Argentina


Pinturas rupestres de India Muerta, provincia de Córdoba, Argentina

Ana María Rocchietti, anaau2002@yahoo.com.ar Laboratorio de Arqueología y Etnohistoria, Departamento de Historia, Facultad de Ciencias Humanas, Universidad Nacional de Río Cuarto.Universidad Nacional de Río Cuarto, Provincia de Córdoba, Argentina.


Resumen: India Muerta es una parte de los entornos comarcales de la villa de Achiras, en la Provincia de Córdoba, Argentina. Se trata de una región mediterránea de sierras antiguas y relativamente bajas. Se presentan tres sitios rupestres con numerosos paneles pintados de singularidad gráfica y coherencia temática.

Palabras- claves: arte rupestre – situación gráfica – coherencia estilística

Abstract: “India Muerta” is a part of the regional environments of Achiras's villa, in the Province of Cordoba, Argentina. It is a Mediterranean region of ancient and relatively low mountains. Paper presents three rock art sites with numerous panels with graphical singularity and thematic coherence.

Key-words: rock art - graphical situation - stylistic coherence

 

El pensamiento mágico es un comienzo, un esbozo, una parte de un todo todavía no realizado
Claude Lévi-Strauss, [1962] 1999

El propósito de este trabajo es dar a conocer un conjunto de pinturas rupestres singulares –por su estética– y notorias –por su coherencia visual- halladas en un espacio físico de un cuarto de hectárea y en sólo tres sitios que no tienen repetición, hasta el momento, en la comarca de Achiras, en el Departamento de Río Cuarto, Provincia de Córdoba, Argentina. Este arte se encuentra en una sección de la serranía central que lleva el nombre de Sierras Pampeanas (Stelzner 1871, en Toselli y Rossi 2007) formada por montañas que no superan los 1500 metros sobre el nivel del mar, de contornos suaves, cumbres redondeadas y valles provistos de abundante agua por arroyos y surgentes de régimen torrentoso y estacional que corren sobre lechos de piedra o arena y entre saltos de poca magnitud. Originariamente montes de árboles y arbustales xerófilos cubrían este territorio pero en la actualidad el uso agrario de suelo ha hecho que desaparecieran (Kraus et al, 1999; Demaio, Karlin y Medina, 2002) En razón de esta cobertura de bosque podemos suponer que los sitios que presentamos se hallaban en el seno de esta formación vegetal que taxonómicamente lleva la designación de Espinal. En el presente, sin embargo, la posición geográfica de estos sitios ha sido desmontada y la estación rupestre aparece despojada de su entorno original.

Un marco teórico para el arte rupestre

Nos parece adecuado, antes de introducir el arte y analizarlo, hacer algunas consideraciones conceptuales con la finalidad de explicitar las fuentes de su interpretación.

En primer lugar, tratándose de una ideología cuyas características formales conocemos pero no así su significado, es necesario destacar que sus condiciones ideológicas se encuentran demarcadas por sus contextos arqueológicos. En segundo, el conjunto teórico de aproximación a los registros trata de evitar el estancamiento descriptivo ya que la ideología es una dimensión histórico-social condicionada. Esto significa que el arte rupestre siendo una obra histórica no se subordinó necesariamente a esos contextos ya que las ideologías –desde los orígenes de la Humanidad– tensan por ser universales y por actuar sobre el mundo (Therborn, 1995) por lo que se caracterizan por la duración y la trascendencia respecto de grupos humanos determinados o espacialmente restringidos. Las ideologías –antiguas y modernas– poseen “espesor” histórico y “horizonte” (esto último en el sentido de que tienden hacia un límite que determinará su vigencia o su desaparición) y estas dos cualidades hacen de su arqueología una disciplina social dado su valor perfomativo sobre la realidad histórica. De alguna manera la arqueología del arte rupestre lo es de una intención cosificada, pretérita y prácticamente ininteligible. De ese modo, los enfoques interpretativos del arte rupestre poseen un alto grado de versatilidad, ambigüedad e incertidumbre.

