El pictógrafo de “El Higuerón”: patrimonio cultural del municipio de Pasto (Colombia) en peligro de destrucción
Armando José Quijano Vodniza ajqv@coldecon.net.co Director del grupo de investigación Inti Rumi Institución Universitaria CESMAG
RESUMEN
En
el presente artículo se pretende hacer una denuncia sobre el eminente
peligro de destrucción a la que se enfrenta actualmente el pictógrafo
de “El Higuerón”, una de las obras rupestres más importantes del
suroccidente de Colombia, debido a la explotación de una cantera de
piedra que recientemente se ha abierto en la cercanía de esta pinturas
que fueron elaboradas por los primeros habitantes de este hermoso
territorio que yace a los pies del majestuoso volcán Galeras. Con este
documento se pretende llamar la atención de los investigadores y
autoridades del orden regional y nacional sobre la necesidad de
proteger y conservar este bien cultural del municipio de Pasto.
1. DESCRIPCIÓN DEL PICTÓGRAFO DE “EL HIGUERÓN”
El
pictógrafo de "El Higuerón" es una obra rupestre ubicada en el
corregimiento de Mapachico, al noroeste del municipio de Pasto,
caracterizada por la abundancia y la calidad de las pinturas, la
mayoría de las cuales, a pesar del efecto de los agentes naturales,
todavía mantienen su apariencia original. Por entre la masa rocosa se
levanta un árbol de higuerón, del cual el pictógrafo ha tomado su
nombre y a sus pies corre una quebrada que vierte sus aguas al río
Pasto.
Esta
obra rupestre se encuentra localizada a las afueras de la ciudad de San
Juan de Pasto, a un lado de la carretera que de esta ciudad conduce a
la población de Genoy, siendo sus coordenadas astronómicas de 1° 15'
10" al norte de la línea ecuatorial y 77° 18' 57" al oeste del
meridiano de Greenwich; su altura sobre el nivel del mar es de 2.614
metros (véase la Figura 1).
Figura 1. Localización del pictógrafo de “El Higuerón”.
El
pictógrafo de “El Higuerón” está formado por dos paredes de roca plana
(véase la Figura 2), las cuales tienen la siguiente orientación con
respecto al norte geográfico: 11° 08' y 285° 17', formando un ángulo
interno entre sí de 85° 51' hacia el noroeste (véase la Figura 3).
Figura 2. El pictógrafo de “El Higuerón”.
Figura 3. Orientación de las paredes de roca de la obra
rupestre a la altura de la pintura circular con ocho rayos.
Por
lo tanto, la primera de las paredes tiene su cara dirigida
aproximadamente hacia el cielo occidental, mientras que la cara del
segundo muro rocoso se orienta hacia el cielo boreal.
En
ambas paredes se encuentra una serie de figuras elaboradas utilizando
solamente dos tipos de color: rojo y amarillo. En el Cuadro 1 y
en las Figuras 4, 5 y 6 se muestra la totalidad de las pinturas que
fueron reconocidas en las dos paredes del pictógrafo en las diferentes
visitas que se realizaron al lugar, determinado el color que fue
utilizado en cada una de ellas y la cara de la pared sobre la cual se
ubica dicha representación.º
Cuadro 1. Pinturas identificadas en el pictógrafo de "El Higuerón".
No |
Pintura * |
Color utilizado |
Dirección de la cara de la pared |
1 |
figura en forma de un recipiente con dos patas |
rojo |
oeste |
2 |
figura en forma de letra "E" hacia arriba |
rojo |
oeste |
3 |
figura en forma de letra "E" hacia arriba |
amarillo |
oeste |
4 |
dos triángulos opuestos por el vértice |
amarillo |
oeste |
5 |
figura humana portando una lanza vertical |
amarillo |
oeste |
6 |
figura en forma de montaña con tres líneas ondulantes, a manera de un volcán humeante |
rojo y amarillo |
oeste |
7 |
mono portando una lanza horizontal |
amarillo |
oeste |
8 |
espiral con trazos rectos en forma triangular |
amarillo |
oeste |
9 |
figura circular con ocho rayos a manera de un Sol |
rojo |
oeste |
10 |
mano humana |
rojo |
oeste |
11 |
mano humana |
amarillo |
oeste |
12 |
cuadrado |
rojo |
norte |
13 |
rectángulo |
rojo |
norte |
14 |
mano humana |
amarillo |
norte |
15 |
rana |
rojo |
norte |
16 |
figura zoomorfa |
rojo |
norte |
17 |
lagartija |
rojo |
norte |
18 |
espiral |
rojo |
norte |
19 |
espiral |
rojo |
norte |
20 |
mano humana |
amarillo |
norte |
21 |
rectángulo |
amarillo |
norte |
22 |
figura zoomorfa de miembros superiores largos |
rojo |
norte |
23 |
línea curva |
amarillo |
norte |
24 |
figura zoomorfa |
amarillo |
norte |
25 |
punto |
rojo |
norte |
26 |
punto |
rojo |
norte |
27 |
figura zoomorfa |
rojo |
norte |
28 |
figura en forma de letra "H" gruesa |
rojo |
norte |
29 |
figura en forma de cornamenta de venado |
amarillo |
norte |
30 |
figura en forma de Luna |
amarillo |
norte |
31 |
figura en forma de cruz que termina en espiral |
amarillo |
norte |
32 |
figura abstracta |
amarillo |
norte |
33 |
figura en forma de gancho |
amarillo |
norte |
|
*
En la descripción de algunas de las pinturas, especialmente de aquellas
relacionadas con las figuras abstractas, se ha visto la necesidad de
utilizar conceptos propios de la cultura occidental, lo cual obedece
exclusivamente al interés de facilitar la identificación de los dibujos
en el texto, sin pretender en ningún momento adentrarse en la
interpretación de su significado.
