Colombia


Tradición Cultural Chiribiquete

Carlos Castaño-Uribe ccastano@conservation.org

 

Resumen

Chiribiquete es el nombre de una gran serranía de formación tepuyana (de mas de 200 Km. de extensión, 950 mts. sobre el nivel del mar en su punto mas alto). Desde 1989 el área se declaro  Parque Nacional Natural con una extensión de mas de 1’200.000 de hectáreas de extensión, entre los ríos Apapóris y el río Macaya, localizada en pleno corazón de la selva amazónica de Colombia. En términos reales puede indicarse que se trata de la formación mas occidental del continente perteneciente a la Formación Roraima y al propio Escudo de las Guyanés, es decir que contiene basamento del precámbrico y paleozoico.

El arte rupestre descubierto hasta el momento denota una serie de características que han servido para distinguir una Tradición Cultural de raíces, aparentemente muy antiguas, del paleoindio y, por ende, asociado a grupos de cazadores recolectores de Selva Húmeda Tropical y enclaves semisecos de las Guyanas y la Amazonia. En tal sentido, Chiribiquete es un sitio excepcional desde el punto de visita histórico cultural (por su arte pictográfico y sus características arqueológicas) así como por su valor ecológico, biológico y natural (localizado en un Tepuy amazónico, totalmente aislado y primigenio).

La iconografía demuestra un rigor sorprendente respecto de las relaciones hombre-animales, el acceso al intercambio de poderes y energías a través de ritos chamánicos y se destaca profundamente la prelación de estos artífices por la figura del jaguar como uno de los eementos icnográficos más importantes de la distinción del poder y el conocimiento, así como las habilidades y la agudeza de los cazadores y los guerreros.

Chiribiquete a juzgar por sus características pictográficas y cronológicas es un sitio que ofrece magnificas oportunidades de investigación para abordar el tema simbólico, cosmogónico e icnográfico de la región Colombiana y Neotropical. Con mas de medio centenar de fechas de carbono C14, que van desde el 17.000 a.C.- hasta después de la conquista Española y un millar de figuras localizadas hasta el momento en 36 paneles rupestres, permite abrir una ventana al entendimiento de los procesos culturales desde finales del Pleistoceno hasta fechas mas tardías asociadas que nos relaciona posiblemente con los habitantes históricos de Chiribiquete, es decir los Karijona (filiación Macro lingüística Karib), una de las macro familias mas importantes del territorio Precolombino neotropical y una de las que mas densa y expansivamente dominaba a Colombia, Venezuela y las Antillas a la llegada de los europeos.

Estos iconos, posiblemente muy antiguos, perduran -durante muchos siglos, a juzgar por la evidencia cronológica- y son la base de un proceso de pensamiento chamánico que como ha venido estudiando desde la arqueología, la etnología, la lingüística y la etnohistoria (Castaño-Uribe, en preparación)  podría demostrar que se populariza profundamente en varios grupos que remontan los andes colombianos a través de varios siglos, así como otras regiones del Continente Neotropical afianzando la idea del hombre jaguar, el chaman- jaguar y el dios sol-jaguar, como un elemento propio de un patrón de conducta, de pensamiento y de identidad muy particular a lo largo del territorio.

La caracterización de Chiribiquete, desde el punto de vista arqueológico y cultural, fue inicialmente documentada en tres publicaciones anteriores (editores. Castaño-Uribe, 1998a: Castaño-Uribe & Van der Hammen 1998b y Castaño-Uribe & Van der Hammen, 2005), una de las cuales –la más reciente– avanzó en la identificación de una Tradición cultural.

La Cronología

Mas de 50 fechas fueron obtenidas durante las prospecciones y las excavaciones arqueológicas que fueron analizadas en el laboratorio de Investigaciones Isotópicos, Universidad de Groningen (Holanda) y que fue ampliamente documentada en una publicación anterior (Castaño-Uribe & Van der Hammen, 2005). Uno de los sitios con mayores posibilidades crono-arqueológicas de todos los evaluados y prospectados fue el Abrigo del Arco –pues además de unos suelos medianamente profundos con buena capacidad estratigráfica y asociados un gran panel con pinturas y una cueva próxima –.

