Huallanca: un complejo de arte rupestre en Paucará, Huancavelica
Arturo Ruiz Estrada, aruizestrada@yahoo.com, Instituto de Investigaciones Histórico Sociales de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
RESUMEN
La presente información presenta una primera aproximación al estudio del
arte rupestre en el complejo arqueológico de Huallanca, distrito de Paucará,
provincia de Acobamba, región de Huancavelica, Perú. Se trata de un cobertizo
rocoso en cuyas paredes se plasmó varias escenas pintadas y grabadas con la
representación de diferentes motivos. Las pinturas tienen varios colores en
tanto que los petroglifos consisten de numerosos hoyos y figuras antropomorfas.
La superposición de figuras plantea diferencias cronológicas pero no se ha
establecido aún la antigüedad real del complejo rupestre.
Palabras clave: Arte rupestre. Paucará. Huancavelica. Perú.
ABSTRACT
This information presents a firt approach to the study of rock art in the archaeological complex of Huallanca Paucará district, province of Acobamba region of Huancavelica, Perú. This is a rock shelter walls was reflected in several scenes painted and engraved with the representation of different reasons. The paintings have different colors while the petroglyphs consist of numerous holes and anthropomorphic figure. Figure raises overlappinng timing differences but not set the actual length of the rock complex.
Keywords: Rock art, Paurará, Huancavelica, Perú.
INTRODUCCIÓN
Durante
nuestras exploraciones en la provincia huancavelicana de Acobamba identificamos
varios abrigos rocosos con expresiones rupestres próximos a la capital de esta
provincia entre los que destaca el de Quillamachay. Pero nuevas investigaciones
en la zona nos permitieron recoger informaciones de otros paraderos existentes
en el vecino distrito de Paucará, de la misma provincia, razón por la cual
decidimos explorar su territorio para tener una mejor idea de la naturaleza de
las expresiones rupestres de la región. Dicha actividad nos deparó registrar
dos nuevos lugares donde, hace miles de años, sus antiguos habitantes habían
dejado las huellas de su arte tanto pintado como grabado en la propia roca. Se
trata de las llamadas pinturas rupestres y los petroglifos, que son tal vez las
primeras expresiones gráficas de los más remotos pobladores de la zona. Si
bien existen algunas informaciones que aluden especialmente a grupos sociales
presentes durante los tiempos tardíos del poblamiento andino, se carece todavía
de estudios concretos sobre el arte rupestre de esa zona. De allí que
constituye un reto científico la tarea de explorar, identificar y explicar la
naturaleza del proceso de poblamiento humano, al cual pueden apoyar las
investigaciones del arte rupestre ligado, en muchos casos, a ocupaciones
humanas bastante antiguas. En esta oportunidad queremos ofrecer algunas
aproximaciones sobre el arte rupestre del distrito de Paucará, zona donde
existen varios paraderos arqueológicos con este tipo de expresiones. Justamente
tratamos de los sitios localizados en la quebrada de Wichjana, lugar por donde
discurre un río de poco caudal, en cuyas laderas de accidentada geografía se conservan
dos abrigos rocosos con restos de pinturas y petroglifos.
PAUCARÁ
Actualmente
Paucará es un distrito que pertenece a la provincia de Acobamba en la región de
Huancavelica, Perú. Fue creado mediante Decreto Ley N° 9718 el día 15 de Enero
de 1943. Tiene una población de 10,509 habitantes. Se halla a casi cuatro mil
metros de altura sobre el nivel del mar pues su altitud es de 3,806 metros y
alcanza una superficie territorial de 225 kilómetros cuadrados. Su capital que
viene a ser el pueblo del mismo nombre, muestra un desarrollo económico avanzado
en relación a los otros distritos de la provincia de Acobamba. Es el distrito
que recibe el mayor presupuesto del Gobierno entre el resto de los pueblos de
la provincia. Destaca por la producción agrícola de papas y desde hace buen
tiempo se ha convertido en una de las localidades con un buen movimiento
económico, lo cual se refleja en su rápido crecimiento poblacional y urbano. De
haber sido anteriormente un pueblo rural reducido se ha convertido en una urbe
con servicios indispensables para el abastecimiento de sus pobladores. La feria
dominical que congrega a varios pueblos de la región cada semana es otro hecho
que expresa la dinámica comercial de sus pobladores. En la actualidad, Paucará
es uno de los distritos de la región de Huancavelica que muestra un movimiento
económico de gran importancia a tal punto que se la reconoce como un lugar
donde se articulan las mayores transacciones comerciales a nivel de la región.