En
el Cuadro 1 se puede observar que en 16 de las 33 pinturas
identificadas se ha utilizado exclusivamente el color rojo en su trazo;
cantidad que coincide con el número de representaciones efectuadas
únicamente con pintura amarilla. Solamente en uno de los diseños se ha
empleado simultáneamente los colores rojo y amarillo. Por otro lado, en
la cara de la roca dirigida hacia el occidente se reconocieron 11 de
las 33 pinturas (la tercera parte), mientras que en la cara dirigida
hacia el norte el número corresponde a 22 (las dos terceras
partes). Sobre el canto de la primera pared de roca se encuentra
otra pintura abstracta elaborada con color rojo, dirigida
aproximadamente hacia el norte (véase la Figura 6).
|
|
|
Figura 4. Pinturas elaboradas en
la cara de la pared del pictógrafo dirigida hacia el cielo occidental. |
Figura 5. Pinturas elaboradas en
la cara de la pared del pictógrafo dirigida hacia el cielo boreal. |
Figura 6. Pintura elaborada
sobre el canto de la cara
dirigida
hacia el norte. |
2. IMPORTANCIA DEL PICTÓGRAFO DE “EL HIGUERÓN”
El
primer investigador que reportó la existencia del pictógrafo de “El
Higuerón” fue Wenceslao Cabrera en el año de 1.966, cuando publicó su
artículo Pictógrafos y Petroglifos de Nariño en la Revista
Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. En dicho
documento, Cabrera dejó el siguiente testimonio (véase la Figura 7):
Figura 7. Primer reporte gráfico del pictógrafo de “El Higuerón”
elaborado por Wenceslao Cabrera en el año de 1.966. ( CABRERA,
Wenceslao. Pictógrafos y petroglifos de Nariño. En: Revista Colombiana
de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. Bogotá. Vol. 12, No. 48;
(jul., 1966); p. 396.)
A
nuestro modo de ver y teniendo en cuenta el conocimiento que tenemos de
esta clase de antigüedades, este pictógrafo es de los más importantes
del departamento y nos descubre por primera vez la existencia de
pinturas rupestres con un color amarillo. En otras partes de Colombia
hemos copiado multitud en color rojo y aún en negro, pero en amarillo
es la primera vez que lo hacemos.
Se
encuentra en la cañada de la quebrada Higuerón, a 80 metros arriba de
la cantera de los Cano, en el kilómetro 6 de la carretera de Pasto a
Sandoná. Sobre unas rocas verticales, en forma de pequeños acantilados,
se formó un ángulo diedro con dos superficies, formando 90 grados entre
sí, y en ambas caras se encuentras las pinturas. Dos manos
derechas en rojo, muy perfectas y pequeñas (la mayor de 15 cm.), una de
ellas parece femenina, resalta a primera vista. La superficie pintada
ocupa casi cuatro metros cuadrados y en líneas generales están bien
conservadas, aunque en una esquina han roto la piedra y en otra se ha
producido un oscurecimiento que puede ocultar otras pinturas pequeñas.
Para
el estudio de los pictógrafos de Nariño, esta piedra es importante e
indispensable, lo mismo que para la correlación con las demás de
Colombia y el Ecuador. Es una fortuna que permanezca casi ignorada y
oculta, pues así se ha salvado de ser destruida (1).
Posteriormente, en la década de los ochenta, Osvaldo Granda Paz describió a esta obra rupestre en su libro Arte Rupestre Quillasinga y Pasto de la siguiente manera:
Se
trata de una pintura elaborada sobre una roca diédrica, aunque otro
elemento pintado de rojo está sobre este diedro y casi tapado por las
raíces del árbol de higuerón que se introducen en la superficie
pétrea. Con la localización de esta pictografía que se presenta
precisamente en una esquina lítica debajo de un árbol milenario de
higuerón, se plantea otro problema digno de estudiarse más ampliamente,
pues, entre Pastos y Quillasingas el árbol de higuerón poseía grandioso
poder mágico y curativo, así lo menciona Haro Alvear en su obra El shamanismo en el Reino de Quito.
Por ello nos parece que el estudio del arte rupestre es trascendental
en estudios de tipo etnohistórico y arqueológico en cuanto se
interrelacione esta producción de carácter estético-ritual con pautas
de poblamiento y características culturales.
El
pictógrafo del Higuerón está a unos 400 metros del punto en el cual se
cruzan la quebrada del Higuerón y la carretera que de Pasto lleva a
Genoy. La técnica que se utilizó fue la aplicación de pintura plana,
los diedros líticos tienen entre 4 y 5,50 [metros] de alto por 1,50 y 2
metros de ancho, la tercera cara en la que se encuentra un motivo
pintado es de formación muy irregular.
Las
figuras que se encuentran en la cara que aparece de frente al
observador son las siguientes: 2 figuras antropomorfas de conformación
masculina y que aparentemente corren llevando una lanza, 2 manos
pintadas (intencionalmente) en colores amarillo y rojo y tamaños
homogéneos, en la parte inferior se encuentra pintado en rojo una
figura circular con ocho rayos o patas (¿representación solar?). Una
figura de triángulos opuestos en color ocre, figura que Haro Alvear
identifica como las alas del Sol, una figura geométrica que se conecta con un casquete hemisférico sobre el que descansa una E invertida, encima aparece otra E en dirección opuesta, 3 líneas o trazos en amarillo de una especie de tocado o rayos. En este sector la piedra fue destruida.
