Cornamentas sagradas. Representaciones gráfico rupestres del borrego cimarrón en Nuevo León y Coahuila, México. Avance de investigación
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Extintos, los borregos cimarrones son parte de la historia regional, aunque ya no habitan en
las altas cumbres de los cerros, en la memoria pétrea siguen vivos, sin embargo, sus anónimos
autores hace tiempo que ya no están entre nosotros, de ellos no tenemos nada, ni fotos,
ni ilustraciones. En pocas palabras: somos huérfanos de nuestra propia historia. |
Introducción
Fue por 1980, cuando
era estudiante de la carrera de Antropología Social, en la Universidad Autónoma
de Nuevo León, tuvimos el primer contacto con zonas de arte rupestre de la
entidad, en este caso fue la zona de Cueva Ahumada y Los Fierro, ambas en el
Municipio de García.
Bajo la guía del
maestro William Breen Murray fue nuestra primera visita a los espacios
rupestres en Coahuila y Nuevo León.
Tenía 17 años y
hemos de aceptar que desde hace tiempo se quedó grabada en nuestra mente esas
imágenes gráfico rupestres. Al paso del tiempo nos dedicamos a la investigación
social y posteriormente a una carrera dentro del periodismo en medios impresos,
televisivos y radiales en Monterrey, Nuevo León.
Dentro de las
labores que se realizamos dentro del área del periodismo tuvimos la oportunidad
de recorrer algunas comunidades en el área rural de Nuevo León donde se daba a
conocer las condiciones de pobreza y como sobrevive la gente en esos lugares.
Alejado de la
investigación de las pandillas juveniles y la subcultura que gira alrededor de
la música colombiana en Monterrey, a causa de las condiciones de inseguridad
que azotaban a los barrios y colonias de Monterrey, nos dimos a la tarea de
recorrer aquellos espacios donde los antiguos grupos de cazadores recolectores dejaron
huella de su existencia en la roca.
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William Breen Murray |
A menudo al pasar por las crestas rocosas
nos percatamos de la existencia de petrograbados y pinturas rupestres y con
frecuencia publicábamos crónicas y reportajes acerca de los vestigios
arqueológicos, que por cierto eran bastante bien recibidos por parte de la
audiencia.
Fue a principios
del 2007 que nos dimos a la tarea de comenzar a recopilar un acervo
fotográfico de zonas con pinturas rupestres y petroglifos en la región
limítrofe de Nuevo León y Coahuila.
Las salidas a estos
lugares se hicieron frecuentes y en las visitas tuvimos la oportunidad de
contactar a Rufino Rodríguez Garza, cronista y explorador radicado en
Saltillo, Coahuila, originario de Los Ramones, Nuevo León.
Tras una serie de
salidas algunos sitios en los municipios de Mina y Ramos Arizpe, para julio
de ese mismo año tuvimos la oportunidad de visitar un punto conocido como
“Fraustro”, en el ejido que lleva el mismo nombre y que se ubica muy cerca de
la carretera 57 México-Piedras Negras en el municipio de Ramos Arizpe, Coahuila.
Acudimos
a ese espacio, dada la insistencia de Rufino Rodríguez, quien con frecuencia
comentaba la existencia de cornamentas de borrego cimarrón en un sitio ubicado
en el interior de una serie de cañones y lomas, rodeados por una sierra muy
alta.
Recordamos bastante
bien esa primera visita pues se trataba de la temporada de verano y la
temperatura superaba los 40 grados.
A partir de esa
visita tomamos la determinación de llevar a cabo un trabajo que documente la
presencia del óvido en esta región de México.
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Rufino Rodríguez Garza |
Actualmente
el borrego cimarrón es una de las piezas más cotizadas por los cazadores
profesionales por lo que lleva implícita una carga simbólica muy fuerte que
convierte al cazador que logre obtener una pieza de este mamífero como un
auténtico campeón.
De esta manera y
bajo la lógica de la sobrevivencia, cazar un borrego cimarrón para los antiguos
grupos de cazadores prehistóricos era una especie de trofeo que le dotaba un
status importante.
No olvidemos que
este animal ocupaba un espacio significativo en su dieta y ciertas partes del
borrego eran de mucha utilidad pues eran usadas en la vestimenta y
seguramente su cornamenta fue un implemento importante en sus rituales
religiosos.
El Rey de las montañas
El borrego cimarrón
desapareció de las sierras de Nuevo León y Coahuila no obstante en las rocas
las manifestaciones gráfico rupestres son la prueba de su existencia.
Este trabajo bien
puede servir como un documento para alentar a las personas interesadas en
introducir al cimarrón en su hábitat ancestral que son las sierras ubicadas al
oriente de Coahuila y al poniente de Nuevo León.
Ya es tiempo de
volver a ver al borrego escalando las crestas rocosas en las amplias serranías
de Ramos Arizpe en Coahuila y Mina y García en Nuevo León.
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Ubicación de la zona de borreguera del noreste de México |
Esparcidas en los
abrigos y paredes rocosas del noreste de México la figura del cimarrón es la
prueba de la presencia de este mamífero en una amplia zona de la región
limítrofe del sur del estado de Coahuila con el poniente de Nuevo León.
El borrego cimarrón
se convirtió en una parte elemental en la vida de los antiguos grupos de
cazadores recolectores y seguramente estaba relacionado con cierto tipo de culto
totémico, incorporado a conteos astronómicos y un culto lunar como sucedía en
las tribus de los estados mexicanos del noroeste de México.
La evidencia
arqueológica indica que esta especie habitaba en lugares sumamente accidentados
en las montañas del extremo oriental del gran desierto chihuahuense.
Extinto a principios
de la década de los cuarenta del siglo pasado, su existencia ha quedado tatuada
en los frontones pétreos.
Aunque generalmente
se asocia al cimarrón a los estados mexicanos de Baja California, Baja
California Sur, Sonora y Chihuahua, también habitó esta parte del noreste de
México.
Hoy en día el borrego
ya no corre por las laderas accidentadas de los cerros y no hay grupos de
cazadores que corran tras ellos, cuando menos, es muy importante documentar su
existencia en la línea de tiempo.
La finalidad del trabajo
Por muchas razones
este trabajo no pretende revivir fantasmas, más bien busca dar a conocer la
existencia en la región de estos animales cuya presencia se ha perdido en el
tiempo, de igual forma de los autores de estas magníficas manifestaciones
rupestres.
El objetivo de
este artículo es retomar el trabajo de algunos especialistas como es el caso
como William Breen Murray quien se percató de la presencia del borrego cimarrón
hace 30 años en el corazón de la zona serrana de Mina, Nuevo León, en el sitio
San Bernabé, este trabajo, aparece publicado en el libro Expresión y Memoria de
Carlos Viramontes publicado en 1999.
El espacio donde se
encuentran las representaciones de los óvidos descritas por Breen Murray se encuentra
entre dos crestas donde abundan charcos de agua producto de los escurrimientos
de las montañas circundantes.
Actualmente el
panorama de este mamífero ha cambiado radicalmente, gracias al esfuerzo de
muchas personas que buscan devolver al animal a su hábitat milenario; de hecho
ha sido reintroducido en algunas zonas de Coahuila y Nuevo León donde ya se
encontraba extinto.