India Muerta

India Muerta es una zona ubicada al noroeste de Achiras, de sierra plena, oscilante entre los 900 y 1000 metros sobre el nivel del mar, de este a oeste, a unos 10 kilómetros al noroeste de Achiras. Por lo tanto, los sitios ubicados en esta geografía, cercana a La Punilla y a las estribaciones occidentales de los Comechingones, expresan asentamientos y obras de arte plenamente serranas. Es un paisaje con monte raleado, de topografía alta y ondulada por los valles longitudinales, de rumbo norte. Ya no hay planchones de granito desnudo sino pastizales continuos. Aquí nace el arroyo Achiras, el que corriendo hacia el sudeste, atraviesa la villa a la que da su nombre. En relación con este eje expondremos las características de los sitios rupestres Sierra Grande 1, 2 y 3. Todos se localizan en el establecimiento agrario del mismo nombre (conocido también como campo de Zacconi), en ambiente granítico de la variedad Los Nogales-Achiras (Fagiano et al, 1995) a 2000 metros del nacimiento del arroyo India Muerta que da nombre a la zona y en cuya margen izquierda se localizan los sitios que hemos agrupado dándole su nombre al lugar. Se hallan junto a un bosquecito de árboles frutales (y por eso son casi invisibles) de perales, durazneros, ciruelos, manzanos, acacias y pinos. Siguiendo los desniveles del afloramiento se llega al arroyo, a cuya vera crecen tréboles y helechos. El sector es umbrío, con fuertes sonidos producidos por el viento (que allí es siempre fuerte) y las aves, en un cuadro de terreno que en la estancia denominan La Quinta. Tienen interés temático y contextual.

Sierra Grande 1

Este sitio es una masa rocosa irregular, rodeada en su lateral oeste por un pircado moderno en el que encierran vacas; ellas no tienen acceso al sitio rupestre por la estructura del bloque que impide el acceso de animales corpulentos. Posee tres orientaciones ambientales no conectadas entre sí y que abren hacia el oeste, el noreste y el sur respectivamente. La orientación ambiental 1 (OA1) posee un acceso lateral muy bajo que obliga a entrar a gatas. En su interior se encuentran siete orientaciones retinianas determinadas por la disposición de los diseños pintados; cada una de ellas configura un dibujo autocontenido, es decir, sin referencia a los contenidos de las otras orientaciones. La orientación ambiental 2 (OA2) contiene sedimentos con abundante estiércol, producto del encierro ocasional de ganado ovino; es estrecha y sin dificultad de acceso. No registra dibujos. La orientación ambiental 3 es una pared lateral con dibujos casi desvaídos. Todo el conjunto está cerrado por un pircado rectangular moderno que le da el carácter de un corral aunque –por estar en el interior inaccesible– el ganado no afecta al arte. Se ha salvado de la explotación minera por casualidad ya que el cuadro, actualmente ganadero, fue en el pasado una cantera que estuvo bajo explotación hasta la década de 1960. Se sobreeleva sobre el terreno circundante y junto a un bosquecito (alóctono) de nogales, un pinar y un galpón de piedra de muy buena factura abandonado. A unos cincuenta metros corre un arroyo (que no tiene nombre) de norte a sur. La orientación ambiental 2 rindió algunos vestigios de instalación humana (fragmentos de cerámica y lascas) y las otras dos están desnudas de sedimentos y de artefactos mientras en el sudoeste de la orientación ambiental 1 hay tres morteros de molienda muy grandes y profundos.

Vamos a centrar la descripción en la orientación ambiental 1 porque es la verdaderamente nítida y compleja.

El piso, inclinado, está cercado por un pircado que obtura la luz entre él y la pared (que no es sino la curvatura de un techo que se expande a la manera de cúpula o hipérbole, en contraste con la estructura exterior de la masa de piedra) con la finalidad de que los chivos, ovejas o terneros no queden atrapados allí si entran para curiosear. Las condiciones de visibilidad, por esta razón, son malas. Son nueve orientaciones retinianas que se disponen en el sector sudeste del techo, con excepción de la que numeramos como 8 que está en la pared norte de la cámara, en una escenografía dotada de gran particularidad: el granito se presenta con una estructura en panel de abejas, solamente en la cámara interior, con una suave penumbra.

Figura 2. Sierra Grande 1, planta y perfiles de norte a sur

Figura 3. Sierra Grande 1.
 Entrada a la orientación ambiental 1 y lateral sur del sitio

Todos los dibujos son poligonales. Combinan los colores blanco, rojo y ocre; algunos están casi invisibles no sólo por la pérdida de nitidez sino también por la oscuridad en que se encuentra la cámara. Algunas no fue posible reproducirlas ni por fotografía ni por calco.