En el plano o cara opuesta aparecen: 7 figuras antropomorfas estilo muisca,
5 de ellas en ocre y 2 en rojo. Una espiral en rojo de trazo muy
delgado y exacto, 2 manos nuevamente, una en amarillo y otra en rojo,
una figura de triángulos opuestos o alas de Sol en rojo, en
la parte inferior están pintados dos cuadriláteros de diferentes
tamaños en color rojo. A unos 50 centímetros de este conjunto, sobre la
misma superficie, pero más arriba se inicia otro conjunto pintado
solamente en amarillo y de figuras abstractas magníficamente elaboradas
y que se han conservado con la vivacidad del color que debieron tener
cuando recién se pintaron, se trata de una composición abstracta
conformada por circunvoluciones y espiraloides y rectas, entre las que
destacamos una especie de G o medialuna (¿símbolo lunar?),
una figura que a manera de cuernos se entrecruzan y en mayores
dimensiones y sobre la parte superior aparecen tres espiraloides que se
unen y son interceptadas por otros signos, que aunque incomprensibles
reaparecen en otros petroglifos de este mismo sector, exactamente en
los de Pandiaco.
Además
de estas composiciones, existe un motivo solitario, pintado en rojo y
ubicado en un espacio escondido de este abrigo natural, es una figura
con tendencia antropomórfica y también de ave, ya que de los que
pudieron haber sido sus brazos se abren un par de alas…(2) (véase la Figura 8).
Figura 8. Dibujo del pictógrafo de “El Higuerón” elaborado por Osvaldo Granda Paz. (GRANDA PAZ, Osvaldo. Arte rupestre Quillasinga y Pasto. Pasto: Ediciones Sindamanoy, 1983. p. 10).
Para
los actuales habitantes de Mapachico, la piedra de “El Higuerón” está
vinculada a una serie leyendas que todavía se conservan en la tradición
oral de esta comunidad rural del municipio de Pasto. El pictógrafo se
lo considera como “un sitio que dejaron los antepasados como una señal
de su paso por este territorio” (3) y el cual fue utilizado por los indígenas “seguramente para rendir culto”(4).
Una de las leyendas más conocidas es la vinculación de la obra rupestre con la apertura de una puerta mágica que se abre cada Viernes Santo, permitiendo observar un tesoro que está relacionado con una biblioteca (5)* que puede ser obtenida por quien no quede encantado por las energías
presentes en el lugar: “Nuestros abuelos y padres nos decían que allá
no había que ir, sobre todo en Semana Santa, porque cuando llega el
Viernes Santo, el sitio se abre y se mira una biblioteca, entonces, por
eso nos decían que no vayan allá, porque se podía abrir y, entonces,
uno podía quedar encantado. Esa era la creencia que había sobre este
sitio”(6). De igual manera, la
señora Marcionila Botina anotaba que: “hace unos 70 años, conversaban
los mayores que en Semana Santa el sitio se abría y que se veía hartos
libros, sino que era prohibido entrar ahí. Había un gran perro negro
que estaba echado ahí cuidando el lugar. Por eso, nosotros nunca
pasábamos por aquí”(7).
Precisamente,
este tipo de creencias también permitió que este bien cultural haya
recibido en varias oportunidades la visita indeseable de buscadores de
oro, como lo reportó el profesor Nicanor Criollo: “hace unos 30 años,
cerca de la piedra del Higuerón, a unos 300 metros de ahí, don Pedro
había huaqueado el sitio el 3 de mayo; aunque dicen que no encontró
nada”(8).
Algunos
de las personas de Mapachico también resaltan que la presencia de la
pictografía cerca de un árbol de higuerón no es casual, por cuanto se
cree que dicha planta fue utilizada por los indígenas para “hacer sus
brebajes, porque no es muy conocido aquí. En donde hay este árbol, se
han encontrado restos de humanos sepultados en las rocas”(9).
Por otro lado, desde el punto de vista de la investigación arqueoastronómica que adelantó Quijano (10),
se pudo demostrar que la orientación y estructura de las paredes
internas del pictógrafo de “El Higuerón” son de tales características
que pueden registrar la proximidad del solsticio de verano (20-21 de junio de cada año) cuando se presentan los siguientes fenómenos:
En
primer lugar, la sombra proyectada por la pared de roca cuya cara está
dirigida hacia el norte (azimut 285° 17') sobre el muro pétreo cuyo
frente está dispuesto hacia el occidente (azimut 11° 18') alcanza en el
año la menor distancia con respecto a la arista, para una misma hora de
la tarde (véase el cuadro 2).
Cuadro 2. Valores deducidos de la sombra proyectada en el pictógrafo de
“El Higuerón” de acuerdo con el estudio arqueoastronómico.