Es de vital importancia
tomar en cuenta aquellos puntos dónde ha quedado la prueba de la existencia del
óvido, a través de la gráfica rupestre, ya que en estas zonas históricamente los
trazos demuestran que fue el hábitat del cimarrón.
Los pobladores
originales sabían perfectamente los secretos del medio circundante y conocían
el paso de las estaciones, con ello los tiempos de recolección y la época
ideal para la caza.
Resulta paradójico
que sólo queden como prueba de su existencia los petroglifos de las cornamentas,
y que en este caso, tanto los autores de las pictografías y los borregos
cimarrones ya se encuentren extintos en esta región de México.
Es por lo tanto de
suma importancia el hecho de recuperar la memoria perdida en la roca.
Por el número de
sitios y representaciones grafico rupestres, inferimos que el borrego era una
de las especies cazadas por los integrantes de las tribus antiguas. Se podría
decir que eran todos unos expertos en el arte de la caza de este animal.
Población
a la baja
Las poblaciones de
borrego cimarrón han sido drásticamente afectadas durante el presente siglo. Se
ha calculado que antes de la llegada de los españoles existían en Norteamérica
entre 1.5 y 2 millones de borregos. En 1978 se calculó que sobrevivían entre quince
y veinte mil en toda el área de distribución. Esta cifra parece ser
excesivamente pesimista, aunque es evidente que la reducción en números es muy
drástica. Las principales causas del exceso de mortalidad parecen ser la
cacería ilegal y el contacto con ganado con quien compite y le transmite enfermedades.
(Lee, 2000).
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Disminución paulatina de la población del borrego cimarrón
desde 1850 hasta el 2012. Fuente Wild Sehp. Fundatión |
Los orígenes y distribución
El género Ovis
apareció en Asia en el periodo Plio-Pleistoceno hace 1,8 - 2,4 millones de años
(Kordos 2000).
Con el
descubrimiento de fósiles de ovinos salvajes en el sur del continente europeo,
correspondientes a la mitad del periodo Pleistoceno, indican la existencia de
muflones en Eurasia desde hace cientos de miles de años. Restos óseo del Ovis
ammon antiqua (Argali), muestran que hace 440.000 años el hombre ya cazaba
ovinos silvestres. (Rivals 2006).
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Representación y restos óseos del Ovis ammon antiqua |
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Hiendleder, S., B. Kaupe, R.Wassmuth and A. Janke, 2002 Molecular analysis of wild
and domestic sheep questions current nomenclature and provides evidence
for domestication from two different subspecies. Proc. Biol. Sci. 269: 893–904 |
Actualmente se
pueden encontrar borregos en casi todos los continentes pero el área natural
del género Ovis se remite a Asia y Norteamérica y se divide en cinco especies:
Argalí (Ovis ammon), muflón oriental – Urial (Ovis orientalis), Muflón
siberiano (Ovis nivicola), muflón de Dall (Ovis dalli) y borrego cimarrón
(Ovis canadensis). (Lee, 1989).
A continuación llevaremos
a cabo un recorrido en el tiempo donde analizaremos la ruta del borrego
cimarrón desde Eurasia hasta el Continente Americano trazando una línea de
espacio y tiempo hasta llegar al Noroeste de México y termina con la extinción
de este mamífero en Coahuila y Nuevo León
Los resultados
apoyan un origen asiático del género Ovis, seguida de una migración a América
del Norte a través del noreste de Asia, pasando por el estrecho de Bering.
Las derivaciones
muestran que la evolución del género Ovis es un ejemplo notable de
acontecimientos de diferenciación en eventos sucesivos que ocurren a lo largo
de las rutas de migración desde un área ancestral.
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Fuente: Rodríguez Rodríguez, Mario Antonio. Caracterización y
Analisis de la Genetica del Borrego Cimarrón. UNAM, P.59 |
Fue entonces que en
algún momento que el hombre temprano en América comenzó a identificar y reverenciar
a los animales que habitaban la vastedad del inmenso territorio,
especialmente aquellos que valoraban y les eran de mucha utilidad como el
borrego de donde obtenían alimento y elaboraban ropa.
Es fácil inferir
que las tribus arcaicas mantuvieron una estrecha relación con el borrego
cimarrón, al grado de inmortalizarlo con imágenes grabadas pintadas en los
acantilados, cuevas, paredes y rocas.
Borrego
Cimarrón en México
En nuestro país se
encuentran tres del todas las subespecies del Ovis canadensis véase la
anterior figura.
Se calcula, de
acuerdo a Lee que el número máximo de ejemplares alcanzado por la especie fue
de aproximadamente 2 millones; actualmente las poblaciones actuales ocupan un
4% del área de distribución histórica y se estima una población de 25,000
ejemplares, de los cuales 6,000 se encuentran en México y el resto en los
Estados Unidos (INE 2000, 17).
En México se
encuentran tres de las siete subespecies reconocidas, corresponden a la
variedad del desierto: O. C.Cremnobates o cimarrón café en Baja California; O.
C. Weemsi o cimarrón rojo en Baja California Sur; y O. C. Mexicana o cimarrón
gris en Sonora.
Borrego almizclero
Hace aproximadamente 15 mil
años en nuestro continente
habitaba un especie de bóvido
denominado "borrego almizclero"
o mejor conocido como el "buey de
los arbustos".
De acuerdo a Sergio de la Rosa fue
un bóvido nativo de Norteamérica y
un pariente cercano del buey
almizclero del ártico. Se han
encontrado restos de este tipo
de megafuana en algunos
estados mexicanos como
Sonora, Nuevo León, San Luis
Potosi y Querétaro.
A pesar de que debió ser un
animal muy resistente como lo
son sus parientes
sobrevivientes, las cabras y las
ovejas, su extinción sucedió
hace alrededor de 10,000 años
luego del calentamiento global
de esa época y la llegada al
continente de nuestros
antepasados con los que se sabe
tuvo interacción porque junto a
algunos restos fósiles de este
animal, se han encontrado
puntas de piedra y proyectiles
hechos por humanos.
Fuente: Arroyo Cabrales, J., Polaco, O.J. Y Johnson, E. 2005. La Mastofauna del
Cuaternario Tardío en México. INAH SNIB-CONABIO proyecto No. G012. México D.F.)
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Existen incluso
evidencias (restos óseos) de la presencia de estos animales en Tula, Hidalgo lo
cual supone que existió un intercambio de productos de muy alto valor entre
pobladores del centro y norte de nuestro país. (Valadez Azúa, 2003), solo por
comentar, el punto geográfico más cercano con evidencia de borrego cimarrón en
el poniente de Nuevo León y el sur de Coahuila.
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Piezas dentarias de una hembra de borrego cimarrón
encontradas en Tula, Hidalgo. Foto Especial |
El culto al borrego
cimarrón y con ellos el simbolismo añadido, se remonta desde la llegada del
hombre primitivo a América, y es muy probable que haya sido una de las presas
perseguida por el hombre cuando paso de Asia al continente americano.
Considerado
seguramente como una deidad, el hecho se ve reflejado en los petroglifos y las
pinturas rupestres que abundan en algunos puntos del sur de los Estados Unidos
y noroeste de México.
