![]() |
|||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
|
|||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
El deterioro de los grabados causado por las pisadas de la gente es evidente, lo que hace imperativo el establecimiento de un itinerario que impida transitar sobre las rocas con grabados y también subir sobre ellas para la toma de fotografías.
Fig. 14: Vista del bloque 3 con motivos curvilíneos
Los petroglifos han sido grabados casi exclusivamente en la parte derecha de la cara sur de la roca. (Fig. 15) Comienzan en el borde inferior y llegan hasta el ápice. Dominan el panel un “sol” radiado y un total de siete lagartos, cinco de ellos representados de manera vertical, con sus cabezas ovaladas o triangulares orientadas hacia arriba, y dos en posición inversa, dirigidas hacia abajo. Una figura lagartiforme, de cabeza circular, pero de cola larga, parece abrazar los rayos del astro solar. En dos lagartos yuxtapuestos, uno encima del otro, la cabeza del saurio inferior se fusiona con la cola del superior. Para distinguirlos de otros animales, los autores de los grabados representaban los lagartos con las extremidades delanteras flexionadas hacia arriba y las traseras hacia abajo, con sólo tres excepciones (dos lagartos o hombres-lagartos con las cuatro patas dobladas hacia atrás y uno, en el bloque 4, con las extremidades curvadas hacia arriba). Casi todas las figuras de lagartos terminan en finas y largas garras representadas mediante incisiones poco profundas. En la parte baja del panel se puede observar una serpiente reptando hacia la derecha, y en la sección superior un conjunto de líneas sinuosas entrelazadas con un pequeño lagarto de cabeza triangular. Tiene las patas anchas y a diferencia de las demás figuras de saurios, los dedos de los pies grabados mediante la técnica de picoteo. (Fig. 16) También se observan grabados en el lado izquierdo del bloque, producidos sobre la capa superficial erosionada del afloramiento rocoso. En el extremo izquierdo existe un lagarto grande apenas visible de unos 20 cm. de largo y más hacia la derecha dos figuras contiguas, un motivo compuesto por una línea vertical que en los dos extremos termina en un haz de rayos y al lado la figura de lo que parece un “hombre-lagarto”, de unos 22 cm. de largo desde la punta de la cola hasta la cabeza.
Fig. 15: Calco del panel principal del Bloque 3
Fig. 16: Figuras en el ápice de la roca
Fig. 17: Vista panorámica del bloque 4,
Fig. 18: El mismo bloque, con invasión de líquenes
Los bordes de este bloque son redondeados y hacia el lado sur de la cara superior se puede observar un fragmento grande de la capa rugosa de la superficie original. Pareciera que gran parte de esta capa superior habría sido retirada deliberadamente para luego realizar los grabados sobre la superficie lisa, que tiene la apariencia de haber sido pulido en un momento previo a la producción de los grabados. Los petroglifos se distribuyen a lo largo de toda la cara superior del bloque y por los bordes redondeados. La mayor densidad de grabados se observa en la sección oriental. Es interesante observar que, al igual que en la roca anterior, se encuentran también vestigios de grabados sobre el fragmento de la capa antigua de la roca. El avanzado grado de erosión de los surcos sugiere que éstos podrían haber sido grabados con anterioridad a los petroglifos en la superficie lisa del bloque.
Fig. 19: Vista del Bloque 5, con la carretera interoceánica en el fondo. El panel está dominado por un largo motivo curvilinear que consta de dos trazos paralelos que se bifurcan y terminan en espirales cerca del extremo occidental. Hacia el lado oriental, las líneas paralelas se ramifican, se quiebran en diferentes ángulos y terminan abruptamente, sin formar espirales. (Fig. 20)
Fig. 20: Calco de detalle de los grabados del Bloque 5.
Fig. 21: Calco de detalle de los grabados del Bloque 5.