Hora Exacta
|
23
agosto
1997 |
30
agosto 1997 |
20
septiembre
1997 |
20 diciembre
1997 |
16
mayo
1998 |
20
junio
1998 |
4
agosto
1998 |
15
agosto 1998 |
13 h 00' |
0.890 m |
1.086 m |
1.727 m |
2.062 m |
0.144 m |
0.000 m |
0.224 m |
0.430 m |
13 h 15' |
0.859 m |
1.051 m |
1.676 m |
2.056 m |
0.150 m |
0.002 m |
0.229 m |
0.427 m |
13 h 30' |
0.827 m |
1.016 m |
1.624 m |
2.049 m |
0.156 m |
0.010 m |
0.234 m |
0.423 m |
13 h 45' |
0.795 m |
0.981 m |
1.572 m |
2.043 m |
0.162 m |
0.018 m |
0.239 m |
0.419 m |
14 h 00' |
0.763 m |
0.945 m |
1.520 m |
2.036 m |
0.168 m |
0.026 m |
0.243 m |
0.415 m |
14 h 15' |
0.732 m |
0.910 m |
1.469 m |
2.030 m |
0.174 m |
0.035 m |
0.248 m |
0.412 m |
14 h 30' |
0.700 m |
0.875 m |
1.417 m |
2.023 m |
0.180 m |
0.043 m |
0.253 m |
0.408 m |
14 h 45' |
0.668 m |
0.840 m |
1.365 m |
2.017 m |
0.186 m |
0.051 m |
0.258 m |
0.404 m |
15 h 00' |
0.636 m |
0.804 m |
1.313 m |
2.010 m |
0.192 m |
0.059 m |
0.262 m |
0.400 m |
15 h 15' |
0.605 m |
0.769 m |
1.262 m |
2.004 m |
0.198 m |
0.068 m |
0.267 m |
0.397 m |
15 h 30' |
0.573 m |
0.734 m |
1.210 m |
1.997 m |
0.204 m |
0.076 m |
0.272 m |
0.393 m |
15 h 45' |
0.541 m |
0.699 m |
1.158 m |
1.991 m |
0.210 m |
0.084 m |
0.277 m |
0.389 m |
16 h 00' |
0.509 m |
0.663 m |
1.106 m |
1.984 m |
0.216m |
0.092 m |
0.281 m |
0.385 m |
16 h 15' |
0.478 m |
0.628 m |
1.055 m |
1.978 m |
0.222 m |
0.101 m |
0.286 m |
0.382 m |
16 h 30' |
0.446 m |
0.593 m |
1.003 m |
1.971 m |
0.228 m |
0.109 m |
0.291 m |
0.378 m |
16 h 45' |
0.414 m |
0.558 m |
0.951 m |
1.965 m |
0.234 m |
0.117 m |
0.296 m |
0.374 m |
17 h 00' |
0.382 m |
0.522 m |
0.899 m |
1.958 m |
0.240 m |
0.125 m |
0.300 m |
0.370 m |
En
segundo lugar, durante las primeras horas de la tarde (1 p.m. a 3 p.m.)
la pintura circular con ocho rayos es iluminada por el Sol, el cual, en
su recorrido hacia el horizonte, desciende del meridiano celeste
proyectando sus rayos sobre la obra rupestre (véase la figura 9).
Figura 9. Iluminación solar del círculo con ocho rayos pintado en la obra
rupestre durante las primeras horas de la tarde en la proximidad del solsticio de verano.
A
medida que transcurre la tarde (aproximadamente entre las 3 horas y las
4 horas 45 minutos) el círculo de la pintura con ocho rayos va siendo
cubierto poco a poco por la sombra proyectada (de 0,06 metros a 0,12
metros).
Así
mismo, en este período de tiempo (entre las 3 horas y las 4 horas 45
minutos), debido a que el Sol se encuentra más bajo sobre el horizonte,
se puede apreciar con gran claridad que la sombra proyectada en este
día es bastante uniforme, siendo aproximadamente paralela a la arista
de intersección de las dos paredes de roca (véase la figura 10).
Figura 10. Sombra uniforme proyectada en el pictógrafo de
“El Higuerón” el 20 de junio de 1.998, cerca del solsticio de verano, a las 4h 10' de la tarde.
A
medida que la fecha de observación se aleja del día del solsticio de
verano, esta sombra comienza a volverse más irregular, aumentado su
valor cuanto más cerca se esté del solsticio de invierno (véase la
figura 11).
Figura 11. Sombra irregular proyectada en el pictógrafo de “El Higuerón”
el 20 de diciembre, cerca del solsticio de invierno, a las 4h 10' de la tarde.
Finalmente,
en el último momento de la tarde, a medida que el Sol se dirige al
punto del ocaso en el noroeste del horizonte, ocultándose detrás de las
laderas del volcán Galeras, la sombra proyectada sigue incrementándose
de 0,12 metros a 0,158 metros, quedando de esta manera cubierta
completamente la pintura circular con ocho rayos por dicha sombra.
Por
lo tanto, los antiguos quillacingas solamente necesitaban observar la
aparición de estos sucesos en el pictógrafo para saber que el Sol había
“regresado” al mismo punto del cielo, coincidiendo este hecho con el
inicio del verano en la región; un momento del ciclo estacional
caracterizado por ser el más seco, con la menor cantidad de humedad en
la atmósfera y con la presencia de los vientos alisios fríos del
sureste que hacen descender la temperatura; variables que influyen de
manera significativa en las plantas y en los animales.
Debido
a las características ambientales tan particulares del verano en la
zona andina de Nariño, la llegada del solsticio de junio fue un momento
muy importante para las comunidades indígenas que se asentaron en la
región. Durante esta época se realizaba la cosecha de los productos de
primera necesidad, como el maíz, precisamente para evitar la influencia
negativa de las heladas, las cuales se incrementan con la llegada de
los vientos del sureste.
Así
mismo, con el inicio de esta estación, los animales que habitaban por
encima de los 2.700 metros sobre el nivel mar descendían a las zonas
más bajas del valle de Atriz buscando mejores condiciones de
existencia; situación ésta que era aprovechada por los cazadores.