La ruta milenaria del borrego cimarrón
Los especialistas han llegado a la unánime conclusión
sobre el origen de los primeros americanos cuyos ancestros salieron del norte
de Asia y entraron en el Nuevo Mundo.
Su llegada debió ocurrir de forma accidental, caminando
tras los animales que les servían de sustento. El culto del borrego cimarrón
se encuentra difundido a lo largo de la geografía de América del Norte donde
investigadores han documentado su coexistencia con los grupos humanos. A
continuación se presenta este cuadro de Alberto Tapia Landeros donde resume la
asociación Homo Ovis a través del tiempo.
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Fuente Alberto Tapia Landeros. Cimarrón: del culto a la cultura del borrego. |
Tapia Landero llevo a cabo una revisión de la literatura
sobre la investigación de la gráfica rupestre del borrego cimarrón y enumera la
cantidad de sitios con pictografías del óvido en la geografía de Norteamérica.
Sitios con grabados o pinturas rupestres de borrego cimarrón |
Lugar
| Número de sillas |
1. California
| 66 |
2. Utha
| 46 |
3. Arizona
| 29 |
4. Oregón
| 29 |
5. Washington
| 26 |
6. Península de Baja California
| 24 |
7. Nevada
| 23 |
8. Colorado
| 13 |
9. Wyoming
| 9 |
10. Idaho
| 7 |
11. Texas
| 6 |
12. Sonora
| 5 |
13. Nuevo México
| 5 |
14. Montana
| 1 |
Los datos del cuadro anterior corresponden a
investigaciones realizadas hasta 1980 contenidas en el libro The Desert Bighorn Gale Monson, mismos que
fueron retomados por María Teresa Uriarte en su libro Pintura Rupestre en Baja
California y citados por Tapia Landeros, 1997(Monson 1997).
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Alberto Tapia Landeros pionero de la investigación antropológica del
borrego cimarrón en México. Su libro al lado. Foto Especial |
Para el caso de Nuevo León y Coahuila, hasta ahora se han
documentado 29 sitios con gráfica rupestre de borrego cimarrón en los
municipios de Ramos Arizpe, Mina y García.
Aunque hay aclarar que su número puede aumentar debido a
que todavía hay lugares por documentar, especialmente en puntos de Coahuila en los
municipios de General Cepeda, Castaños, Parras, Ocampo y Cuatro Ciénegas, en cambio
para Nuevo León se estima que puedan existir manifestaciones del óvido en
Lampazos, Bustamante, Sabinas Hidalgo y Villaldama, entre otras localidades
más.
El Borrego Cimarrón en la gráfica rupestre de Nuevo
León y Coahuila
La primera
referencia que se tiene de la presencia de esta especie, en las manifestaciones
gráfico rupestres en el Noreste de México, se remonta a los trabajos de William
Breen Murray, el trabajo de Murray aparece en el libro “Expresión y Memoria. (Viramontes,
1999)
Estas
investigaciones se llevaron a cabo hacia finales de los años setentas y
principios de los años ochenta y fue en el sitio llamado San Bernabé, ubicado
muy cerca del Cerro de la Popa, en Mina, Nuevo León.
Desafortunadamente
hoy en día este sitio está prohibido al paso de la gente debido a que en este
lugar se ubica un confinamiento de desechos tóxicos, (Rimsa), por lo el acceso
ha quedado restringido, triste destino a este sitio emblemático en la
investigación del arte rupestre en el noreste de México.
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Cornamenta de borrego cimarrón en San Bernabé en Mina, Nuevo León. Foto Willam Breen Murray. |
Las investigaciones
de William Breen Murray y el acervo fotográfico que posee del lugar quedan como
testimonio del sitio enclaustrado en los cañones y crestas rocosas de Mina,
Nuevo León. (Murray 1999)
Pocas son las
personas que han investigado a detalle la presencia del cimarrón en el noreste mexicano,
los esfuerzos de Rufino Rodríguez; José Flores Ventura y Ariel Colín,
radicados en la ciudad de Saltillo, Coahuila, han documentado más de una
docena de puntos con gráfica rupestre del óvido.
Alejandro Arizpe y
José Armando Martínez han visitado sitios con presencia grafica rupestre de
este mamífero; el primero agrónomo y el segundo ingeniero mecánico, ambos
poseen un colección fotográfica bastante amplia de los trazos de los antiguos
pobladores de Nuevo León y Coahuila.
Antonio Cárdenas
Hinojosa ha fotografiado infinidad de sitios donde se encuentran vestigios de
borrego en Mina, Nuevo León.
Alejandro Espinoza,
biólogo de profesión e investigador de la empresa Cementos Mexicanos (Cemex),
se ha dado a la tarea de recorrer algunos puntos del oriente de Coahuila y el
poniente de Nuevo León en busca de sitios arqueológicos con manifestaciones rupestres
de cornamentas de borrego con la finalidad de implementar un programa de
reintroducción de los cimarrones a su antiguo hábitat natural.
La región donde se encuentran los motivos rupestres
asociados al borrego cimarrón se localiza en las serranías del oriente de
Ramos Arizpe en Coahuila y en la zona poniente de Mina y García en Nuevo León,
se trata de una porción de la Sierra Madre Oriental cuya orografía se
caracterizada por barrancos y lomeríos con pendientes bastante escarpadas.
Sitios
con manifestaciones rupestres de borrego cimarrón
Nuevo León
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Coahuila |
Nuevo León
1. San
Bernabé
2. Presa
de la Mula
3. Los
Gemelos
4. Puerto
del Indio
5. El
Delgado
6. Boquilla
Flores
7. Icamole
8. Chiquihuitillos
9. Carricitos
10. Puerto San
Nicolás
11. El Marrón
12. Nacataz
13. Los Fierros
14. Ojo Frio
15. Cerro Ramos
16. Chupaderos del
Indio
17. Sierra del
Ántrisco
Coahuila
1. Fraustro
2. Nacapa
3. Cañón
de Eslabones
4. La
Puerta
5. Huizachal
6. Cerro
Bola
7. El
Forlón
8. Puerto
Cardonal
9. Ojo
Frío
10. La Campana
11. Cerro de la Rata
12. Coyote
En por lo menos en
29 sitios hay evidencias de la presencia del borrego cimarrón en los estados
de Nuevo León y Coahuila.
Una amplia zona que
corresponde al extremo sur oriental del Desierto Chihuahuense delimitada por la
Sierra Madre Oriental y que marca el ascenso hacía la altiplanicie mexicana.
En los puntos con
grafica rupestre literalmente se pueden apreciar todo tipo de formas y la
conformación orográfica seguramente hacía de los sitio puntos ideales para la
cacería especialmente aquella derivada de la acción grupal.
Las tribus de
cazadores recolectores que plasmaron en la roca las manifestaciones de
rupestres de borrego cimarrón es muy probable que hayan vivido por miles de
años teniendo una forma de vida semi-nómada, denominada nucleación cíclica, (Turpin,
2002) donde se trasladaban de un lugar a otro plasmando en la roca los
elementos de su cosmología. Pensamiento religioso donde detallaron fielmente la
fauna, la flora, la tecnología usada en la cacería y la forma de medir el
tiempo, entre otros motivos más.
