Manos
pintadas en negativo: un ensayo de experimentación.
Rafael S. Paunero rpaunero@museo.fcnym.unlp.edu.ar Catedara
Arqueología Americana I.Facultad de Ciencias naturales y
Museo U.N.L.P. Argentina.
Publicado originalmente en :Revista de Estudios Regionales CEIDER
No.9. Pag. 47-68. Universidad Nacional de Cuyo. Mendoza. 1992.
"Pondremos toneladas de cemento y nunca
cubriremos las huellas de tu raza".
Flora Rodrígez
Lofredo. Indio Tehuelche
INTRODUCCIÓN
Durante las campañas realizadas en el Cañandón
de Los Toldos en estos últimos años, nos surgió
la inquitud de llevar adelante un plan de experimentación,
movidos por un conjunto de preguntas nacidas de la observación
de las misteriosas manos en negativo que adornan la mayoría
de las cuevas de esta localidad arqueológica. En este sentido
este programa de experiemntación forma parte del proyecto
más amplio que dirige para la provincia de Santa Cruz el
profesor Augusto Cardich y que lleva ya veinte años de desarrollo.
Presentamos en esta comunicación nuestros primeros resultados.
Si bien el arte rupestre reconoce múltiples
expresiones, todas de indudable interés, los negativos de
las manos constituyen un caso de particular importancia que va más
allá del estudio de la propia región o continente,
pasando a ser un problema universal en todas sus dimensiones. Entendemos
que estas expresiones podrían tener distintos significados
o aún ser producidas por diferentes técnicas, según
las distintas épocas o regiones, no obstante, le damos al
tema un trato unificado, enmarcando nuestro trabajo en una problemática
más general derivada de un cuerpo de ideas crecido a través
de muchos años de investigación de arqueológos,
prehistoriadores, historiadores del arte, etc.
LAS MANOS EN NEGATIVO
Debemos a Freancisco P. Moreno la primera descripción
de manos pintadas sobre paredes rocosas, tanto para el Nuevo como
para el Viejo Mundo: "Las manos pintadas, en este último
punto, son distintas a las que se encuentran en el otro costado
del promontorio. Allí parece que la mano indígena,
generalmente la izquierda, puesta sobre la roca, fue contorneada
con la pintura siguiendo su forma y dejándola estampada en
claro; aquí , por el contrario, parece que la mano fue frotada
con la pintura y estampada luego sobre la piedra donde ha dejado
su forma en rojo".(1969: 325-326). Cómo vemos, ya en
esta presentación que Moreno hiciera en Punta Gualicho en
1877, se reconoce dos tipos de manos de acuerdo a técnicas
de aplicación diferentes: en negativo y en positivo.
Desde esta primera noticia hasta la actualidad se
han realizado numerosos descubrimientos e investigaciones que han
ido fortaleciendo la idea de una amplia distribución espacial
y temporal. El prehistoriador Osvaldo Menghín, autor de la
primera síntesis interpretativa y clasificatoria del arte
patagónico, les ha dado carácter de estilo -"estilo
de negativos"- y ha presentado numerosos ejemplos que apuntalan
la idea de una "gran difusión" sosteniendo que
"se encuentra en todos los continentes". (Menghín
1957:58 y 62). Es indudable, no obstante, que es en Patagonia –entre
los ríos Chubut y Santa Cruz– y en la región
Franco-cantábrica donde los negativos de manos alcanzan su
máxima representatividad.
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Gargas. Pirineos
francéses. La prehistoria, Salvat Editores. 1973. |
Cueva de Las Manos,
Argentina. Paul Bahn. Prehistoric Art.Cambridge
ilustrated history,1998. |
A lo largo de este siglo estas expresiones parietales
han pasado a constituir un tema de singular importancia dentro de
los estudios de arte rupestre, por encontrarse quizás, en
las proximidades del origen mismo del arte como probables primeras
imágenes humanas vistas por el hombre como propias. La pregunta:
¿cómo pintaban las manos? ha estado siempre presente
y se han vertido diferentes opiniones al respecto. Por ejemplo Breuil
(1910:135-135) reconoce dos procedimientos distintos, siendo el
estarcido el que cuenta con más numerosos ejemplos: Altamira,
Castillo, Font-de-Gaume, Les Combarelles y sobre todo gargas. Según
este procedimiento el color se proyectaría directamente con
la boca (Luquet 1926:147). Opinión mantenida por el abate
Henri Breuil en varios trabajos (1952):"Existen dos tipos de
representaciones de manos en el arte cuaternario: uno es el negativo
o silueta de la mano abierta sobre la pared de la roca y se soplaba
el color a su alrededor directamente con la boca o por medio de
una caña". (Breuil y Berger-Kirchner 1962:48).
