Tradición Cultural Chiribiquete
Carlos Castaño-Uribe ccastano@conservation.org
Resumen
Chiribiquete
es el nombre de una gran serranía de formación tepuyana (de mas de 200
Km. de extensión, 950 mts. sobre el nivel del mar en su punto mas
alto). Desde 1989 el área se declaro Parque Nacional Natural con
una extensión de mas de 1’200.000 de hectáreas de extensión, entre los
ríos Apapóris y el río Macaya, localizada en pleno corazón de la selva
amazónica de Colombia. En términos reales puede indicarse que se trata
de la formación mas occidental del continente perteneciente a la
Formación Roraima y al propio Escudo de las Guyanés, es decir que
contiene basamento del precámbrico y paleozoico.
El
arte rupestre descubierto hasta el momento denota una serie de
características que han servido para distinguir una Tradición Cultural
de raíces, aparentemente muy antiguas, del paleoindio y, por ende,
asociado a grupos de cazadores recolectores de Selva Húmeda Tropical y
enclaves semisecos de las Guyanas y la Amazonia. En tal sentido,
Chiribiquete es un sitio excepcional desde el punto de visita histórico
cultural (por su arte pictográfico y sus características arqueológicas)
así como por su valor ecológico, biológico y natural (localizado en un
Tepuy amazónico, totalmente aislado y primigenio).
La
iconografía demuestra un rigor sorprendente respecto de las relaciones
hombre-animales, el acceso al intercambio de poderes y energías a
través de ritos chamánicos y se destaca profundamente la prelación de
estos artífices por la figura del jaguar como uno de los eementos
icnográficos más importantes de la distinción del poder y el
conocimiento, así como las habilidades y la agudeza de los cazadores y
los guerreros.
Chiribiquete
a juzgar por sus características pictográficas y cronológicas es un
sitio que ofrece magnificas oportunidades de investigación para abordar
el tema simbólico, cosmogónico e icnográfico de la región Colombiana y
Neotropical. Con mas de medio centenar de fechas de carbono C14, que
van desde el 17.000 a.C.- hasta después de la conquista Española y un
millar de figuras localizadas hasta el momento en 36 paneles rupestres,
permite abrir una ventana al entendimiento de los procesos culturales
desde finales del Pleistoceno hasta fechas mas tardías asociadas que
nos relaciona posiblemente con los habitantes históricos de
Chiribiquete, es decir los Karijona (filiación Macro lingüística
Karib), una de las macro familias mas importantes del territorio
Precolombino neotropical y una de las que mas densa y expansivamente
dominaba a Colombia, Venezuela y las Antillas a la llegada de los
europeos.
Estos
iconos, posiblemente muy antiguos, perduran -durante muchos siglos, a
juzgar por la evidencia cronológica- y son la base de un proceso de
pensamiento chamánico que como ha venido estudiando desde la
arqueología, la etnología, la lingüística y la etnohistoria
(Castaño-Uribe, en preparación) podría demostrar que se
populariza profundamente en varios grupos que remontan los andes
colombianos a través de varios siglos, así como otras regiones del
Continente Neotropical afianzando la idea del hombre jaguar, el chaman-
jaguar y el dios sol-jaguar, como un elemento propio de un patrón de
conducta, de pensamiento y de identidad muy particular a lo largo del
territorio.
La
caracterización de Chiribiquete, desde el punto de vista arqueológico y
cultural, fue inicialmente documentada en tres publicaciones anteriores
(editores. Castaño-Uribe, 1998a: Castaño-Uribe & Van der Hammen
1998b y Castaño-Uribe & Van der Hammen, 2005), una de las cuales
–la más reciente– avanzó en la identificación de una Tradición cultural.
La Cronología
Mas de 50 fechas fueron obtenidas durante las prospecciones y las
excavaciones arqueológicas que fueron analizadas en el laboratorio de
Investigaciones Isotópicos, Universidad de Groningen (Holanda) y que
fue ampliamente documentada en una publicación anterior (Castaño-Uribe
& Van der Hammen, 2005). Uno de los sitios con mayores
posibilidades crono-arqueológicas de todos los evaluados y prospectados
fue el Abrigo del Arco –pues además de unos suelos medianamente
profundos con buena capacidad estratigráfica y asociados un gran panel
con pinturas y una cueva próxima –.