En todos los lagartos, las cuatro extremidades culminan en finas garras y en varios de ellos la cola ha sido prolongada mediante una larga línea recta incisa. Por el tema recurrente del lagarto en Boca Chaquimayo e impresionado por la figura del gran saurio bicéfalo de este bloque, bautizé el sitio con el nombre de “Santuario del Lagarto”. En la parte céntrica del panel están representadas otras figuras cuya forma ambigua no permite clasificarlas como zoomorfas o antropomorfas. Representan animales humanizados o humanos con rasgos zoomorfos. A una figura con patas de ave, pero de cuerpo amorfo y sin cabeza visible, que no corresponde a ninguna de las categorías establecidas, la he clasificado como “biomorfo”, un término empleado por investigadores del arte rupestre brasileño para figuras que representan animales no identificables. (Prous 2007)
Bloque 6: Es el bloque más grande y más distante de la carretera, ubicado en el borde de la terraza encima del cañón. Tiene 5 m de largo, 2,6 m de ancho máximo y 0,7 m. de grosor. El extremo oriental del bloque se estrecha y llega a medir sólo 1,2 m de ancho, al igual que el extremo occidental, que alcanza una anchura máxima de 1,8 m. Esta parte del bloque, según los lugareños, estuvo antes de la intervención de los huaqueros en una posición más elevada, a la altura del bloque 5. (Fig. 24) Fig. 24: El bloque 6, soporte del mayor número de petroglifos.
Toda la cara superior del bloque está cubierta con gran cantidad de grabados, alineados en su mayoría de oeste a este y formando en algunas secciones conjuntos enmarañados de líneas entrecruzadas y transiciones de una figura a otra. Parece ser la expresión de un patrón local de representación gráfica, presente también en los otros bloques grabados, aunque de manera menos pronunciada. (Fig. 25) Fig. 25: Sector nororiental del bloque 6 con motivos zoomorfos,
Entre las figuras sobresale en el extremo oriental del bloque la de un personaje, cazador o guerrero, portando un arco en una mano y un objeto alargado, quizás el dardo, en la otra (Fig. 32). El apéndice largo entre las piernas a manera de cola le da la apariencia de la combinación de una figura antropomorfa con una zoomorfa, aunque puede también ser la representación exagerada del órgano sexual masculino o la cola de un animal cuyo pellejo es usado como vestimenta. Contiguo a esta figura fue grabado una cabeza o un rostro humano ovalado, con ojos y boca subcirculares. (Fig. 41) En el lado opuesto del arquero observamos una figura femenina, de cintura redondeada y pronunciada, probablemente una mujer embarazada. (Fig. 33) Está representada sin cuello, con los brazos levantados y flexionados. Debajo de ella una figura biomorfa, de cuerpo lineal, con tres pares de patas tridígitas. (Fig. 34) Al lado izquierdo de la figura humana de vientre abultado hay un extraño motivo compuesto por varias líneas onduladas. Una cabeza semicircular con rasgos faciales simples ha sido grabada en forma yuxtapuesto al inicio de dos de las líneas; parece no estar vinculada a este motivo sino representar una máscara o cabezas suelta como la anteriormente descrita. (Fig. 35)
Fig. 36: Figura humana vestida con túnica larga, Fig. 37: Figura antropozoomorfa, quizás la representación de un alumbramiento. Otro motivo que llama la atención, es una figura lagartiforme de grandes dimensiones, de cuerpo descomunalmente ancho y cabeza triangular, sin cuello, con las extremidades traseras dobladas hacia abajo y las delanteras hacia arriba. (Figs. 38 y 39) En el interior del cuerpo aparece un pequeño animal de formas similares, pero con rasgos más antropomorfos y sin cola. No descarto la posibilidad de que se trate de la figura de un animal preñado (quizás lagarto), representado en el estilo radiográfico. Figuras similares grabadas mediante picoteo superficial sobre planchas de roca, han sido documentadas por Carlos y Lilo Methfessel en el sitio Orozas en Tarija (SIARB, 1993, ver fig. 40).