Además
de la importancia de esta fecha en la vida material de las comunidades
de los Andes de Nariño, actualmente se reconoce que los solsticios
también tuvieron una gran importancia en la vida religiosa para estas
primeras sociedades, especialmente en aquellas celebraciones realizadas
para rendir culto al poder del Sol que fecunda a la madre Tierra y a su
anual renacimiento; festividades que inclusive perduran hasta épocas
recientes, no obstante la influencia de la cultura europea y al proceso
de mestizaje que se dio con la llegada de los españoles. Así, por
ejemplo, a finales del mes de junio, en algunos de los poblados que
rodean la ciudad de San Juan de Pasto, ubicados en las laderas del
volcán Galeras, todavía se conservan fiestas campesinas realizadas en
agradecimiento a la tierra por las buenas cosechas obtenidas. En
este sentido, se destacan las celebraciones de San Juan (24 de junio) y
San Pedro y San Pablo (29 de junio) que se efectúan en Jongovito,
Anganoy, Obonuco y Genoy. Son expresiones culturales en donde se
aprecia el sincretismo religioso, producto de la unión de las
celebraciones católicas en honor a los Santos Patrones traídas por los
conquistadores españoles y los rituales agrarios relacionados con el
solsticio de verano que se remontan a tiempos precolombinos.
Los resultados de este estudio se publicaron a nivel internacional en la revista Anales de Antropología del
Instituto de Investigaciones Antropológicas de la Universidad Nacional
Autónoma de México (UNAM), no solamente como una forma de avalar el
trabajo adelantado, sino, de manera especial, para resaltar la
importancia del pictógrafo de “El Higuerón”:
En
el primer artículo, Quijano nos presenta los resultados iniciales de su
investigación arqueoastronómica que realizó sobre el pictograma de El Higuerón, localizado
cerca de la actual ciudad de San Juan de Pasto, Colombia. Este
territorio fue ocupado en tiempos prehispánicos por la etnia de los
quillacingas quienes, según Quijano, conocían la llegada de la estación
de verano observando los efectos de la luz y sombra que se proyectaba
en el pictograma. Realizó constantes observaciones con el fin de
encontrar posibles conexiones entre la obra rupestre y ciertos
fenómenos astronómicos. Sus conclusiones son ilustrativas para
comprender la orientación y la estructura de las paredes del pictograma
y, con datos medidos y un análisis estadístico, fundamenta su hipótesis
sobre la idea de que los antiguos quillacingas solamente necesitaban
observar la aparición de estos sucesos en el pictograma para saber que
el Sol había regresado al mismo punto del cielo y que coincidía con en el inicio del verano en la región... (11).
3. ESTADO ACTUAL DEL PICTÓGRAFO DE “EL HIGUERÓN”
El
sábado 19 de julio del año 2.008 se realizó una visita al pictógrafo de
“El Higuerón”, entre las 8:30 de la mañana y las 12 del mediodía, de
acuerdo con el permiso solicitado al señor Guillermo Calderón, uno de
los propietarios en donde se encuentra la obra rupestre. El recorrido
fue adelantado por dos funcionarios de la Dirección de Cultura del
municipio de Pasto: Nancy Liliana González Zambrano y Luís Alberto Ruiz
y los integrantes del grupo de investigación Inti Rumi de la Institución Universitaria CESMAG: Luís Eduardo González Martínez y Armando José Quijano Vodniza.
3.1 DESCRIPCIÓN DEL RECORRIDO
Una
vez recibida la autorización por parte del señor Guillermo Calderón
para hacer el recorrido, el equipo de trabajo se desplazó en vehículo
hasta el predio de la señora Lola Vallejo (en el cual se encuentra el
petroglifo de “La Gran Espiral”) y desde ahí se caminó hasta la entrada
de la cantera “Santa Leticia”; una mina que comenzó a ser explotada
comercialmente desde hace aproximadamente once años.
Luego
se ascendió por el camino que recorren permanentemente las volquetas
que sacan el material producido, a cuyo pie corre la quebrada de “El
Higuerón” (la cual procede de las partes altas del volcán Galeras). Es
importante destacar que dicha quebrada presentaba un mayor caudal que
el que se había podido observar en visitas realizadas en años
anteriores, para esta misma época del año.
Luego
de pasar el altar erigido a la Virgen que algunos habitantes del
corregimiento de Mapachico le han hecho sobre una pared de roca en
donde las personas dicen que se apareció, se caminó aproximadamente
unos 50 metros hasta encontrar en la parte superior, a mano izquierda,
un árbol de higuerón de gran altura, el cual nos indicaba la proximidad
de la obra rupestre. Hacia el lado derecho se aprecian las
excavaciones de gran profundidad de la cantera “Santa Leticia”, de las
cuales se está retirando el material petrificado depositado desde
tiempos inmemoriales por el volcán Galeras.
Estando
de frente al árbol de higuerón, comenzamos a bajar hacia la quebrada,
caminando por un depósito de material de desecho no consolidado,
proveniente de la cantera “Santa Leticia”. Atravesamos la quebrada y
nos adentramos por entre un espeso matorral que hacía difícil el acceso
y que prácticamente haría desistir en su intento de llegar a la obra
rupestre a una persona que no conozca el lugar.
Cuando
nos acercábamos a las pinturas rupestres evidenciamos un primer hecho
preocupante: una parte del talud ubicado antes de llegar al sitio había
colapsado, quizás debido al fuerte invierno que se ha presentado en los
últimos meses en la región; sin embargo, también existía la posibilidad
de que se debiera a la acción humana o a una combinación de ambos
factores.