En los niveles superiores hay gran abundancia de carbón vegetal y un aumento considerable de la acumulación de fragmentos planos de exfoliación de la roca, desde 1500 hasta 600 AP, aparentemente dividida en dos intervalos de mayor actividad, la primera con fechas entre 1500 y 1375 AP, la segunda con fechas entre 805 y 600 AP. La capa correspondiente, de unos 12 cm de espesor, contiene también algunos fragmentos de arenisca cuarcitica de exfoliación con restos seguros de pintura. En el Abrigo de la Selva se encuentra, también al pie de la pared con pictografías, una acumulación de piedras de exfoliación, con una buena cantidad de piedras con restos de pintura.

También hay mucho carbón vegetal, y el periodo de actividades locales es indicada por las fechas: entre 1190 y 880 AP. En los dos abrigos las actividades humanas terminan después de respectivamente 600 y 880 AP, se termina la exfoliación acelerada, y en los siglos siguientes se cubre el ultimo nivel con hojarasca, que llega a tener un metro de espesor. Estos datos no dejan duda de la presencia del hombre y actividades pictográficas en el intervalo entre por lo menos 1500 y 500 años AP. La presencia del hombre en Chiribiquete en este intervalo es corroborado por los datos y fechas de otros abrigos (sin pictografías) como el de Bernardo y Gary con 1065 y 1180 años AP, respectivamente (Castaño-Uribe & Van der Hammen, 2005).

En los estratos medios e inferiores en el Abrigo del Arco habían actividades notorias en el Holoceno anterior a aproximadamente 1500 AP. Las excavaciones realizadas en estos estratos demuestran la existencia de un “fogón” con fecha 5560 AP, con huesos de diversos animales que contenía también fragmentos de ocre (y una gran cantidad de fragmentos por fuera del fogón en sus alrededores).

Igualmente, en este mismo sitio se encontraron, mas abajo, algunos vestigios (huesos y semillas comestibles carbonizados, ocre cocido y algunos fragmentos de roca exfoliada) entre los sedimentos de la ultima glaciación, asociados a lentes de carbón vegetal y cenizas, de aproximadamente 19.000 años AP. Los fragmentos de piedra de exfoliación con manchas de color rojizo -idénticas al de las pinturas de pared-  en medio de una concentración de ceniza con fragmentos de huesos fechados 19.510 ± 240 años AP (Col. 840), no deja de ser un encuentro muy sugestivo (entre un nivel 20-40 cm de la Cuadrícula I) y ponen a Chiribiquete en un lugar privilegiado para el entendimiento de muchos de los procesos culturales del territorio. Estos resultados iniciales son prometedores, y muestran la potencialidad del área en cuanto al entendimiento de su prehistoria. Futuros estudios en el área serán necesarios para confirmar las primeras conclusiones y obtener mayor seguridad sobre la posible presencia y actividad de hombres durante el Pleistoceno superior.

Las investigaciones resultantes a partir del hallazgo del arte rupestre de Chiribiquete han ido tomando una serie de orientaciones y esquemas de trabajo a lo largo de estos últimos años que nos permiten encontrar razones de peso para una interpretación icnográfica no solo del sitio y sus pinturas en particular, sino también, de la infinidad de lugares en donde esta TRADICION ARQUEOLOGICA se ha ido desarrollando y perfilando hasta consolidarse como un referente cultural obligado de muchos otros contextos arqueológicos y culturales en el continente. Es nuestra hipótesis de trabajo considerar que el símbolo del jaguar (con múltiples variaciones e iconos) no solo se diversifico y multiplico en un sin fin de manifestaciones con estilos característicos y propios sino que muchos de los rasgos esenciales de los elementos vitales de la Tradición Chiribiquete lograron trascender en el tiempo y en el pensamiento aborigen de múltiples pueblos y etnias de estirpe amazónica y sabanoide.

Caracterización

El elemento mas importante y documental del acervo material arqueológico son las pinturas (arte rupestre pictórico). La ausencia de materiales líticos y cerámicos importantes y la falta de otra evidencia material diferente al masiva y superlativa expresión pictográfica, demuestra que el sitio no tenia un uso utilitario y domestico, sino mas sagrado y restringido. Así mismo parece que la mayor parte de las herramientas empleadas eran de madera, a juzgar por la falta de instrumentos documentados a la fecha en piedra, por contraste con la enorme cantidad de armamento que siempre aparece en las manos de las representaciones humanas dibujadas.

