“La Morita” 12 mil años de historia. Uno de los asentamientos humanos más antiguos de México

Lorenzo Encinas Garza. nichocolombia@gmail.com

 

Ubicado en un lugar aislado, en  el noreste de México, en Villaldama, Nuevo León justo en  los límites con Sabinas Hidalgo el sitio “La Morita”, de acuerdo a investigaciones, es uno de los puntos con presencia humana, asociada a restos de magafauna con mayor antigüedad en México y tal vez uno de los lugares de ocupación continua más prolongados en todo el país, lo que rompe la creencia que en esta zona de México no contaba con  antiguas culturas.

Justo ahora, en que la tremenda crisis de seguridad castiga a este punto en la zona norte de Nuevo León, la serie de  descubrimientos replantea la prehistoria de la región noreste de México y a su vez aporta nuevos datos acerca de los grupos humanos que habitaron este espacio, miles de años antes de la llegada de los españoles.

“La Morita” se encuentra a 120 Kilómetros de Monterrey, justo al pie de una serranía donde abundan lomas, cuevas y frontones pétreos, mismos que  sirvieron como lienzo para las pinturas rupestres, todo ello en un ecosistema del desierto que  hace miles de años albergaba infinidad de animales extintos, cuyos restos se han encontrado en relación con la actividad humana en este punto ubicado en Nuevo León.

La exploración llevada a cabo por el arqueólogo Moisés Valadez Moreno se llevó a cabo en la cámara principal de una cueva de unos 18 m de ancho por 4.8 m de alto y se trata de una cueva con dos entradas; la primera con orientación norponiente suroriente de 2.13 m de línea de goteo y la segunda con orientación poniente oriente de 1.2 m de línea de goteo y 6.94 m a la pared principal.

Fuente. Proyecto “Estudio sobre la Prehistoria del Noreste”, Temporada 2003 y 2004.
INAH, Nuevo León. Dibujo Moisés Valadez Moreno.

Las manifestaciones gráfico rupestres se ubican en dos áreas, la primera se encuentra muy cerca de la carretera y en las cuevas se han encontrado restos de una ocupación continua que se remonta hacía el periodo paleoindio, por lo que el lugar es un importante pues ahí se han desenterrado restos de megafauna asociados a implementos líticos, hecho que ha cobrado importancia debido a la antigüedad de los hallazgos localizados.

Fuente. Proyecto “Estudio sobre la Prehistoria del Noreste”, Temporada 2003 y 2004.
INAH, Nuevo León. Dibujo Moisés Valadez Moreno
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En otro punto del sitio de “La Morita”, se encuentra otro punto donde se encuentran pinturas rupestres, aunque si  bien es cierto, pueden ser posteriores a las manifestaciones de la cueva donde se encontraron los restos animales, corresponden a un estilo de pictografías muy difundidas en la zona norte de Nuevo León.

Aspecto de la serranía donde se encuentra el abrigo rocoso que contiene los motivos rupestres.

En el informe del Instituto Mexicano de Antropología e Historia, Moisés Valadez detalla que en La Morita: “Se excavaron 19 unidades estratigráficas de 2 x 2 m donde se recuperaron más de ocho mil restos materiales entre las que destacan, artefactos cuya morfología diagnóstica en comparación con tipologías de área vecinas, permite proponer que las primeras ocupaciones se remontan a principios del Holoceno hace circa 10,000 a 7,000 años, correspondientes a los períodos paleoindio y Arcaico Temprano y se prolongan hasta el período Arcaico Medio hace cerca de 7000 años a 3000 años. (Proyecto “Estudio sobre la Prehistoria del Noreste”, Temporada 2003 y 2004. INAH, Nuevo León, 2006 Pág. 1).

En las paredes del frente rocoso donde no se encontró la megafauna con tonalidades en color rojo, naranja, amarillo y negro, representando figuras geométricas como círculos simples, círculos concéntricos, líneas rectas, líneas en zigzag, líneas curvas y líneas onduladas.

