Chinchaypucyo y las pinturas rupestres
de Pumawasi, provincia de Anta, Cusco
Rainer Hostnig rainer.hostnig@gmail.com
RESUMEN
El artículo trata sobre el sitio rupestre
precolombino de Pumawasi, comunidad de Parccotica, registrado hace una década
por la arqueóloga Silvia Flores Delgado en el marco del Proyecto Qhapaq Ñan. Tras
presentar resumidamente el distrito de Chinchaypucyo, el contexto geográfico y
arqueológico de la cueva de Pumawasi y su emplazamiento, se describe en detalle
las pinturas rupestres que se concentran en cinco paneles en una de las paredes
laterales de la cueva. Entre los motivos figurativos destacan una serpiente
punteada de cabeza redonda y dos figuras humanas, una vestida con túnica rayada
(unku) y otra armada con dardos y una probable estólica, evidenciando el uso
tardío de este antiguo instrumento de caza y guerra en la región del Cusco.
Palabras
Claves: Cusco – Anta - Pinturas Rupestres
– Iconografía
ABSTRACT
This article deals with the pre-Columbian
rock-art site of Pumawasi in the community of Parccotica, first recorded a
decade ago by archaeologist Silvia Delgado Flores in the context of the Qhapac
Ñan project. After a brief presentation of the Chinchaypucyo district and the
geographical and archaeological setting of the Pumawasi cave, follows a
detailed description of the paintings, which are distributed in five
panels on one of the walls of the cave. Among the figurative motifs stand out a
spotted snake with a round head, and two human figures, the first dressed in a striped
tunic (unku), and the other armed with darts and what appears to be a
spear-thrower (atlatl), evidencing the use of this ancient hunting instrument
and weapon in late pre-Colombian times in the region of Cusco.
Keywords: Cusco – Anta – Rock Paintings
– Iconography
INTRODUCCIÓN
Chinchaypucyo es un distrito de la provincia Anta al
oeste del departamento y de la ciudad de Cusco. Por estar ubicado algo alejado
de la ruta principal de tránsito Cusco-Abancay, sigue siendo poco conocido.
Tiene una topografía accidentada, con un rango de altitudes de 2200 m (Río
Apurímac) y 4200 m sobre el nivel del mar. Sus 4208 habitantes, en su gran
mayoría rurales, están distribuidos en nueve comunidades, repartidas a su vez
en los tres pisos ecológicos de puna, suni y quechua, de acuerdo a la
clasificación de Pulgar Vidal (1996). La principal actividad económica de los
habitantes es la agropecuaria. La producción agrícola, complementada por la
crianza de vacunos, ovinos y caprinos, varía según el piso ecológico, pero
predominan los cultivos de trigo, cebada, maíz y papa, destinados al consumo
familiar (MDCH/CBC 2012).
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Fig.
1: Panorámica del pueblo de Chinchaypucyo con la carretera que
baja al río
Apurímac y
articula el departamento del Cusco con la provincia
apurimeña de Cotabambas |
Durante el incanato, Chinchaypucyo formaba parte del Contisuyo
y era atravesado por varios caminos secundarios del sistema vial inca, de los
que aún quedan algunos restos. En la época colonial perteneció al Corregimiento
de Abancay. En 1570, con las reducciones toledanas, los antiguos ayllus fueron
agrupados en tres pueblos: Chinchaypucyo, Sumaro y Pantipata. En 1839, el
distrito fue integrado en la recién creada provincia de Anta. Al crearse en
1873 el nuevo departamento de Apurímac, la provincia de Abancay fue separada
del Cusco que se quedó con la provincia de Anta y el distrito de Chinchaypucyo.
En 2012 apareció en los anaqueles de las librerías
del Cusco un pequeño libro ricamente ilustrado sobre Chinchaypucyo (1),
coeditado por el Gobierno Municipal y el Centro Bartolomé de las Casas. Sus 150
páginas presentan la riqueza del patrimonio cultural y natural de este pequeño distrito
cusqueño, ubicado entre la margen derecha del río Apurímac y las montañas que
flanquean el lado suroeste de la Pampa de Anta.