Desde
este derrumbo, nos arrastramos unos diez metros por entre la maleza,
hasta llegar al pictógrafo de “El Higuerón”. El primer hecho relevante
fue encontrar material que había caído por la parte alta de la pared de
roca y el cual estaba depositado en la cercanía de la obra rupestre
(figura 12), incluso había tierra que recientemente se había acumulado
detrás de una de las paredes de la pictografía -de hecho, mientras se
estuvo en el lugar, de vez en cuando se desprendían terrones que hacían
evidente la presencia de material amontonado en la corona del talud-.
También se observaron troncos de árboles que habían sido arrojados
desde arriba (figura 13).
Figura 12. Material arrojado desde la parte superior del
talud y depositado muy cerca del pictógrafo de “El Higuerón”.
Figura 13. Tronco de árbol arrojado desde la parte superior del talud.
Como
consecuencia de este proceso, sobre las 34 pinturas presentes en esta
obra rupestre se había acumulado gran cantidad de polvo, afectando la
visibilidad de las mismas hasta el punto de que la mayoría eran
difícilmente reconocibles.
La
segunda etapa de la visita consistió en verificar la causa de los
hechos antes mencionados, para lo cual el equipo se desplazó desde la
obra rupestre hasta el lote de propiedad de los hermanos Calderón,
ubicado encima de las pinturas, siguiendo una trocha abandonada que
hace unos diez años se abrió en el sitio, cuando se hizo el
levantamiento topográfico del lugar que sirvió como apoyo a la
investigación que permitió vincular el pictógrafo de “El Higuerón” con
el momento astronómico de la llegada del solsticio de verano.
En
este lugar se pudo comprobar que recientemente se ha dado apertura a
una nueva cantera (figura 14), cuya área es mucho mayor que la de
“Santa Leticia”, extendiéndose hasta el mismo borde en donde se
encuentra el árbol de higuerón que yace encima de la pictografía
(figura 15).
Figura 14. Nueva cantera abierta en la proximidad del pictógrafo de “El Higuerón”.
Figura 15. Material acumulado de la explotación de la cantera,
ubicado
cerca del árbol de higuerón que yace encima de la obra rupestre.
El terreno se está explotando con maquinaria pesada, como se puede evidenciar en las huellas de la oruga
que se observaron en un sitio ubicado a unos 20 metros en línea recta
hasta el árbol de higuerón (figura 16), y es precisamente parte de este
material acopiado en el borde del talud el que ha caído sobre la obra
rupestre (figura 17).
Figura 16. Evidencia de huellas de maquinaria que se está utilizando en la
apertura de la nueva cantera ubicada en la proximidad del pictógrafo de “El Higuerón”.
Figura 17. Desechos de la explotación de la nueva cantera que se
están precipitando al sitio en donde se hallan las pinturas rupestres.
De
hecho, si se compara las fotografías mostradas en las figuras 18 y 19
se puede observar el grado de destrucción que ha sufrido el sitio, por
cuanto las dos fotografías fueron tomadas aproximadamente en el mismo
sitio: la primera, en el año 1.997 (figura 18) cuando se estaba
realizando el levantamiento topográfico del lugar y, la segunda, en el
2.008 (figura 19), en el momento de la visita.
Figura 18. Imagen del sector próximo al pictógrafo de “El Higuerón”
en el verano de 1.997 (al fondo el volcán Galeras).
Figura 19. Imagen del sector próximo al pictógrafo de “El Higuerón” en el verano del 2008.
Con
esta información se dio por terminada el reconocimiento, y el equipo de
trabajo regresó al sitio de partida, descendiendo por la vía de acceso
que se ha abierto para permitir el ingreso de los vehículos que están
laborando en el lugar.
3.2 POSIBLES IMPACTOS DE LA NUEVA CANTERA SOBRE EL PICTÓGRAFO DE “EL HIGUERÓN”
Desde
el punto de vista de la conservación y protección del pictógrafo de “El
Higuerón” la nueva cantera se convierte en una verdadera amenaza, por
lo menos, por los siguientes motivos:
- En
primer lugar, la fricción del material arrojado por el talud, o que cae
por efectos de la gravedad, produce abrasión sobre las pinturas
rupestres y sobre la roca que las contiene.
- En
segundo lugar, existe una alta posibilidad de que a largo plazo se
produzca una reacción química entre los minerales que conforman el
material pulverizado (polvo) que cubre las pinturas y los minerales
contenidos en el pigmento original utilizado por los indígenas, lo cual
ocasionará la degradación del color de las mismas.
-
Por otro lado, el gran peso de las maquinarias empleadas en la
explotación de la cantera producen un empuje lateral desestabilizador
sobre el talud que conforma las paredes del pictógrafo de “El
Higuerón”, lo cual se agrava teniendo en cuenta que en dichas paredes
existen fallas naturales (véase las figuras 4 y 5) (12).
- Efecto similar lo ocasionarían las ondas de choque generadas por la utilización de explosivos cerca de la obra rupestre.
- Lógicamente,
de continuarse arrojando más material sobre el sitio a medida que
avanza la explotación de la cantera, existe el riesgo de que la
pictografía quede sepultada por completo en muy poco tiempo.
- De
acuerdo con lo que se observó en las canteras vecinas (como la de
“Santa Leticia”), la explotación se realiza varios metros de
profundidad, hasta desmontar la estructura pétrea de la montaña. Si
este procedimiento se aplica en la zona mostrada en la figura 15,
implicaría la destrucción irremediable de la obra rupestre.