La orientación ambiental 1 es una poligonal blanca recta cerrada con dieciocho subdivisiones cuadradas; éstas están remarcadas internamente en rojo. Por fuera de este dibujo se trazaron tres líneas en color ocre. Cubre una superficie de 0.20 m x 0.20 m.


Figura. Sierra Grande 1, poligonal, blanco, rojo, ocre

La orientación retiniana 2 y 3 son apenas visibles.

La orientación retiniana 4 es una poligonal abierta cerrada que puede sugerir una víbora, una espiral y una mancha indiscernible. Todo el conjunto es blanco. Cubre una superficie de 0.33 m x 0.75 m.

Figura 5. Sierra Grande 1, orientación ambiental 4

La orientación retiniana 5 es una poligonal recta cerrada, roja, rodeada por líneas onduladas color ocre. Cubre una superficie de 0.54 m x 0.90 m.

Figura 6. Sierra Grande 1, orientación retiniana 5

La orientación retiniana 6 tiene afinidad con la anterior. Vuelve a aparecer una poligonal recta cerrada, casi romboidal en rojo, manchas blancas absorbidas por la pared y un círculo incompleto rojo. Cubre una superficie de 0.75 m 1.35 m. 

Figura 7. Sierra Grande. Orientación retiniana 6

La orientación retiniana 7 consiste en una serie de líneas rojas con tendencia a la concentricidad y un relicto de pintura ocre. Cubre una superficie de 0.30 m x 0.24 m.


Figura 8. Sierra Grande, orientación retiniana 7

La orientación retiniana 8 consiste un trazo curvo, relictual. 0.12 m x 0. 18 m.

Figura 9. Sierra Grande 1, orientación retiniana 8

La orientación retiniana 9 despliega líneas curvas, algunas superpuestas, en rojo claro y rojo oscuro, cubriendo una superficie de 0.40 m x 0.29 m.


Figura 10. Sierra Grande 1, orientación retiniana 9

Síntesis

Los registros de este sitio son múltiples y muy variantes: todos poligonales. Llama la atención la recurrente utilización de su cámara para realizar dibujos.

Sierra Grande 2

Este sitio se encuentra bajo una estructura constituida a partir de dos bloques paralelepípedos. El desarrollo de la cámara rupestre se produce a expensas de la articulación de uno con otro: un bloque es de porte vertical, macizo y el otro descansa sobre su cara más extensa, dejando un espacio interior no demasiado amplio, al que se accede por una pequeña abertura al oriente. Para ingresar es necesario hacerlo en cuclillas y de lado. El espacio interno se encuentra en semi-penumbra la mayor parte del tiempo. Su eje general es norte-sur. La biota está integrada por helechos (en el contorno de luz/sombra), avispas, arañas, hormigas y moscas.

La planta general es sub-circular con dos niveles (A y B) y abarca unos seis metros cuadrados. En el más bajo (B) se concentran huesos de animales que debieron haber quedado encerrados allí o, en su defecto, si es que el lugar ha servido de refugio a un puma deben corresponder a uno o varios banquetes. No presentan marcas de mordidas. En el momento de registro había un fuerte olor a zorrino. El piso delimitado por el techo-pared es de piedra desnuda en A.

Hacia el sur, la estructura está cercada por bloques canteados y algunos se derraman sobre el piso. Otro tanto ocurre con el perímetro norte pero allí no todas las piedras están canteadas. El nivel más bajo está recubierto por una fina película de sedimento limoso pulverulento (semejante a un guadal) arrastrado allí por el viento. El techo describe una bóveda amplia a 1.15 m desde el suelo y de desarrollo curvo.