Cabe mencionar que, la cueva con los restos paleontológicos como sucede con muchos otros lugares de este tipo, ha sido visitada en diferentes ocasiones y se han practicado pozos de saqueo y se ha depositado basura, hay restos de fogatas contemporáneas y grafiti con aerosoles color negro, rojo y verde y algunas por incisión sobre las pinturas y grabados incisos.

 

El CaÑÓn de las Pinturas

El sitio con las pinturas rupestres se encuentra en un cañón formado por un arroyo que corre de norte a sur y que principalmente lleva agua en época de lluvias.

El cauce del arroyo seco que baja de la montaña.

El lugar se encuentra ubicado a un costado de la carretera que comunica al municipio de Sabinas Hidalgo y Villaldama.

Por muchos años, aun actualmente, este sitio ha sido azotado por la crisis de la inseguridad ya que frecuentemente ha sido escenario de enfrentamientos entre los grupos rivales de la delincuencia organizada, razón por la cual y es paradójico decirlo de modo, pues “La Morita”, se encuentra en salvaguarda de los saqueadores y depredadores que se han alejado por las hostilidades de grupos rivales de la delincuencia organizada.

El sitio  donde se ubica el otro conjunto de pinturas rupestres se encuentra hacia el interior del cañón. En tanto punto donde se han realizado los hallazgos paleontológicos se encuentra  muy cerca del Río Sabinas en la orilla de la carretera por lo que ha quedado expuesto al saqueo y a la furia de los elementos cuando los huracanes azotan esta parte del noreste de México.

Llegar al sitio donde se ubican las pinturas rupestres es toda una aventura 4 por 4 si bien es cierto hasta el paraje no se puede llegar vía vehículo, el hecho mismo de comenzar el ascenso hacia el espacio donde se encuentran las manifestaciones rupestres es todo una odisea, más si se trata de la temporada de verano.

Para llegar al sitio hay que atravesar una pedrera la cual se encuentra laborando literalmente las 24 horas del día hecho que puede ser peligroso debido a las constantes explosiones que se realizan en la pedrera, con el riesgo de ser golpeado con por una roca.

El agua baja de los veneros de la montaña.


Además hay que sortear muchos de peligros debido a que en este punto abundan las serpientes de cascabel, reptil sumamente venenoso que acostumbra bajar del cañón para cazar y beber agua en los abundantes aguajes.

Generalmente seco en todas las épocas del año, el arroyo que baja de la montaña ha creado innumerables pozas que pueden vistas durante el ascenso hacia donde se encuentra el abrigo rocoso donde se encuentran las pinturas rupestres.

Algunas pozas, incluso, pueden llegar a medir cerca de 6 metros de largo y cuarto metros de profundidad.

De hecho pilas naturales sirvieron a los antiguos pobladores del lugar como centro de abastecimiento del líquido vital pues se pueden observar fogones que en algunas pozas, lo que es indicativo de que también se pudiera tratar de sitios de habitación.

Además durante la época de lluvia proliferan los veneros naturales producto de la filtración natural de las rocas.

Las pozas naturales que sirvieron como aguajes a los antiguos pobladores.

Es fácil suponer que en la época en que fueron realizadas las pinturas rupestres el clima era diferente y más favorable para que los cazadores recolectores pudieran mantener su estilo de vida durante miles de años.

“La Morita” por muchos años el lugar fue visitado por estudiantes, tanto del municipio de Sabinas Hidalgo, así como de Villaldama ya que era un atractivo mostrar las pinturas rupestres a los alumnos como parte de su formación académica.

Sin embargo la huella del vandalismo quedó impresa en las paredes junto a los motivos rupestres.

El vandalismo se aprecia junto a las pinturas rupestres.

Tras caminar aproximadamente 2 kilómetros se pueden apreciar los motivos rupestres.

Se trata de un abrigo rocoso que se encuentra justo en la orilla del curso de un arroyo seco.

Las pinturas con motivos geométricos, líneas rectas, círculos concéntricos y motivos zoomorfos fueron pintadas en la roca en colores rojo,  amarillo y naranja.

Las pinturas fueron elaboradas con motivos rojos, naranjas y amarillos.