Sucesivas investigaciones han creado un cuerpo de
conocimiento sobre el tema y consolidado la idea de dependencia
entre las preguntas: ¿cómo pintaban las manos? y ¿conqué
las pintaban? En este sentido son muy importantes los análisis
mineralógicos a la par con los estudios de rasgos técnicos
emergentes de la observación directa de estas representaciones
arqueológicas. En este orden, Laming-Empaire sostuvo que
un cierto número de problemas de las pinturas pueda, probablemente,
ser resuelto por la experimentación y el recurso del método
etnográfico, conformando entre ámbos métodos
un margen de error restringido, siendo una razón importante
las propiedades de los materiales, que son las mismas a través
de los milenios (Laming-Empaire 1962: 156-158).
Ahora, ¿cuántas son las técnicas
posibles? ¿de cuántos modos distintos pueden pintarse
las manos en negativo? Nosotros hemos agrupado las hipótesis
en tres ítems, de acuerdo a la opinión de los especialistas
y a la convergencia de las vías metodológicas antes
mencionadas:
a. Pulverizado directamente con la boca.
b. Pulverizado o soplado a travees de un canutillo,
caña, hueso o intrumento similar.
c. Salpicado o estarcido con la ayuda de un
hisopo, pincel o elemento embebido de pintura.
Breuil y laming-Empaire entre otros, por ejemlo, sostenían
las dos primeras técnicas (a)y (b) y rechazaban la tercera
posibilidad (c).
Por su parte, Carlos gradín observa que hay
un grupo menor de manos en negativo que tienen características
especiales: "No han sido ejecutadas mediante "sopleteo"
de pintura, sino mediante un hisopo o pincel que ha permitido dibujar
un contorno subcircular, perfectamente delimitado, en forma de "halo".
(1973:196). Es decir, habría dos tipos de manos negativas.
Así también, hay autores que se inclinan
por la segunda técnica (b), excluyendo las otras dos como
probables. Rex González constitute un ejemplo representativo:
"La pintura se aplicaba soplando a través de un canutillo,
resultando el "negativo de la mano". Avalado por la idea
de que : "La mano que aparece con mayor frecuencia es la izquierda;
como seguramente el que realizaba la tarea de esfumado-colorido
era el ismo individuo, se desprende que utilizaba habitualmente
para mantener la dirección del canutillo y esparcir el color,
su mano derecha" (1977:56). Sin embargo , Breuil aporta al
respecto su propia interpretación: "La siluetas de manos
representan casi siempre la mano izquierda, las imágenes
positivas representan en cambio la derecha. Esto podría explicarse
por el hecho de que para la representación en negativo el
hombre tenía que sostener el color, o un recipiente que ,lo
contenía en la mano derecha –damos por supuesto que
el hombre del cuaternario era diestro como nosotros– por lo
tanto sólo le quedaba libre la mano izquierda, mientras que
para dejar sencillamente la imagen positiva sobre la roca podía
utilizar libremente la mano derecha" (Breuil y berger kirchner
Op. cit.:49-50)
Un caso particular lo constituye Rodolfo Casamiquela,
este investigador ha señalado" "Que, dada la incómoda
posición, oblicua o transversal (horizontal) de muchas manos,
la idea de un soplado de la pintura es francamente descartable"
(1984:19). Es decir, sostiene con exclusividad la tercera posibilidad
(c).
Pasemos ahora a la segunda pregunta: ¿con qué
pintaban las manos negativas? o más precisamente: ¿cómo
preparaban las pinturas? Las vías metodológicas son
las mismas, entre ellas destacan:
1. Análisis del resto arqueológico:
macroscópico y mineralógico.
