitios descriptos
de Lajasmayu. Cerca de esta comunidad se encuentra una quebrada
de marcada coloración rojiza (areniscas ferrosas) por la
cual se accede a la pampa de Betanzos. Todo a lo largo de esta quebrada
corre un camino calzado cuyo origen pensamos prehispánico[1].
Los sectores con arte rupestre se encuentran al pie de esta quebrada.
Cueva de Pignasi
Se trata de un alero de gran tamaño y profundidad,
recostado en el margen oriental de esta quebrada. En su interior
se pueden observar alrededor de 300 representaciones pictográficas
realizadas en colores amarillos, rojos, negros y blancos. Estas
pinturas muestran una gran diversidad de motivos geométricos
así como zoomorfos y antropomorfos. Entre los motivos geométricos
se destacan una serie de puntos unidos entre si por unas lineas
ascendentes en zig-zig que posiblemente representan el camino que
corre al pie de la cueva. Las representaciones antropomorfas son
igualmente variadas, desde motivos muy simples a otros muy complejos
donde la policromía resalta las vestimentas (unkhus). Se destaca entre ellas, una escena que representa una mujer, acompañada
de un camélido y de otro animal mas pequeño, posiblemente
un perro.
Frente a este alero, a unos 100 mts. de distancia,
se encuentra una pared de arenisca con un florecimiento basáltico
en sus pies. Sobre esta pared se destaca a la distancia un motivo
pictográfico de gran tamaño y trazo geométrico
que representaría un tejido o atuendo similar a la iconografía
incaica del unkhu. Sobre este motivo se esgrafió una cruz
que presumimos de época mas reciente.
Esta representación acompaña
a unas poco visibles representaciones antropomorfas realizadas en
color negro. Este conjunto de pictografías están superpuestas
a una serie de petroglifos geométricos en su mayoría
círculos concéntricos. Se demarca igualmente una serie
de grabados con motivos similares a los señalados en el sitio
de Bailantusuna Khakha. Como en este último, sobre las roca
se observa la impronta dejada por una estructura aunque no se puede
precisar si se trata de una estructura funeraria u otro tipo de
estructura.
En los alrededores de este sector, las pinturas
rupestres se multiplican de manera aislada en casi todos los abrigos
y paredes rocosas mostrando principalmente representaciones zoomorfas
como ser camélidos y aves.
Grabados de Betanzos
Los grabados de Betanzos, están localizados
sobre la pampa de Betanzos en relación al camino prehispánico
citado anteriormente. Los grabados fueron ejecutados sobre un alero.
Hoy en día, este alero es utilizado como corral y deposito
de maíz. Los grabados se componen esencialmente de círculos
concéntricos de diferentes tamaños. Sobre la mayoría
de estos círculos se superponen un grán número
de cruces coloniales.
La Cueva del Diablo
La Cueva del Diablo se encuentra enclavada, frente
al rio Huayna mayu, en la quebrada de San Bartolomé distante
a 7 km. de la Ciudad de Potosí. Se accede a ella por la ruta
nacional que comunica Potosí con Oruro. Esta cueva es un
refugio rocoso de gran tamaño que se encuentra actualmente
cerrado por una reja, siglada COMIBOL, dado que se piensa que el
diablo de la mina, el Tio, se encuentra allí encerrado.
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Condor momificado, Quebrada de San Bartolomé. |
Las pinturas rupestres de este sitio se encuentran
diseminadas mayoritariamente en el interior de esta formación
a una altura que oscila entre los 2.50 m. y los 4.50 m. del suelo.