En el nivel más alto, la luz (que tiene lugar en aberturas al sur y al oeste además d ela entrada general) no supera el metro y aquí crecen algunos helechos de la variedad “serrucho”. La línea de goteo baja hacia el extremo norte a los 0.50 m desde el suelo y en la porción este del perímetro la roca forma una pared que se continúa como una artesa con el piso. Eso hace que mientras el exterior exhibe al sitio como un sólido con caras bien marcadas, el interior parezca mucho más un taffon. El interior tiene escasa turbulencia aunque tiene lugar en sentido predominante norte-sur, siguiendo el eje mayor de la estructura y haciendo caer el polvo en el sector B. En los momentos de los registros no había humedad interior y tampoco se advierten líneas de humedad exterior. Esto puede deberse a la compacidad de la matriz rocosa. En cambio, presenta abundantes grietas y diaclasas en la superficie exterior. En el interior presenta dos diaclasas en el piso que describen un ángulo de 45º una con otra. Una recorre todo el sector A, se ensancha hacia el norte y aloja dos grandes piedras y sedimento. La otra marca el desnivel A-B. No hay derrumbes observables. La meteorización es intensa en la fracción de los alvéolos de disyunción del granito.

Se advierte prelación por el ingreso de animales a la cámara pero no sobre las pinturas rupestres. No existe prelación humana de ningún tipo.

El piso del fondo (el que está a mayor profundidad) va en talud hacia el norte. Por los intersticios deben deslizarse huesos que van a parar-a manera de resumidero- por la grieta que separa los dos niveles del piso a una oquedad oscura y relativamente profunda que es la base real del sitio. De acuerdo con los criterios que usamos para sistematiza el registro, el lugar tiene una sola orientación ambiental. Las orientaciones retinianas se alojan en oquedades formadas por superficies de exfoliación catafilar que hacen las veces de pequeñas “hornacinas” bien cóncavas. Hay cinco de ellas, correspondiendo cada una a un hueco diferente. Tienen los efectos de un proceso de argilización por descomposición del feldespato. Puede ser posterior a los dibujos. La textura de base de la pared la ofrece el granito de tonalidad rosada. Hay nódulos de barro dejados por los “bichos canasta” y telas de araña. El lateral de este techo se encuentra cruzado por un largo dique de feldespato de unos 0.05 m de espesor que se desarrolla entre la abertura norte (a 0.30 m de ella) y la entrada este, hasta juntarse con una diaclasa.

Hacia el sur la textura tiene predominio de cuarzo y es más gris. Las “hornacinas” se observan desde la mitad del perfil del alero hasta el norte (es decir, en el sector A) y la intersección de sus planos tiene una espesa capa de argilita. Ésta es especialmente notable en el lateral oeste. El interior de las mismas está ennegrecido por óxido de manganeso pero en su interior predomina el rosado oscuro de los fenocristales de feldespato.

Figura 11. Sierra Grande 2. Conjunto rocoso



AB

Figura 12. Sierra Grande 2, geoforma, A. planta y, techo, B. perfiles

La escala gráfica de este sitio consiste en poligonales y huellas de puma; su escala cromática comprende el blanco-rojo-naranja con un estado de visibilidad bueno para la orientación retiniana 1 y regular para las restantes. El blanco se resuelve como blanco-gris opaco y el rojo como rojo-naranja transparente.

El conjunto documenta una asociación huella (o pata) con poligonal que no es frecuente en la región, especialmente por ser multicolor. No hay superposiciones.

La ergología que acompaña la documentación de este sitio es muy somera. Existía algo de material superficial un mortero fijo a escasos 30 metros hacia el este, algunas lascas de cuarzo; fragmentos de cerámica fina muy pequeños. (Rocchietti, 1995a).

La orientación retiniana 1 muestra una poligonal recto-curva cerrada, con subdivisiones en color blanco, tamaño 0.18 m x 0.21 m. El grosor de las líneas es de 0.01 m.

Figura 13. Sierra Grande 2, orientación retiniana1


Figura 14. Sierra Grande 2, orientación retiniana 1 y huecos en el techo

La orientación retiniana 2 es un conjunto de poligonales en rojo ladrillo y blanco amarillento, concéntricas. Su tamaño es de 0. 33 m x 0.39 m con un ancho de línea de 0.02 m.



Figura 15. Sierra Grande, orientación ambiental 2

Figura 16. Sierra Grande 2, orientación 2 en perspectiva


La orientación retiniana 3 es una poligonal recta abierta (quebrada), en rojo. Cubre una superficie de 0.48 m x 0.54 m. en un plano extremadamente cóncava.