De todo el conjunto de manifestaciones gráfico rupestres sobresalen dos figuras antropomorfas de lo que suponemos se trata de un chamán en actividad de trance.

Probable representación de un chamán.

Además se pueden observar una figura esquematizada de un antiguo poblador utilizando un atlatl, por lo que bien se puede ser una de las pocas figuras donde se aprecia el uso de esta arma arrojadiza muy común en la prehistoria de las tribus originarias del norte de México.

Figura antropomorfa portando lo que parece ser un atlalt.

Del sitio donde se encuentran las pinturas rupestres todavía hay que subir aún más para llegar a otro punto donde se encuentran más figuras pintadas en la roca.

En otro punto del sitio, más hacia arriba se localizan más pinturas.

En el lugar también se pueden ver los restos de las hogueras antiguas ya que en el techo del abrigo rocoso predomina el color negro producto del humo, el hollín de las hogueras de los antiguos habitantes del lugar.

En el techo del abrigo rocoso se aprecia el humo de las antiguas hogueras.

La vegetación de “La Morita” es la típica de la zona del semidesierto del noreste de México sin embargo debido a la concentración de agua producto del arroyo intermitente y los veneros ocasionales suele ser más abundante que en otros puntos cercanos.

La vegetación en la cercanía del abrigo rocoso.

En un día de verano la temperatura suele superar los 40 grados por lo que la sombra del abrigo rocoso donde se encuentran los motivos rupestres es un lugar de alta concentración de animales especialmente de Serpiente de Cascabel, Pumas y Coyotes que buscan una presa.

En “La Morita” abundan las serpientes de cascabel.

Durante el recorrido se pudieron observar más de treinta de serpientes de cascabel desde el comienzo del ascenso hasta al abrigo rocoso lo que nos da una idea de la riqueza biológica del sitio.

En cuanto al estilo de la pintura rupestre hay quienes afirman que se trata del estilo Chiquihuitillos sin embargo diferimos de lo anterior y se podría catalogar a las pinturas como parte de un estilo muy amplio y difundido en el noreste de México y que corresponde a lugares como Cueva Ahumada y algunos sitios del vecino estado de Coahuila.

Existe la posibilidad de localizar más cuevas con motivos rupestres.
Sobre los autores de las pinturas es muy difícil el afirmar de qué etnia se trataba.


Históricamente la región fue habitada por las tribus Alazapas, no obstante es difícil precisar la autoría de las pinturas.

Pues de acuerdo a las Investigaciones del Instituto Nacional de Antropología e Historia el lugar ha sido habitado por largos periodos de tiempo que abarca desde los doce mil años hasta tiempos relativamente recientes.

Cabe mencionar que existe la posibilidad de que en las zonas serranas aledañas se encuentren más abrigos rocosos con motivos rupestres sin embargo falta mucho por explorar, pero debido a la crisis de inseguridad en cierta manera  puede llegar a ser impedimento para llevar a cabo más investigaciones.

La inseguridad que priva en esta parte de México puede ser un motivo  alentador para la conservación del lugar debido a que los vándalos se encuentran alejados y como consecuencia se evita el daño a las pinturas rupestres.


Valioso hallazgo

En el otro extremo del sitio donde se encuentran las pinturas anteriormente descritas se encuentra una cueva donde recientemente se han encontrado restos prehistóricos, los cuales han sorprendido a propios y extraños por la antigüedad de los hallazgos pues alcanzan los 12 mil años.

Para llegar al sitio se ascienden unos 30 metros hasta llegar a la caverna de origen cárstico, la cual tiene dos entradas principales que acceden a una cámara en algunos puntos considerablemente reducida y oscura.

Dentro de los vestigios que indican la presencia de las primeras ocupaciones, en la quinta capa se encontraron lascas retocadas en asociación a restos óseos de animal, en especial dos piezas molares de Equus Americano, que además sobresalen por su localización entre las cenizas de lo que probablemente fue un fogón u hoguera.

Restos de Equus Americano


Desde hace unos años en La Morita, arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia han excavado la cámara principal de una cueva, la cual tuvo como resultado el descubrimiento de 19 capas estratigráficas con 27 mil 865 artefactos.