1. En la literatura se encuentran diferentes variantes de escritura de
este topónimo: Chinchaypuquio, Chinchaypujio y Chinchaypucyo. Uso esta última
variante en concordancia con la escritura empleada por la Municipalidad
Distrital. En adelante emplearé las siglas “MDCH” para “Municipalidad Distrital
de Chinchaypucyo”. |
Entre los lugares de interés mencionados en el libro
atrajeron mi atención el complejo arqueológico de Colmay, las pequeñas iglesias
coloniales de Ivin y Pantipata y sobre todo las pinturas rupestres de Pumawasi.
El primero de mis cuatro viajes (2) al
distrito realizados entre abril y septiembre de 2013 tuvo como destino Colmay
(o Qollmay), un centro administrativo y religioso inca ubicado en la comunidad
de Sumaro, a pocos kilómetros de la capital del distrito, construido sobre un
espolón de roca volcánica, la parte más importante del complejo es el muro de
aparejo poligonal almohadillado de factura inca imperial y con portada
trapezoidal que da acceso a una cavidad natural de la roca. Esta pequeña cueva debió
conformar el núcleo sagrado del centro donde se realizaban las ceremonias
religiosas. Las rocas en el interior tienen talladuras (figs. 2 y 3), entre
ellas una cruz cristiana. Qollmay fue excavado en 1905 por Max Uhle durante su
estadía en el departamento de Cusco (Valencia 1979:18-19).
2. En las visitas a Chinchaypucyo participaron, en diferentes fechas, Rosa
Ana Hostnig, Sandra Hostnig, Zunilda Hostnig, Jean-Jacques Decoster, Mario Canessa,
Raúl Carreño y Manuel Gibaja. |
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Fig.
2: Entrada al adoratorio de Qollmay |
Fig. 3:
Rocas talladas en el interior de la cavidad |
En un segundo viaje (julio 2013) conocí los pequeños pueblos
de Sumaro y Pantipata, mencionados en la descripción de la provincia de Abancay
de Niculoso de Furnee (1965) del año 1586. En Pantipata, ubicado en el extremo oeste
del territorio distrital, pude registrar los litograbados en forma de espiral,
el juego de la leonera y un cruz enmarcada, situados en los peldaños de la cruz
misional, en las gradas y en el muro de la entrada al atrio de la iglesia
colonial (figs. 5 al 7). En la plaza frente a la iglesia se conserva el llamado huanca, una piedra cilíndrica de
carácter sagrado, que se sigue manteniendo en la plaza de muchos pueblos de Paruro,
Cotabambas y Chumbivilcas, no obstante las frecuentes remodelaciones que estos
espacios sufren en las últimas décadas.
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Fig.
4: Iglesia y cruz misional de Sumaro |
Fig.
5: Iglesia colonial de Pantipata con el “rollo”
y
la cruz misional en la plaza del pueblo |
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Fig.
6: Litograbados en los peldaños de la cruz
misional de Pantipata |
Fig.
7: Cruz grabada en la entrada al atrio |
En el mes de agosto del 2013 llevé a cabo la primera
visita a la comunidad de Parccotica y la cueva de Pumawasi.
En el anexo Paro fuimos atendidos por el señor Adolfo
Chávez, agricultor y actual presidente del poblado. Sus dos hijas -Sonia de 17 y
Julis de 6 años- tuvieron la gentileza de guiarnos a Pumawasi siguiendo las
indicaciones de su padre. La última visita al sitio la realicé a fines de
septiembre, acompañado por el geólogo Raúl Carreño, con el objeto de recabar
información sobre el contexto geológico y mineralógico de la zona.
UBICACIÓN Y
ACCESO
La cueva de Pumawasi se encuentra en la jurisdicción de
la comunidad campesina de Urinsaya Parccotica (Anexo Paro), distrito Chinchaypuquio,
provincia de Anta (figs. 8 y 9). Está emplazada a la salida de un estrecho
cañón en la margen derecha de la quebrada.
Existen dos vías de acceso desde el Cusco, una, la
más larga (65 km desde el Cusco), pasa por Parccotica ubicado a 3350 msnm,
subiendo hasta el sector Paro a 3550 msnm; de Paro hasta Pumawasi se llega en
unos 45 minutos por un camino de herradura que conduce a Rumichaka en la parte
baja de la quebrada de Pumawasi. La otra que parte del pueblo de Compone, en la
Pampa de Anta, es de sólo 47 km hasta Rumichaka; en el trayecto se pasa por las
formaciones rocosas de Yurajqaqa, un atractivo turístico de Compone. En Rumichaka
comienza la subida por una estrecha quebrada, cubierta por un bosque ralo de t’asta
(Escallonia angustifolia), chachacomo
(Escallonia resinosa) y otros
arbustos como el llaulli (Barnadesia
horrida), el mismo que se vuelve más denso y variado en el último tercio
del trayecto y alrededor del sitio rupestre, por lo que es casi imposible
hallar la cueva sin ayuda de los lugareños.