4. EL PICTÓGRAFO DE “EL HIGUERÓN” Y LA COMUNIDAD DE MAPACHICO
Teniendo
en cuenta que el pictógrafo de “El Higuerón” es uno de los últimos
vestigios arqueológicos que se conservan en el municipio de Pasto, como
herencia de nuestros antepasados, siendo una de pocas pictografías que
han sido reportadas en toda la zona andina de Nariño y que tiene un
comprobado valor astronómico como marcador de la llegada de la estación
de verano en la región, se necesita realizar acciones urgentes que
permitan, entre otros aspectos, comprometer a los propietarios del
predio detener la explotación de la cantera en la cercanía de la obra
rupestre (véase la figura 20), con la finalidad de reducir al mínimo
los impactos negativos que este tipo de obras pueden llegar a generar
sobre este bien cultural.
Figura 20. Zona aledaña al pictógrafo de “El Higuerón” que debería ser reservada
por los propietarios del predio con el fin de proteger y conservar este bien
patrimonial tan importante para el municipio de Pasto
En
este sentido, los habitantes del corregimiento de Mapachico desde el
interior de la misma comunidad han iniciado una serie de acciones
encaminadas al conocimiento y la divulgación de este vestigio
arqueológico, tal como se pudo constatar en los diferentes testimonios
recogidos durante la visita al pictógrafo que se programó en al año
2.007 como parte de las Fiestas Patronales del corregimiento de Mapachico (véase las figuras 21 y 22), así como en el taller de mapas parlantes sobre obras rupestres realizado por el grupo de investigación Inti Rumi el 9 de junio del año 2.007 en la Escuela de Mapachico (véase la Figura 23).
Figura 21. Plegable de las Fiestas Patronales del corregimiento de Mapachico
del año 2.007, una de cuyas actividades fue la visita al pictógrafo de “El Higuerón”.
Figura 22. Comunidad del corregimiento de Mapachico durante la visita al pictógrafo
de
“El Higuerón”, como parte de las actividades de las Fiestas Patronales, el día 13 de julio del 2.007.
Figura 23. Taller de mapas parlantes sobre obras rupestres ubicadas en el corregimiento de
Mapachico realizado el 9 de junio del 2.007 (de derecha a izquierda: doña Marcionila Botina,
el señor Luís Figueroa García, el profesor Nicanor Criollo, el señor Norberto Ortiz,
la corregidoraIrma Vergara, la señora Lourdes Ortiz y Armando José Quijano).
A
continuación se transcribe el testimonio de la corregidora de Mapachico
Irma Vergara, como una de las conclusiones que se obtuvieron en el
taller sobre obras rupestres, especialmente, en lo relacionado con el
pictógrafo de “El Higuerón”:
Primero,
en la gran mayoría de la población hay un desconocimiento total de las
piedras. Pueda que conozcamos una o dos, pero no las relacionamos con
nuestros antepasados, entonces, no le damos el valor que tienen. Yo
pienso que, en primera instancia, sobre todo algunas de las personas
que están aquí somos líderes: líderes en la educación, líderes en sus
veredas, incluso algunas personas han hecho estudios o están haciendo
estudios sobre Mapachico. Como corregidora, yo creo que lo primero es
que nosotros tenemos que sensibilizarnos. Yo por lo menos desconocía
hasta hace unos ocho días de la existencia de las piedras. Sabía de la Cueva Santa,
pero simplemente lo había escuchado como una anécdota, hasta que
ustedes llegaron a mi casa y me comentaron sobre esto. Creo que lo
primero es que nos sensibilicemos y que tratemos de ir sensibilizando
los entornos grupales más pequeños que nosotros tenemos. Acercarnos,
conocerlos, tratar de saber un poco más de la historia, sobre todo con
las personas mayores, y de pronto eso poderlo ir socializando y
ampliando en el círculo de nuestras familias, de la escuela, a ver si
se puede recuperar. A mí me preocupa, por ejemplo, lo que ustedes
decían que ya existe un hueco en la piedra del Higuerón, Lucio Figueroa
decía que ahí los dueños ya están intentando dañarla. Nadie se ha
interesado, porque no sabíamos el valor que tienen las piedras (12).
De igual manera, el profesor Nicanor Criollo expresó:
Saqué
un tiempo para venir a esta charla, a reunirme con ustedes, porque el
hecho de que en nuestro territorio exista este tipo de señas nos dice
de lo que pasó anteriormente con nuestros antepasados, pero más que
conocerlo se trata de rescatarlo y de difundirlo a la comunidad, porque
si solo lo conocemos o dejamos ahí, pasará lo que dice don Luís: tarde
o temprano lo vamos a destruir. Entonces, sería bueno que tomemos
conciencia que el sitio se conserve como una prueba de que ahí
estuvieron nuestros antepasados haciendo esa clase de trabajos. No
sabemos porqué, de pronto no tenía libros, no tenían computadores como
ahora los tenemos, pero miraron que esas piedras eran una herramienta
para dejar el testimonio de su cultura. Con los niños de la escuela
estuve planeando ir al Higuerón: ¡ nos vamos a una piedra bien bonita
en donde pienso que ahí estuvieron viviendo nuestros primeros padres…!
Yo pienso que Mapachico está en mora de explotar estos recursos
culturales (13).
Notas
1. CASTILLO, Mario. Prólogo. En
: Revista Anales de Antropología del Instituto de Investigaciones
Antropológicas de la Universidad Nacional Autónoma de México
UNAM. México. No. 40 I; (2007); p. 6.
2.
Es probable que esta situación fue lo que ocasionó el derrumbe de la
pared ubicada aproximadamente 10 metros antes de llegar a la obra
rupestre, tal como se reportó en la descripción de la visita.