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Cornamenta de borrego cimarrón en San Bernabé en Mina, Nuevo León. Foto Willam Breen Murray. |
Tomando en cuenta
la costumbre de plasmar tanto la cornamenta del borrego y las astas del
venado en los motivos rupestres es posible afirmar que está práctica bien se
puede tratar de un culto específico a los cuernos y las astas, una creencia que
se remonta a lo largo de milenios en esta región, cuya antigüedad puede
alcanzar desde los siete mil años hasta el 1500 de nuestra era.
Con la llegada de
los españoles, el destino no fue nada halagador para los borregos cimarrones
ya que venían arrastrando presiones por parte del cambio climático y con el
arribo del ganado ovino encontraron mayor coacción por lo que se refugiaron en
lugares de difícil acceso, huyendo de sus antiguos terrenos para resguardarse
y sobrevivir en lo más recóndito de la Sierra Madre Oriental.
Divinidad
Milenaria
El culto a la
cornamenta fue una creencia muy extendida en la región donde habitó el cimarrón
y como elemento religioso estuvo arraigado en los antiguos parajes de Nuevo
León y Coahuila y obedece tal vez a la importancia que tenía este animal en sus
costumbres ancestrales ya que al ser muy escurridizo seguramente era visto
como un trofeo para los antiguos grupos.
Cazar un borrego
dotaba a los antiguos cazadores de un status superior y que para llegar a
cazarlo recurrirán a ciertos rituales para ser favorecidos, por lo que
deducimos que los grabados en gran medida eran una especie de plegaria para el
buen resultado de las jornadas de caza.
Astas y cornamentas
Ambos son conceptos diferentes y que generalmente los utilizamos de forma indistinta, En el caso de las astas se trata de un par de estructuras ramificadas que sobresalen de los huesos rontales de los animales y suelen ser mudadas anualmente.
Los cuernos son estructuras pares que sobresalen de los huesos frontales, pero son permanentes, contario a las astas no se ramifican, están formados por un núcleo y una vaina queratinizada. El crecimiento de los cuernos es completamente diferente al de las astas, debido a que en muchas especies los cuernos nunca dejan de crecer. Al igual que las astas, los cuernos son utilizados por los machos en las exhibiciones durante la estación reproductiva. La evidencia arqueológica es bastante extensa y demuestra que las antiguas culturas utilizaban las astas y cornamentas como un símbolo religioso.
Fuente: Arroyo Cabrales, J., Polaco, O.J. Y Johnson, E. 2005. La Mastofauna del
Cuaternario Tardío en México. INAH SNIB-CONABIO proyecto No. G012. México D.F.)
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Estilísticamente
hablando se pueden catalogar 7 estilos diferentes de plasmar la cornamenta en la
roca en el Noreste de México.
Los estilos
corresponden específicamente al nombre de los sitios donde fueron imprimidas
las manifestaciones del óvido.
Hay que señalar que son pocas las representaciones del cuerpo completo del
borrego, solamente existe una y se encontró en el Cañón de Eslabones y
retrata al mamífero saltando, tal vez escapando de una cacería pues se le
observa en actitud dinámica en franca huida del cazador.
La otra
manifestación especial de cornamenta de borrego cimarrón le encontramos en el sitio
Chiquhuitillos, el punto más lejano dónde se ubican manifestaciones de este
mamífero, se trata de una pintura y se encuentra en lo alto de una loma,
justo al lado de la de un antropomorfo qué tiene figura de un chamán, que
aparentemente se encuentra en trance y que posee pies de oso.
Salvo estas dos
manifestaciones, hasta ahora, la mayor parte de los motivos rupestres del
borrego plasman específicamente la cornamenta y las huellas.
El lugar con las
mayores manifestaciones del óvido en el Noreste de México es Ojo Frío y su
área cercana en Nuevo León,
Otros puntos de esta
entidad, como Cañada El Marrón y la serranía cercana a Los Gemelos, en Mina,
tienen un considerable número de grabados con estas representaciones.
En Coahuila corresponde
a los sitios de Fraustro y Cañón de Eslabones en Ramos Arizpe.
En su conjunto la
zona borreguera con mayor cantidad de manifestaciones de borrego cimarrón, en
ambos estados es el conjunto de serranías circulares, un territorio cerrado de
lomas altas y bajas, que solamente tiene cuatro accesos, Ojo Frío, Cañón del
Marrón, El Delgado y Boca de Potrerillos.
En estos lugares
hace miles de años había un ecosistema completamente distinto al que hay ahora
pues se trataba de lugares con bastante humedad.
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Vista aérea de la región con mayor concentración de sitios con gráfica del borrego cimarrón
en el noreste de México y se ubica en las serranías circulares de Mina, Nuevo León.
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A
continuación se analizan a detalle los 7 estilos de grabados de borrego
cimarrón en el área de estudio:
Estilo Fraustro |
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El primer estilo de petrograbado de cornamenta de borrego lo denominamos Fraustro caracterizado por el trazo de cornamenta en forma natural, redondeada y en algunos casos al motivo del animal se le dotaba de una especie de barba, para delinear al cuello del mamífero. |
Estilo El Forlón |
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El estilo lo denominamos El Forlón y se asemeja a la caracterización del “Ratón Miguelito” y se encuentra distribuido en Nuevo León y Coahuila |
Estilo Canon de Eslabones |
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Este tipo de motivo de borrego lo denominamos Estilo Cañón de Eslabones porque de todos tipos que ahí se encuentran, es él más frecuente y se extiende a una amplia zona ubicada justo en los límites de Nuevo León y Coahuila y son dos líneas ondulas que asemejan a las alas de un ave. |
Estilo Los Gemelos |
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Otro estilo de petroglifo del óvido lo encontramos en el sitio Los Gemelos en Mina, donde el trazo detalla la cabeza y los cuernos bien delimitados y esta diseminado en puntos como Ojo Frio, Puerto del Indio, La
Campana, El Forlón y otros del estado de Coahuila, como Puerto Cardonal y El Coyote. |
Estilo El Marrón |
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Una cornamenta doble con base al centro caracteriza al Estilo El Marrón, mismo que está plasmado en sitios como El Marrón, Eslabones, El Puente y Huizachal en Paredón.
El motivo aparece con una raya en la base de la cornamenta. |
Estilo San Bernabé |
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El estilo San Bernabé fue descrito por William Breen Murray se localiza en el confinamiento de desechos tóxicos denominado Rimsa en Mina Nuevo León.
El motivo no tiene raya en la base y las cornamentas tienen puntas finas y no poseen cabeza. |
Estilo Ojo Frío |
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El estilo Ojo Frío se encuentra en este punto de Mina, Nuevo León y se caracteriza por líneas gruesas rellenas en el trazo de la cornamenta, algunas de esta son muy grandes y superan en tamaño a todos los estilos. |
Espacios de caza
En su conjunto, para Nuevo León y Coahuila, los espacios con gráfica de
borrego cimarrón podríamos decir fueron áreas que seguramente estuvieron
dedicadas a la cacería y por consiguiente los antiguos artistas prehistóricos
elaboraron una serie de trazos con la finalidad de “favorecer” al cazador, por
lo que artefactos como los atlatls, las puntas de proyectil, semiotizaban las
piedras en lugares especiales donde la presa estaba al alcance del cazador.