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Fig.
8: Ubicación de Pumawasi y
del centro ceremonial inca de Qollmay.
(Mapa
distrital base de Chinchaypucyo publicado en MDCH/CBC
2012: 7) |
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Fig. 9: Vista satelital del anexo
Paro. |
ANTECEDENTES
A pesar de ser promocionada como atractivo turístico
por la MDCH, la cueva de Pumawasi sigue siendo prácticamente desconocida. Fue
mencionada en el informe de la arqueóloga cusqueña Silvia Flores Delgado (2004)
sobre el registro arqueológico de las provincias de Cusco y Anta realizado en
el marco del proyecto Qhapaq Ñan. Flores se refiere a la presencia de tres
paneles con pinturas y hace una descripción somera de ellas. Aparte de Pumawasi
registró en Parccotica también otro abrigo rocoso con pinturas rupestres
llamado Mandormachay. En la fotografía inserta en la ficha de registro, se
distingue varios conjuntos de líneas paralelas, interpretadas por Flores como
elementos de contabilidad.
En el libro sobre Chinchaypucyo (MDCH/CBC 2012:121)
las pinturas de Pumawasi son descritas como “figuras de personas, manos, un
amaro (serpiente mitológica) y formas de tejidos”. El breve texto sobre el
sitio es ilustrado mediante una foto (2012: 108) que muestra motivos del panel
mejor conservado.
CONTEXTO GEOGRÁFICO
Y ARQUEOLÓGICO
La cueva de Pumawasi está ubicada en la base de la
loma, llamada Toqasa. en el piso ecológico suni. En los puntos húmedos del interior
de la cueva crecen algunos arbustos, helechos y ortigas. A ambos lados del riachuelovecino
existe una cobertura arbórea y arbustiva densa de especies características
para este piso ecológico. El agua del vecino riachuelo permanente discurre
subterráneamente desde unos 50 m del cañón obstruido por un derrumbe, para
reaparecer a unos 200 m más abajo. Durante la época de lluvias, el caudal crece
notablemente, formándose una bella cascada al interior del cañón.
Geológicamente la zona pertenece al Grupo Tacaza,
que abarca desde el Eoceno hasta inicios del Mioceno (Marocco, 1975:29). En la
cueva y alrededores afloran brechas volcánicas y tobas soldadas, es decir
material piroclástico y derrubios (3) producto de erupciones que
tuvieron lugar hace unos 30 millones de años. En parte de la pared de la cueva se
observa un espejo de falla con una delgada costra de milonita (menos de un
centímetro de grosor) que muestra el característico pulido con estrías
lineales y paralelas. El pulido y la milonita son resultado de la fricción
causada por el movimiento diferencial de los bloques rocosos durante el proceso
de fallamiento. Buena parte de las pinturas rupestres fueron hechas sobre esta
costra milonítica o espejo de falla (Com. pers. del geólogo Raúl Carreño,
compañero del último viaje a Pumawasi).
3. Derrubios= término
geológico para denominar cierto tipo de escombros o detritos producto de derrumbes
o de flujos diversos, en este caso asociados a eventos volcánicos. |
Por la cantidad de fragmentos de cerámica
precolombina observada en el suelo de su ladera y cresta, se puede inferir que la
loma Toqasa estuvo bastante poblada, probablemente desde el Intermedio Tardío
hasta fines del Horizonte Tardío. La cueva de Pumawasi debió servir como cementerio
para personas o familias de rango de estas poblaciones.
Bajando por la cresta se llega al asentamiento
precolombino fortificado de K’umur (fig. 10), que ocupa la cima de una loma que
se conecta con la de Toqasa. En el lado norte quedan restos de un muro
perimétrico de defensa y la base de una construcción circular junto al
precipicio que limita el cerro hacia el oeste. En el cerro subsisten restos de
12 construcciones rectangulares con muros incaicos, cubiertos por vegetación
arbustiva y arbórea. (MDCH/CBC 2012:121).