En los niveles superiores hay gran abundancia de carbón vegetal y un
aumento considerable de la acumulación de fragmentos planos de
exfoliación de la roca, desde 1500 hasta 600 AP, aparentemente dividida
en dos intervalos de mayor actividad, la primera con fechas entre 1500
y 1375 AP, la segunda con fechas entre 805 y 600 AP. La capa
correspondiente, de unos 12 cm de espesor, contiene también algunos
fragmentos de arenisca cuarcitica de exfoliación con restos seguros de
pintura. En el Abrigo de la Selva se encuentra, también al pie de la
pared con pictografías, una acumulación de piedras de exfoliación, con
una buena cantidad de piedras con restos de pintura.
También hay mucho carbón vegetal, y el periodo de actividades locales
es indicada por las fechas: entre 1190 y 880 AP. En los dos abrigos las
actividades humanas terminan después de respectivamente 600 y 880 AP,
se termina la exfoliación acelerada, y en los siglos siguientes se
cubre el ultimo nivel con hojarasca, que llega a tener un metro de
espesor. Estos datos no dejan duda de la presencia del hombre y
actividades pictográficas en el intervalo entre por lo menos 1500 y 500
años AP. La presencia del hombre en Chiribiquete en este intervalo es
corroborado por los datos y fechas de otros abrigos (sin pictografías)
como el de Bernardo y Gary con 1065 y 1180 años AP, respectivamente
(Castaño-Uribe & Van der Hammen, 2005).
En los estratos medios e inferiores en el Abrigo del Arco habían
actividades notorias en el Holoceno anterior a aproximadamente 1500 AP.
Las excavaciones realizadas en estos estratos demuestran la existencia
de un “fogón” con fecha 5560 AP, con huesos de diversos animales que
contenía también fragmentos de ocre (y una gran cantidad de fragmentos
por fuera del fogón en sus alrededores).
Igualmente, en este mismo sitio se encontraron, mas abajo, algunos
vestigios (huesos y semillas comestibles carbonizados, ocre cocido y
algunos fragmentos de roca exfoliada) entre los sedimentos de la ultima
glaciación, asociados a lentes de carbón vegetal y cenizas, de
aproximadamente 19.000 años AP. Los fragmentos de piedra de exfoliación
con manchas de color rojizo -idénticas al de las pinturas de
pared- en medio de una concentración de ceniza con fragmentos de
huesos fechados 19.510 ± 240 años AP (Col. 840), no deja de ser un
encuentro muy sugestivo (entre un nivel 20-40 cm de la Cuadrícula I) y
ponen a Chiribiquete en un lugar privilegiado para el entendimiento de
muchos de los procesos culturales del territorio. Estos resultados
iniciales son prometedores, y muestran la potencialidad del área en
cuanto al entendimiento de su prehistoria. Futuros estudios en el área
serán necesarios para confirmar las primeras conclusiones y obtener
mayor seguridad sobre la posible presencia y actividad de hombres
durante el Pleistoceno superior.
Las
investigaciones resultantes a partir del hallazgo del arte rupestre de
Chiribiquete han ido tomando una serie de orientaciones y esquemas de
trabajo a lo largo de estos últimos años que nos permiten encontrar
razones de peso para una interpretación icnográfica no solo del sitio y
sus pinturas en particular, sino también, de la infinidad de lugares en
donde esta TRADICION ARQUEOLOGICA se ha ido desarrollando y perfilando
hasta consolidarse como un referente cultural obligado de muchos otros
contextos arqueológicos y culturales en el continente. Es nuestra
hipótesis de trabajo considerar que el símbolo del jaguar (con
múltiples variaciones e iconos) no solo se diversifico y multiplico en
un sin fin de manifestaciones con estilos característicos y propios
sino que muchos de los rasgos esenciales de los elementos vitales de la
Tradición Chiribiquete lograron trascender en el tiempo y en el
pensamiento aborigen de múltiples pueblos y etnias de estirpe amazónica
y sabanoide.
Caracterización
El
elemento mas importante y documental del acervo material arqueológico
son las pinturas (arte rupestre pictórico). La ausencia de materiales
líticos y cerámicos importantes y la falta de otra evidencia material
diferente al masiva y superlativa expresión pictográfica, demuestra que
el sitio no tenia un uso utilitario y domestico, sino mas sagrado y
restringido. Así mismo parece que la mayor parte de las herramientas
empleadas eran de madera, a juzgar por la falta de instrumentos
documentados a la fecha en piedra, por contraste con la enorme cantidad
de armamento que siempre aparece en las manos de las representaciones
humanas dibujadas.