Como en la mayoría de los sitios, los camélidos son
los animales mas representados pero a diferencia de los otros -se
destaca particularmente aqui- la representación de animales
llevando carga. Por su parte, las representaciones antropomorfas
son menos numerosas y están asociadas a las representaciones
de camélidos. Al interior, en la parte central de la pared
de fondo, se halló, oculta por una capa de pintura moderna
en color rojo, una representación antropomorfa de gran tamaño
de indudable origen prehispánico. Lamentablemente, las pinturas
rupestres de este sitio se ven invadidas de grafitis contemporáneos,
muchos de los cuales portan mensajes satánicos, realizados
con pinturas sintéticas. En el exterior de La Cueva del Diablo
se encuentran otras pinturas que lamentablemente están en
mal estado de conservación por estar a la interperie pero
que dejan ver un estilo geométricos. Así mismo se
observa a escasos metros de este alero unas representaciones antropomorfas
realizadas en color negro que portan tocados y armas.
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Quebrada de San Bartolomé. |
Lugares con pinturas,
lugares de culto… lugares donde se construye la memoria
De manera general, en la región de Potosí,
los sitios con arte rupestre se situan en lugares que se destacan
en el paisaje por sus atributos morfológicos: tamaño
y coloración de la roca, forma particular, aleros y
cuevas de gran tamaño. Con frecuencia, estos lugares son
designados con el vocablo quechua "khakha". Mediante
este vocablo se suele denominar toda roca o peña fuertemente
remarcable y que presenta, en algunos, casos de aspecto inquietante
o aterrador como afirman los campesinos de lajasmayu.
-Khakha es toda roca grande, media horrible,
eso es khakha siempre que andamos por un lugar así, que es
khakha, tenemos cuidado. (Don Walter refiriéndose a Supay
Molino.).
En algunos casos, esta denominación se integra
al nombre propio del sitio como en Supay Molino Khakha o Khakha
Cancha. Estos lugares encarnan, espacios no domesticados donde habitan
seres en margen de la humanidad como los diablos (supays), las ánimas,
los duendes, etc. Estas peñas, a igual que los rios, las
lagunas se convierten, en determinados momentos del día (crepúsculo-anochecer)
y del año (Agosto-carnaval), en lugares donde la frontera
entre el mundo de los hombres y el inframundo (ukhupacha) se vuelven
peligrosamente permeables. El ukhupacha, es un término elegido
por los evangelizadores del siglo XVI, que designa el mundo de abajo
y del interior y que fué utilizado para traducir en quechua
el infierno, donde fueron exiliadas las antiguas divinidades contrarias
al nuevo orden colonial (Bouysse-Cassagne y Harris, 1987). Entre
ellos el culto a los muertos, cuyo culto actualizaba peligrosamente
el pasado prehispánico, eran probablemente los más
diabólicamente subversivos ; de suerte que el término
supay, que anteriormente designaba el alma de los muertos, se convirtio
en la región andina en sinónimo de diablo (Taylor,
1980 ; Bouysse-Cassagne, 1998 ; Estenssoro, 1998). Sin embargo y
malogrando los esfuerzos de los misioneros, la partición
cielo-tierra-infierno no logró imponerse totalmente. En la
actualidad, ella combina con una metafísica más antigua
de la dialéctica de lo salvaje y lo doméstico. Actualmente
el ukhupacha de los diablos y de los muertos es conceptualizado
como la cara oscura, no totalmente socializada, del universo : un
mundo salvaje y fértil, a la vez distinto y complementario
de la morada celestial de Dios y de los santos (Bouysse y Harris.op.cit.
; P. Absi, 2001).
Así mismo, remarcamos que la mayoría
de los casos, estos sitios se encuentra cerca de lugares de tránsito
cuando no es directamente al lado de antiguos caminos. Significativamente,
en ninguno de estos sitios se constató la presencia de estructuras
de hábitat. Si podemos pensar que en tiempos muy tempranos
muchos de estos lugares sirvieron de refugio a grupos de cazadores
ningún material da cuenta de una ocupación como sitio
de habitat -en períodos mas recientes, desde el período
formativo, los habitantes de la región siguieron un patrón
de asentamiento de tipo aldeano. Tanto en la Khakha Cancha como
en la Cueva del Diablo, los sitios de hábitat arqueológicos
(las aldeas) se encuentran a más de 200 m. de las pinturas
mas cercanas. En algunos casos estos lugares de tránsito
son también accesos a otros pisos ecológicos o a otras
regiones del mismo piso. La circulación de hombres por estos
lugares se revela igualmente por la representación de camélidos
alineados que deja suponer circuitos caravaneros.