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Fig. 10: Ubicación
del complejo arqueológico de K’umur
en la cima de la
loma bajando de Toqasa |
LA CUEVA Y LAS
PINTURAS
Pumawasi es el nombre de una enorme cavidad rocosa
que por sus dimensiones y forma debió impresionar e infundir respeto a los antiguos
pobladores de la zona (fig. 11). La cueva es de planta aproximadamente trapezoidal;
mide unos 22 m de profundidad, 30 m de ancho en la boca y 19 m de alto máximo en
la línea de gotera. El fondo de la cueva lo forma una pared rocosa de 4.4 m de
alto. En la base de la pared derecha se nota mayor humedad en el suelo que en
el lado opuesto, donde existen restos de entierros (fig. 13).
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Fig.
12: La cueva de Pumawasi
a
la salida del cañón |
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Fig.
13: Restos de osamenta
humana en
tumbas destruidas |
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Fig.
11: La cueva de Pumawasi
|
Fig.
14: Bosque natural mixto en la
margen izquierda de la quebrada |
En el piso de la cueva, que tiene un ligero declive
hacia afuera, se ha acumulado gran cantidad de estiércol de ganado vacuno que
usa el lugar como refugio. Con sus patas, el ganado ha disturbado los contextos
arqueológicos en el piso de la cueva, lo que explicaría la presencia de gran
cantidad de fragmentos de cerámica en la superficie. La cercanía de agua durante
todo el año es otro factor que atrae al ganado y, en consecuencia, también al
puma, que, según los comentarios de un anciano comunero de Paro, usaba la cueva
como madriguera y atacaba desde allí a los caballos de la ex-hacienda Paro
(MDCH/CBC 2012:116).
En tiempos precolombinos tardíos (Período Intermedio
Tardío y Horizonte Tardío), la cueva fue usada para fines funerarios y la
realización de ceremonias y ritos asociados a los muertos. En la base de la
pared lateral izquierda (mirando hacia el interior) existen numerosas osamentas
humanas, pero las estructuras funerarias que las albergaban han desaparecido
por completo. Llama la atención la gran cantidad de fragmentos de cerámica roja
y negra tanto utilitaria como fina en el suelo de la cueva, mezclada con bosta
de ganado. Algunos de los tiestos de engobe rojo o anaranjado tienen diseños
geométricos sencillos en forma de bandas paralelas o reticuladas de color ocre
(fig. 16). Según el arqueólogo Jorge Aching (com. personal) pertenecerían “a una manifestación
local del Intermedio Tardío para la zona de Anta”. El reticulado recuerda
a diseños de la cerámica killke (1000 a 1400 d.C.), cuyo rango de distribución
se extiendo sobre más de 60 km áereos desde el valle del Cusco (Bauer 2001:62).
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Figs.
15 y 16: Fragmentos de cerámica hallados en el piso de la cueva. |
Las pinturas rupestres se encuentran repartidas en
cuatro paneles en la pared lateral izquierda del abrigo (fig. 17), donde
estaban adosadas las tumbas prehispánicas. Enumerando los paneles de 1 a 4
encontramos el primer panel muy cerca de la pared de fondo de la cueva. El
segundo a una distancia de 4.6 m, el tercero y cuarto en el extremo izquierdo
de la boca de la cueva.
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Fig.
17: Croquis de la planta de la cueva de Pumawasi, con
indicación de los paneles. |
Panel 1
Está compuesto por pinturas muy deterioradas que
fueron aplicadas sobre la mencionada costra milonítica. Solo se distingue, en
la parte superior, el fragmento de un motivo compuesto por puntos rojos junto a
otro motivo geométrico de color anaranjado remarcado con una línea roja. Hacia
abajo se prolonga una nube de puntos rojos seguida por una mancha roja. El
mejoramiento digital de las imágenes permitió reconocer dos figuras
antropomorfas al lado de la composición geométrica (figs. 18a y b, figs. 19a y
b).
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Fig.
18a: Restos de pinturas del panel 1 |
Fig.
18b: Con mejoramiento digital
(D’Stretch, canal “ire”) |
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Fig.
19a: Composición geométrica en la parte superior del lado derecho del panel
1. |
Fig.