Para llegar a Paucará existen vías de acceso que lo comunican mediante
carreteras afirmadas a la capital de la provincia, esto es Acobamba, a
Huancavelica, a Huancayo y a Huanta y Ayacucho. Por las inmediaciones de
Paucará cruza también el antiguo camino inca.
Dentro del territorio del distrito de Paucará, se localiza la quebrada
de Wichajana donde aparece un complejo arqueológico de arte rupestre del cual
damos cuenta como resultado de una primera exploración.
CARACTERÍSTICAS GEOGRÁFICAS Y ECOLÓGICAS DE LA ZONA
La
zona arqueológica se localiza en una quebrada denominada Wichjana por donde
discurre el río de Paucará que se dirige hacia la comunidad de Huayanay (Fig.
1). También se alinea en forma paralela al río un camino de herradura
tradicional que sirve de enlace entre el pueblo de Paucará y varios pagos del
entorno de la comunidad de Huayanay. A lo largo de la quebrada aparece un
conglomerado de rocas dispersas como producto de una convulsión geológica de
hace millones de años. En algunos sectores aparecen paredes rocosas que caen
verticalmente al suelo y una de estas ha sido utilizada para plasmar pinturas y
petroglifos. Otra pequeña cueva contiene solo petroglifos. Ambos se localizan
en la margen izquierda y a no mucha distancia del cauce del río, por cuya
razón se accede a los abrigos sin mucha dificultad. Debido a lo estrecho de la
quebrada se observan algunos pocos espacios con cultivos especialmente de
papas y una flora nativa de arbustos entre las rocas. Tampoco la distancia
entre Paucará y los sitios es lejana y su acceso puede realizarse en menos de
una hora. El clima se manifiesta frío y seco, lluvioso en el invierno y
fuertes días de sol en el verano. Pese a ser una zona de altura, situada hacia
los límites elevados de la región Quechua, se constata a su entorno la
presencia de cultivos de papas, ocas, mashua, trigo, cebada, tarhui, alimentos
que constituyen el sustento de sus pobladores, pero al mismo tiempo logran
también comercializarlos en pequeña escala. De igual manera crían ganado ovino
y vacuno, además de algunas manadas de ganado nativo como la llama y las alpacas.
Pero algo predominante en el ambiente son los pastos nativos que sirven
para el sustento del ganado perteneciente a los pobladores actuales.
Fig. 1. Ubicación del complejo de arte rupestre de Huallanca, quebrada de Wichjana,
distrito de Paucará, provincia de Acobamba, región de Huancavelica.
ANTECEDENTES DEL ESTUDIO
No
existen estudios detallados del distrito, aunque se encuentran menciones del
pueblo de Paucará trasmitidas por cronistas, historiadores y viajeros.
Concolorcorvo lo cita el año 1773, cuando hace referencia sobre la ruta para
transitar desde Guamanga a Huancavelica. Habla de Parcos y lamenta no haya una
posta en Paucará (Concolorcorvo, 1773). Las citas sobre dicho pueblo son el
resultado de tener una ubicación precisamente en la ruta de Jauja a Huamanga y
desde luego entre Lima y Cusco, de modo que los trajinantes de aquellos tiempos
al usar el camino inca, tuvieron que hacer referencia a Paucará. El mismo Pedro
Cieza de León, nos da una visión de la zona de Paucará en el viaje que hizo del
valle de Mantaro hacia Huamanga en el siglo XVI. Dejó registrado que: “Antes de llegar a este pueblo de Parcos, en
un despoblado pequeño está un sitio que tiene por nombre Pucara (que en nuestra
lengua quiere decir cosa fuerte) adonde antiguamente (a lo que los indios
dicen) hubo palacios de los ingas y templo del sol; y muchas provincias acudían
con los tributos ordinarios a este Pucara, para entregarlos al mayordomo mayor,
que tenía cargo de los depósitos y de coger estos tributos. En este lugar hay
tanta cantidad de piedras, hechas y nacidas de tal manera, que desde lejos
parece verdaderamente ser alguna ciudad o castillo muy torreado, por donde se
juzga que los indios la pusieron buen nombre. Entre estos riscos o peñas está
una peña junto a un pequeño río, tan grande cuanto admirable de ver,
contemplando su grosor y grandor, la más fuerte que se puede pensar. Yo la vi,
y dormí una noche en ella, y me parece que terná de altura mas de doscientos
codos y en contorno más de doscientos pasos, en lo más alto della. Si estuviera
en alguna frontera peligrosa, fácilmente se pudiera hacer tal fortaleza que
fuera tenida por inexpugnable. Y tiene otra cosa que notar esta gran peña: que
por su contorno hay tantas concavidades, que pueden estar debajo Della más de
cien hombres y algunos caballos. Y en esto, como en las demás cosas, muestra
Dios su gran poder y proveimiento; porque todos estos caminos están llenos de
cuevas, donde los hombres animales se pueden guarecer del agua y nieve” (Cieza de León, 1962). Debemos aclarar que posiblemente Cieza confundió la
palabra Paucará por Pucara pero se advierte que al entorno de Paucará se
observan afloraciones de rocas volcánicas en forma de tobas (Fig. 2) que en
muchos casos contienen abrigos con restos de arte rupestre hacia la base de
estas formaciones. De igual manera, existen numerosas concavidades que han sido
utilizadas como tumbas.