En Pignasi y en la Cueva del Diablo, los motivos
rupestres se encuentran a la entrada de quebradas que comunican
respectivamente con otras regiones: el valle de Chaqui con el altiplano
en el caso de Pignasi o con el famoso cerro minero de Potosí
en el caso de la Cueva del Diablo. Es interesante señalar
que el Cerro Rico de Potosí (Sumaj Orqo) es considerado,
por lo menos desde el período Intermedio Tardio (pre-inca),
como una importante huaca regional. Significativamente, a escasos
metros de la Cueva de Diablo; en la entrada misma de la quebrada
de San Bartolomé se encuentra una aldea que lleva el nombre
de La Puerta. Si bien el origen de esta aldea remonta a la época
colonial, la misma se encuentra localizada sobre un sitio de hábitat
con una larga secuencia de ocupación, que a juzgar por los
materiales hallados en superficie, remontaría al Período
Formativo.
Volviendo a las pinturas rupestres de esta cueva,
señalamos lineas atrás que ellas se destacan por ser
uno de los raros exemplos de camélidos llevando cargas. Dadas
las caracteristicas de la región, es muy posible que las
cargas representadas estén relacionadas con los numerosos
yacimientos mineros de la región y no con otros productos
que estan ausentes. Recordemos aquí, que esta quebrada representa
una puerta o un pasillo que se abre directamente hacia el
cerro de Potosí considerado como una divinidad mayor. Según
las fuentes históricas, la explotación de este cerro
debutaría con la llegada de la corona española. Sin
embargo, los resultados de nuestros últimos trabajos de campo
efectuados en la región y en el Cerro mismo, ponen en cuestion
estas fuentes[2].
Paso obligado entre la cordillera de los Frailes
y el altiplano -y desde allí a la cuenca del Titicaca-, desde
épocas remotas las caravanas que transitaron por este lugar
devieron hacer sus ritos en esta cueva. Referencias acerca de estos
ritos los encontramos en tiempos más tardíos, al comienzo
de la explotación colonial del Cerro Rico, en la carta del
Jesuita Pablo José Arriaga.
…-Tenian estos naturales en la quebrada
que hoy llaman San Bartolomé (distante de esta Villa una
legua), ua gran cueva naturalizada en peña viva, donde un
dia a la semana iban como en precesion a adorar al comun enemigo,
que las mas veces se les aparecia visible…
Los materiales observados como las pinturas mismas
sugieren que tanto en la Cueva del Diablo como en la cueva de Pignasi
la celebración de ritos en estas "puertas" o "punkhus"
sería anterior a la llegada de los Incas a la région.
La implantación del Imperio del sol en el Collasuyu es bastante
tardía, ella fue encarada por Topa Inca en la segunda
mitad del sigo XV. Desde el Cuzco, el Incario se caracterizó
por una dominación económica de los diferentes culturas
y por un sistema de recuperación o de englobamiento
los antiguos cultos locales. Esta situación se pone en evidencia
en el sitio de Pignasi, donde el "Unkhu", emblema del
soberano fue pintado en un nivel más alto, dominando los
grabados más antiguos.
Diferente es la situacion a la llegada de la colonia
donde fue organizada una campaña de extirpación de
los cultos indígenas. A diferencia de los grabados de Pignasi,
los grabados de Betanzos, muy similares en la forma, se vieron estigmatizados
de cruces cristianas como si a través de ellas se buscara
exorcisarlos.