Fig. 40: Figura biomorfa con otra figura en el interior,
Las figuras lagartiformes varían notablemente en cuanto a tamaño y forma. Entre los registrados en bloque 6 encontramos en el borde septentrional uno de cuerpo más abultado que los demás, con la cabeza triangular inconfundible de los lagartos (Fig. 47). Como en los bloques 4 y 5, la mayoría de los animales lagartiformes están provistos de filudas garras realizadas mediante incisiones finas. Varios animales de cola exageradamente larga y con cuatro extremidades (largas y arqueadas o muy cortas, terminando en tres o más dedos) representan probablemente mamíferos, pero de familias y especies indefinidas. (Fig. 48) Entre los representantes de la fauna encontramos en este bloque también animales pertenecientes a las familias de los ofidios (Fig. 49), quelónidos (Figs. 51 y 52) y aves (fig. 53), siendo imposible identificar el género o la especie. Existen en el bloque 6 varias figuras que no pueden ser clasificados como zoomorfos o antropomorfos y que por su aspecto los clasifico como biomorfos. (Figs. 99-106) Puede tratarse de seres mitológicos y en estado de metamorfosis o productos de las visiones y de la imaginación de los autores. Un ejemplo es la figura acéfala, de cola larga y de cuatro extremidades, las posteriores dobladas hacia adelante y con tres dedos prominentes en tres de las extremidades. (Fig. 55, 56) Otras muestras de seres biomorfos se visualizan en el capítulo sobre aspectos iconográficos.
No es propósito de este artículo describir cada uno de los motivos presentes en los paneles de los 6 bloques con grabados. Esta tarea queda pendiente y debe realizarse una vez que se haya logrado realizar calcos completos de los grabados de cada bloque, un trabajo que forma parte de la tareas incluidas en la propuesta del Plan de Manejo del sitios y demandará varios día de estadía en la zona.
|
![]() |
![]() |
![]() |
![]() |
Fig. 59: B5 |
Fig. 60: B4 |
Fig. 61: B5 |
Fig. 62: B5 |
![]() |
![]() |
![]() |
![]() |
Fig. 63: B6 |
Fig. 64: B6 |
Fig. 65: B2 |
Fig. 66: B6 |
![]() |
![]() |
![]() |
![]() |
Fig. 67: B5 |
Fig. 68: B1 |
Fig. 69: B5 |
Fig. 70: B6 |
B= Bloque
Abundan los motivos que pueden ser interpretados como serpientes, la más grande con su cuerpo doblado a manera de gancho en la parte céntrica del bloque 6. Sus dos extremos terminan en apéndices a modo de antenas. (Fig. 74) Otras, de menor tamaño, se deslizan por diferentes partes de la roca, con sus característicos movimientos sinuosos. En un costado del bloque 6 resalta una serpiente delgada y larga, con la típica cabeza de los ofidios. Tiene el cuerpo ondulante abultado en la parte delantera como si estuviera digiriendo una presa grande. Esta y otra serpiente con dos “antenas” parecen estar de perfil. (Figs. 71 y 72)
Algunos líneas sinuosas que se enroscan en sus extremos (Fig. 73) o que forman motivos laberínticos, pueden también representar ofidios.
![]() |
![]() |
Fig. 71: B6 |
Fig. 72: B6 |
![]() |
![]() |
Fig. 73: B6 |
Fig. 74: B6 |
En el bloque 6 se encuentran grabadas dos tortugas vistas desde arriba, una de caparazón redondo, sin vaciado del interior, de cuello y cola larga y cabeza redonda y la otra de forma alargada, con la cabeza en línea con el cuello, de cuerpo lleno. Ambas tienen las patas extendidas y parecen estar en movimiento. (Figs. 75 y 76)
La avifauna es representada por una figura en el bloque 6, grabada de perfil, de cuerpo entero, con el ala desplegada y el pico semiabierto. Tiene el cuerpo redondeado y entre las patas traseras aparece una pequeña cola redonda. (Fig. 77) Varios motivos biomorfos que presentan patas tridígitas características de los pájaros, pero sin cuerpo o cuerpos filiformes, podrían también ser representaciones parciales de aves.
![]() |
![]() |
![]() |
![]() |
Fig. 75: B6 |
Fig. 76: B6 |
Fig. 77: B6 |
Fig. 78: B6 |
En los bloques 5 y 6 son frecuentes las figuras de animales cuadrúpedos que posiblemente representen diferentes especies de mamíferos. Son representados vistos desde arriba. Tienen la cabeza redonda, el cuerpo generalmente ancho y abultado y las cuatro patas extendidas. (Figs. 79-86) No es posible identificar las especies. En el bloque 6 sobresale por su tamaño la figura de un cuadrúpedo de cuello largo y de patas traseras dobladas hacia adelante y las delanteras hacia atrás. (Fig. 86). Tres cuadrúpedos, uno de ellos con garras, tienen la cola extremamente larga. (Figs. 83-85).