19b: Con mejoramiento digital
(D’Stretch, canal de color “lds”) |
Panel 2
Ubicado a solo 1.5 m de distancia del primer panel, este
contiene una mayor concentración de pinturas que el anterior, aunque también muy
deterioradas, habiéndose perdido parte de ellas por el desprendimiento de la costra
que cubre la pared (fig. 20). Otras se han borrado por el escurrimiento de un
líquido lechoso, producto de la disolución de minerales de alteración de las
tobas riolíticas. Queda reconocible en el lado derecho un motivo rectangular
con doble línea de contorno, dividido en dos partes (figs. 21a-c). En el
interior de cada compartimiento fue dibujado un pequeño círculo. Alrededor de
este motivo hay una nube de puntos, círculos y trazos cortos en forma de
ganchos. En el lado izquierdo del panel, a una altura de 1.6 m desde el suelo,
se observa un grupo de pinturas compuestas por pequeñas figuras humanas y una figura
sauriforme, de forma geometrizada (figs. 22a-c), que mide 25 cm de alto, tiene
extremidades delanteras muy largas, una pequeña cabeza redonda, sin cuello, y
una cola. A su lado se logró identificar tres figuras antropomorfas en distintas
posiciones, dos de tamaño pequeño (4.2 cm) y la tercera, de estilo lineal, tres
veces más grande (12 cm). El panel está remata en su extremo izquierdo por un círculo
deformado de 18 cm de diámetro máximo con un punto concéntrico.
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Fig.
20: Sonia Chávez, de Parco, colocando la escala para el registro
fotográfico
del primer panel de pinturas |
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Fig.
21a: Parte superior derecha del panel 2, con el rectángulo compartimentado |
Fig.
21b: Foto anterior con mejoramiento digital (D’Stretch,
canal “lds”) |
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Fig.
21c: Dibujo aproximado de los motivos |
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Fig.
22a: Motivos en el lado inferior
izquierdo del panel 2. |
Fig.
22b: Foto mejorada digitalmente
(D’Stretch,
canal “ire”) |
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Fig.
22c: Dibujo aproximado de los motivos |
Paneles 3 y 4
El panel 3, a una distancia de 3 m del anterior,
contiene manchas rojas y restos de figuras irreconocibles en piedras salientes
de la pared. A pocos metros del panel principal en la pared de la entrada y a
17 m desde el fondo de la cueva se encuentra un cuarto panel con pinturas en
forma de pequeños trazos verticales de color rojo.
Panel 5
Es el panel más extenso, mejor conservado e iconográficamente
más interesante. Está compuesto por un total de 13 motivos figurativos y no
figurativos pintados en dos tonalidades de rojo. No existe una relación visible
entre los motivos (figs. 23a-c).
De lejos llaman la atención tres conjuntos de trazos
rectos de color rojo oscuro, más o menos paralelos; dos de ellos (1 y 11) se
encuentran unidos en el extremo superior e inferior por una línea horizontal
(figs. 24, 26, 27). Debajo del motivo 1 se encuentra una serie de puntos
dispuestos en dos hileras paralelas (2).
La parte céntrica del panel está ocupada por la
figura de una gran serpiente (8) de 57 cm de largo, en posición vertical y que
se desliza hacia arriba (figs. 29a y b). A su izquierda hay una figura
sauriforme (5) con una cola prominente (figs. 30a y b), y encima se observa un
abanico de trazos perpendiculares paralelos (6). A la derecha del ofidio se
observan dos figuras humanas yuxtapuestas, la de arriba (10), dibujada en
posición frontal, tiene 23.5 cm de alto (figs. 31a y b), está vestida con una
túnica decorada con listones verticales y tiene los brazos extendidos,
ligeramente flexionados; el derecho termina en una mano. Las piernas están
separadas y terminan en pies orientados hacia afuera.
Pocos centímetros más abajo se encuentra la segunda
figura antropomorfa (9) que mide 19 cm de alto y tiene los pies orientados
hacia la izquierda, sostiene un haz de tres dardos en una de sus manos ,
mientras que en la otra porta un dardo o estólica, también con el brazo en alto
(figs. 32a y b). En la cabeza parece llevar un tocado. Es posible que represente
un guerrero o cazador. En caso de estar representado de frente, se trataría de
un individuo zurdo que usa la mano izquierda para lanzar el dardo. No se puede
descartar la intención del pintor de representar la figura de espaldas, con lo
que el brazo que porta el dardo, sería el derecho.