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Atlatl utilizado en la caza, grabado en Cerro Bola, Ramos Arizpe, Coahuila. |
Vale la pena insistir
que en este tipo de acción intervenía tanto el elemento religioso, pues por un
lado, a través de los petroglifos o pinturas rupestres, donde pedían a las
deidades que le fuera bien en la jornada de cacería ya que ello dependía la
existencia del grupo donde una buena caza significa bastante alimento.
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Ilustración de un cazador utilizando un atlatl. Especial. |
Por otro lado el
conocimiento ancestral provocó que los antiguos grupos de cazadores se
convirtieran en expertos en la sobrevivencia y para lograrlo tenían que valerse
de todo.
Leticia González Arratia ha
comentado que en la existencia cotidiana de los grupos de cazadores
recolectores nada sucede al azar y que todo obedece a una causa.
Traslapando la
afirmación anterior es muy probable que la certeza en la cacería en mucho se
debiera al ancestral conocimiento acumulado, lo que convertía a los miembros de
las tribus en expertos de su medio ambiente circundante.
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Leticia González Arratia, prolifica investigaora de la Prehistoria del norte de México. |
Los motivos
rupestres que predominan en la mayoría de los sitos asociados al borrego cimarrón
se relacionan con la cacería y en algunos casos a cuestiones astronómicas.
A detalle se pueden
ver astas de venado, cuernos de borrego, infinidad de puntas de proyectil y
algunos de los elementos gráficos corresponden al estilo La Mula Pelillal,
toda una tradición que toma ese nombre por Presa de la Mula, en Mina y el Valle
de Pelillal, en Ramos Arizpe; un estilo cuya extensión comprende 800
kilómetros cuadrados e incluye a los dos estados.
Estilísticamente
hablando La Mula Pelillal se define por representaciones de atlatls, cuchillos
enmangados, puntas de proyectil, cornamentas de borrego, astas de venado,
vulvas, huellas además de la recurrencia de pinturas y grabados de pies y
manos. (Rodríguez, Rufino 2014).
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Cornamentas de borrego en una roca del Cañón de Eslabones en Coahuila. Foto Rufino Rodríguez. |
Las cornamentas y
las astas pueden tener una estrecha relación con el pensamiento mágico de los
cazadores prehistóricos en su afán de obtener buenos resultados en la cacería.
Llama la atención
los espectaculares trazos de astas de venado, cola blanca y bura, esparcidas en
las rocas de este territorio, lo que significa un culto localizado.
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Probable plegaria al cielo en Presa de la Mula en Mina, Nuevo León. |
Otro punto donde se
puede apreciar los motivos de atlats elaborados en puntos estratégicos es El
Delgado, una comunidad de Mina Nuevo León donde los naturales emboscaban a sus
presas.
La presencia del
borrego cimarrón y él venado se pueden apreciar en algunos petroglifos
localizados en parte alta del cerro hasta la planicie donde se encuentran las
casas del poblado
En lo alto de una
enorme pared rocosa se encuentran 16 atlatls, bastante bien detallados en la
roca los cuales de acuerdo a lo esquemático del dibujo nos pueden dar una idea
de su antigüedad.
Los petroglifos
del arma arrojadiza representan una de las mayores concentraciones de este
motivo en el noreste de México, de hecho el lugar bien pudo ser un punto donde
se lanzaba esta arma a las presas en sus persecuciones.
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Atlatls en El Delgado en Mina, Nuevo León. |
El hábitat de
borrego cimarrón caracterizado por pendientes inclinadas y salientes rocosas,
con vegetación baja y abierta se puede apreciar bastante bien en El Delgado,
una localidad, ubicada a 30 kilómetros de García, Nuevo León, ciudad ubicada dentro
de Monterrey y su Área Metropolitana.
Puerto Cardonal, lugar que se
encuentra en el kilómetro 42 de la carretera Saltillo Piedras Negras en Ramos
Arizpe. Coahuila ilustra el mismo patrón de petrograbado de atlatls impresos en
sitios estratégicos.
Este lugar es
conocido por la cantidad de esta arma tallada en las piedras.
Sólo en una gran
roca los grupos de cazadores antiguos grabaron 39 de estos y a lo largo de las
crestas rocosas hay muchos más.
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Atlatls en Puerto Cardonal. |
En una enorme roca, que domina el panorama, los antiguos habitantes
del noreste de México plasmaron el armamento para llevar a cabo sus cacerías.
En la roca de detalla muy bien los atlatls y su localización es por demás
explicita por su ubicación en un lugar alto donde le daba ventaja al tirador de
la lanza.
En esta foto de
José Flores Ventura se puede apreciar la varidedad del arsenal utilizado por
los cazadores, además en otras piedras de Puerto Cardonal existen grabados de
cornamentas de borrego, probable indicio de que ahí fue cazado.
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Foto y delineado José Flores Ventura |
Arma letal
El atlatl es llamado así porque
es la designación en náhuatl para referirse al propulsor o
lanzadardos. Se le conoce de distintas formas alrededor del
mundo. Respecto a su función, podemos decir que surgió para hacer más eficaz la cacería, ya
que una lanza que es arrojada solamente con la fuerza del brazo como una jabalina tiene un alcance y fuerza limitados, mientras que, en caso de lanzarla con el atlatl, aumenta considerablemente tanto la
fuerza como la distancia del dardo. De acuerdo con los datos
etnográficos y de
experimentación, la distancia
media del vuelo de una lanza
era de 35 a 40 metros, mientras
que la distancia media del vuelo
de un dardo arrojado con un
propulsor era de 70 a 80
metros. En el caso de Nuevo
León, mediante experimentos
realizados con reproducciones
de atlatl, se ha obtenido
información de que,
aprovechando la gravedad, los
proyectiles arrojados hacia
abajo desde una ladera
pueden llegar a unos 40 o
50 metros.
Jesús Gerardo Ramírez Almaraz,
Los grupos indígenas en
Monterrey Municipio de
Monterrey. Monterrey 2009. Pag.
180.
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Ilustración especial.
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Los trabajos de
campo llevados a cabo por Héctor Lazcano y William Breen Murray se basan en la
premisa de que las representaciones del átlatl en lo alto de los cerros indican
los lugares donde se apostaban los cazadores.
“La proposición de
que los grabados se localizan en lugares que ofrecen ventaja a los cazadores,
y que la cacería no sería individual sino en grupo”.
De hecho los dos lugares que describimos como El Delgado y Puerto
Cardonal fueron visitados por los dos especialistas pues ambos lugares son
verdaderas trampas naturales que ofrecen ventajas para los cazadores para que
se escondieran mientras cazaban a sus presas.
Murray y Lazcano
visitaron Boca de Potrerillos, Icamole, Presa la Mula, todos en Nuevo León.
Durante varios
meses estuvieron en diversos sitios en donde hay grabados de átlatl para llevar
a cabo el experimento de tirar con uno de éstos desde donde había grabados.
Donde se comprobó
cono válida la a hipótesis del Dr. Breen Murray pues muchos grabados indican
puntos que en gran medida eran de suma de utilidad para la cacería.