 

Figura 17. Sierra Grande 2, orientación retiniana 3

La orientación retiniana 4 es una poligonal recta, cerrada y otra adyacente en blanco. La segunda tiene subdivisiones cuadrangulares. Sus dimensiones son 0.30 m x 021 m.


Figura 18. Sierra Grande 2, orientación retiniana 4

La orientación retiniana 5 muestra una línea roja que describe una trayectoria triángilo-rombo-rombo, parcialmente superpuesta a líneas blancas.



Figura 19. Sierra Grande, orientación retiniana 5

La orientación siguiente, la 6, parece corresponder a huellas de puma, en blanco. Son algo geométricas en su diseño (por lo cual podría objetarse esta interpretación).

   

Figura 20. Sierra Grande 2, orientación retiniana 6, huellas

Síntesis

Este sitio desenvuelve dos temas del arte de la región: huellas de puma y poligonales concéntricas pero lo hace en un nivel inédito porque emplea un espectro de color y porque busca los huecos bien pronunciados. Por esa razón lo hemos publicado como un arte relativamente diferenciado en su modalidad (Rocchietti, 1995b).

Sierra Grande 3

Este sitio se dispone a la par del Sierra Grande 2, separados por veinte metros, hacia el este. Tiene la forma de un taffon montado sobre grandes bloques fracturados de orientación meridiana en el paisaje. Presenta grandes diaclasas y predomina el feldespato en la matriz de la roca. Al sur de este emplazamiento se encuentran dos morteros (uno incompleto). Apoya en un delicado equilibrio sobre dos pies que son expansión del techo. La planta está cruzada por dos grandes diaclasas convergentes y otras menores. Las dos principales describen un ángulo de 45º, estando una de ellas con orientación norte-sur y la otra nor4ste-sudoeste. Ellas están ocupadas con sedimentos y pasto. La inclinación del conjunto sobre el terreno es, también, de 45º con buzamiento exterior hacia el norte y con buzamiento interior hacia el sur.

   

Figura 21. Sierra Grande 3, Planta y perfil



Figura 22. Sierra Grande 3, frente del taffon

El taffon tiene desarrollo hemiesférico en el interior y aristas bastante netas en el exterior. La cobertura del techo sobrepasa la base de la roca y se expande hacia el norte y hacia el sur. La visera es espesa. La planta cierra hacia el este y el oeste y es abierta hacia el norte y hacia el sur. La turbulencia interior es similar a la de afuera ya que no ofrece abrigo ni reparo al viento.

El arte rupestre se encuentra casi en el borde del perímetro del este. Tiene una sola orientación retiniana que expone tres dígitos, uno de ellos casi invisible. Aquí se verifica una relación de formas tridígito/tridígito y no hay superposiciones manifiestas.


 

Figura 23. Sierra Grande 3, tridígitos

El pasto y los helechos invaden la planta a nivel del gran bloque que sirve de base a la geoforma. Por las paredes migra óxido de manganeso y –como es habitual- hay argilita sobre las paredes donde forma una capa espesa siguiendo los planos de disyunción de la roca. Por la naturaleza del taffon, la gradación lumínica es muy alta y cuando llueve está sometido a la penetración del agua aunque en los días de sol no se advierten vectores de humedad. Las diaclasas, no obstante, son profundas. No hay derrumbes ni prelación animal o antrópica. Puede estimarse una alta erosión hídrica y una intensa meteorización en el techo. No hay material ergológico asociado a este sitio con excepción del mortero.

Síntesis

A pesar de las variaciones que constatamos en todos los sitios expuestos hasta ahora, podemos reconocer un cierto pacto convencional en el conjunto documental. Él no puede sino derivarse de ese complejo integrado que es la situación gráfica de cada sitio, en la que la relación escenografía, escena y textura es dirimente. Ella incluye al paisaje rupestre como nexo de los aspectos no sígnicos del arte pero que tiene peso en la constitución de la práctica que puede identificarse como estilo.

En el sitio, la tensión dialéctica fundamental ocurre entre el observador y toda la situación gráfica, a la que podemos caracterizar como ver y nombrar o definir.