La Tradición Cultural Chiribiquete (TCC) se consideró como una manifestación que se consolida a través de varios siglos o milenios y logra, como punto de expresión importante, trascender a otros ámbitos dentro de la geografía nacional y regional. Son recurrentes en esta expresión pictórica la figura y el modelo conceptual con los elementos: JAGUAR-CHAMAN-ALUCINOGENO. Los diseños de las pinturas fueron el resultado de largo proceso de desarrollo y conceptualización adaptativa de grupos tribales cazadores-recolectores y guerreros que mantuvieron una serie de elementos materiales y congnositivos perpetuados en el tiempo a través de un estilo y una expresión artística recurrente y propia (Castaño-Uribe & Van der Hammen, 2005). Chiribiquete sobresale, por la presencia de figuras humanas (cazadores-guerreros, especialmente) que van pasando desde lo simbólico y figurativo (muy esquemático), hasta lo mas naturalista posible, mientras que los animales (especialmente en el caso del Jaguar) son representados en las etapas mas tempranas y antiguas de una forma muy naturalista y van convirtiéndose cada vez mas en iconos de representación figurativa y abstracta.

Los pictogramas muestran escenas rituales propiciatorias de faenas de caza y/o de guerra. Los simbolismos muestran personas muy preocupadas por guardar y proteger adecuadamente el poder espiritual de las fuerzas especiales existentes entre el hombre y el medio natural selvático. Se denota en las pinturas claramente la figura de los chamanes y la utilización de plantas narcóticas y psicotrópicas con las cuales proferían a través del arte rupreste el delicado equilibrio de poderes y pensamientos espirituales (ver Castaño-Uribe & Van der Hammen, 2005).

El Arte Rupestre de Chiribiquete es el resultado  de un largo proceso de desarrollo y conceptualización adaptativa de grupos tribales cazadores y recolectores que mantienen una serie de elementos materiales y congnositivos que logran perdurar en el tiempo en Colombia y en otras regiones del territorio tropical. Esta expresión artística y social se consolida a través de varios siglos o milenios, y logra como punto de expresión importante trascender a otros ámbitos dentro de la geografía nacional dentro del modelo CHAMAN-ALUCINOGENO- JAGUAR. Es claro que estos tres elementos no solo están presentes en toda la dimensión mágica e implícita de Chiribiquete, sino que están claramente reiterados en otra serie de actos litúrgicos y sagrados que concluyeron la mitología, los ritos de iniciación y otras prácticas culturales con las que se asocia arqueológicamente en el país y otros lugares de la región neotropical.

En efecto, pinturas del mismo estilo, en su expresión mas clara y afín con la Tradición Cultural Chiribiquete (Castaño-Uribe,2005) aparecen en varios sitios del cerrado y la Catinga brasilera (especialmente sobre la cuenca del río San Francisco) en lo que los especialistas han denominado allá como Tradición Nordeste-Estilo Seridó (Prous, 2002, 2005); en el cerrado Boliviano en el contexto de la Tradición Chiquitania (Calla M, 2005); en el horizonte de Ceja de Selva en la cuenca del Marañon, donde se comparten ecosistemas subhigrofíticos a húmedos a medida que el rió penetra en la planicie amazónica y en las Guyanas (Surinam) donde muy recientemente también se han encontrado evidencias pictóricas en Werehpai Cover con materiales que dan una clave importante en el desarrollo posterior de los acontecimientos culturales (Sandoval, Abelardo E.: Smithsonian Institution y CI-Suriname, 2006).

La Evidencia Material Arqueológico de Chiribiquete

La evidencia documentada hasta la fecha consiste –además de un número superlativo de pictografías (que pueden ser mayores a un cuarto de millón, sumando las figuras individuales localizadas en los 36 conjuntos pictográficos reseñados en un área de unos 20 km2)– en un conjunto aparentemente  limitado de vestigios en comparación con otros sitios arqueológicos. No obstante, las excavaciones   arqueológicas realizadas parecen demostrar que los conjuntos pictográficos fueron elaborados, ex profeso, en un sitio de carácter netamente simbólico y sagrado que, además, no fue habitado en forma permanente y que no fue utilizado, hasta donde sabemos, con otros fines diferentes al carácter eminentemente ceremonial. 