“Los experimentos
de tiro en los sitios rupestres demostraron un patrón estratégico consistente.
La cacería era una actividad colectiva en torno a blancos fijos y los grabados
de atlatls marcaban los lugares estratégicos de los tiradores. El tiro era
siempre de arriba hacia abajo, aprovechando así la gravedad para aumentar la
distancia y velocidad del tiro. Los blancos en frente eran de 40-50 m. de
distancia, el rango efectivo del arma. Normalmente eran riachuelos u ojos de
agua donde los animales vendrían a tomar periódicamente. El paisaje en sí se
convertía en una trampa natural, y la colocación de varios tiradores con
distintos ángulos aumentaba la probabilidad de éxito y facilitaba la
persecución posterior. Con esta táctica, aún el atento y escurridizo venado era
una presa accesible para los antiguos cazadores de la Sierra Madre Oriental”,
detalla, William Breen Murray. http://www.rupestreweb.info/chichimecas.html
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Cornamenta de borrego cimarrón al lado de un atatl en el sitio Boquilla Flores en Mina, Nuevo León. |
En el ejemplo de la
foto anterior podemos afirmar que ambos motivos tienen una estrecha relación y
son motivos asociados a una arraigada creencia para obtener una buena caza.
Además dado el
motivo del atlatl en la roca suponemos que trazo es muy antiguo, anterior a la
llegada del arco y la flecha.
Aunque en muchos
casos no construían verdaderas escenas, pero asociaron signos y figuras,
elaborando sintaxis, basadas en secuencias lógicas y asociaciones metafóricas.
En tal sentido el
hombre se habitaba un ambiente hostil, en donde la magia desempeña una función
primordial como forma de sometimiento de las fuerzas que actúan en la
naturaleza.
Pensamiento Mágico
Las escenas relacionadas
con la cacería nos brindan pistas de acerca de la existencia un culto al cimarrón,
sin embargo, la poca evidencia arqueológica de restos de del borrego en la
región es una limitante para poder realizar algunas afirmaciones sustentadas en
base a vestigios.
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Motivo del óvido en El Forlón en Ramos Arzipe, Coahuila. | Motivo del óvido en El Forlón en Ramos Arzipe, Coahuila.
De manera
hipotética podríamos decir que en esta zona la caza tuvo periodos de escases y
otras de abundancia; seguramente por las presiones climáticas, no obstante, los
trazos de las cornamentas y el armamento son un fuerte indicativo del valor
especial del animal y la carga simbólica añadida que tenía para las tribus.
Lo difícil que significaba ultimar
un borrego cimarrón para los cazadores prehistóricos simbolizaba un valor
muy especial ya que en la práctica se trata de un animal dificultoso de prender
debido a las características propias del óvido.
Para
algunos investigadores las escenas de caza como en el caso de Coso Range en
California tal vez representan acontecimientos que eran más simbólicos que
literales.
En el caso de
nuestra área de estudio es difícil sustentar una afirmación, pero al menos en
la evidencia gráfica podríamos aseverar que en la región de cazó el borrego cimarrón
pues este patrón se repite en muchos sitios en los que aparecen los trazos de
la cornamenta y el arsenal para cazar al escurridizo mamífero.
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Cacería de borrego cimarrón en Coso Range en California.
Foto Especial. |
En los trazos del cimarrón
en Coso Range se aprecian a los chamanes usado tocados parecidos a las
cornamentas de borrego, en algunos motivos de esta región se ven figuras
antropomorfas, probablemente chamanes dotadas de cuernos.
Una de estos
motivos lo apreciamos en el sitio Los Fierros en García, Nuevo León.
|
Antropomorfo con cornamentas de borrego cimarrón en Los Fierro en García. |
Podríamos decir que
la figura del chaman buscaba asemejarse al borrego para facilitar su caza y
adquirir sus características para trasmitirlas a los cazadores.
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Figura de los que aparenta una cabeza humana adornada
con una cornamenta cerca de El Anhelo en Coahuila |
Por todo lo anterior la gráfica rupestre asociada al borrego bien
podría significar una especie de magia simpática.
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Petroglifo de caza de borrego en Coso Range. Foto Especial. |
En la mayor parte
de los sitios se observan las cornamentas al lado de los motivos de caza tales
como los atlatls y puntas de proyectil.
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Atlatls en Ojo Frío, Mina, Nuevo León. Ilustración Rufino Rodríguez.
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Consideramos que
la pátina en la roca denota que se trata de trazos muy antiguos ya que se
pueden apreciar escenas de caza muy arcaicas por el uso del atlatl. Por lo
anterior deducimos que la antigüedad corresponde a fechas que se abarcan desde
tres mil a los siete mil años.
Las cornamentas
grabadas en la roca de alguna manera son la primera evidencia del culto al
borrego cimarrón.
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Petroglifo de cornamenta de borrego cimarrón en Mina, Nuevo León. Foto Rufino Rodríguez. |
Para los antiguos
grupos de cazadores recolectores la interacción con el medio ambiente y su
conocimiento era fundamental para su existencia incluso su sistema de
creencias era conceptualizado en base a su ecosistema circundante, sin omitir la
influencia de los elementos y seguramente la manera en como interpretaban el
paso del tiempo se basaba en la minuciosa observación del firmamento.
Las manifestaciones rupestres de alguna forma pueden
esbozar el papel importante que debió desempeñar la fauna, en su interrelación
con el medio y el hombre.
Ramón
Viñas, especialista español, investigador de la gráfica rupestre de la
península de Baja California, considera que las representaciones faunísticas demuestran
que los antiguos artistas tenían un conocimiento amplio de los animales representados.
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Ramón Viñas. Foto Especial
|
“Además no solo conocían, a la perfección la anatomía de
sus modelos, sino que estaban familiarizados con sus hábitos y costumbres, sin
duda fruto de una constante y profunda interacción, que se viene definiendo
como mágica y religiosa”, Los cérvidos en el arte rupestre postpaleolítico,
Ramón Viñas Vallverdú Eduardo R. Saucedo Sánchez de Tagle 2000, Pag 59
Por lo anterior y aplicado a los motivos faunísticos estas
se perciben como señales de las diversas deidades a través de los cuales se
manifestaba su propio mundo.
Viñas acota que aspectos como la misma cacería debió estar
llena de peligros mágicos; pues el hecho de realizar acciones que pudieran
afligir a los dioses o interferir en el equilibrio cósmico establecido, debió
causar cierto temor, un desconcierto que fue compensado mediante ceremonias,
rituales, oraciones, danzas, propiciaciones y representaciones, realizadas en
las cuevas, abrigos y lugares de culto.
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Pinturas Rupestres en Baja California Sur. Foto Especial
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“Los animales, son como los seres
humanos, respiran, duermen, nos miran, nos acechan, pero posiblemente entre los
cazadores fueron los hombres los que quisieron ser como los animales, ya que
ellos representaban a las deidades y, a través de ellas, interpelaron a los
dioses y tuvieron acceso a las regiones del cosmos no humano, por ello, la
observación sobre las características y conducta de los animales, se revela
como el sistema más plástico, cualitativo y polifuncional, existente entre las
poblaciones cazadoras”. Ibem. (Por ejemplo), “si un animal cambia su piel o su
cuerna se le vinculara con la renovación estacional o cíclica, con ciertas partes
del cosmos, y a su vez se le asociará con el día, la noche, las estaciones, las
plantas, la lluvia”. Idem
Para el investigador catalán a través de la gráfica
rupestre es fácil inferir que los grupos de cazadores que cazan animales o los que
desentierran raíces, o bien los que consumen serpientes, son entidades que
interactúan entre sí, representaran regiones de lo sagrado que se tocan; constituyendo
elementos del cosmos que entran en contacto y en movimiento conjunto.
