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Se ubica en dirección Noreste del centro poblado de Mocan, entre los limites geográficos de la parte baja del valle Chicama y las primeras estribaciones andinas, perteneciendo a la Provincia de Ascope. Limitando por el Norte con la parte alta de la Quebrada de Cupisnique, por el Oeste con playa de Mocan, por el Sur y Este con los Cerros San Juan (Ver Figura Nº 1). En los alrededores del lugar se evidencia huellas de una fuerte escorrentía de agua, lo cual ha dejado un terreno fuertemente marcado y árido, en la formación de caja de río e ingresando en la Quebrada del Higuerón; existen afloramientos de grandes bloques líticos, así como también denota la presencia de un drenaje interno de agua cuyo cause se pierde a unos 60 m. de la unión de los principales colectores. El lugar tiene una vegetación arbustiva que sobrepasa el 1.50 m. de altura observándose también la proliferación de sapotes (Capparis sp.), destacando la presencia de “Higuerones” (Ficus urbaniana), cuyas raíces cuelgan en uno de los principales acantilados. La geomorfología del lugar esta compuesta a través de un conjunto de cerros poco accesibles encerrando una conformación de caja de río, en la cual destaca comparativamente una elevación central de menores proporciones en cuyas laderas opuestas se hallan las evidencias rupestres; la primera en un promontorio y la segunda en un abrigo rocoso. Promontorio Rocoso El promontorio rocoso se encuentra ubicado en un
pie de monte cuyo flanco de orientación Norte se va estrechando
de su parte alta (en donde da origen a la naciente de unas quebradas
en ambos lados), en la cual sobresale un bloque lítico de
forma triangular que fuera parte de un desprendimiento geológico,
la roca alcanza los 4 m. de altura y 6 m. de ancho, en su parte
central presenta un desprendimiento en la cual los grabados se encuentran
sobre la superficie de la parte desprendida (la hendidura ha permitido
la protección de los diseños). Las imágenes
fueron elaboradas con pigmentos de color rojo carmín, y color
negro, de una aparente consistencia ligeramente pastosa, contrastan
con las rocas de origen granodioritas de color ciena natural. La
temática de las evidencias rupestres muestran a dos personajes
antropomorfos; ocupan la parte central de la mencionada hendidura
a la vez circundada por dos grietas naturales, la presencia de caracoles
de tierra (Sculatus sculatus) se hallan distribuidos en los rincones
de la roca; afectando en algunas partes a las pinturas bicromas.
Las representaciones antropomorfas muestran una plástica desplegada en la que se ha conjugando la combinación de colores y en la que sus autores consideraron de trascendental importancia hacer resaltar los contrastes, de esta manera la bicromía esta reflejada como detalle tanto en la conformación lineal de los personajes, donde el color que delimita la imagen es diferente en cada uno de ellos, contrastando con el relleno de sus cuerpos (Ver Figura No. 2). En el primer personaje antropomorfo, prevalecen detalles como son la distribución de círculos concéntricos, probablemente como rezagos a una de las características zoomorfas y decorativas que evocan al felino que fue ampliamente difundido durante el Período Formativo (1200 a.C.-100 d.C.). Los círculos concéntricos fueron delineados en color negro y se encuentran distribuidos en la parte superior del cuerpo del personaje. Presenta los brazos flexionados en actitud litúrgica que le dan singularidad relacionándola con otras representaciones ampliamente difundidas en los andes. El motivo antropomorfo alcanza los 75 cm de altura y tiene un probable tocado de 5 puntas, así como algunos detalles alrededor de los ojos y nariz, presentando rezagos de líneas que tienen perdida en color negro. En la parte inferior de la cara, es notoria la ausencia de color dejando adrede aparentemente para darle mas vistosidad a la fisonomía, en la que se ha variado a través de líneas cortas de color rojo que no llegan a unirse a la boca de rectangular. Respecto al segundo personaje, tiene menor