3.
TALLER DE MAPAS PARLANTES SOBRE OBRAS RUPESTRES DEL MUNICIPIO DE PASTO,
participación de doña Irma Vergara, Corregidora de Mapachico, Escuela
de Mapachico, 9 de junio del 2007.
4.
TALLER DE MAPAS PARLANTES SOBRE OBRAS RUPESTRES DEL MUNICIPIO DE PASTO,
participación de Nicanor Criollo, profesor del corregimiento de
Mapachico, Escuela de Mapachico, 9 de junio del 2007.
5. CASTILLO, Mario. Prólogo. En
: Revista Anales de Antropología del Instituto de Investigaciones
Antropológicas de la Universidad Nacional Autónoma de México
UNAM. México. No. 40 I; (2007); p. 6.
6.
Es probable que esta situación fue lo que ocasionó el derrumbe de la
pared ubicada aproximadamente 10 metros antes de llegar a la obra
rupestre, tal como se reportó en la descripción de la visita.
7.
TALLER DE MAPAS PARLANTES SOBRE OBRAS RUPESTRES DEL MUNICIPIO DE PASTO,
participación de doña Irma Vergara, Corregidora de Mapachico, Escuela
de Mapachico, 9 de junio del 2007.
8.
TALLER DE MAPAS PARLANTES SOBRE OBRAS RUPESTRES DEL MUNICIPIO DE PASTO,
participación de Nicanor Criollo, profesor del corregimiento de
Mapachico, Escuela de Mapachico, 9 de junio del 2007.
9. CABRERA, Wenceslao. Pictógrafos y petroglifos de Nariño. En : Revista Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. Bogotá. Vol. 12, No. 48; (jul., 1966); p. 392.
10. GRANDA PAZ, Osvaldo. Arte rupestre Quillasinga y Pasto. Pasto : Ediciones Sindamanoy, 1983. p. 9-11.
11.
TALLER DE MAPAS PARLANTES SOBRE OBRAS RUPESTRES DEL MUNICIPIO DE PASTO,
participación de don Luís Figueroa, Presidente de la Junta de Acción
Comunal de Briceño, Escuela de Mapachico, 9 de junio del 2007.
12.
TALLER DE MAPAS PARLANTES SOBRE OBRAS RUPESTRES DEL MUNICIPIO DE PASTO,
participación de doña Irma Vergara, Corregidora de Mapachico, Escuela
de Mapachico, 9 de junio del 2007.OBRE OBRAS RUPESTRES DEL MUNICIPIO DE
PASTO, participación de Nicanor Criollo, profesor del corregimiento de
Mapachico, Escuela de Mapachico, 9 de junio del 2007.
—¿Preguntas,
comentarios? escriba a: rupestreweb@yahoogroups.com—
Cómo citar este artículo:
Quijano Vodniza, Armando José. El pictógrafo de “El Higuerón”:
patrimonio cultural del municipio de Pasto (Colombia) en peligro de destrucción.
En Rupestreweb, http://www.rupestreweb.info/higueron.html
2009
BIBLIOGRAFÍA
CABRERA, Wenceslao. Pictógrafos y petroglifos de Nariño. En : Revista Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. Bogotá. Vol. 12, No. 48; (jul., 1966); p. 392.
CASTILLO, Mario. Prólogo. En
: Revista Anales de Antropología del Instituto de Investigaciones
Antropológicas de la Universidad Nacional Autónoma de México
UNAM. México. No. 40 I; (2007); p. 6.
GRANDA PAZ, Osvaldo. Arte rupestre Quillasinga y Pasto. Pasto : Ediciones Sindamanoy, 1983. p. 9-11.
QUIJANO VODNIZA, Armando José.
El pictógrafo quillacinga de “El Higuerón” como marcador del solsticio
de verano. San Juan de Pasto : Empresa Editora de Nariño –
EDINAR, 2007. p. 99-101.
QUIJANO VODNIZA, Armando José y AGREDA MONTENEGRO, Esperanza Josefina.
Estudio arqueo y etnoastronómico de obras rupestres localizadas en los
barrios de Pandiaco y Torobajo y en los Corregimientos de Mapachico y
Genoy del Municipio de Pasto. San Juan de Pasto : inédito.
TALLER
DE MAPAS PARLANTES SOBRE OBRAS RUPESTRES DEL MUNICIPIO DE PASTO,
participación de doña Marcionila Botina, habitante del corregimiento de
Mapachico, Escuela de Mapachico, 9 de junio del 2007.
TALLER
DE MAPAS PARLANTES SOBRE OBRAS RUPESTRES DEL MUNICIPIO DE PASTO,
participación de Nicanor Criollo, profesor del corregimiento de
Mapachico, Escuela de Mapachico, 9 de junio del 2007.
TALLER
DE MAPAS PARLANTES SOBRE OBRAS RUPESTRES DEL MUNICIPIO DE PASTO,
participación de don Luís Figueroa, Presidente de la Junta de Acción
Comunal de Briceño, Escuela de Mapachico, 9 de junio del 2007.
TALLER
DE MAPAS PARLANTES SOBRE OBRAS RUPESTRES DEL MUNICIPIO DE PASTO,
participación de doña Irma Vergara, Corregidora de Mapachico, Escuela
de Mapachico, 9 de junio del 2007.
VISITA
CON REPRESENTANTES DE LA COMUNIDAD DE MAPACHICO AL PICTÓGRAFO DE “EL
HIGUERÓN”, participación de don Lucio Figueroa, pictógrafo de “El
Higuerón”, 13 de julio del 2007.