Desde otro registro, unos de los ejemplos mas claros
del contacto entre los sitios de culto con pinturas rupestres y
la fé cristiana lo vuelve a dar la Cueva del Diablo. Numerosos
son los casos, durante la colonización del nuevo mundo, donde
un santo o una virgen logra vencer los cultos locales, -que para
entonces adoptaron la forma del demonio-. La carta del Jesuita
Arriaga, cuenta como San Bartolomé, evangelizador de Asia
menor, de la Mesopotamia y de Armenia, fue traído a Potosí
para combatir el diablo que habitaba esta quebrada. Transfiguración
local de la extirpación de las idolatrías, San Bartolomé
vence y encierra por siempre el Diablo dentro de la Cueva. Para
conmemorar ese evento, se construye, en un alero inmediato a la
cueva, un altar que todavia existe. En nuestros días,
la victoria del santo es celebrada por la proseción y fiesta
de Chutillos, principal evento del calendario festivo de Potosí.
Sin embargo, a pesar que San Bartolomé o las autoridades
coloniales condenaron los rituales indígenas llevados a cabo
en la Cueva del Diablo, no pudo lograr que ellos desaparezcan por
completo. Particularmente en Potosí, considerada por los
españoles mismos como "la boca del infierno" (Capoche,
1585 ; Alvarez, 1588 ; P. Absi, 2001, 2002). Al igual que en otros
sitios de culto, la subyugación del demonio, -representante
clandestino de los antiguos cultos locales- permitió, paradojicamente,
su reactualización dentro de una religión oficial
garantizando asi una cierta supervivencia del lugar a través
del tiempo.
Actualmente, para los mineros de Potosí,
el Diablo de la cueva no es otro que el Tio de las minas -propietario
de los yacimientos mineros- el cual es celebrado de manera frecuente.
De hecho, fue la misma COMIBOL (Comision Minera Boliviana) que aseguró
el lugar con una imponente reja que lleva sus iniciales. Sin embargo,
tal barrera no impide por cierto, las libaciones clandestinas de
campesinos y mineros realizadas desde el exterior de la cueva. Y
como todo lugar que comunica con el inframundo es suceptible de
proveer tesoros, es lógico encontrar que la leyenda que cuenta
que el mas grande falsificador del Potosí colonial, Don Rocha
, escondiera su fortuna precisamente en este lugar.
En fin, es interesante señalar que cerca
de ese sitio se encuentra otro lugar de culto actual, sin pinturas,
pero en el cual se observa un condor momificado. Esta ave es considerada
por los campesinos de la región como un "mallku"
y asociada a las montañas y a los antepasados. Este
santuario, que pone en evidencia la persistencia de un culto
no cristiano, pudo haber sido erigido igualmente por la autoridad
colonial, con el fin de desplazar los ritos efectuados en la ya
condenada Cueva del Diablo
Pero hoy la presencia del diablo no es exclusiva
a esta cueva. La mayoría de los sitios con arte rupestres
se ve incorporado dentro un espacio mítico considerados por
los campesinos como lugares emanadores de fuerzas habitado por los
supays (diablos). De hecho, la presencia de supays se encuentra
también presente en el nombre propio de algunos sitios como
Supay Molino Khakha -mezcla de vocablos quechuas y castellano que
se puede traducir como la peña (khakha) del molino del diablo
(supay)-, aludiendo a las ruinas de un molino colonial situado en
las inmediaciones del sitio. Según cuentan los campesinos
de Lajasmayu, los diablos del lugar, -donde se encuentran las pinturas-
trabajan el molino por la noche y se cuenta que en numerosas
ocaciones fueron hallados costales con harina frente a las ruinas
del mismo.
En otros casos, como en Khakha Cancha, hombres y
diablos se dan cita para ayudar a que los instrumentos musicales
encuentren las justas melodías. Estos lugares, llamados en
esta región "serenos", son lugares de memoria donde
se reproducen los antiguos aires musicales y donde se crean nuevas
melodias.