La
Tradición Cultural Chiribiquete (TCC) se consideró como una
manifestación que se consolida a través de varios siglos o milenios y
logra, como punto de expresión importante, trascender a otros ámbitos
dentro de la geografía nacional y regional. Son recurrentes en esta
expresión pictórica la figura y el modelo conceptual con los elementos:
JAGUAR-CHAMAN-ALUCINOGENO. Los diseños de las pinturas fueron el
resultado de largo proceso de desarrollo y conceptualización adaptativa
de grupos tribales cazadores-recolectores y guerreros que mantuvieron
una serie de elementos materiales y congnositivos perpetuados en el
tiempo a través de un estilo y una expresión artística recurrente y
propia (Castaño-Uribe & Van der Hammen, 2005). Chiribiquete
sobresale, por la presencia de figuras humanas (cazadores-guerreros,
especialmente) que van pasando desde lo simbólico y figurativo (muy
esquemático), hasta lo mas naturalista posible, mientras que los
animales (especialmente en el caso del Jaguar) son representados en las
etapas mas tempranas y antiguas de una forma muy naturalista y van
convirtiéndose cada vez mas en iconos de representación figurativa y
abstracta.
Los
pictogramas muestran escenas rituales propiciatorias de faenas de caza
y/o de guerra. Los simbolismos muestran personas muy preocupadas por
guardar y proteger adecuadamente el poder espiritual de las fuerzas
especiales existentes entre el hombre y el medio natural selvático. Se
denota en las pinturas claramente la figura de los chamanes y la
utilización de plantas narcóticas y psicotrópicas con las cuales
proferían a través del arte rupreste el delicado equilibrio de poderes
y pensamientos espirituales (ver Castaño-Uribe & Van der Hammen,
2005).
El
Arte Rupestre de Chiribiquete es el resultado de un largo proceso
de desarrollo y conceptualización adaptativa de grupos tribales
cazadores y recolectores que mantienen una serie de elementos
materiales y congnositivos que logran perdurar en el tiempo en Colombia
y en otras regiones del territorio tropical. Esta expresión artística y
social se consolida a través de varios siglos o milenios, y logra como
punto de expresión importante trascender a otros ámbitos dentro de la
geografía nacional dentro del modelo CHAMAN-ALUCINOGENO- JAGUAR. Es
claro que estos tres elementos no solo están presentes en toda la
dimensión mágica e implícita de Chiribiquete, sino que están claramente
reiterados en otra serie de actos litúrgicos y sagrados que concluyeron
la mitología, los ritos de iniciación y otras prácticas culturales con
las que se asocia arqueológicamente en el país y otros lugares de la
región neotropical.
En efecto, pinturas del
mismo estilo, en su expresión mas clara y afín con la Tradición
Cultural Chiribiquete (Castaño-Uribe,2005) aparecen en varios sitios
del cerrado y la Catinga brasilera (especialmente sobre la cuenca del
río San Francisco) en lo que los especialistas han denominado allá como
Tradición Nordeste-Estilo Seridó (Prous, 2002, 2005); en el cerrado
Boliviano en el contexto de la Tradición Chiquitania (Calla M, 2005);
en el horizonte de Ceja de Selva en la cuenca del Marañon, donde se
comparten ecosistemas subhigrofíticos a húmedos a medida que el rió
penetra en la planicie amazónica y en las Guyanas (Surinam) donde muy
recientemente también se han encontrado evidencias pictóricas en
Werehpai Cover con materiales que dan una clave importante en el
desarrollo posterior de los acontecimientos culturales (Sandoval,
Abelardo E.: Smithsonian Institution y CI-Suriname, 2006).
La Evidencia Material Arqueológico de Chiribiquete
La
evidencia documentada hasta la fecha consiste –además de un número
superlativo de pictografías (que pueden ser mayores a un cuarto de
millón, sumando las figuras individuales localizadas en los 36
conjuntos pictográficos reseñados en un área de unos 20 km2)– en un
conjunto aparentemente limitado de vestigios en comparación con
otros sitios arqueológicos. No obstante, las excavaciones
arqueológicas realizadas parecen demostrar que los conjuntos
pictográficos fueron elaborados, ex profeso, en un sitio de carácter
netamente simbólico y sagrado que, además, no fue habitado en forma
permanente y que no fue utilizado, hasta donde sabemos, con otros fines
diferentes al carácter eminentemente ceremonial.