De los hallazgos destacan puntas de proyectil y herramientas cuya morfología, en comparación con la de las áreas vecinas, permite proponer que las primeras ocupaciones se remontan hasta casi 15 mil o más  años.

 “La Morita” llegó a ser un punto estratégico como centro habitacional de cazadores recolectores, quienes encontraron en la abundante agua un lugar propicio para satisfacer sus necesidades.

Material lítico encontrado en La Morita. Foto Especial, Proyecto
“Estudio sobre la Prehistoria del Noreste”, Temporada 2003 y 2004. INAH, Nuevo León.


“Este hallazgo es importante porque es la primera vez que se encuentra fauna pleistocena en asociación directa a materiales culturales en Nuevo León y, a reserva de los resultados que arrojen las muestras de radiocarbono, prolongan de manera relativa las ocupaciones humanas hasta finales del Pleistoceno”, acota Moisés Valadez, arqueólogo de la Delegación del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en Nuevo León.

En las temporadas 2003 y 2004 se iniciaron trabajos de exploración en la cueva “La Morita II” ubicada en la ladera norponiente de la “Mesa El Cedral”, dentro del Cañón de Sabinas por donde corre el río con el mismo nombre, a una altitud promedio de 391 msnm.
(http://consejoarqueologia.inah.gob.mx/wpcontent/uploads/5_prehistorianuevoleon.pdf)

De acuerdo al proyecto de investigación del INAH en La Morita, los objetivos fueron:

1. Recuperar restos óseos humanos para realizar comparaciones con los obtenidos en temporadas anteriores.

2. Reconocer las características particulares de las poblaciones indígenas locales.

3. Contar con mayores datos sobre los lugares y tipos de enterramientos que amplíen y modifiquen la información sobre el patrón de enterramiento a nivel regional.

4. Recuperar materiales arqueológicos asociados a las inhumaciones.

5. Conocer la extensión, número de fases de ocupación de los contextos.

6. Distinguir los grados de especialización en la manufactura de los artefactos.

(Fuente. Proyecto “Estudio sobre la Prehistoria del Noreste”, Temporada 2003 y 2004. INAH, Nuevo León, Pág. 2)

El arqueólogo responsable del proyecto, Moisés Valadez,  entre muchas novedades encontró que el sitio es sumamente antiguo.

El sitio “La Morita” contiene una larga secuencia ocupacional que hace cerca de 12 mil años y se prolonga hasta período Arcaico medio hace 2500 años, representada por restos materiales de las diversas actividades realizadas por sus ocupantes donde se presentaron cambios importantes en el modo de vida y aprovechamiento de los recursos bióticos.

En informaciones del INAH, Valadez Moreno sostiene que: “a nivel regional, este sitio debió ser un lugar estratégico para la residencia temporal de grupos cazadores recolectores, quienes encontraron un lugar propicio para satisfacer sus necesidades biológicas, sociales y cognoscitivas, que seguramente fortalecieron a través de mitos, creencias y ceremonias celebradas con grupos de cosmovisión similar, puntualizó.

“Dentro de los vestigios que indican la presencia de las primeras ocupaciones, en la quinta capa se encontraron lascas retocadas en asociación a restos óseos de animal, en especial dos piezas molares de equus americano, que además sobresalen por su localización entre las cenizas de lo que probablemente fue un fogón u hoguera”, detalló el arqueólogo del INAH, Nuevo León. http://paginah.inah.gob.mx:8080/sPrensa/servlets/sSalaPrensa, consultado 8 de septiembre, 2010.

 

Trabajos en el sitio La Morita.  Foto Especial. Proyecto “Estudio sobre la Prehistoria del Noreste”, Temporada 2003 y 2004. INAH, Nuevo León.

Trabajos en la cueva donde se encuentran los restos humanos y de megafauna. Foto Especial. Proyecto “Estudio sobre la Prehistoria del Noreste”, Temporada 2003 y 2004. INAH, Nuevo León


Sobre la metodología en el informe detalla que se llevaron a cabo un minucioso análisis de los elementos y materiales arqueológicos de superficie y los contenidos en diez unidades estratigráficas excavadas durante las dos primeras temporadas de trabajo.