Fig. 2. Zona de acceso a la quebrada de Wichjana, donde se observa numerosas
tobas volcánicas que preceden al complejo rupestre de Huallanca.
Cristóbal
de Albornoz nos trae la información que una de las huacas de los indios angaraes
estaba justamente localizado hacia la frontera del pueblo de Paucará. Este dato
sirve para considerar que los territorios de este pueblo estaban integrados en
la antigua provincia de los Angaraes, es decir dentro de ese gran conglomerado
humano que había poblado esos espacios geográficos desde muchos miles de años
antes de la invasión incaica y española. La información del clérigo extirpador
de idolatrías consigna lo siguiente: “Carcanicho,
guaca de los indios angaraes, es un cerro frontero del pueblo de Paucararay” (Albornoz en Pierre Duviols 1967:29). Debemos tener en cuenta que la
trascripción de la palabra Paucará por Paucarary se explica por la frecuente
confusión de términos por parte de los hispanos en áreas idiomáticas extrañas.
Se
registra también la presencia de los incas en sus territorios, seguramente
después de haber establecido sus acuerdos con los de Paucará, puesto que de
aquí el inca Yupanqui, pasó a la conquista de los Huancas. El documento
expresa: “Y oye la nueva que como los
guancas desde Tayacassa estavan apercibidos par la guerra y defensa, y assi asienta
en Paucaray y Rumiguaci con todo su real y hace tres exercitos par que todos
con buena horden en un dia señalado y entrase de tres partes para ganar a todo
el valle y provincia de Hatunguanca Saussa. Y por ellos hacen su concierto
general y sale para Paucaray, llevando mucha Bebida y comida y presentes y
doncellas, entregándole las armas que tenían de que el ynga se queda con tanto
y agradece la obediencia de por bien de paz y les promete a todos los curacas
de tres parcialidades el premio y galardón, confimandolo en su curacazgo
natural añadiéndoles con nombres de apo” (Santa Cruz Pachacuti, 1613).
El
cronista Fray Martín de Murúa, trae también referencias al pueblo de Paucará
cuando relata las contiendas entre los incas Quisquis y Huanca Auqui y colegimos
esto porque se menciona al puente cercano de Ancoyaco y al río de Bombón.
Huanca Auqui había permanecido en Paucará o Paucaray como lo escribe el
cronista, lugar desde donde trazó su estrategia de guerra contra las huestes de
Quisquis (Murúa 2001: 175).
De
acuerdo a los datos antes consignados se advierte que el pueblo de Paucará fue
mencionado a partir del siglo XVI por los cronistas que transitaron por dicha
zona o por otros autores que aludieron a ciertos acontecimientos históricos que
allí ocurrieron. Desde luego que no dieron mayores pormenores, en vista de las
circunstancias en que realizaron sus observaciones más atentas a los propios
quehaceres de la conquista.
El
sector de Wichjana es conocido por muchos pobladores del pueblo de Paucará y ha
sido visitado por varias personas como el profesor Hugo Carlos Yangali de la
Universidad Nacional de Huancavelica interesado en conocer la historia regional.