-Cuando era joven veía que mi hermano
mayor venia aquí con sus amigos, toda la noche se quedaba
aquí tocando música.
-eran los supay quien les enseñaban las
melodías. a veces no mas venia y dejaba sus instrumentos,
al día siguiente regresaba y afinados estaban (Don Walter).
Otros testimonios de la relación entre hombres
y diablos se materializa en las ofrendas dadas a estos últimos
a cambio de pedidos. Así, durantes nuestros trabajos en Supay
Molino y en Sara Cancha en varias ocaciones encontramos ofrendas
de coca depositadas en rajaduras de la roca directamente asociadas
con las pinturas. En fin, en Jatun cueva -donde las representaciones
antropomorfas con diversos tocados son consideradas ellas mismas
como las representaciones de diablos -y que estan acompañadas
con otras representaciones asociadas con un principio de fertilidad,
como la escena de parto- se constató un "pedido"
realizados con pequeñas piedras circundando un espacio y
que representa en miniatura un terreno con su vivienda.
Sin embargo, buscar el encuentro con los diablos
puede revelarse nefasto si no se hace en el momento ni con el protocolo
ritual adecuado que proteja al hombre de la energía o fuerza
que emana de estos seres.
-Cuando era joven y pasaba por aquí junto
a mi padre, el me decía...
-no has de mirar, te vas a enfermar, mal has
de estar y hasta loco puedes quedar.
-Pero yo las mire hartas veces y sano estoy.
Parece que es creencia no más.(Don Walter,).
En Pigasi se piensa que una visita prolongada donde
están las pinturas puede ocacionar la locura y la muerte.
Los campesinos cuentan que hace tiempo un hombre visitaba de manera
muy frecuente la cueva hasta que desapareció. Tiempo mas
tarde se volvió a ver este hombre desnudo y en estado alterado
como si se hubiese vuelto salvaje. Aqui volvemos a ver como en estos
lugares la frontera entre el mundo de los hombres y el mundo indiferenciado
de los diablos del inframundo llamados saqras, un término
quechua que significa malos, espíritus malignos pero también
sagrados[3] se vuelve permeable.
Entrar en contacto con un lugar o con un tiempo de gran presencia
saqra — pasearse por la cima de una montaña, en un lugar
desértico, un cementerio, a una hora avanzada de la noche
o todo otro espacio de contacto con el inframundo como la mina-
supone en efecto, ser lo suficientemente fuerte como para oponer
resistencia a la potencia del sitio. Caso contrario, el hombre se
expone a perder su espíritu. Esta patología, muy difundida
sobre la totalidad del continente sudamericano, es conocida con
el nombre de susto, en quechua mancharisqa. Es por esta razon que
en la entrevista anterior el padre protege a su vulnerable hijo
de mirar las pinturas. Como entre los espíritus humanos,
existen saqras más potentes que otros. Cuando el saqra es
muy fuerte puede introducirse en el hombre entonces se habla de
jap'isqa que significa en quechua, poseído (P Absi, 2001).
Al quedarse demasiado tiempo en estos sitios con
arte rupestre, los hombres que no están preparados se enferman
(manchariska) o se vuelven salvajes (jap’isqa). Esta situación
fue igualmente señalada por P. Absi (2001, 2002) en el mundo
de la mina de Potosí donde los mineros —a fuerza de
frecuentar el inframundo- son víctimas del susto bajo la
acción de la fuerza saqra.
No obstante, los sitios con arte rupestres pueden
acoger otros personajes que los diablos, aunque no por ello menos
maléficos. Entre ellos se destacan las numerosas cuevas donde
habita el Lik’ich’iri como es el caso de la cueva de Bailantusuna
Khakha. A parte de la cueva misma y de las pinturas cercanas
a ellas, para los campesinos de Lajasmayu existen otras pruebas
que confirman el caracter especial del lugar y la existencia de
este último siniestro personaje. En efecto, los restos óseos
humanos que se encuentran dispersos al intérior de la cueva
del Lik’ich’iri —seguramente restos de una tumba
perturbada por animales o saqueada por huaqueros-, son identificados
como los restos de las víctimas de este siniestro personaje.