Las excavaciones realizadas sobre el piso de algunos abrigos
exteriores –ya que a pasar de la gran infinidad de cuevas en el
lugar no se encontraron evidencias pictográficas ni materiales en su
interior– documentan un nutrido volumen de fragmentos de roca
desprendida o exfoliada de las paredes (natural o artificialmente)
algunas de las cuales contienen restos de pintura. Se observan
igualmente capas superpuestas de carbón entre capas de piedra y
desconchamientos de las paredes, lo cual facilita enormemente el tema
de la correlación cronológica, y entre estas capas de tierra y carbón
con piedras, se observan fogones claramente delimitados, con abundantes
semillas y huesos asociados, así como con grandes cantidades de
ferrolitos y ocre cocido que fue empleado seguramente para la
confección de las pinturas.
Los análisis realizados en algunos laboratorios de Colombia, España y
Holanda, demuestran que la pintura de las paredes no utilizo ningún
tipo de aglutinante vegetal u orgánico y que en su totalidad se trato
de material mineral, especialmente de compuestos con oxido de hierro
(Van der Hammen & Castaño-Uribe, 1998b).
En uno de los sitios excavados, en la parte superior de los estratos
(nivel 0-10 cm.) del Abrigo del Arco (sitio arqueológico 003), se
encontraron un par de pequeños fragmentos de cerámica no diagnostica en
términos decorativos o de forma. Se trata de alfarería con superficie
pulida (engobe) y desgrasante de arena de rió. No sobra advertir que
este tipo de material es bastante tardío en el área y por demás muy
escaso, pues de todos los recorridos y prospecciones hechas durante las
campañas de exploración en la zona norte, estos fragmentos parecen ser
toda la evidencia.
Los
restos macro botánicos encontrados en las excavaciones dan cuenta de
una amplia utilización de frutas de palmas comestibles asociadas a los
fogones: Attalea racemosa, Artrocaryum aculeatum, Oenocarpus bataua y Syagrus aff. inajai. Attalea En
todos estos casos las semillas están relacionadas con presencia o
actividades humanas. No sobra indicar aquí, que muchas de estas
especies están representadas formalmente en las pinturas de
Chiribiquete, en la mayoría de los casos asociadas a figuras humanas
que se vinculan directamente en la recolección de frutos en estas
escenas.
Los
huesos (evidencia ósea) localizados en la mayoría de los fogones
pertenecían a algunas especies de serpientes, aves, y felinos –siempre
en contextos que denotan un uso no necesariamente dietario–. En este
caso, por su tamaño, forma (huesos largos, delgados y huecos en su
canal medular) y coloración con la misma resina mineral de las
pinturas, el material parece tener mas una utilización utilitaria,
simbólica y ritual, que alimentaría, pues parecen estar asociados al
protocolo de las prácticas chamanísticas (inhaladores?, pinceles?).
Finalmente, los huesos aparecen agrupados en los niveles
estratigráficos entre los 0 y 38 cms y es casi evidente que por debajo
de este nivel IV (30-40 cm de profundaidad), la correlación humana
desaparece por completo (Castaño-Uribe & Van der Hammen, 2005: 42).
Sobresalen en este conjunto de
manifestaciones de la Tradición Cultural, desarrolladas con un
marco definido espacio-temporal multivariable (amazónico o sabanoide y
a lo largo de muchos siglos), una misma temática en la que las figuras
humanas (cazadores y guerreros, especialmente) se interrelacionan
física y espiritualmente con animales del medio natural. Este conjunto
pictórico, muestra seguramente un proceso de modificación y cambio
lento de algunos diseños, lo cual permite el establecimiento de algunos
estilos que van pasando para la figura humana desde lo simbólico y
figurativo –muy esquemático– hasta lo más naturalista y
seminaturalista posible, y permite contener uno o varios estilos
superpuestos en los principales abrigos rupestres y sagrados (ya que no
siempre se observan dentro o fuera de Chiribiquete este tipo de
yacimientos, varias veces reutilizados).
Estilo figurativo |
Estilo naturalista |
Estilo seminaturalista |
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Figura 1. Detalles de representaciones características de Chiribiquete y de la TCC. Fuente: Castaño-Uribe, 2005.