proporción con relación al primero, usaron el color rojo para la delineación de la imagen, entre tanto que el empleo del color negro se utilizo para el relleno del cuerpo, existiendo rastros de perdida de este último color, sumándose también rezagos en uno de las partes de la cabeza. Otro detalle peculiar es la representación abstracta situada a la altura del pecho del personaje ostenta motivos geométricos, entre ellos una línea recta, un espiral en forma de "3" invertida y unida en su parte inferior con un espiral invertido a modo de "S", el motivo tiene cierta similitud con un petroglifo observado en Playa Cuculí. Si embargo en el extremo opuesto, evoca un diseño frontal de apariencia zoomorfa, al cual coronan su parte superior cinco triángulos. A ello cabe mencionar la posición de los brazos; en lo que seria la palma de la mano uno de ellos delinea un diseño cuadrado unido en su centro, observada también en las dos manos del personaje principal. Finalmente la observación en superficie adyacente al lugar y no muy distante, fue notoria la presencia de dos ambientes pequeños cuadrados presentes en la pendiente vecina, dos de estos ambientes en mejores condiciones anteceden el ascenso hacia las pictografías, en cuya ladera se suman una considerable cantidad de pequeños tiestos de cerámica y fragmentos identificables a cuellos cortos expandidos también se observo algunos que tendrían una referencia cultural de influencia serrana (pequeños fragmentos de caolín, pintado de rojo oscuro en una parte de la superficie externa de grano fino muestra una mala cocción, además otros fragmentos en color marrón de grano un poco mas grueso) presentes en el Período Formativo (Ver Figuras Nos.; 10 y 12). Abrigo Rocoso Fue ubicado con orientación Noreste a unos 900 m. donde se unen los riachuelos, el abrigo se encuentra situado en la ladera norte, en uno de los colectores que conforman la caja de río. En el área sobresale una enorme roca de granodiorita, en cuya parte baja se plasmaron pictografías, el abrigo se encuentra limitando en su parte Sur con un acantilado que alcanza los 10 metros de altura. En lo que respecta al espacio interno con relación al techo del abrigo alcanza una altura de 2.80 m. y el piso actual exhibe 1.60 m. la extensión de la ladera original, debido a que fue cortada verticalmente por un afluente actualmente seco, allí el acantilado tiene un desvío ligeramente con dirección Sur, se observó que a unos escasos 100 metros en el recorrido afloraba agua que va a unirse con el otro colector. En el interior del abrigo rocoso las presencia de pictografías se encuentran plasmadas en el techo como en el panel principal, el mismo que se encuentra dividido por algunas grietas naturales de la roca. Una descripción de derecha a izquierda de estas representaciones serian:
2. Parte centro: fue apreciable el diseño de cuatro círculos dobles concéntricos distribuidos ordenadamente de arriba, abajo y los costados, los mismos que están unidos por líneas dobles elaborados en color rojo oscuro, es notorio que hubo superposición de dibujos, debido a que se cuenta la presencia casi triangular y a manera de media luna, sumándose otras formas a maneras de círculos en color negro (Ver Figura No. 5).
4. En la parte baja del panel principal, a unos
escasos 40 cm. respecto a lo que sería el piso natural (sobre
una saliente de la misma roca), se plasmo la combinación
de pinturas cuyo trazo tienen una modalidad geométrica a
manera líneas quebradas o “zigzagueantes”, las
que fueron distribuidas paralelamente en su elaboración alternado
los colores rojo y negro. Se notó que en la superficie del piso del abrigo rocoso, la existencia de algunos rasgos de ceniza y carbones (Ver Figura No. 7).
5. Finalmente en lo que respecta a la parte superior del techo del abrigo rocoso, se cuenta con las representaciones geométricas de círculos concéntricos elaborados básicamente en color rojo, existen también otros diseños de una aparente conformación lineal que probablemente evoquen alguna representación zoomorfa elaborada en color negro (Ver Figura No. 8).