-Ves aquí es la cueva del Lik'ich'iri,
aquí traía la gente para matarla y sacarle la grasa,
después la comía, ahí adentro vas a ver los
huesos, seguro que era la cocina.
-Aquí afuera los mataba, adentro los comía.
-Cuando éramos niños vino un Lik'ich'iri
por aquí, todos teníamos miedo y no caminábamos
solos ni de noche por aquí.
- El Lik'ich'iri había venido de Inglaterra
dicen, después de un tiempo se habría de ir o lo habrán
matado. (Don Walter).
Si el lik’ich’iri es, a diferencia de
los diablos, un ser humano, este personaje encarna el alter ego
del "otro", de un extranjero, la mayor parte del tiempo
un misionero.
Reflexiones finales
Así, a lo largo de este trabajo tratamos
de ver como desde la etnografía y la ethnohistoria, los sitios
con arte rupestre se integran dentro de un paisaje ritualizado.
En la mayoría de los sitios con arte rupestre se contastó
una larga secuencia de ocupación a travez del tiempo, donde
en algunos casos se continuó pintando hasta un pasado reciente.
Esta caracteristica se pone en evidencia tanto por las superposiciones
rupestres y materiales arquelógico pero también por
los mitos y leyendas que están asociados con estos sitios.
No quiere decir esto que en estos lugares existe una continuidad
en las funciones o de las prácticas rituales del pasado.
De hecho, es muy posible que ciertas superposiciones —rupestres,
materiales o míticas- marquen rupturas en la función
y en las prácticas asociadas a estos sitios. El caso mas
concreto de una ruptura o de un cambio es representado en la superposición
de cruces cristianas sobre motivos rupestres prehispánicos
de Betanzos —a diferencias del unkhu incaico de Pigansi pintado
en un nivel más alto y que no oculta los grabados. Desde
un registro etnohistórico, la cueva del Diablo ilustra la
transformación de un culto indígena en culto
clandestino a un maléfico diablo.
Solo señalamos la capacidad que posen estos
sitios para sobrevivir al paso del tiempo, reactualizándose
a cada momento gracias a la adopción de nuevos símbolos.
Dentro de esta óptica, estos sitios se presentan como textos
que nunca se terminan de escribir y donde cada nueva frase se integra
con el resto y es susceptible de cambiar el mensaje de origen. Esta
lenta acumulación de múltiples lenguajes y mensajes
quedaron impresos en un paisaje ritualizado y en muchos casos subersivos.
En tal sentido, estos sitios se acercarían al concepto de
"taki", como ciertos cantos, dansas, rutas, que
sirvieron a reproducir, pero también a construir una memoria
local.
NOTAS
[1] Este camino se encuentra hoy en día afectado por la reciente
construcción de un camino más amplio.
[2] Nuestras hipótesis al respecto se vuelcan a pensar que los
españoles fueron conducidos a las minas de Porco, cerro disante
de una treintena de kilometros y que en tiempos prehispánicos
también fué considerado como una poderosa huaca (T.
Bouysse-Cassagne) ocultando y preservando —por un tiempo-
el Cerro Rico de Potosí de las métalicas ambiciones
de los españoles.
[3]
(Bouysse-Cassagne y Harris, 1987)
—¿Preguntas, comentarios? escriba a: rupestreweb@yahoogroups.com—
Cómo citar este artículo:
Cruz, Pablo. LA MEMORIA DE LOS CERROS. Algunos comentarios sobre los
sitios con arte rupestre de la región de Potosí (Bolivia).
En Rupestreweb, http://www.rupestreweb.info/potosi.html
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