Las excavaciones realizadas sobre el piso de algunos abrigos exteriores  –ya que a pasar de la gran infinidad de cuevas en el lugar no se encontraron evidencias pictográficas ni materiales en su interior– documentan un nutrido volumen de fragmentos de roca desprendida o exfoliada de las paredes (natural o artificialmente) algunas de las cuales contienen restos de pintura. Se observan igualmente capas superpuestas de carbón entre capas de piedra y desconchamientos de las paredes, lo cual facilita enormemente el tema de la correlación cronológica, y entre estas capas de tierra y carbón con piedras, se observan fogones claramente delimitados, con abundantes semillas y huesos asociados, así como con grandes cantidades de ferrolitos y ocre cocido que fue empleado seguramente para la confección de las pinturas.

Los análisis realizados en algunos laboratorios de Colombia, España y Holanda, demuestran que la pintura de las paredes no utilizo ningún tipo de aglutinante vegetal u orgánico y que en su totalidad se trato de material mineral, especialmente de compuestos con oxido de hierro (Van der Hammen & Castaño-Uribe, 1998b).

En uno de los sitios excavados, en la parte superior de los estratos (nivel 0-10 cm.) del Abrigo del Arco (sitio arqueológico 003), se encontraron un par de pequeños fragmentos de cerámica no diagnostica en términos decorativos o de forma. Se trata de alfarería con superficie pulida (engobe) y desgrasante de arena de rió. No sobra advertir que este tipo de material es bastante tardío en el área y por demás muy escaso, pues de todos los recorridos y prospecciones hechas durante las campañas de exploración en la zona norte, estos fragmentos parecen ser toda la evidencia.

Los restos macro botánicos encontrados en las excavaciones dan cuenta de una amplia utilización de frutas de palmas comestibles asociadas a los fogones: Attalea racemosa, Artrocaryum aculeatum, Oenocarpus bataua y Syagrus aff. inajai. Attalea En todos estos casos las semillas están relacionadas con presencia o actividades humanas. No sobra indicar aquí, que muchas de estas especies están representadas formalmente en las pinturas de Chiribiquete, en la mayoría de los casos asociadas a figuras humanas que se vinculan directamente en la recolección de frutos en estas escenas.

Los huesos (evidencia ósea) localizados en la mayoría de los fogones pertenecían a algunas especies de serpientes, aves, y felinos –siempre en contextos que denotan un uso no necesariamente dietario–. En este caso, por su tamaño, forma (huesos largos, delgados y huecos en su canal medular) y coloración con la misma resina mineral de las pinturas, el material parece tener mas una utilización utilitaria, simbólica y ritual, que alimentaría, pues parecen estar asociados al protocolo de las prácticas chamanísticas (inhaladores?, pinceles?). Finalmente, los huesos aparecen agrupados en los niveles estratigráficos entre los 0 y 38 cms y es casi evidente que por debajo de este nivel IV (30-40 cm de profundaidad), la correlación humana desaparece por completo (Castaño-Uribe & Van der Hammen, 2005: 42).

Sobresalen en este conjunto de manifestaciones de la Tradición Cultural, desarrolladas con un marco definido espacio-temporal multivariable (amazónico o sabanoide y a lo largo de muchos siglos), una misma temática en la que las figuras humanas (cazadores y guerreros, especialmente) se interrelacionan física y espiritualmente con animales del medio natural. Este conjunto pictórico, muestra seguramente un proceso de modificación y cambio lento de algunos diseños, lo cual permite el establecimiento de algunos estilos que van pasando para la figura humana desde lo simbólico y figurativo –muy esquemático– hasta lo más naturalista y seminaturalista posible, y permite contener uno o varios estilos superpuestos en los principales abrigos rupestres y sagrados (ya que no siempre se observan dentro o fuera de Chiribiquete este tipo de yacimientos, varias veces reutilizados).

Estilo figurativo
Estilo naturalista
Estilo seminaturalista

Figura 1. Detalles de representaciones características de Chiribiquete y de la TCC. Fuente: Castaño-Uribe, 2005.