“Se rescataron más de 7,000 artefactos y desechos de talla lítica, algunos objetos de concha y hueso, y medio millar de artefactos históricos procedentes de los estratos superiores”.

“De manera complementaria se revisaron en detalle los materiales recuperados por los arqueólogos Jeremiah Epstein y Harald Jensen durante sus excavaciones en 1966 y se hizo la comparación tipológica con los artefactos reportados en diferentes investigaciones de la región. Cabe mencionar que para la recuperación de estos materiales la Dra. Solveig A. Turpin y el Dr. Herbert H. Eling McIntosh Jr., realizaron infinidad de trámites y negociaciones con el Dr. Jeremiah Epstein y el entonces director del Laboratorio de Investigación Arqueológica de la Universidad de Texas en Austin, Dr. Thomas R. Hester, quienes finalmente permitieron el regreso de los artefactos a nuestro país”, (Valadez Moreno en “Estudio sobre la Prehistoria del Noreste”, Temporada 2003 y 2004. INAH, Nuevo León, 5 y 6).
http://consejoarqueologia.inah.gob.mx/wp-content/uploads/5_prehistorianuevoleon.pdf

Cabe mencionar que “La Morita” llegó a ser un punto estratégico como centro habitacional de cazadores recolectores, quienes encontraron en la abundante agua un lugar propicio para satisfacer sus necesidades.

"Este hallazgo es importante porque es la primera vez que se encuentra fauna pleistocena en asociación directa a materiales culturales en Nuevo León y a reserva de los resultados que arrojen las muestras de radiocarbono, prolongan de manera relativa las ocupaciones humanas hasta finales del Pleistoceno", (Ídem).

El especialista recordó que como parte de los trabajos del INAH, en el 2002, se catalogaron un total de 160 nuevos sitios en la entidad; 87 de ellos localizados en bajadas, planicies y abanicos aluviales, y 73 sobre laderas, cimas, frentes rocosos, cuevas y abrigos rocosos.

Parte del abrigo rocoso ocupado por miles de años.


Sobre la cronología de “La Morita”, el arqueólogo a cargo de las investigaciones encontró que “en la cuarta capa se recuperaron artefactos burdos como raspadores, tajadores, percutores, manos y lascas retocadas, puntas de proyectil, así como otros ejemplares de forma triangular con acanaladuras o adelgazamiento en su parte basal.

“A partir de la tercera capa y en particular en la porción final de la capa dos, proliferan gran número de pequeñas rocas angulosas, artefactos característicos del período Arcaico, entre los que resaltan gubias, metates sobre lajas planas, manos circulares y puntas de proyectil.

En la parte media de la capa dos, se presenta la mayor frecuencia de artefactos.

“De acuerdo con el arqueólogo, la época de mayor ocupación del sitio correspondería al período Arcaico Medio, en este caso son comunes puntas de proyectil, que a nivel regional complementan los datos cronológicos y tipologías propuestos para otros sitios como Boca de Potrerillos y Cueva Ahumada.

“Finalmente, dijo que la capa uno da cuenta de un total abandono del sitio y en sus primeros centímetros solo alberga algunos artefactos de la década de los años cincuenta a nuestros días, seguramente relacionados con la época, cuando se abrió la carretera y hubo esporádicas visitas de lugareños y excursionistas, quienes deben ser los autores del grafiti sobre el arte rupestre”. http://paginah.inah.gob.mx:8080/sPrensa/servlets/sSalaPrensa

En tanto al registro y metodología ambas se derivaron de un minucioso del proceso de exploración y recuperación de los materiales y elementos arqueológicos fue asentado en cédulas elaboradas especialmente para el tipo de contexto y el sedimento de excavación fue cribado a través de mallas metálicas con entramado de ½, ¼ y 1/16 de pulgada, donde podían rescatarse minúsculos objetos como semillas, pequeñas cuentas (tipo chaquira) y diminutas lascas.