2. Evidencia etnográfica y etnohistórica.
3. Experimentación.
En cuanto a los análisis mineralógicos
o químicos, si bien reconocemos que constituyen una vieja
preocupación de los prehistoriadores (Riviere 1909; Franchet
1910: Linares Málaga 1975) revisten particular importancia
los datos provenientes de las investigaciones de Gradín y
Aschero, por tratarse de trabajos de las mismas manifestaciones
culturales en el área arqueológica que a nosotros
nos preocupa como campo de observación principal (Iñiguez
y Gradín 1977; Barbosa y Gradín 1987: Aschero 1983-85;
1985). En este sentido son significativas las determinaciones de
presencia de Yeso y de óxidos como elementos constituyentes
de las pinturas.
Contamos también con algunos elementos aportados
por la etnografía, por ejemplo, en su descripción
de la pintura corporal de los Selk'nam, Martín Gusinde nos
presenta en forma clara la técnica de pulverizado directo
con la boca según la practicaban los fueguinos: "Una
creta fina, procedente del noroeste y que se consigue fácilmente,
sirve para obtener el blanco más bello. Valiéndose
de los dientes raspan un trozo de ella del tamaño de una
naranja: el polvo se mastica en la boca, mezclándolo con
la saliva y lo que resulta de la mezcla se arroja directamente sobre
los lugares de la piel que se quieren adornar por medio de los labios
que se tienen muy cerrados". (1951:182). POr su parte, Clemente
Onelli escribe cómo los Tehuelches conocían perfectamente
los lugares donde extraer las arcillas para preparar las pinturas:
"Las marnas rojas, blancas, amarillas, verdes, en montículos
bien definidos, en barrancas escarpadas...aquello es el Valle de
la Pintura, donde los indios, una vez cada dos o tres años,
van en busca de las tierras coloradas que amasadas después
en pastel con grasa de avestruz, les sirven para pintar con las
pieles que usan..."(1910:175). Carlos Gallardo también
nos habla acerca de las pinturas:"La colorada se obtiene de
una tierra roja, que se encuentra en algunos barrancos bajo capas
de tierra negra; es algo escasa...La pintura amarilla se consigue
de la tierra de ese color, pero como nunca es bastante blanca prefieren
la pintura obtenida de los huesos quemados...Para pintarse con la
pintura colorada se mezcla el polvo con grasa, razón por
lo cual es más adherente y permanente. En cambio la amarilla
y la blanca sólo es polvo con agua o saliva" (1910:152-153).
En general, la evidencia etnogreafica converge en
la idea de una clase de pintura cuyos elementos composicionales
comunes serían las arcillas, la grasa y los óxidos.
EXPERIMENTACIÓN
Nuestro trabajo está orientado a intentar dar
respuesta a los interrogantes planteados: ¿cómo pintaban
las manos en negativo? y ¿con qué pintaban las manos
en negativo? Estas preguntas deben procurar una solución
integrada, ya que una clase de pintura no puede ser aplicada con
todas las técnicas, y a su vez, una misma teecnica no sirve
para todo tipo de pinturas. Es decir, forma y materia prima estean
relacionadas, como ,o están ambas del mismo modo, con las
posibilidades intrumentales de su espacio-tiempo. Es en este último
punto donde cobra importancia la aproximación contextual.
Ahora ¿cómo hemos procedido? De la misma
manera que, por ejemplo, se aprende talla experimental: practicando,
ensayando, probando, volviendo a empezar, etc. Buscando de alguna
manera la "receta" cuyo resultado más se aproxime
al emergente arqueológico. Nos hemos puesto pintura en la
boca, probamos con diferentes medidas de tubos, agregamos más
o menos agua, más o menos yeso, etc.
Respondiendo a estos objetivos intentamos ubicar las
variables o factores intervinientes más importantes en el
proceso de pintado. Estas variables son : Densidad. Velocidad de
aplicación. Cantidad de aire. Distancia entre la boca y la
mano. Temperatura de la pintura. Superficie de base. Ángulo
de dispersión: indica la amplitud del pulverizado. Ángulo
de posición: tomado entre el valor 0 grados dado por la horizontal
y la dirección del pulverizado.
|
alfa:Ángulo
de posición. ß: ángulo de dispersión.
d:dirección. SB: Superficie de base. |
Como primeras consideraciones de nuestro programa de investigación
en curso, podemos decir por ejemplo, que hemos fracasado con todo
tipo de tubos o canutillos, de diferentes medidas y materiales,
variamdo a la par densidades, cantidades de aire y ángulos.