Cabe destacar que en la parte externa como a unos 20 metros más abajo del abrigo, siguiendo un pequeño sendero se llega a un terreno de suave inclinación, cuya superficie rocosa y adyacente a la vegetación se observó que persistía la presencia de cuellos cortos expandido semejantes al primer lugar (Ver Fig. No. 13). El lugar presenta una superficie de concentración cuyos tiestos de cerámica por su tamaño algunos fragmentos fueron identificados al Período de Desarrollos Regionales (100-800 d.C.) entre ellos Salinar (Ver Fig. No. 9 y 14). Interpretación Las pictografías de quebrada el Higuerón, son las primeras que se reportan para la parte baja del valle Chicama, muestran una plástica desplegada en la que se han conjugando la bicromía de colores en algunos casos. Sin embargo las evidencias pictográficas por encontrarse estratégicamente ubicadas dentro de una conformación de una caja de río y estar exteriormente rodeada en su ingreso por una densa ocupación de sitios Paijanense (10,000 a.C.), es probable que este reducto fuese sagrado en el Período Formativo y estuviera relacionado con el culto al afloramiento de las fuentes de agua (Del Carpio et.al 2001: 95). La ocupación de los primeros emigrantes que llegaran al Chicama y su modalidad ocupacional probablemente fue muy similar a las que ocurrieran en otras latitudes del territorio, donde la actividad de subsistencia de los cazadores-recolectores fue sumamente dura, cuya economía les obligaba a tener continuos desplazamientos para la adquisición de los recursos inmediatos que la madre naturaleza les otorgaba, el reconocimiento y su amplio radio de movilización entre montes, bosques de algarrobos, zapotes, espinos, así como los recursos que les brindaban la vegetación de lomas y su diversidad en alimento de origen animal; consideraron de suma importancia la trayectoria de los ríos, arroyos y fuentes que bajaban de las estribaciones andinas; gestando inconscientemente la asociación ideológica muy estrecha entre la relación del cerro y la planicie del valle, de allí que su mundo cosmogónico perpetuaría la organización de diversos espacios sagrados. Adoptaron las impresiones captadas de su medio, siendo la observación uno de los elementos innatos que les permitió asimilar contrastes de la naturaleza e incorporarlos sustancialmente en la trayectoria de su vida. Rick (1983), precisa que en el proceso ocupacional del Precerámico costeño existen evidencias de una fauna propia y de un hábitat mucho más húmedo que el desierto actual, dejando abierta la posibilidad de que hubiera existido permanentes riachuelos; validándose en la cita de Lemon y Churcher, quienes consideraban que se había dado un proceso de sequía progresiva e indicando textualmente que: "Es probable que debido al efecto de la corriente de Humboltdt, los llanos costeros fueron básicamente secos, pero la región interior gozaba de un clima más húmedo que hoy, abasteciendo con más agua a los riachuelos que iban hacia el oeste (1961: 420)" (Rick 1983:54). Los contrastes de la madre naturaleza, entre ellas eclipses, movimientos telúricos así como las consecuencias hidroclimáticas, otorgaron conceptos que fueron incorporados sustancialmente en el inconsciente colectivo, siendo el inicio de una producción de símbolos y formas, singularidades gestadas dentro de la expresión, concepción y cosmovisión, formando parte del conjunto de elementos integradores de las antiguas sociedades, trayendo consigo concepciones utilitarias que agrandaron el espíritu de sus hombres, consolidando su reverencial sentido por la vida y naturaleza. Por su parte Núñez plantea que las pictografías son una de las manifestaciones relevantes de los primitivos cazadores-recolectores, aunque por tradición se encuentra también entre las sociedades agrícolas (Núñez 1986:8). Rick sugiere que el arte rupestre no fue realizado en el contexto de la vida cotidiana, sino mas bien en lugares alejados y que solo estaba restringido a ciertos miembros del grupo (Rick 2000:16). De las investigaciones de Chauchat en parte alta de la quebrada de Cupisnique se reporta la presencia