Cada material arqueológico fue separado y embalado de acuerdo al tipo de materia prima y fragilidad de la pieza y luego fue marcado y catalogado en cédulas. En el caso del carbón, se utilizaron instrumentos lavados con agua destilada para evitar todo tipo de contaminación, se guardó en bolsas de aluminio y en bolsas de polietileno con cierre a presión. Al terminar la excavación de cada unidad, se limpiaron, dibujaron y fotografiaron los perfiles de cada unidad y se eligió el perfil con mejores características para la obtención de muestras de sedimentos con el objetivo de realizar análisis arqueobotánicos y de identificación de suelos y sedimentos, recolectándose un kilo de sedimento de cada capa. (Proyecto “Estudio sobre la Prehistoria del Noreste”, Temporada 2003 y 2004. INAH, Nuevo León, Pág. 6)

Moisés Valadez, arqueólogo investigador del INAH-Nuevo León. Foto Especial

 

MEGA FAUNA

El arqueólogo menciono que dentro de los vestigios de primeras ocupaciones, “en una quinta capa se encontraron lascas retocadas en asociación a restos óseos de animal, en especial dos piezas molares de Equus Americano, que además sobresalen por su localización entre las cenizas de lo que probablemente fue un fogón u hoguera”.

“Este hallazgo es importante porque es la primera vez que se encuentra fauna pleistocena en asociación directa a materiales culturales en Nuevo León y a reserva de los resultados que arrojen las muestras de radiocarbono, prolongan de manera relativa las ocupaciones humanas hasta finales del Pleistoceno", afirmó

Cabe mencionar que este hallazgo no es el primero que se realiza en fechas recientes en Nuevo León ya que además de se han encontrado lobos prehistóricos, mamuts, alces y bisontes deambularon por estos zona de México  y sus restos, ocultos por miles de años, van saliendo a la luz.

Algunos expertos sostienen que se pudo deber a los cambios climáticos ocurridos a finales del pleistoceno que afectaron tanto a la flora y la fauna de las cuales éstos se alimentaban.

Aunque otros expertos opinan que la cacería a que eran objeto por grupos nómadas de cazadores los llevó a la extinción.

El investigador Moisés Valadez Moreno pone especial énfasis en “La Morita”, pues se trata de un sitio conformado por cuevas y abrigos rocosos, destacando que la importancia del lugar que ofreció “miles de artefactos” bajo la tierra y no a nivel de piso como en otros sitios del país.

Frontón Pétreo donde se encuentran las pinturas rupestres.

Este dato es de suma importancia pues permite a los especialistas “seguir la línea completa” de las primeras etapas de población humana en el sitio.

“En México es muy rara la cueva que tenga la estratigrafía completa. Luego la gente tiene puntas de fecha pero obtenidas en superficie y es muy raro que estén bajo tierra. En esta cueva podemos encontrar los artefactos más antiguos de México bajo tierra”, refiere Moisés Valadez.

En la zona norte de Nuevo León ha sido difícil encontrar osamentas de habitantes antiguos.

En “La Morita”, por ejemplo, no se han encontrado “entierros formales” sólo algunos dientes o fragmentos de cráneo.

Los restos óseos descubiertos en la zona arqueológica de “La Morita”, tras excavaciones realizadas en 2003 y 2004, serán analizados con pruebas ADN gracias a un convenio entre el centro INAH Nuevo León y la Universidad de Texas.

Los estudios permitirán conocer con mayor detalle cómo eran los pobladores que habitaron en la región hace más de 11 mil años y que se recuperaron de La Morita, considerado el sitio arqueológico con más antigüedad del estado de Nuevo León, México, aseveró Valadez Moreno en una entrevista periodística.
http://www.milenio.com/cultura/Analizan-rastro-primeros-pobladoresNL_0_309569084.html

 

TRIBUS EXTINTAS

Ya no existen, hace más de un siglo que fueron aniquilados, aun así, sus vestigios históricos no dejan de maravillarnos. Nadie sabe cómo eran, pues no hay ninguna fotografía que nos dé una idea acerca de cómo eran sus rostros.

Los españoles los bautizaron como Chichimecas, sin embargo, en lo que ahora es Nuevo León, los cronistas y misioneros nos dejaron algunas pistas para su entendimiento, las pistas se basaron principalmente en las rayas, colores  y los motivos con los que rayaban sus cuerpos.