Sobresalen,
entonces, las figuras humanas con dos tipos de diseño: unas que
muestran cierta movilidad y sus rasgos son mas naturales que
figurativos o estilizados como se puede observar en los diagramas
anteriores, donde la representación es claramente humana (op.cit:38) y
otros donde los elementos básicos no muestran explícitamente su
condición humana ni su individualidad, ya que no se notan agrupaciones
muy abstractas a manera de enjambres o redes que llegando a perder sus
rasgos formales. Sobresalen ante todo en la composición antropomorfa
los cuerpos alargados de cierta simetría y de composición lineal (tipo
filiforme) a las que denominamos Tipo A y que son, aparentemente, las
representaciones mas tempranas.
Figura 2. Representaciones estilizadas de la figura humana (filiforme), Prototipo A.
Se destacan motivos individuales y de conjunto, logrando montajes tipo redes.
Las representaciones filiformes estilizadas tipo “X” como las imágenes
precedentes, a las que llamaremos Elemento Prototipo A y que son muy
generalizadas en todos los contextos de la Tradición, especialmente en
los sustratos mas antiguos de la superpoción estratigráfica de los
suelos arqueológicos excavados, así como en las capas de dibujo mas
profundas de los paneles rupestres, donde su coloración y sus
características se muestran mas tempranas que los dibujos superpuestos
seguramente correspondientes a momentos subsecuentes y mas tardíos. Es
importante aclarar, sin embargo que este tipo de representaciones del
prototipo A vuelven a estar presentes hasta las épocas mas tardías,
pero en menor numero y en agrupaciones que muestran un cambio
estilístico importante (op. cit: 35).
De otra parte, se documentan en la Tradición como ya se comento
otro tipo de figuras del cuerpo humano menos abstracto y figurativo a
las que hemos denominado Elemento Prototipo B, que es la figura humana
con su cabeza, generalmente, redonda en forma de “pandeyuca”, como ya
lo anotamos, aunque existen ejemplos, no muy numerosos de otro tipos de
cabeza, que hacen alusión mas a la figura de un ave rapaz y/o
carroñera, que hace igualmente mención al carácter aguerrido y
depredador, ya ampliamente explicado en el simbolismo de algunos grupos
amazónicos (ver Castaño-Uribe, 2005:106-111).
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- Hombre armado
- filiforme
- Brazos arriba
- Cara en forma de “Pandeyuca” en forma de “C” mirando hacia arriba.
- Boca muy felina
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- Hombre armado
- Cuerpo robusto
- Brazos arriba
- Cara en forma “Pandeyuca” en forma de “C” mirando hacia arriba.
- Boca muy felina
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- Hombre armado
- Cuerpo robusto
- Brazos arriba
- Cara en forma de Ave rapaz
- Pelo largo
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- Hombre danzante sin arma
- Cuerpo robusto
- Brazos arriba
- Cara indefinida de frente,
- Pelo largo
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Fig.3 PROTOTIPO B DE LA TRADICION CULTURAL CHIRIBIQUETE.
Se trata de figuras humanas mas naturalizadas, con rasgos claramente antropomorfos y armamento.
Se mantienen los brazos hacia arriba en actitud victoriosa o de empoderamiento.
Como
ha sido indicado, un aspecto que parece, por demás sobresaliente
del carácter facial de las figuras “Pan de Yuca” o de “herradura”, es
que definitivamente una gran proporción de las representaciones de
hombres y de jaguares presentan este rasgo, con arquetipos felinos (ya
bien por manchas tipo circulo o floretón, por sus orejas o cola
y, en algunos casos, por el pene que se magnifica), de lo contrario no
tienen boca abierta o tienen un carácter muy diferente. En el caso de
las figuras humanas, son muchos los motivos donde el acento de la
figura se da, en esta Tradición, a partir de sus
rasgos felinos, ya bien por su actitud guerrera, por las pintas y
diseños que lo acompañan, o por la representación fálica las poces de
“gruñido” o grito que los convierten en figuras metamorfizadas entre
hombre y jaguar.
Figura 4. Figuras humanas o antropozoomorfas con armamento y boca felina.