![]() |
![]() |
![]() |
![]() |
Fig. 79: |
Fig. 80: B6 |
Fig. 81: B6 |
Fig. 82: B6 |
![]() |
![]() |
![]() |
![]() |
Fig. 83: B6 |
Fig. 84: B6 |
Fig. 85: B6 |
Fig. 86: |
En los bloques 5 y 6 aparecen varios motivos que no pueden ser clasificados como zoomorfos o antropomorfos. Utilizo para esta categoría el término “biomorfo” o “ser indefinible”. Algunos de estos motivos, de aspecto fantástico, pueden ser animales mitológicos o el producto de la imaginación de los autores, quizás como resultado de la ingestión de alucinógenos en el marco de ritos chamánicos. En otros puede tratarse de representantes de la fauna o de seres humanos que no son reconocibles como tales por la superposición o yuxtaposición de otros motivos, dificultando la lectura de los grabados. Se puede observar una muestra de estas figuras en los gráficos siguientes. (Figs. 87-94)
![]() |
![]() |
![]() |
![]() |
Fig. 87: B6 |
Fig. 88: B6 |
Fig. 89: B6 |
Fig. 90: B6 |
![]() |
![]() |
![]() |
![]() |
Fig. 91: B6 |
Fig. 92: B6 |
Fig. 93: B6 |
Fig. 94: B6 |
La representación humana se da en forma de cuerpo entero o como rostro o máscara, en diferentes grados de abstracción. (Figs. 95-106) También hay figuras antropomorfas incompletas como el torso humano grabado en el bloque 6 (Fig. 101). Destaca el realismo de las representaciones del arquero o guerrero (Fig. 103) y de las figuras probablemente femeninas (Figs. 104-105) en el mismo bloque. El número de figuras humanas aumentaría notablemente si sumamos a esta categoría las formas híbridas hombre-animal, en particular los lagartos humanizados que tratamos en el capítulo anterior.
![]() |
![]() |
![]() |
![]() |
Fig. 95: B6 |
Fig. 96: B6 |
Fig. 97: B6 |
Fig. 98: B6 |
![]() |
![]() |
![]() |
![]() |
Fig. 99: B6 |
Fig. 100: B6 |
Fig. 101: B6 |
Fig. 102: B6 |
![]() |
![]() |
![]() |
![]() |
Fig. 103: B6 |
Fig. 104: B6 |
Fig. 105: B6 |
Fig. 106: B6 |
En tres bloques (2, 4 y 6) se contabilizó un total de 4 “soles” radiados, pero es probable que otros motivos redondos, sin apéndices a manera de rayos, también representen el símbolo solar y que pertenezca a esta categoría también un motivo subcircular radiado con finas líneas incisas en el bloque 6. (Figs. 107-110) La asociación de una figura lagartiforme y el sol en el bloque hace recordar los mitos y leyendas amerindios que relacionan la lagartija con el sol debido al patrón de comportamiento característico de este animal. (Fig. 111)
![]() |
![]() |
Fig. 107: B4 |
Fig. 108: B6 |
![]() |
![]() |
Fig. 109: B6 |
Fig. 110: B6 |
![]() |
|
Fig. 111: B4 |
Aparte de los motivos figurativos, abundan en los grabados de los bloques 2 a 6 los motivos abstractos como líneas sinuosas, ganchos, laberintos, triángulos concéntricos, círculos, cruces, agrupaciones de “puntos”, rectángulos delineados o vaciados. Se encuentran aislados o articulados mediante líneas con otros motivos. (Figs. 112-117)
![]() |
![]() |
![]() |
Fig. 112: B6 |
Fig. 113: B6 |
Fig. 114: B6 |
![]() |
![]() |
![]() |
Fig. 115: B5 |
Fig. 116: B5 |
Fig. 117: B5 |
Los petroglifos de Boca Chaquimayo representan un estilo local diferente al de las manifestaciones rupestres de la Amazonía sur peruana. Se caracteriza por la riqueza iconográfica expresada en una gran variedad de temas y motivos tanto figurativos como no figurativos. Otro rasgo distintivo es la organización espacial de los grabados. La mayoría de los motivos ha sido grabada articulándose con otros mediante líneas rectas, onduladas o meándricas. Estos elementos de ligación interconectan no solo motivos figurativos, sino también abstractos o geométricos o ambos a la vez. En los dos grandes bloques antes mencionados (B5 y B6) hay tal profusión de grabados articulados mediante líneas conectoras que resulta una tarea complicada e inútil intentar separar los motivos o establecer tipologías de motivos figurativos y abstractos. Muchos motivos se encuentran en transición a otro, formándose así composiciones complejas o, como en el bloque 5, verdaderos laberintos difíciles de desenmarañar.