Entre las figuras de la parte central destaca una
gran serpiente que mide medio metro de largo, cuyo cuerpo ondulante está decorado
con una fila de puntos. De cada lado de su redonda surgen tres apéndices enroscadas.
Por los trazos al interior de la cabeza pareciera que el artista hubiese dotado
la cara de la serpiente con rasgos faciales como ojos, nariz y boca, pero el
mal estado de conservación de esta parte de la pintura no permite tener certeza
sobre estos detalles.
A la izquierda del ofidio fue pintada una línea entre
ondulada y quebrada (7). En el extremo derecho del panel se distingue un motivo
geométrico (12) de forma cuadrada con una raya vertical en el interior (figs. 28a
y b) y en el límite superior derecho del panel, el mejoramiento digital de la
foto reveló la presencia de una pequeña figura antropomorfa (13).
Las figuras del centro y de la derecha se diferencian
de las del lado izquierdo (motivo sauriforme, hileras de puntos, conjuntos de
trazos verticales) por ser de color rojo más claro. Al no existir
superposiciones en el panel, no sabemos si existen diferencias cronológicas
entre las dos tonalidades de rojo.
Sólo una de las figuras (motivo sauriforme) ha sufrido
daños antrópicos al haber sido rayada o raspada con la consiguiente pérdida de parte
de la pintura. Hay evidencias de rotura de la roca encima del motivo 11, donde
se desprendió una laja encima del trazo horizontal por lo que no sabemos si el
motivo está completo.
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Fig.
23a: El panel 5 en la entrada de la cueva |
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Fig.
23b: Foto mejorada digitalmente (Programa D’Stretch-ImageJ, canal “lds”) |
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Fig.
23c: Dibujo aproximado del panel 5 |
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Fig.
24: Detalle de los motivos 1 y 2 |
Fig.
25: Motivo 3 en forma de furca o “Y” |
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Fig.
26: Detalle del motivo 4 |
Fig.
27: Detalle del motivo 11 |
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Fig.
28a: Detalle del motivo 12 |
Fig.
28b: Foto mejorada digitalmente
(D’Stretch,
canal “crgb”) |
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Fig.
29a: Detalle de los motivos 7 y 8 |
Fig.
29b: El mismo motivo con mejoramiento
digital
(D’Stretch,
canal “ire”) |
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Fig.
30a: Detalle del motivo sauriforme |
Fig.
30b: El motivo 5 con mejoramiento
digital
(D’Stretch
canal “lds” |
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Fig.
31a: Detalle del motivo 10 |
Fig.
31b: El mismo motivo con mejoramiento
digital (D’Stretch,
canal “ire”) |
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Fig.
32a: Detalle del motivo 9 |
Fig.
32b: El mismo motivo con mejoramiento
digital
(D’Stretch,
canal “ire”) |
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Fig.
33 |
Fig.
34 |
Fig.
35 |
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Fig.
36 |
Fig.
37 |
Fig.
38 |
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Fig.
39 |
Fig.
40 |
Fig.
41 |
CONCLUSIONES
La cueva de Pumawasi
en las alturas de la comunidad de Parccotica, sirvió en tiempos precolombinos
como lugar de entierro para individuos de rango de los grupos humanos que
habitaban en o cerca de las lomas de Toqasa y K´umur. De las antiguas
sepulturas hoy sólo quedan algunos huesos humanos esparcidos al pie de la pared
lateral izquierda (mirando hacia el interior) de la cueva y numerosos
fragmentos de cerámica en la superficie, mezcladas con estiércol de ganado
vacuno que desde siglos atrás usa la cueva como refugio. Las tumbas han sido
destruidas en su totalidad por lo que no sabemos qué tipo de estructuras
existían en el lugar.
Lo que se ha
salvado parcialmente de la depredación y del deterioro natural son tres
conjuntos de pinturas rupestres que, por su ubicación, en la pared lateral de
la cueva debieron estar relacionados con los entierros situados al pie; es
probable que su elaboración haya formado parte del ritual mortuorio.
Por los fragmentos
de cerámica hallados en la superficie de la cueva se infiere que fue usada para
fines funerarios principalmente durante el Intermedio Tardío. Tomando en cuenta
los comentarios de Flores (2004) sobre el hallazgo de fragmentos de cerámica de
filiación Wari e Inca durante su visita del 2004, se podría pensar que la cueva
habría comenzado a ser usada desde siglos antes, durante el Horizonte Medio,
continuando hasta el Horizonte Tardío.