Sobresalen, entonces, las figuras humanas con dos tipos de diseño: unas que muestran cierta movilidad y sus rasgos son mas naturales que figurativos o estilizados como se puede observar en los diagramas anteriores, donde la representación es claramente humana (op.cit:38) y otros donde los elementos básicos no muestran explícitamente su condición humana ni su individualidad, ya que no se notan agrupaciones muy abstractas a manera de enjambres o redes que llegando a perder sus rasgos formales. Sobresalen ante todo en la composición antropomorfa los cuerpos alargados de cierta simetría y de composición lineal (tipo filiforme) a las que denominamos Tipo A y que son, aparentemente, las representaciones mas tempranas.

Figura 2. Representaciones estilizadas de la figura humana (filiforme), Prototipo A.
Se destacan motivos individuales y de conjunto, logrando montajes tipo redes.


Las representaciones filiformes estilizadas tipo “X” como las imágenes precedentes, a las que llamaremos Elemento Prototipo A y que son muy generalizadas en todos los contextos de la Tradición, especialmente en los sustratos mas antiguos de la superpoción estratigráfica de los suelos arqueológicos excavados, así como en las capas de dibujo mas profundas de los paneles rupestres, donde su coloración y sus características se muestran mas tempranas que los dibujos superpuestos seguramente correspondientes a momentos subsecuentes y mas tardíos. Es importante aclarar, sin embargo que este tipo de representaciones del prototipo A vuelven a estar presentes hasta las épocas mas tardías, pero en menor numero y en agrupaciones que muestran un cambio estilístico importante (op. cit: 35).

De otra parte, se documentan en la Tradición como ya se comento otro tipo de figuras del cuerpo humano menos abstracto y figurativo a las que hemos denominado Elemento Prototipo B, que es la figura humana con su cabeza, generalmente, redonda en forma de “pandeyuca”, como ya lo anotamos, aunque existen ejemplos, no muy numerosos de otro tipos de cabeza, que hacen alusión mas a la figura de un ave rapaz y/o carroñera, que hace igualmente mención al carácter aguerrido y depredador, ya ampliamente explicado en el simbolismo de algunos grupos amazónicos (ver Castaño-Uribe, 2005:106-111).

  • Hombre armado
  • filiforme
  • Brazos arriba
  • Cara en forma de “Pandeyuca” en forma de “C” mirando hacia  arriba.
  • Boca muy felina
  • Hombre armado
  • Cuerpo robusto
  • Brazos arriba
  • Cara en forma “Pandeyuca” en forma de “C” mirando hacia  arriba.
  • Boca muy felina
  • Hombre armado
  • Cuerpo robusto
  • Brazos arriba
  • Cara en forma de Ave rapaz
  • Pelo largo
  • Hombre danzante sin arma
  • Cuerpo robusto
  • Brazos arriba
  • Cara indefinida de frente,
  • Pelo largo

Fig.3 PROTOTIPO B  DE LA TRADICION CULTURAL CHIRIBIQUETE.
Se trata de figuras humanas mas naturalizadas, con rasgos claramente antropomorfos y armamento.
Se mantienen los brazos hacia arriba en actitud victoriosa o de empoderamiento.

Como ha sido indicado, un aspecto que parece, por demás sobresaliente del carácter facial de las figuras “Pan de Yuca” o de “herradura”, es que definitivamente una gran proporción de las representaciones de hombres y de jaguares presentan este rasgo, con arquetipos felinos (ya bien por  manchas tipo circulo o floretón, por sus orejas o cola y, en algunos casos, por el pene que se magnifica), de lo contrario no tienen boca abierta o tienen un carácter muy diferente. En el caso de las figuras humanas, son muchos los motivos donde el acento de la figura se da, en esta Tradición, a partir de sus rasgos felinos, ya bien por su actitud guerrera, por las pintas y diseños que lo acompañan, o por la representación fálica las poces de “gruñido” o grito que los convierten en figuras metamorfizadas entre hombre y jaguar.

Figura 4. Figuras humanas o antropozoomorfas con armamento y boca felina.