En la crónica de Juan Bautista Chapa se llegan a contabilizar doscientas cincuenta y una tribus. No obstante de una forma general se podría decir que en la zona norte del estado estaban Los Alazapas; hacía el oriente Los Huinalaes; al poniente Los Huachichiles; al sur Los Borrados.

Pero entre otros destacan Los Catujanes al poniente de Lampazos. Al noreste habitaban los gualeguas, que dieron nombre a Agualeguas; en Sabinas Hidalgo y Vallecillo estaban los Carrizos; Los Cataras en Cerralvo; Los Ayancuaras, en Doctor González. Y en los municipios de Zaragoza y Aramberri, Los Bozalos.

Algunos lugares con nombres indígenas que han perdurado hasta nuestros días son: Hualahuises y Agualeguas, vale la pena agregar a  Nacataz e Icamole, en García; a Huinalá, en Apodaca; Camaján, en Higueras; Mamulique, en Sabinas Hidalgo; Ipoa y Pucacili, en Aramberri.

Lugares como Boca de Potrerillos, La Morita, Cueva Ahumada y Chiquihuitillos, entre otros, evidencian la presencia humana desde hace cerca de 13 Mil años.

Imponentes resultan las pinturas rupestres y los petroglifos que contienen imágenes con motivos antropomorfos: cuerpos, manos, pies, así como soles, lluvia, ríos.


LAS COSTUMBRES

La mayoría de los integrantes de las tribus eran cazadores y sus herramientas para cazar eran arcos, flechas y cuchillos.

La mayoría andaban desnudos y algunas mujeres utilizaban hierbas, zacate tejido y pieles de venado para cubrirse.

El alimento base de estos eran las tunas y el mezquite, aunque comían animales como lagartijas, venados, entre otros.

En algunas otras tribus se acostumbraba que se agujeraran las orejas, los labios o la nariz para colocarse huesos, plumas o palos; también se pintaban la cara con rayas, como símbolo de adorno.

En sus mitotes bailaban entonando melodías con calabacitas agujeradas y rellenas con piedras de hormiguero, palos de madera que raspaban con palillos, flautas de carrizo.


YA NO ESTAN

Desde la llegada del hombre blanco, las antiguas tribus del noreste de México ya no están, ya desaparecieron de la faz de la tierra, pero su legado histórico es incalculable.

Fueron temidos y ese mismo temor del conquistador los llevo a la extinción. Algunos como Los Catujanes perecieron luchando, otros como Los Carrizos se unieron a los batallones insurgentes en guerra de Independencia; otros como Los Apaches Lipanes perecieron a manos de los batallones norteaméricanos. Sin embargo, un hecho es cierto, no quedo ninguno, somos árboles sin raíz, huérfanos de nuestro destino y ellos son fantasmas del pasado, patrimonio inmaterial que para siempre se ha perdido.

 

 

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Cómo citar este artículo
:

Lorenzo Encinas Garza. La Morita” 12 Mil años de historia
Uno de los asentamientos humanos más antiguos de México
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2015

 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

 

Carbot Chanona Carlos et al: Origen y evolución del género Equus en México en Registros Paleontológicos del Caballo en América. UNAM, México, 2006.

INAH Proyecto “Estudio sobre la Prehistoria del Noreste”, Temporada 2003 y 2004. INAH, Nuevo León. http://consejoarqueologia.inah.gob.mx/wp-content/uploads/5_prehistorianuevoleon.pdf, Consultado 4 de septiembre 2012.

http://paginah.inah.gob.mx:8080/sPrensa/servlets/sSalaPrensa

Murray, William B. Arte rupestre en Nuevo León: numeración prehistórica, Gobierno de Nuevo León  Archivo General del Estado, 1987.

Rebolloso, Roberto, Arqueología de Nuevo León. Gobierno de Nuevo León  Archivo General del Estado, 1991.

Valadez Moreno, Moisés. La arqueología de Nuevo León y el noroeste Universidad Autónoma de Nuevo León, 1999.