Existen
diferencias iconográficas notables entre los motivos de los dos primeros y el
último panel de pinturas. Es posible que los paneles 1 y 2 sean más antiguos, quizás
pertenecientes al Horizonte Medio, por la predominancia de motivos abstractos y
geométricos, mientras que las pinturas prioritariamente figurativas del quinto
panel parecen ser de una época posterior. Estas, aparte de representar íconos
marcadamente diferentes comparadas con las demás pinturas de la cueva, se encuentran
también mucho mejor conservadas a pesar de estar expuestas al intemperismo
derivado de la insolación, el viento y la humedad.
Llaman particularmente
la atención dos figuras de este último panel: la gran serpiente punteada de
cabeza redonda y el guerrero o cazador armado con dardos. Es rara esta forma de
presentación de la serpiente en el arte rupestre de la región. Por su tamaño y por
detalles de la cabeza con los tres apéndices curvos en cada lado, recuerda a
ofidios representados en petroglifos de la costa peruana (Nuñez 1986:477-479;
Guffroy 1999:112-113). Figuras serpentiformes con cabeza redondeada
(antropomorfa o de otro animal como el felino) también son conocidas de otros
sitios rupestres y se encuentran tallados en varios monolitos de la cultura
pucara. La serpiente (machaqway) es un animal mitológico relacionado con el
rayo, el agua de la lluvia y la fecundidad; su representación en diversos
soportes y en sus diferentes estados de metamorfosis es de larga tradición en
el ámbito andino.
Con relación a
la figura antropomorfa armada con dardos y una posible estólica, podemos
afirmar que, a nivel regional, es la primera representación de esta arma encontrada
en un contexto rupestre precolombino relativamente tardío y donde este
instrumento no está asociado a una escena de caza.
Las figuras que
fueron interpretadas como “huellas dactilares”, “manos” y “tablas estadísticas”
(MDCH/CBC 2012, Flores 2004) son en realidad simples trazos verticales
independientes o unidos por líneas horizontales (similar al unku de la figura
humana), pero cuyo significado desconocemos. Se repiten en las pinturas
rupestres del abrigo rocoso de Mandormachay, registrado por Flores (2004:65) al
noroeste de la comunidad de Parccotica.
La cueva
Pumawasi amerita ser investigada a profundidad, incluyendo excavaciones científicas
en el interior y en el talud de la cavidad rocosa. Los resultados de estas excavaciones
permitirían fechar los fragmentos de cerámica y restos óseos y determinar con
más precisión la pertenencia cultural del o de los grupos humanos que utilizaron
la cueva para una diversidad de fines, con énfasis en la función funeraria y
como lugar de ritos relacionados con los ancestros difuntos, el agua y la
fertilidad de la tierra.
AGRADECIMIENTOS
Al señor Adolfo
Chávez de Parccotica y sus hijas por su hospitalidad y apoyo en la visita de
Pumawasi. Estoy particularmente agradecido a Raúl Carreño por la revisión
crítica y corrección meticulosa del texto. A mi hija Zunilda por la corrección
del primer borrador. Y a Jorge Aching por sus comentarios sobre la posible
filiación temporal de los fragmentos de cerámica hallados en la superficie de
la cueva.
—¿Preguntas,
comentarios? escriba a: rupestreweb@yahoogroups.com—
Cómo citar este artículo:
Hostnig, Rainer. Chinchaypucyo y las pinturas
rupestres
de Pumawasi, provincia de Anta, Cusco.
En Rupestreweb, http://www.rupestreweb.info/pinturaspumawasi.html
2014
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Identificación y Registro del Sistema Vial Andino y Sitios Arqueológicos Región
Cusco. Tomo 5. Proyecto Qhapaq Ñan. INC Cusco, p. 1-164, Cusco.
CONCEJO DISTRITAL DE CHINCHAYPUJIO – ANTA Y
CENTRO DE ESTUDIOS
REGIONALES ANDINOS BARTOLOMÉ DE LAS CASAS (CUSCO)
2012 Chinchaypucyo: testimonios de su cultura. 150 p., Municipalidad Distrital de Chinchaypujio y CERA Bartolomé de las
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