Analizando la disposición espacial de las figuras, observamos que en el bloque 6 la gran serpiente doblada domina visualmente la parte céntrica del panel. En los bloques 2, 4 y 6, un pequeño “sol” radiado ha sido grabado en medio de la superficie plana la roca. En el bloque 5 hallamos todos los lagartos a lo largo del borde septentrional de la roca, mientras que los antropomorfos o biomorfos ocupan la parte más céntrica. En el bloque 4 llama la atención la disposición vertical de la mayoría de las figuras lagartiformes y la articulación de una de ellas con el “sol” radiado en la parte superior del panel. Y nuevamente en el bloque 6, la gran mayoría de las figuras tiene una orientación de oeste a este, siguiendo el eje longitudinal de la roca.
La distribución y densidad de los grabados no es homogénea en los cinco bloques. Mientras que los bloques 5 y 6 muestran una gran concentración de petroglifos, en el bloque 1 encontramos un solo grabado. En el bloque 4 no sólo observamos el predominio de las figuras de los lagartos sobre los demás motivos, sino también la escasa presencia de elementos de ligación entre estas figuras zoomorfas. Estas variaciones del estilo no necesariamente implican diferencias cronológicas, sino que pueden reflejar la expresión idiosincrática del autor o de los autores de los grabados.
La organización espacial de los motivos corresponde a una intención que desconocemos. La representación abigarrada de motivos puede ser el resultado de diferentes sesiones de grabado a través del tiempo. Por otro lado, representa una tradición pictórica que conocemos de muchos otros sitios con petroglifos. La característica de unir un motivo con otro es también una característica de los petroglifos de Pusharo, en el vecino departamento de Madre de Dios, a considerable distancia de Boca Chaquimayo. (Hostnig y Carreño 2006)
Comparando los grabados de Boca Chaquimayo con petroglifos hallados y documentados en los países vecinos, se observan ciertas analogías en la técnica usada y en el tratamiento pictórico con tradiciones rupestres del Brasil, particularmente con el llamado Complejo Montalvania, a miles de kilómetros de distancia en el Estado de Minas Gerais. Similitudes entre los petroglifos de este complejo y otros sitios rupestres amazónicos en el noroeste del país han sido constatadas por expertos brasileños de arte rupestre. (Pereyra 2003; Prous 2007) Sólo mediante la documentación detallada y precisa de todos los sitios rupestres amazónicos conocidos y la realización de estudios comparativos, los investigadores podrán en el futuro sacar conclusiones más contundentes sobre posibles influencias estilísticas entre sitios rupestres distantes, como resultado de posibles migraciones o conexiones culturales entre grupos étnicos de regiones amazónicas geográficamente separadas.
Los petroglifos Chaquimayo son expresiones culturales prehispánicas de un pueblo amazónico que habitaba la zona de San Gabán cientos o miles de años atrás. Desconocemos sus mitos, las particularidades de su religión, de sus símbolos y de su pensamiento mágico, por lo que carecemos de la llave para poder decodificar los íconos y entender su significado.