La
pintura monocroma plana de tipo rojizo sobre fondo claro (por efecto
del color de las areniscas de la roca) da un efecto aun mas contundente
al mensaje de las pinturas que fueron coloreadas a base de un pigmento
mineral particular, buscando un efecto especifico en el acabado y en la
tonalidad como parte fundamental del simbolismo de la Tradición
Chiribiquete. Las variaciones de color encontradas en los abrigos, son
realmente sutiles y pueden estar correspondiendo a las reacciones
químicas del pigmento con el transcurrir del tiempo, mas que a una
acción deliberada de plasmas diferentes colores (policromía) como se
observa en otros contextos del continente.
El
conjunto Hombres (guerreros=cazadores) que, en su gran mayoría, se
acompañan de un conjunto icnográfico animal (zoomorfo) muy amplio y
pródigo (en numero y representación) demuestra una deliberada
interacción en sus formas y sus relaciones mutuas. Dentro de este grupo
de figuras zoomorfas aparecen profusamente los jaguares, los venados, y
en menor medida las anacondas y serpientes, los peces, las garzas, las
dantas, los insectos y chigüiros. También son ampliamente estampadas y
representadas las manos en positivo y algunas figuras geométricas
–especialmente espirales– en su interior. Son característicos de esta
Tradición, los conjuntos de diseños punteados o rayas
intermitentes, algunas veces con formas definidas y siluetas sin un
diseño específico, sino muy aleatorio.
En
los paneles y abrigos hasta ahora analizados no se reconocen
necesariamente figuras femeninas, como no sean un par o dos de
representaciones con vientre abultado, pero que no muestran ningún
atributo sexual, aspecto que si esta claramente representado en la
mayoría de las figuras humanas de carácter masculino. Igualmente no se
evidencia ninguna manifestación de infantes o niños, lo que indica –de
forma manifiesta– que los actores principales de la parafernalia ritual
y del contexto cazador-guerrero, están asociados al elemento masculino,
por excelencia. No obstante, es razonable pensar que podrán aparecer en
el futuro, nuevos elementos, en este sentido que amplíen los rasgos de
la Tradición.
En
Chiribiquete, las armas son un rasgo fundamental de la figura humana.
Tan acentuado está este rasgo que las armas se convierten
necesariamente en un elemento central de la representación y, en
algunos casos, hasta el cuerpo mismo del individuo ha sido representada
en forma de arma. Las armas están fundamentalmente compuestas, en todos
los casos, por propulsores, dardos y puntas de flechas largas y
medianas que eran utilizadas con este artefacto. Hay detalle de macanas
y masas y no parece evidente el uso de arcos (Castaño-Uribe, 2005: 37).
Figura 4. Detalle de figuras antropomorfas y su armamento,
especialmente compuesto por propulsores rústicos y flechas y dardos, para la misma arma.
Figura 5. Representaciones antropomorfas con su armamento y brazos arriba,
un elemento característico de la TCC. Nótese en todos los casos la utilización de masas, elaboradas en madera.
De
otra parte, los zoomorfos de Chiribiquete representan una amplia
variedad de figuras entre las cuales se encuentran especialmente los
cuadrúpedos-mamíferos, los peces y algunos insectos. Entre los mas
grandes y abundantes, sobresale la figura del Jaguar y sus
representaciones hibridas (25%), igualmente se documentan a nivel de
cantidad, los venados (17%), peces (8%) (Roedores grandes) chigüiros
(4%), aves (8%), batracios (4%), serpientes (3%), insectos (2%),
murciélagos (1%). (Op. cit; 2005: 32). Los animales suelen ser
las representaciones más grandes de los conjuntos pictóricos (es decir
con relación a las figuras humanas). Igual tratamiento dieron a algunas
plantas, pues se localizan en varios de los abrigos rocosos, figuras
fitomorfas de gran tamaño también. Este tema fue desarrollado, con una
amplia descripción en una obras anteriores (Castaño-Uribe & Van der
Hammen, 1992,1998, 2005).
Es
frecuente que algunos animales tengan los rasgos característicos de la
boca en forma de Pan de Yuca, herradura o “c”. En algunos animales
aparecen, amen de la boca, las manchas u otro tipo de rasgos de
carácter felino. Las otras representaciones antropozoomorfas y
biomorfas (10.5%), las figuras de plantas (7.5%), las figuras
geométricas (3%), y artefactos e implementos (0.5%), completan esta
panorama pictórico tan particular.
Figura 6. Detalles de pictografías con representación zoomorfa
y rasgos especiales en su boca: tipo pandeyuca o en forma de “c”.