BREVE SÍNTESIS DEL CONTEXTO
HISTÓRICO DE PAUCARÁ
El
territorio de Paucará y su entorno inmediato como la misma quebrada de Wichjana
y sus pobladores estuvieron en tiempos pre-coloniales involucrados en la
sociedad prehispánica Angara. Este grupo social ocupó dichos lugares desde hace
miles de años, y a través de su historia llegó a conformar una sociedad
compleja que dominó gran parte del territorio actual de la región de
Huancavelica. Pero sus orígenes dan cuenta que tuvo a otros grupos humanos que
los antecedieron. En efecto, tanto en el territorio de Paucará como en la provincia
de Acobamba existen restos arqueológicos que testimonian el tránsito de grupos
sociales que desenvolvieron su existencia en forma paulatina desde niveles
simples hasta sociedades complejas como la referida Angara. Tal vez los abrigos
rocosos de Quillamachay, no muy distantes de los de Paucará, testimonien en sus
pinturas rupestres a las expresiones culturales más antiguas de la región pertenecientes
a las sociedades de cazadores y recolectores. Otras evidencias registran
huellas históricas de posteriores ocupaciones humanas correspondientes al proceso
de neolitización como es el caso de Chejo Orjuna localizada más al sur de Paucará
que evidencia al Formativo regional de la provincia de Acobamba. Luego, se han
identificado un mayor número de sitios con restos dejados por sociedades correspondientes
al Período Intermedio Temprano cuyas expresiones culturales son reconocidas
como de la sociedad Caja, de la cual se encuentra evidencias en las peñas del
Cerro de San Cristóbal junto al pueblo de Paucará, contemporánea de la sociedad
Huarpa de Ayacucho. Otros restos como el sitio de Ayapata es un indicador que
la provincia de Acobamba estuvo involucrada en el proceso denominado Horizonte
Medio que viene a ser una nueva etapa en la prehistoria regional cuando emergió
la extensa ciudad de Huari en Ayacucho e impactó en los territorios de Paucará
y toda la provincia y región de Huancavelica. Sin embargo, pese al poder que
tuvo Huari surgieron varias unidades sociales cuya orientación política se
dirigió hacia el dominio de sus propios espacios geográficos donde instauraron
gobiernos propios durante una nueva etapa de desarrollo conocida como Período
Intermedio Tardío. Un recinto próximo a las paredes con arte rupestre de Huallanca
testimonia muy posiblemente ocupaciones de este período (Fig. 3). Es justamente
durante este tiempo cuando se habría constituido la sociedad Angara cuya
vigencia y poder rigió hasta los tiempos incaicos. El territorio de Paucará
guarda entonces testimonios que ilustran una larga trayectoria histórica la cual
corrió paralela al desenvolvimiento del resto de grupos humanos que poblaron
los Andes antes de su enfrentamiento primero al poder incaico y luego al de
los hispanos. Su historia se encuentra fuertemente vinculada a la provincia de
Acobamba y la región de Huancavelica. Región ésta que intermedia entre las de
Lima, Junín, Ica y Ayacucho.
Fig. 3. Numerosos bloques erráticos se distribuyen en la quebrada de
Wichjana frente al complejo de arte rupestre de Huallanca.
HUALLANCA
Durante
nuestras exploraciones a todo lo largo de la cuenca del río Wichjana, logramos
identificar dos sitios con manifestaciones rupestres, los cuales están
distribuidos en la margen izquierda del mismo. El primero es el complejo de Huallanca
con pinturas y petroglifos y el segundo se denomina Tiopampa donde solo se
aprecian petroglifos. Desde luego que existen muchos otros cobertizos rocosos en
la quebrada de Wichajana, debido a la abundancia de bloques desprendidos por
toda esta gran falla geológica, la cual media, como lo indicamos antes, entre
los linderos de los pueblos de Paucará y Huayanay, dentro de la
circunscripción del mismo distrito. Nos referimos ahora solo al sitio de Huallanca
del cual hemos revisado sus rasgos más generales.
Huallanca, es un sitio involucrado en el paisaje de la quebrada de
Wichjana (Fig. 4), cuyo nombre nos proporcionaron algunos informantes locales
de la zona, quienes utilizan las orillas del río para pastar especialmente
ovejas. Dicho nombre es una palabra de origen quechua que en varias partes de
los Andes sirve para denominar a un cactus espinoso, el cual, por cierto,
abunda en las inmediaciones del sitio arqueológico, además de otras plantas
típicas del lugar.
Fig. 4. Huallanca, es el nombre de un alto farallón rocoso en cuya base aparece un cobertizo poco profundo junto a un pequeño espacio cultivado de papas. Las representaciones rupestres se distribuyen a lo largo del cobertizo en una extensión de 70 metros de largo.
El
sitio, constituye un cobertizo rocoso localizado en la margen izquierda de la
quebrada, muy cercano a la orilla del río. Aquí se distribuyen las imágenes a
lo largo de casi todo el cobertizo y paredes aledañas, el cual mide 70 metros.
La composición de los diseños es compleja, debido a la variedad de las figuras
y la técnica empleada en ejecutarlos. En efecto, se distinguen motivos realizados
a base de dos modalidades rupestres como son las pinturas y los grabados o
petroglifos. Entre las pinturas existen aquellas plasmadas con un pigmento de
color rojo en varios matices, que en algunos casos no se aprecian completas debido
a estar borrosas. Un motivo, revela el uso de pintura blanca.