de un abrigo rocoso, conteniendo pinturas esquemáticas de color rojo y negro, los cuales tienen cierta semejanza zigzagueante, pero debido a la ausencia de tiestos de cerámica en el piso consideraron la posibilidad que se trate de pinturas Paijanense (Chauchat et.tal 1988: 81, citado por Guffroy 1999: 64). Si bien es cierto no se puede reconstruir los aspectos ideológicos de las sociedades tempranas y poder ordenar las concepciones que la condujeron a plasmarla, sea en forma particular o dentro de la complejidad y multilaridad ideológica. Se tiene conocimiento que para el Arcaico Tardío (2200-1800 a.C.) en Huaca Prieta se produjo tejidos elaborados y otros artefactos portátiles adornados con lo que podrían ser figuras míticas o deidades, las cuales incluyen los tres elementos básicos de la naturaleza, entre ellos seres pertenecientes al elemento agua (peces, cangrejos); elemento aire (cóndores, loros y otras aves); y al elemento tierra (humanos, felinos y serpientes), los cuales evidencian una probable actividad ritual para esa época (Pozorski 1994:48). Las representaciones antropomorfas de quebrada el Higuerón, evocan a una simbología pertenecientes al Período Formativo dejan entrever aspectos de origen simbólico y mitológico, los cuales probablemente dieran origen a deidades masculinas o ancestros divinizados que se difundieran en la parte norte de Perú, relacionadas a las nacientes y fuentes de aguas. Las pictografías de personajes antropomorfos, fueron plasmados con colores opuestos tanto en el cuerpo como para delinear la silueta, obedeciendo probablemente a una concepción diferencial que se ve reflejada en la posición de los brazos y la simbología incorporada en sus cuerpo. Burger sostiene que el "dualismo dinámico" o "oposición complementaria" formó parte del "ceremonial Andino" considera que sus raíces alcanzan al ceremonial de Chavín, en donde la noción de oposición dual no solo influyo en la forma en que ellos pensaron acerca de sus deidades y de su manera de obrar en el universo, sino también en sus acciones para adorarlos, destaca la posición de la deidad plasmada en el lanzón de Chavín, donde el brazo derecho esta levantado, mientras que el brazo izquierdo cuelga hacia abajo (Burger 1994:98). Finalmente la presencia de algunas estructuras
temporales presentes en el lugar con recurrencia de cerámica
que datan del mismo Período, permite inferir que existía
un cierto control que antecedía al culto, de la misma manera
ocurre como antesala con el abrigo rocoso, donde unos metros mas
abajo y mucho antes en un claro de roca a modo de planicie, se concentran
tiestos de cerámica identificadas tanto para el Período
Formativo como para el Período de Desarrollos Regionales
(100-800 d.C.), estos tiestos permiten mantener la hipótesis
de trabajo que estarían relacionados a la representación
de una serpiente en perfil, semejantes a las representadas en la
iconografía en la cultura Moche. La presencia de fragmentos
identificados a la fase Chimú Temprano, observadas en la
lomas cercanas a la unión de los colectores versan la importancia
del lugar dentro de la cosmovisión de los pueblos asentados
en esta parte del territorio y su larga trayectoria del culto al
agua. ANEXOS
AGRADECIMIENTOS Deseo expresar mi gratitud a los señores Pedro Alva, José Durán, Marco Miyahara, Gonzalo Lozada y Guillermo Muñoz, con quienes iniciáramos una larga caminata a través de las pampas áridas de Mocán en 1999, haciendo realidad la verificación del dato que había venido siguiendo por más de cinco años.
¿Preguntas, comentarios? escriba a: rupestreweb@yahoogroups.com Cómo citar este artículo: CASTILLO BENITES, Daniel. Pictografías en la Quebrada del Higuerón Valle Chicama, Perú En Rupestreweb, http:/www./rupestreweb.info/higueron.html 2006 REFERENCIA BIBLIOGRAFÍA ÁLVAREZ, Sánchez Gustavo BURGER Richard y Lucy SALAZAR CASTILLO, Benites Daniel CHAUCHAT, Claude DEL CARPIO PERLA, Martín et.al GUFFROY, Jean HOSTNIG, Rainer POZORSKI, Thomas y Sheila POZORSKI RICK, John NÚÑEZ, Jiménez Antonio ZEVALLOS, Quiñónez Jorge
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