Dentro
de las representaciones fitomorfas, sobresalen las palmeras espigadas
(con y sin frutos); los árboles de grandes hojas o frutos de forma
redondeada (posiblemente calabazos) y algunas plantas que
germinan de forma biconversa que aparecen asociadas a medialunas o
elementos acorazonados, aunque en algunas ocasiones se encuentran
independientes. El diseño de medialuna o ancliforme (llamado a veces
“acorazonado” en la literatura especializada), muestra plantas en
diversos estados de germinación y crecimiento, pero al igual que las
plantas se documenta en forma independiente, lo que hace suponer que no
es un tipo de semilla, sino mas bien un receptáculo o un elemento
asociado simbólicamente hablando.
Figura 7. Detalle de representaciones fitomorfas naturalistas características de la Tradición Cultural Chiribiquete.
Otro
de los elementos característicos de la Tradición tiene que ver con
las técnicas de pintura y coloración empleadas. La mayoría de los
paneles encontrados son muy profusos en diseños y en la forma como
finalmente se expresan las concentraciones de los dibujos.
Generalmente, hay una gran cantidad de paneles muy atiborrados de
dibujos, donde las mayores concentraciones aparecen en la parte
inferior de los paredones decorados. Los colores a su vez son
monotemáticos sobre la gama de las terracotas, a pesar de que hubieran
podido utilizar otro tipo de colores disponibles en el área, ya que
existen algunos ejemplos muy aislados de figuras con negro, blanco y
amarillo.
Sobresalen
igualmente, en la Tradición Cultural Chiribiquete, las representaciones
multivarantes de tamaño, donde miniaturas –especialmente antropomorfas–
se conjugan con mega figuras zoomorfas –especialmente de jaguares y
venados–. Son, así mismo, frecuentes las escenas narrativas entre un
conjunto de figuras que representan una trama alegórica en diferentes
momentos donde la incorporación de algunos conjuntos siguen una
secuencia como si relataran una historia (o un mito ¿?). Los grupos de
figuras son a partir de 4 y pueden llagar a ser algunos cientos de
representaciones, lo que puede llegar ha ser muy complejo en su
interpretación, ya que los abrigos mas profusos muestran
superposiciones evidentes de figuras y seguramente de estilos.
Conclusiones
Este
artículo pretende hacer un pequeño recuento y caracterización de
Chiribiquete como epicentro de una tradición cultural que se definió
con un estilo, muy particular y propio, en la Amazonia Colombiana e
incluso con otros muchos contextos arqueológicos del país. Desde este
punto de vista, Chiribiquete es un sitio arqueológico de una gran
magnitud e importancia, pues en el contexto de su serranía como
manifestación geomorfológico, se evidencia una condición histórica y
cultural de grandes repercusiones para la historia prehistórica y
etnográfica de la amazonia y el país, sin contar con los posibles nexos
con otras áreas por fuera del territorio nacional. Las características
y la evidencia demuestran que la Serranía de Chiribiquete pudo ser un
centro especializado de carácter simbólico y ritual muy importante, ya
que muchos elementos detallados en la iconografía del arte rupestre,
independientemente de la antigüedad absoluta que pueda tener, contiene
elementos sobresalientes de la cosmogonía y la mitología aborigen de la
Amazonia Occidental.
Sobresalen
en este conjunto manifestaciones estilísticas, desarrolladas con
un marco definido espacio-temporal multivariable. En la dimensión
geográfica espacial incluyendo temáticas y lugares Amazónicas o
sabanoide Guyanésas, y en lo temporal periodos que incluyen varios
siglos hasta la llegada de los españoles.
La
Tradición Cultural Chiribiquete contiene una misma temática que gira
alrededor de los elementos correlacionados con el
cazador-guerrero-jaguar en la Serranía en un prolongado periodo de
tiempo, sin embargo, en otros sitios periféricos se observan cambios y
procesos de variación muy importantes que permiten, en conjunto,
documentar variantes de flujo y reflujo de estilos dando así una
posibilidad extraordinaria de análisis y de marcadores temporales,
territoriales y estilísticos para la arqueología Colombiana y algunas
otras regiones del Neotrópico.
—¿Preguntas,
comentarios? escriba a: rupestreweb@yahoogroups.com—
Cómo citar este artículo:
Castaño-Uribe, Carlos. Tradición Cultural Chiribiquete.
En Rupestreweb, http://www.rupestreweb.info/chiribiquete2.html
2008
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