La pintura monocroma plana de tipo rojizo sobre fondo claro (por efecto del color de las areniscas de la roca) da un efecto aun mas contundente al mensaje de las pinturas que fueron coloreadas a base de un pigmento mineral particular, buscando un efecto especifico en el acabado y en la tonalidad como parte fundamental del simbolismo de la Tradición Chiribiquete. Las variaciones de color encontradas en los abrigos, son realmente sutiles y pueden estar correspondiendo a las reacciones químicas del pigmento con el transcurrir del tiempo, mas que a una acción deliberada de plasmas diferentes colores (policromía) como se observa en otros contextos del continente.

El conjunto Hombres (guerreros=cazadores) que, en su gran mayoría, se acompañan de un conjunto icnográfico animal (zoomorfo) muy amplio y pródigo (en numero y representación) demuestra una deliberada interacción en sus formas y sus relaciones mutuas. Dentro de este grupo de figuras zoomorfas aparecen profusamente los jaguares, los venados, y en menor medida las anacondas y serpientes, los peces, las garzas, las dantas, los insectos y chigüiros. También son ampliamente estampadas y representadas las manos en positivo y algunas figuras geométricas –especialmente espirales– en su interior. Son característicos de esta Tradición, los conjuntos de diseños punteados o  rayas intermitentes, algunas veces con formas definidas y siluetas sin un diseño específico, sino muy aleatorio.

En los paneles y abrigos hasta ahora analizados no se reconocen necesariamente figuras femeninas, como no sean un par o dos de representaciones con vientre abultado, pero que no muestran ningún atributo sexual, aspecto que si esta claramente representado en la mayoría de las figuras humanas de carácter masculino. Igualmente no se evidencia ninguna manifestación de infantes o niños, lo que indica –de forma manifiesta– que los actores principales de la parafernalia ritual y del contexto cazador-guerrero, están asociados al elemento masculino, por excelencia. No obstante, es razonable pensar que podrán aparecer en el futuro, nuevos elementos, en este sentido que amplíen los rasgos de la Tradición.

En Chiribiquete, las armas son un rasgo fundamental de la figura humana. Tan acentuado está este rasgo que las armas se convierten necesariamente en un elemento central de la representación y, en algunos casos, hasta el cuerpo mismo del individuo ha sido representada en forma de arma. Las armas están fundamentalmente compuestas, en todos los casos, por propulsores, dardos y puntas de flechas largas y medianas que eran utilizadas con este artefacto. Hay detalle de macanas y masas y no parece evidente el uso de arcos (Castaño-Uribe, 2005: 37).

Figura 4. Detalle de figuras antropomorfas y su armamento,
especialmente compuesto por propulsores rústicos y flechas y dardos, para la misma arma.

Figura 5. Representaciones antropomorfas con su armamento y brazos arriba,
un elemento característico de la TCC. Nótese en todos los casos la utilización de masas, elaboradas en madera.

De otra parte, los zoomorfos de Chiribiquete representan una amplia variedad de figuras entre las cuales se encuentran especialmente los cuadrúpedos-mamíferos, los peces y algunos insectos. Entre los mas grandes y abundantes, sobresale la figura del Jaguar y sus representaciones hibridas (25%), igualmente se documentan a nivel de cantidad, los venados (17%), peces (8%) (Roedores grandes) chigüiros (4%), aves (8%), batracios (4%), serpientes (3%), insectos (2%), murciélagos (1%). (Op. cit; 2005: 32). Los animales  suelen ser las representaciones más grandes de los conjuntos pictóricos (es decir con relación a las figuras humanas). Igual tratamiento dieron a algunas plantas, pues se localizan en varios de los abrigos rocosos, figuras fitomorfas de gran tamaño también. Este tema fue desarrollado, con una amplia descripción en una obras anteriores (Castaño-Uribe & Van der Hammen, 1992,1998, 2005).

Es frecuente que algunos animales tengan los rasgos característicos de la boca en forma de Pan de Yuca, herradura o “c”. En algunos animales aparecen, amen de la boca, las manchas u otro tipo de rasgos de carácter felino. Las otras representaciones antropozoomorfas y biomorfas (10.5%), las figuras de plantas (7.5%), las figuras geométricas (3%), y artefactos e implementos (0.5%), completan esta panorama pictórico tan particular.

Figura 6. Detalles de pictografías con representación zoomorfa
y rasgos especiales en su boca: tipo pandeyuca o en forma de “c”.