Debemos
mencionar primero a un motivo relevante pues muestra la presencia de una
pintura central de color rojizo claro, pero de tiempos contemporáneos; se
trata del dibujo de un danzante de tijeras en posición frontal de unos 70
centímetros de alto. Es clara su actitud de estar
danzando pues lleva en la mano derecha la tijera y en la otra lo que sería el
pañuelo que acompaña sus movimientos. Posee el rostro con detalles de los
ojos, la nariz y la boca (Fig.5). En otro
panel más hacia la derecha observamos una figura
de aspecto antropomorfo pintada en base a líneas de color blanco opaco. Sobre
la cabeza de este motivo, aparecen dos apéndices y tiene los brazos y las
piernas abiertos con los dedos separados. El personaje se superpone a las
improntas de dos manos, izquierda y derecha en positivo, con los dedos abiertos
para lo cual utilizaron una pintura de color marrón. (Fig.6). Más hacia la derecha,
mirando al abrigo, se observa otras dos manos casi juntas del mismo color
marrón que las dos manos antes mencionadas, pero sobre una raya de color rojo
ya borrosa (Fig.7).
Fig. 5. Pintura rupestre contemporánea que representa un danzante de tijeras. Color rojo claro.
Fig. 6. Una figura de aspecto antropomorfo de color blanco con las extremidades flexionadas y dos apéndices en la cabeza se superpone a unas improntas de manos de color rojo oscuro. Estas improntas deben ser las pinturas más antiguas del sitio.
Fig. 7. Impronta visible de dos manos de color marrón. Debajo, una raya de color rojo claro. Se encuentra al lado derecho de la figura N° 6
Aparece también una figura cuya forma no es posible definirla aunque
pareciera ser un animal con el cuerpo relleno de figuras geométricas de aspecto
triangular y la cabeza con algunos detalles como el hocico y el ojo. No existen
figuras similares en el sitio como para poder compararla pero recuerda lo que
podría ser la posible figura de un megaterio de perfil o ser un motivo que
aparenta dicha figura. Es de color marrón del mismo matiz que las ya referidas
manos (Fig. 8). Otro panel indica, entre unas manchas y líneas no
identificadas, varias manos en positivo de color marrón (Fig. 9, Fig. 12).
Con
respecto a los petroglifos se aprecia un amplio panel vertical, separado de las
pinturas anteriores, con la presencia de numerosos hoyos muy pequeños, a los
cuales se los conoce también con el nombre de cúpulas, cuyas dimensiones no
sobrepasan los tres o cuatro centímetros. Son cientos y éstas aparecen a veces
alineadas sistemáticamente con tendencia horizontal o ligeramente onduladas
pero también dispersos (Fig. 10). Se diferencian de otros hoyos de
configuración natural visibles en la misma roca.
En el
mismo abrigo, pero en una parte más alta se observa siete figuras de personajes
antropomorfos grabados también en la modalidad de petroglifos (Fig.11). Son
figuras esquemáticas que vistas de modo general semejan simples trazados
lineales pero sin embargo se disponen para configurar, cada uno, un diseño
sintético de aspecto antropomorfo en posición frontal. Para representar la
cabeza utilizaron un hoyo natural de la roca.Todos los diseños tienen el cuello
largo, las piernas abiertas, dobladas, manos y pies tridígitos. Además, poseen
un apéndice alargado entre las piernas. Estas figuras aparecen en varias
posiciones, es decir, se aprecia, por ejemplo, que una primera figura tiene los
brazos dispuestos horizontalmente. La segunda y tercera tienen los brazos
dirigidos hacia arriba; la cuarta, que se halla al centro y a mayor altura que
el resto, presenta un brazo dirigido hacia arriba y el otro hacia abajo. La
quinta figura muestra los dos brazos dirigidos hacia arriba; en cambio el sexto
diseño tiene los dos brazos dirigidos hacia abajo. La séptima figura tiene
ambos brazos dirigidos hacia arriba. Se distingue, fuera de este alineamiento
de figuras antropomorfas, otra figura de la misma naturaleza pero ubicado en
una parte más alta que el resto, la cual, además, presenta los brazos
dispuestos horizontalmente. No se aprecia que estas figuras porten algún tipo
de instrumento. La técnica para su realización operó a base de una delicada
percusión a fin de lograr líneas rectas para componer las figuras.
Fig. 8. Figura incompleta de carácter geométrico representada de perfil. El color de la pintura es similar a las improntas de las manos. Su aspecto pareciera representar un megaterio.