De esta forma obtuvimos por resultado el efecto "chorrito"
o en el mejor de los caso ángulos de dispersión muy
cerrados, dándose esto último con el uso de tubos
muy cortos y con la proyección del líquido desde la
boca, por esta razón se nos hace difícil justificar
la utilización de este implemento. Por otra parte, salpicando
con pincel o hisopo, variando por supuesto la también los
demás factores intervinientes, no hemos conseguido tampoco
el efecto "pulverizado" que nos brinda el resto arqueológico.
En este caso, solo llegamos a un trabajo deficiente, donde pueden
aparecer gotas pequeñas y gotas enormes en un mismo proceso.
Creemos que este procedimiento pudo haber sido utilizado para la
confección de las manos en forma de "halo" pero
nos resulta poco probable para los negativos propiamente dichos.
La siguiente es una descripción del proceso de pintado que
nos parece ofrecer los resultados más aproximados a la realidad
arqueológica observada. Con intenciones didácticas
presentamos este trabajo en forma de "receta", lo cual
no quiere decir, por supuesto, que exista una única y exacta
manera de realizar la operación de negativos ya que, reiteramos,
este proceso constituye un cuerpo de factores con un lógico
margen de variabilidad. Tomemos como ejemplo el color negro.
Elementos (las proporciones expresan volúmen): 5 de arcilla
a arcilla limosa, 1 y 1/2 de yeso hemihidratado, 1 de grasa vacuna
derretida, 1 de porolusita (dioxido de manganeso), cantidad necesaria
de agua, laja de arenisca mezosoica (Neuquén).
1. Tomar las piedritas de pirolusita y molerlas en forma
muy fina en mortero preferentemente de hierro.
2. Mezclar muy bien la arcilla con agua llevándola
a estado barroso, agregar el polvo negro de la pirolusita molida,
manteniendo el mismo estado con la cantidad de agua necesaria. Dejar
descansar.
3. Incorporar más agua buscando una mezcla chirle
pero no muy líquida. Agragar el yeso resvolviendo, esperar
30 a 40 mi8nutos mezclando de tanto en tanto.
4. Colocar una poción no muy grande de pintura en
la boca y mezclar bien con la propia saliva, buscando la densidad
y temperatura ideales.
5. Apoyar la mano izquierda sobre la superficie de base
y soplar buscando el ángulo de posición y distancia
más convenientes en relación a nuestro ángulo
de dispersión y velocidad de aplicación. Es en este
momento cuando la pintura se mezcla con el aire y aquí influye
mucho la habilidad del operario. Si se pulveriza una misma mano
desde diferentes direcciones, desde la izquierda, desde la derecha,
desde abajo, etc., el resultado será una mano más
estilizada, con dedos más delgados. Por el contrario, si
se sopla sin variar la posición, la mano resultante será
más ancha.
6. Dejar secar a la sombra.
|
Pintando una mano de color
negro sobre una naranja. |
|
Resultado final. |
Estos rasgos técnicos que estamos comentando
son fácilmente observables en el registro arqueológico
y por esta razón podremos, propbablemente, ubicar al antiguo
pintor según el análisis que realicemos.
Podemos pintar sin yeso o sin grasa, podemos también
variar sus proporciones y el resultado visual será bueno,
pero no así su fijación o durabilidad. También
podemos variar los colores según los óxidos o arcillas
que utilicemos –por ejemplo óxido de hierro para el
amarillo ocre– como así también la intensidad
según la cantidad de pigmento utilizado. En nustras experiencias
tratamos de hacer colores intensos, buscando el probable primer
color original, ya que creemos que seguramente con el tiempo los
colores se han ido apagando, en este sentido, si comparamos nustras
pinturas con las arqueológicas observaremos una evidente
diferencia de intensidad. Podríamos hacer los colores más
suaves, bastaría agregar un porcentaje mayor de arcilla.