Las características de la estructura compositiva de los registros presentados son las siguientes:

  • trazado de poligonales abiertas curvas y quebradas,
  • articulación de poligonales abiertas,
  • aplicación de áreas cromáticas irregulares, completas e incompletas,
  • combinación de superposiciones en sentido estricto una figura se ve por debajo de la otra) según un módulo blanco sobre rojo, rojo sobre blanco y blanco sobre ocre,
  • ausencia de formas perimetrales reconocibles en sentido figurativo,
  • formas relacionales heterogéneas que no podemos adjudicar a nuestras gestalts de reconocimiento, sobre todo teniendo en cuenta el contexto comparativo en la zona de India Muerta.
  • diseños alojados en huecos esferoidales y planos que resultan de la exfoliación del granito.

Un aspecto importante de los documentos de Sierra Grande es que problematizan la dimensión de conectividad y de rupturas entre sitios y regiones, cuándo dar cuenta de ella sobre qué fundarlas son el fundamento práctico de la separación de documentos en estilos diferentes.

Conclusiones

Al estudiar arqueológicamente el arte rupestre, siempre confrontan dos registros: uno es el del ritual –residuo mudo de una acción oficiante y creyente que lo produjera– y el otro es el de las huellas de dibujo que quedan en una pared. Se deben conciliar los algoritmos de la arqueología con el testimonio pasional que ofrecen estos monumentos y su remota actuación en los juegos del lenguaje, desplegada por humanos que, en su interacción con lo sobrenatural, los consideraban efectivos para actuar mágicamente sobre el mundo.

Estos registros se definen por cuatro dimensiones complementarias: los sitios rupestres, las características de su emplazamiento (en su geografía y en las rocas), la situación gráfica que presenta cada uno de ellos y las convenciones de diseño que subyacen a ella. Unos son materiales, otros interpretativos.

El arte rupestre puede enfocarse como una clase de imaginario instituido (Castoriadis, 1992). Ese “fondo” de imágenes –que posee toda sociedad humana– es fuente y síntoma de creatividad e invención, de arbitrariedad en la significación y de ejercicio espontáneo de las creencias. Lévi-Strauss afirmó que

“Todo mito o trozo de mito permanecería incomprensible si cada mito no fuera oponible a otras versiones del mismo mito o a mitos en apariencia diferentes, cada trozo a otros trozos del mismo mito o de otros, y sobre todo a aquellos cuya armadura lógica y contenido concreto, considerado en los más ínfimos detalles, parecen llevarle la contraria.” (Lévi-Strauss, 2007: 53).

Esta afirmación puede aplicarse a la relación entre sitios rupestres, aún cuando no apeláramos al método estructural ya que las obras en las rocas podrían tener una interreferencia que solamente se vuelve evidente cuando se considera un conjunto amplio de sitios rupestres. Algunas se confirman mutuamente porque repiten los signos o la narrativa que sugiere su combinación, otras se contradicen quizá como resultado de la improvisación creativa del oficiante. Ésa sería la realidad de su estilo y de la ideología que lo ha producido. También sería el principio de la coherencia de los sitios de India Muerta.

Glosario

Taffon: geoforma de granito con arquitectura de “bocha” o hemiesfera con hueco interior.
Orientación ambiental: cada uno de los recintos o espacios diferenciados en el sitio rupestre.
Orientación retiniana: cada uno de los conjuntos gráficos en el sitio rupestre, abarcables con la mirada y dotados de autonomía.
Situación gráfica: conjunto de condiciones de roca, luz, sonido y agua en un sitio rupestre.

¿Preguntas, comentarios? escriba a: rupestreweb@yahoogroups.com

Cómo citar este artículo:

Rocchietti, Ana María. Pinturas rupestres de India Muerta,
provincia de Córdoba, Argentina.
En Rupestreweb, http://www.rupestreweb.info/indiamuerta.html

2011

BIBLIOGRAFÍA

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KRAUS, T. A., C.A. BIANCO Y C. O. NUÑEZ 1999 Los ambientes naturales del sur de la Provincia de Córdoba. Editorial de la Fundación Universidad Nacional de Río Cuarto. Río Cuarto.

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ROCCHIETTI, A. M. 1995a Arte arqueológico de India Muerta (Departamento de Río Cuarto, Córdoba) En A.M. Rocchietti (comp.) Segundas Jornadas de Investigadores en Arqueología y Etnohistoria del Centro-Oeste del País. Universidad Nacional de Río Cuarto. Río Cuarto: 103-124.

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