Fig. 9. Pinturas de varias improntas de manos junto a otras figuras borrosas. Al lado, líneas que parecieran diseñar un dibujo zoomorfo.
Fig.10. Panel con numerosos hoyos (o cúpulas) pequeños distribuidos unos en forma irregular y otros alineados horizontalmente. Son grabaciones probablemente de carácter ritual hechas en tiempo inmemorial por quienes se asomaban al cobertizo rocoso de Huallanca. Tal vez son las expresiones rupestres más antiguas del sitio.
Fig. 11. Panel con la representación de siete figuras antropomorfas de aspecto lagartiforme, grabadas sobre un extremo del cobertizo rocoso de Huallanca. Son petroglifos tridígitos con las extremidades flexionadas y un apéndice entre las piernas. Constituye una escena muy dinámica como si representara una danza de gran animación.
Fig. 12. Vista general de la Fig. 8 con las improntas de manos y en la base del panel se advierte varios petroglifos de hoyos muy pequeños y una línea ondulante.
ESTADO DE CONSERVACIÓN
Según
las exploraciones realizadas, podemos manifestar que la mayor parte de las
figuras pintadas y los petroglifos se encuentran en regular estado de
conservación. Si bien algunos motivos no están completos, pero dejan apreciar,
en la mayoría de los casos, su configuración total. En cambio, otros paneles se
hallan muy borrosos. La situación actual ha sido favorecida porque el camino
que pasa por la quebrada, se encuentra en la margen derecha del río de tal modo
que impide así la constante circulación de los transeúntes.
CONSIDERACIONES GENERALES
Si
tenemos en cuenta el inventario de sitios con presencia de arte rupestre en la
región de Huancavelica (Hostnig, 2003) observamos que solo se ha registrado
nueve sitios. Entre ellos, tres son petroglifos, dos corresponden a pinturas y
petroglifos y cuatro solo tienen pinturas. Para el caso de la provincia de Acobamba
se cita también solo dos sitios, uno de los cuales, el de Quillmachay, que
presenta pinturas y petroglifos y el otro, Pomacancha, es solo con pinturas. En
este contexto no se ha mencionado hasta el presente ninguna huella de pinturas
ni de petroglifos en el distrito de Paucará. Por esta razón, los sitios ubicados
en Huallanca, quebrada de Wichjana, distrito de Paucará, provincia de Acobamba
de la región de Huancavelica, son los primeros en ser informados para ser
considerados como “nuevos” centros de arte rupestre en la citada región. De
otro lado, debemos mencionar que hacia las laderas y pampas que marginan la
quebrada estudiada, es posible practicar ya sea el pastoreo de ganado como
también actividades agrícolas de altura, lo cual es un factor de atracción para
el desenvolvimiento de vida humana. Los grupos humanos que transitaron por
aquellos espacios en tiempos antiguos debieron haber tenido en cuenta esta
realidad natural. Debemos entonces atribuir a ellos como los responsables, en
algún momento de la historia regional, de la existencia de los centros de arte
rupestre allí presentes.
Según
las diferentes técnicas rupestres es decir de petroglifos y pinturas, es posible
afirmar que estamos ante un complejo rupestre donde debieron cumplirse varias
etapas en su ejecución, porque hemos notado superposiciones, además de haberse
distinguido tanto pinturas como petroglifos. La figura antropomorfa de color
blanco que se superpone a la impronta de manos señala claramente que estamos
ante una diferencia cronológica en su ejecución. Son episodios distintos en la
plasmación de estas figuras, aunque no sabemos todavía el tiempo en que ello
aconteció. Pensamos por el momento que todas las improntas de manos precedieron
al resto de pinturas del lugar.
De
acuerdo a la información de los pobladores de la zona, Huallanca es un lugar
donde acuden con cierta frecuencia algunos danzantes locales para hacer sus
invocaciones y pagos con la finalidad de obtener buenos éxitos en las
competencias que ellos protagonizan durante los festejos costumbristas
regionales. Esto explica, tal vez, que el sitio exhiba la pintura rupestre
moderna de un danzante de tijeras. Esta danza es tradicional en la región de
Huancavelica y sus actores ejecutan, además de danzas, otras pruebas
sangrientas como pincharse con agujas varias partes del cuerpo o pasar un
alambre por la nariz, coser un violín al cuerpo, tragar un sapo, realizar
acrobacias riesgosas, todo para demostrar su poder ante el público y su
contendor. Refieren que hacen dichas pruebas porque obtienen poderes que le confieren
los “apus” o dioses montaña. Por ello, un pintor anónimo plasmó la figura del
danzante en concordancia a sus creencias actuales. De igual manera los antiguos
pueblos de la zona grabaron y pintaron en el mismo sitio las imágenes de los
conceptos e ideas que dominaban en su tiempo. Tal vez la peña rocosa de Huallanca
debió haber funcionado como un “wamani” en la línea del pensamiento andino
focalizada en el poder de los cerros que sobresalían en determinado ambiente.