De tal manera Viñas deja entrever
que si una criatura duerme de día será asociada con la noche; otra que emita un
sonido especial, en cierta época del año, se relacionará con ese periodo.
Tomando en cuenta lo anterior, el investigador español sostiene
que los ciclos de los animales también fueron puestos en relación con otros
ciclos: ciclos circadianos, ciclos estaciónales y ciclos vitales de diversas duraciones.
Algunas etnias de Baja California visualizan al borrego como un animal sagrado
hecho que a quedado plasmado en infinidad de mitos que han pasado de generación
en generación.
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Hombres Cucapá con pintura en el cuerpo, 1900.Foto: Biblioteca INAH
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Para la etnia Seri,
el cimarrón o como ellos le llaman: Mojet, Tison o Zziix Hast Iti Quiih; desde
tiempos ancestrales ha sido un animal clave en su mitología. En la
cosmovisión. Kiliwa, el borrego es sagrado porque está hecho de la carne de las
pantorrillas de “Meltí-ipá”, el coyote gente creador del mundo para ese grupo
indígena Baja California, prueba de ello tenemos el siguiente mito:
Constelación del borrego
“Al señor de estas tierras le gustaba, más que ningún otro platillo, el tuétano de borrego. Su engendro, la criatura que se sienta en la tierra, solía cazar borregos para él. Pero después de un tiempo, la criatura que se sienta en la tierra pensó: "¿por qué no los cazo para mí mismo? me gustaría saber a qué saben". Probó un poco: "mmm... ¡absolutamente delicioso!" Así que se dio un banquete. Preparó una salsa con la sangre y doró las vísceras, y regresó a la casa de su padre, el señor de estas tierras.
El viejo señor buscó el tuétano del borrego entre la salsa y las vísceras fritas, y no lo halló. Se lavó las manos con tierra y se alejó. El hijo se sintió ofendido: "¿Por qué no comes lo que te he traído?" El padre no contestó y se alejó aún más. En verdad estaba enojado. El hijo pensó: "he ido a cazar para él en vano". Furioso, salió de nuevo a cazar. Buscó en el sur y no encontró un sólo borrego; fue hacia la costa del pacífico y el cimarrón lo eludió. Probó suerte en el este y no vio nada. Por fin divisó un hato cruzando las montañas del desierto de San Felipe. El mayor guiaba a las hembras y a los jóvenes por las crestas, hacia su hogar, en ascensión.
Les tendió una celada y disparó a un joven carnero que iba a la mitad del grupo. La flecha entró por una de las patas delanteras, se hizo astillas y luego comenzó a descascararse, mientras el resto seguía su viaje ahora presuroso y se lanzaba a través del Golfo de California, pues es ahí por donde aparece la constelación del borrego, en el cinturón de Orión. El joven borrego herido tampoco se detuvo. Desde entonces la maza que vemos en el cielo abierto es la flecha hecha astillas”.
http://basica.primariatic.sep.gob.mx/descargas/colecciones/proyectos/red_escolar/publi_reinos/fauna/borr
e-cima/leyenda2.htm
GrÁfica
rupestre comparativa del borrego cimarrÓn
En este apartado
vamos a abordar un pequeño análisis comparativo de la gráfica rupestre del
borrego cimarrón en otros lugares como es el caso de California (Coso Range), Península
de Baja California y el Noreste de México.
Lo anterior con el
objetivo de brindar una introducción a la iconografía de este mamífero y la
importancia que el óvido tenía para las culturas antiguas.
En el caso de Coso Range, la mayor parte de los motivos rupestres del
cimarrón fueron plasmados en la roca como petroglifos en donde se detallan
escenas de cacería, algunos motivos detallan al animal completo, algunas veces
flechado y en otras solamente aparece solo su cornamenta.
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Borregos cimarrones a cuerpo entero en California. Foto Especial
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Las figuras de los
chamanes están presentes y son uno de los motivos más recurrentes, junto al del
borrego y el arsenal para cazarlo.
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Antropomorfos probables chamanes motivo común en el suroeste de Estados Unidos. Foto Especial
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Alan Garfinkel,
quien ha investigado a detalle algunos puntos como Coso Range llega a la
conclusión que este lugar tiene connotaciones mágico religiosas relacionadas
con el buen resultado en las jornadas de cacería. (Garfinkel, 2002)
Para el
investigador norteamericano las imágenes se elaboraron teniendo el deseo
aumentar el número de animales para la caza, asegurando el suministro de
alimentos mágicamente.
Los paneles Coso
están repletos infinidad de escenas de cacería en las que se aprecia a los
borregos que salen de rocas y grietas de las paredes del cañón.
|
Borregos flechados, escena de caza. Foto Especial.
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Coincidimos con Alan
Garfinkel cuando afirma que los elementos narrativos de estas composiciones
corresponden a las creencias de la mitología y aumento de borregos para dar
alimento a la tribu y llevar de vuelta a la vida a los óvidos muertos en la
caza.
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Alan Garfinkel Foto Especial.
Panel del Coso Range. Foto Especial.
|
|
Panel del Coso Range. Foto Especial.
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En la Península de Baja California, los
borregos fueron representados de cuerpo entero y forman parte de la tradición
de grandes murales de esta región del noroeste mexicano.
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Foto Ilustración de Albert Rubio i Mora.
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Através de estas
grandes obras los antiguos grupos de cazadores recolectores dejaron impresa en
la roca parte de sus cosmología en la que los animales tenían uno de los
papeles centrales.
Algunas de las características las pinturas de
manera general guardan semejanza con las pinturas del arte prehistórico europeo
ya que las de Baja California no muestran detalles del cuerpo y suelen ser
siempre mayores que el tamaño natural.
En algunos casos la
mitad del cuerpo se pinta roja y la otra negra, aunque también las hay de un solo
color; todas muestran un ser humano de frente, con los pies separados.
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Pintura rupestre de borrego cimarrón, parte de los grandes murales. Foto Especial
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Las manifestaciones gráfico rupestres del borrego cimarrón en el
noreste de México guardan muchas similitudes con los grabados elaborados en
California y en algunos puntos de Sonora en estos lugares predominan los
grabados de cornamentas además del armamento con el que ultima van a los
mamíferos lo anterior llama la atención y puede ser digno de un trabajo que analice
el significado que tuvieron estos motivos para los antiguos grupo de cazadores
recolectores.
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Borregos “Panzones”, La Proveedora”, Caborca Sonora. Foto Especial.
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En el caso del
noreste de México predominan los grabados de las cornamentas del borrego, huellas
y el armamento.