En el caso de las manos blancas ultilizamos arcillas de este color.
Los ángulos de posición representan
un indicador importante, los mejores son los que van entre 0°
y 45° , los ángulos menores de 0° son muy dificiles
para lograr la pulverización deseada, y en este sentido la
evidencia arqueológica parece darnos la razón ya que
no hemos encontrado manos pintadas con ángulos negativos,
es decir con una dirección de soplado inferior a la horizontal.
Los ángulos mayores de 45° son buenos, pero provocan
el salpicado de la cara del pintor o contribuyen a que éste
trague pintura.
CONCLUSIÓN
Lo que expresamos constituye una primera experiencia,
seguiremos practicando y probando materiales, como así también
buscando fuentes de origen de los mismos en el propio terreno de
nustra observación arqueológica: arcillas o "tierras
de color", yeso, pigemtos minerales, etc.; probando también
sobre distintas superficies de base. De todas maneras los elementos
reunidos hasta el presente nos permiten aceptar como valedera la
primera hipótesis nombrada(a): creemos que en Patagonia las
manos en negativo fueron realizadas con la técnica de pulverizado
directo con la boca.
Al observar estas intrigantes manos de colores que
cubren las paredes de las cuevas casi todos hacemos la misma pregunta:¿cúal
fue su significado? Si vinculamos esta costumbre con la ceremonia
que relata Musters, se trataría de una práctica con
fines mágicos curativos. por su parte, Luquet lo relaciona
con el gesto espontáneo de los niños que dejan las
huellas de sus manos en el barro fresco o en la arena húmeda
y habría que buscar allí el origen de estas expresiones
(Op.cit.:151). Resulta también interesante la opinión
de Breuil: "Probablemente la representación de la mano
es una especie de sello personal de la humanidad primitiva, algo
así como una firma que sirve de unión con el grupo
étnico y con las fuerzas superiores" (Breuil y Berger-Kirchner
Op. cit.:49). Otra idea expresa Casamiquela, que las relaciona con
probables ceremonias de iniciación femenina (Op.cit.:20 y
sig.).
Por otro lado, esta vacaciones de invierno hicimos
esta pregunta a los niños del taller de arqueología
de nustra Facultad; Estebán contestó: "dejaban
esas marcas para decir que en esa cueva vivían ellos".
Algo así como una firma, interpretamos nosotros y alos demás
niños les gustó la respuesta. En fin, existen meas
y diversas ideas al respecto y si bien estamos de acuerdo con Rex
González en que "...es difícil, si no imposible.
decir a ciencia cierta cuáles fueron los cambios de significado
que la curiosa costumbre sufrió a los largo de tantos milenios
y a través de tantos pueblos" (Op.cit.:59) podríamos
agregar otra pregunta: ¿es independiente la técnica
del significado? ¿se trata de agotar primero el estudio técnico
para pasar después a analizar el significado? Es oportuno
transcribir la opinión de Eloy Linares Málaga acerca
del carácter psicológico de las pinturas: "El
significado variaría de acuerdo no soalmente con las figuras
y sus movimientos o el aprovechamiento de las anfractuosidades de
las rocas –caso de Altamira, España– sino y fundamentalmente
con el color, su frecuencia, su técnica de empleo– positivos
y negativos por ejemplo– las superposiciones, etc." (Op.cit.:65).
Las preguntas están planteadas y por último
sólo queda: "una recomendación: lo que el hombre
ha unido, no lo desuna el arqueólogo..." (Moberg 1987:57).
Agradecimientos
A mi director, Prof. Augusto Cardich, a la Dra.
Hilda Luchini de química analítica, a la familia Moreno
de Pico Truncado y muy especialmente a Beatriz Pandelés por
su apoyo constante.
La Plata, agosto de 1991.
—¿Preguntas,
comentarios? escriba a: rupestreweb@yahoogroups.com—
Cómo
citar este artículo:
PAUNERO,
Rafael S. Manos
pintadas en negativo: un ensayo de experimentación.
En Rupestreweb, http://www.rupestreweb.info/manos.html
2001
(1991)
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