Llama la
atención el registro de las improntas en positivo de las manos, lo cual es un
hecho aún no señalado para la región de Huancavelica. Sabemos que otras
estaciones rupestres de los Andes y del mundo exhiben similares improntas no
solo en positivo sino también en negativo. Pese a ello, esta modalidad rupestre
debió tener para sus ejecutores su propia interpretación que no coincide con la
que le dieron en otros lugares del planeta.
Otro
caso novedoso tiene relación con la presencia de los petroglifos en la forma de
numerosos hoyos o cúpulas muy pequeños realizados sobre un soporte vertical.
Pareciera que quienes asistían al lugar taladraban tales hoyos muy
probablemente para obtener el polvo de la roca con fines mágicos. Hay casos en
el Perú en que se obtienen polvos de canteras rocosas especiales para usarlas
como filtros de amor. El “anaypuyo” es justamente ese tipo de filtro que aún
actualmente recogen algunas personas de la provincia peruana de Cajatambo, para
utilizarlas en el logro de la adhesión amorosa (Ruiz Estrada 2000). En el caso de
Huallanca, las cúpulas responden claramente a la definición señalada para este
tipo de manifestación rupestre. Se ha informado que cúpulas similares tienen
una distribución mundial y en algunos casos datan del período Paleolítico,
constituyendo una de las expresiones rupestres más antiguas realizadas por los
seres humanos, pero, sin embargo, no en todos los lugares tienen la misma
antigüedad, porque se continuaron produciendo también en tiempo muy tardíos (Bednarik
1998). Por ello resulta ser por ahora un enigma indicar su antigüedad, pero
estas cúpulas prueban la existencia de esta modalidad rupestre en la región
de Huancavelica que tal vez puede ser la de mayor antigüedad entre las otras
figuras rupestres de Huallanca. Quizá remontan a varios cientos o miles de
años antes de ahora.
Las
figuras antropomorfas de aspecto lagartiforme con las manos y pies tridígitos
nos advierten de la presencia de conceptos ideográficos similares al de otras
partes de los Andes. Aquí se trata de personajes antropomorfos porque
aprovecharon de algunos hoyos naturales para representar la cabeza. No son
voluminosos como en otros casos en los cuales denotan claramente ser imágenes
de lagartos, como es ostensible en los petroglifos de Boca Chaquimayo (Hostnig
2008). El apéndice que aparece entre las piernas, bien puede ser una cola o la
representación del sexo en forma exagerada. Si se tratase del sexo estaríamos
ante la idea de graficar algún extraño rito de la fertilidad.
Con relación a la figura que sugiere ser la representación de un
megaterio, no tenemos la certeza de ello, porque habría que investigar el
contexto del sitio con excavaciones puntuales para deslindar si bajo tierra
quedan algunas huellas de restos de dicha fauna. No obstante, el color de esta
figura, de igual matiz que las improntas de manos, nos inclina a considerarlas
como de una misma época desde el punto de vista cronológico.
El espacio o extensión del
abrigo no muestra grandes dimensiones, como para pensar que puedo servir de
albergue a una numerosa población. En este sentido consideramos que debió
servir como un espacio de carácter ceremonial en las diferentes etapas de la
historia local. Posiblemente solo acudían al lugar motivados por sus creencias.
La presencia de la pintura de un danzante de tijeras atestigua la continuidad
de estos rituales.
Es interesante, notar que el complejo no muestra figuras de camélidos
como es frecuente observar en otros sitios de la región de Huancavelica, Junín
y Lima lo cual nos sugiere que estamos frente a un contexto rupestre
diferente. Justamente el arqueólogo John Rick reflexionando sobre el arte
rupestre peruano indicó que la frecuencia de camélidos en Junín y Lima
respondía a una tradición limitada (Rick 2000). Por otra parte no hemos logrado
identificar materiales culturales de piedra, cerámica u otros en la superficie
adyacente al paredón con las expresiones rupestres. Este hecho abona la idea de
haber sido Huallanca un lugar sagrado en tiempos antiguos y por ello ajeno a
las actividades domésticas cuotidianas.