Es decir estas
manifestaciones rupestres estaban íntimamente relacionadas con aspectos
rituales de la vida religiosa, incluso algunos motivos ligados a la cacería pueden
ser vistos como metáforas para tener buen resultado en la caza.
|
Figura de lo que bien puede ser un chamán en la zona Ramos Arizpe, Coahuila.
|
Es fácil encontrar figuras antropomorfas que se puede tratar de
chamanes en posición de trance y no sería dudoso, debido a que en las cercanías
de los puntos abunda una cactácea alucinógena llamada peyote.
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Dibujo de una escena de caza en el Coso Range en California. Especial
Peyote en el sitio Puerto San Nicolás, Mina, Nuevo León. |
Figura de lo que bien puede ser un chamán en la zona Ramos Arizpe, Coahuila.
Motivo del óvido en El Forlón en Ramos Arzipe, Coahuila.
Foto de cornamenta de borrego cimarrón en Ojo Frío en Mina, Nuevo León. Foto Rufino Rodríguez
En caso de California
y el noreste de México hay muchas similitudes en los trazos de las cornamentas
el aspecto religioso relacionado al borrego cimarrón salta a la vista.
|
Estilos de grabados de cornamenta de borrego cimarrón en el sureste de Estados Unidos
|
Algunos
investigadores como es el caso de Breen Murray relaciona las astas de venado
con el ciclo solar y ciertamente en algunos grabados hemos observado como los
antiguos artistas plasmaron las astas del venado como si se tratase de un sol.
Por
otra parte, algunos investigadores en Baja California han vinculado al borrego
cimarrón con el inicio de la temporada invernal, que es el inicio del periodo
de celo del mamífero ocurre principalmente en los meses de noviembre.
|
Círculos concéntricos con un eje a la mitad en Puerto San Nicolás, Mina, Nuevo León.
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Esta temporada
es la época en la que se presenta el cambio de temperatura y marca el inicio de
las noches más largas y concuerda con ciclos de mayor humedad y bajas temperaturas,
por tal motivo no es de extrañar que la figura del borrego cimarrón tenga
íntima relación con la luna y la aparición en el firmamento de la constelación
de Orión.
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Orión en el cielo nocturno. Foto Especial
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Los estilos de
grabados del suroeste de Estados Unidos tienen ciertas semejanzas y es palpable
a simple vista y se relaciona con las técnicas de caza que practicaban los
antiguos habitantes de la zona borreguera del noreste de México ya que
utilizaban su conocimiento acumulado para ponerlo en práctica en sus cacerías.
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Cornamenta de borrego y atlatls en el sitio El Coyote en Ramos Arizpe, Coahuila. Foto José Flores Ventura
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En este sentido
a través de la gráfica rupestres nos permite darnos cuenta qué tipo de técnica
utilizaban para cazar al borrego esta técnica estaba basada en su sabiduría
acumulada del medio ambiente y en el conocimiento largamente acumulado sobre el
comportamiento del borrego.
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Escena de caza caza del óvido en Coso Range en California. Especial.
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A continuación, a través de ilustraciones,
se muestra la variedad de estilos de grabados de cornamentas de borrego cimarrón
en el noreste de México y que agrupan a la mayor parte de los 29 sitios
documentados.
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Figura de un antropomorfo con una cornamenta
de borrego en un sitio de Parras,
Coahuila, hasta ahora el lugar no ha sido
documentado por lo que abre el abanico de posibilidades para aumentar el área
de estudio de la presencia del óvido en el noreste de México. Foto Rufino Rodríguez.
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Nuevos retos para la investigación del cimarrón en
México
1. En meses
pasados una nota periodística que advertía sobre la posible de extinción del
borrego cimarrón en México causo revuelo a nivel nacional y en esta culpaba a
la cacería ilegal sea la principal causa de la desaparición del cimarrón.
Rápidamente los
especialistas lo desmintieron, de manera urgente la Secretaría de Medio
Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) dio a conocer que existen en México
alrededor de nueve mil 360 borregos cimarrón en los estados de Sonora, Baja
California, Baja California Sur, Coahuila y Chihuahua.
Del total de
los ejemplares, cinco mil 660 se encuentran en libertad y tres mil 700 en
encierros o confinamientos autorizados.
Sin
embargo, atrás de lo anterior existe el fantasma de la cacería del animal, como
si esta especie emblemática de México sea destinada para satisfacer a los
cazadores y economía que rodea lo anterior.
2. A finales
del 2014, un grupo de investigadores comandados por Carlos Viramontes Anzures
presentaron los resultados de las expediciones llevadas a cabo en las serranías
de los estados mexicanos de Querétaro e Hidalgo en donde encontraron infinidad
de sitios nuevos y al parecer, al menos en la gráfica rupestre hay indicios de
la presencia del óvido en esta parte de Mesoamérica.
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Carlos Viramontes Anzures. Foto Especial
|
La investigación
está en ciernes y por sí mismo aporta datos importantes.
|
Foto Investigación Carlos Viramontes
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3. María de la Luz Gutiérrez Martínez, investigadora de los grandes
murales en la Península de Baja California propone que en sitios emblemáticos los
grupos de distintos linajes se juntaban para el intercambio de materias primas,
cacería comunal, arreglos matrimoniales y la celebración de rituales de
veneración a los muertos, ancestros y seres mitológicos.
|
María de la Luz Gutiérrez Martínez Foto Especial
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Ahí, los
indígenas celebraban ceremonias en las que los especialistas rituales plasmaban
las pinturas en estos recintos, otorgándoles gran valor simbólico-identitario.
A partir de la
deconstrucción de la imaginería, la arqueóloga ha podido distinguir alrededor
de 17 linajes. La vinculación de los motivos rupestres como símbolos de forma
de agregación es una reflexión novedosa en México y puede ser una
fundamentación teórica para futuros trabajos.
4. En cuanto a la especie que plasmada en las rocas del noreste de
México la mayoría coincide que se trata del Ovis Canadiensis Mexicana.
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Dibujo de una escena de caza en el Coso Range en California. EspecialOrión en el cielo nocturno. Foto Especial
Ovis Canadensis Mexicana. Foto Especial.
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Sin
embargo la evidencia, algunos trazos de la cornamenta tienen semejanza con el Ovis
Canadensis Nelsoni, que bien en la prehistoria pudo haberse desplazado hasta el
noreste de México, o bien se pudo tratar de otra especie ahora extinta. Queda
mucho por investigar.
|
Ovis Canadensis Nelsoni. Foto Especial.
|
5. Son pocos los restos óseos de
borrego cimarrón, la investigación está en sus inicios, sin embargo en algunos
poblados del municipio de Ocampo, Coahuila, algunas personas tienen
cornamentas del óvido en exhibición, no sabemos si se trata de especímenes
muertos en cacerías en ranchos cinegéticos o bien sean vestigios antiguos del
mamífero.
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Cornamentas de borrego cimarrón exhibidas en Ocampo, Coahuila. Foto Especial.
|
—¿Preguntas,
comentarios? escriba a: rupestreweb@yahoogroups.com—
Cómo citar este artículo:
Encinas, Lorenzo. Cornamentas sagradas. Representaciones gráfico rupestres del borrego cimarrón en Nuevo León y Coahuila, México. Avance de investigación.
En Rupestreweb, http://www.rupestreweb.info/cornamentassagradas.html
2015
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