Dentro de las representaciones fitomorfas, sobresalen las palmeras espigadas (con y sin frutos); los árboles de grandes hojas o frutos de forma redondeada (posiblemente calabazos) y algunas plantas  que germinan de forma biconversa que aparecen asociadas a medialunas o elementos acorazonados, aunque en algunas ocasiones se encuentran independientes. El diseño de medialuna o ancliforme (llamado a veces “acorazonado” en la literatura especializada), muestra plantas en diversos estados de germinación y crecimiento, pero al igual que las plantas se documenta en forma independiente, lo que hace suponer que no es un tipo de semilla, sino mas bien un receptáculo o un elemento asociado simbólicamente hablando.

Figura 7. Detalle de representaciones fitomorfas naturalistas características de la Tradición Cultural Chiribiquete.

Otro de los elementos característicos de la Tradición tiene que ver con  las técnicas de pintura y coloración empleadas. La mayoría de los paneles encontrados son muy profusos en diseños y en la forma como finalmente se expresan las concentraciones de los dibujos. Generalmente, hay una gran cantidad de paneles muy atiborrados de dibujos, donde las mayores concentraciones aparecen en la parte inferior de los paredones decorados. Los colores a su vez son monotemáticos sobre la gama de las terracotas, a pesar de que hubieran podido utilizar otro tipo de colores disponibles en el área, ya que existen algunos ejemplos muy aislados de figuras con negro, blanco y amarillo.

Sobresalen igualmente, en la Tradición Cultural Chiribiquete, las representaciones multivarantes de tamaño, donde miniaturas –especialmente antropomorfas– se conjugan con mega figuras zoomorfas –especialmente de jaguares y venados–. Son, así mismo, frecuentes las escenas narrativas entre un conjunto de figuras que representan una trama alegórica en diferentes momentos donde la incorporación de algunos conjuntos siguen una secuencia como si relataran una historia (o un mito ¿?). Los grupos de figuras son a partir de 4 y pueden llagar a ser algunos cientos de representaciones, lo que puede llegar ha ser muy complejo en su interpretación, ya que los abrigos mas profusos muestran superposiciones evidentes de figuras y seguramente de estilos.

Conclusiones

Este artículo pretende hacer un pequeño recuento y caracterización de Chiribiquete como epicentro de una tradición cultural que se definió con un estilo, muy particular y propio, en la Amazonia Colombiana e incluso con otros muchos contextos arqueológicos del país. Desde este punto de vista, Chiribiquete es un sitio arqueológico de una gran magnitud e importancia, pues en el contexto de su serranía como manifestación geomorfológico, se evidencia una condición histórica y cultural de grandes repercusiones para la historia prehistórica y etnográfica de la amazonia y el país, sin contar con los posibles nexos con otras áreas por fuera del territorio nacional. Las características y la evidencia demuestran que la Serranía de Chiribiquete pudo ser un centro especializado de carácter simbólico y ritual muy importante, ya que muchos elementos detallados en la iconografía del arte rupestre, independientemente de la antigüedad absoluta que pueda tener, contiene elementos sobresalientes de la cosmogonía y la mitología aborigen de la Amazonia Occidental.

Sobresalen en este conjunto manifestaciones estilísticas, desarrolladas con un marco definido  espacio-temporal multivariable. En la dimensión geográfica espacial incluyendo temáticas y lugares Amazónicas o sabanoide Guyanésas, y en lo temporal periodos que incluyen varios siglos hasta la llegada de los españoles.

La Tradición Cultural Chiribiquete contiene una misma temática que gira alrededor de los elementos correlacionados con el cazador-guerrero-jaguar en la Serranía en un prolongado periodo de tiempo, sin embargo, en otros sitios periféricos se observan cambios y procesos de variación muy importantes que permiten, en conjunto, documentar variantes de flujo y reflujo de estilos dando así una posibilidad extraordinaria de análisis y de marcadores temporales, territoriales y estilísticos para la arqueología Colombiana y algunas otras regiones del Neotrópico.

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Cómo citar este artículo:

Castaño-Uribe, Carlos. Tradición Cultural Chiribiquete.
En Rupestreweb, http://www.rupestreweb.info/chiribiquete2.html

2008

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