De todas maneras, las escenas e imágenes descritas denuncian un antiguo
sistema de comunicación mediante figuras plasmadas de acuerdo a los principios
estéticos de los artistas ancestrales de la zona. Conforme se vayan
documentando nuevos sitios rupestres podremos plantear propuestas acerca de los
orígenes y la antigüedad del arte en la región de Huancavelica.
CONCLUSIONES
Con
respecto a las representaciones rupestres de Huallanca localizadas en la
quebrada de Wichjana del distrito de Paucará, provincia de Acobamba, región de
Huancavelica, Perú, podemos expresar lo siguiente:
- La presencia en el sitio de Huallanca tanto de
pinturas antiguas y contemporáneas así como de petroglifos nos advierte
claramente que se trata de un auténtico complejo rupestre con variadas
manifestaciones iconográficas y superposición de pinturas. Complejo que grafica
una faceta de la historia del hombre en la región de Huancavelica.
- La representación de un danzante de tijeras,
sugiere que el lugar continúa actualmente como un centro especial para las
comunidades locales. Los danzantes concurren allí para tener contacto con seres
sobrenaturales de su imaginario, quienes les dan fuerza y poder en las
competencias festivas.
- La
situación geográfica y los recursos naturales de la quebrada de Wichjana y su
entorno son propicios para la vida humana tanto ahora como en tiempos
pretéritos. Ello explica la existencia del complejo de Huallanca.
- De modo general la iconografía del sitio difiere de
otros en la región, por el hecho de la ausencia de dibujos de camélidos. Esta
situación sugiere que estamos ante una tradición de arte rupestre distinta en
relación a otras donde predominan la representación de esos animales.
- Se registra por primera vez en la región de
Huancavelica varias improntas de manos, figuras antropomorfas de aspecto lagartiforme,
cúpulas y un motivo antropomorfo delineado de color banco.
- Para una mejor comprensión de la naturaleza, cronología y función que cumplió
el abrigo de Huallanca se requiere profundizar aún más las investigaciones en
el sitio y, sobre todo, practicar excavaciones metódicas.
AGRADECIMIENTOS
Deseo
expresar mi agradecimiento a Alfredo Ruiz Tovar quien colaboró en los
trabajos de campo para la identificación de los sitios arqueológicos de la
cuenca del río Wichjana.
¿Preguntas,
comentarios? escriba a: rupestreweb@yahoogroups.com
Cómo citar este artículo:
Ruiz Estrada, Arturo. Huallanca: un complejo de arte rupestre en Paucará, Huancavelica.
En Rupestreweb, http://www.rupestreweb.info/huallanca.html
2012
BIBLIOGRAFÍA
BEDNARIK, Robert G. 1998, Cúpulas: El arte rupestre más antiguo que se ha preservado. SIARB Boletín 12: 26-35.
CIEZA DE LEON, Pedro de 1962, La
Crónica del Perú. Colección Austral. Tercera Edición. Espasa Calpe S.A. Madrid.
CONCOLORCORVO 1773, El
Lazarillo de ciegos caminantes. Desde Buenos Aires hasta Lima. Ediciones
Argentinas Sola. Buenos Aires, 1942.
HOSTNIG, Rainer 2003, Arte
Rupestre del Perú. Concytec. Lima.
2008, Los
petroglifos de Boca Chaquimayo, San Gabán. Intersur Concesiones S.A. Lima.
MURÚA, Fray Martín de 2001, Historia
General del Perú. Edición de Manuel Ballesteros Gaibrois. Impreso en
España.
RICK, John 2000, Nuevas Perspectivas del Arte Rupestre
en la Sierra Peruana. Unay Runa. Revista de Ciencias
Sociales 4. Instituto Cultural Centro Runa. Lima.
RUIZ ESTRADA, Arturo 1999, Quillamachay:
Un centro de arte rupestre en Acobamba, Huancavelica. Arqueología y Sociedad,
N° 13. Boletín del Museo de Arqueología y antropología de la UNMSM, pp.
119-132. Lima.
2000, Anaipuyo: Un Filtro de Amor de Origen Prehispánico. En: Tipshe, Revista de Humanidades, Año 1, Nº 1. Facultad de Humanidades.
Universidad Nacional Federico Villarreal. Lima.
SANTA CRUZ PACHACUTI YANQUI.
Joan de 1613, Relación de antigüedades deste Reyno del Pirú. Tres Relaciones de Antigüedades Peruanas. Editorial Guarania.
Buenos Aires, 1950.
[Rupestreweb Inicio] [Introducción] [Artículos]
[Noticias] [Mapa] [Investigadores] [Publique]
|