En el Perú son escasos los estudios etnográficos que podrían dar luz sobre el probable significado de petroglifos amazónicos. En el suroriente del país (departamentos Cusco y Madre de Dios) han sido el dominico Joaquín Barriales (1982) y los etnólogos Gerhard Baer y Edmund Ferstl (Baer y Ferstl 1984, Baer 1994), quienes entre los años setenta y ochenta del siglo pasado entrevistaron a los Matsiguenkas de la provincia de La Convención, Cusco, y de la comunidad de Palotoa-Teparo en Madre de Dios, acerca del significado de los grabados rupestres, logrando averiguar que para ellos representaban marcas territoriales y estructuras espirituales, sagradas y míticas, ya que asociaban los grabados con el centro del cosmos o con sus héroes culturales.
Es posible que en los siglos XVII a XIX, cuando San Gabán formaba la frontera con la región de “Chunchosmayo” al Norte y Este del río Inambari, la étnia belicosa que habitaba esta zona (el término “Chunchos” en los documentos coloniales y de comienzos de la República no era empleado de manera genérica sino para referirse a un pueblo amazónico determinado que ocupaba las tierras bajas del actual departamento de Carabaya y Madre de Dios), fue aún portador del conocimiento sobre los petroglifos de Boca Chaquimayo. Ahora, ante la ausencia de datos etnográficos al respecto, sólo queda la posibilidad de especular sobre el significado y función de los grabados, valiéndonos en algunos casos de interpretaciones hechas sobre símbolos similares en contextos culturales similares, aunque distantes. Al respecto es importante señalar que son tres los símbolos que llaman la atención entre los motivos de Boca Chaquimayo: el lagarto, el “sol” y la serpiente. Los tres motivos forman parte integral de la cosmovisión y la mitología de la mayoría de los pueblos amazónicos.
Aunque desconocemos el significado simbólico preciso que el lagarto pueda haber tenido para los autores de los petroglifos, podemos intuir que representaba para ellos, como para muchos otros pueblos amazónicos y caribes, un animal sagrado, asociado con la fuerza, el poder, la fertilidad y otros valores, no sabemos cuales. Los indígenas Tayronas de Colombia, por ejemplo, adoraban al caimán, al que asociaban con el sol, atribuyéndole la capacidad de moverse en diferentes niveles del cosmos. Abundan en la cerámica de esta cultura las representaciones que muestran lagartos o caimanes, así como otros animales a los que se rendía culto. Los chamanes de los Tayronas, al asumir la forma de lagartos y jaguares, adquirían sus cualidades. Las danzas en honor al saurio, que subsisten en los países del Caribe, apuntan a una tradición que remonta su origen al pasado precolombino. (Ramírez 2006)
En Boca Chaquimayo el lagarto es representado, de manera realista, sin rasgos humanos, o en lo que parece ser un estado de metamorfosis, adquiriendo forma de de un ser teriantropo, un hombre-lagarto, figura muy difundida en la iconografía amazónica y andina, similar a la del hombre-felino y hombre-serpiente. Es posible que algunas de estas figuras que muestran una combinación de rasgos zoomorfos y antropomorfos y otras figuras no identificables sean representaciones de seres míticos o de visiones chamánicas.
El segundo símbolo más destacado de Boca Chaquimayo es la figura que parece representar el sol. Esto no nos sorprende ya que muchos pueblos amazónicos son o han sido culturas solares. Los Cocama de la Amazonía loretana, por ejemplo, al describir el universo cósmico, inciden en el símbolo del sol como deidad máxima y dividen el cosmos en mundos regidos o envueltos por él. (Ochoa 2002) La representación del sol en los paneles de Boca Chaquimayo puede corresponder a una idea similar.
El tercer símbolo que salta a la vista, la serpiente, - sobre todo el ofidio grande en el bloque 6-, puede ser la representación de la boa ancestral o serpiente cósmica que representa en el mito de muchos pueblos de la Amazonía el origen materno del hombre. (Urbina 1993)
La idea de que se trate de un lugar de culto relacionado con la fertilidad y la reproducción es reforzada por la existencia de grabados que parecen representar la cópula entre lagartos y el embarazo y el alumbramiento en figuras humanas o híbridas.
Hay muchos otros motivos que no logramos asociar con nada conocido. No queda duda de que la “Boca”, como llaman los Sangabinos al sitio, ubicado directamente encima de una encajonada y oscura garganta que inspira temor y respeto, debe haber sido un lugar sagrado, donde los líderes espirituales de la etnia perpetuaban en piedras escogidas su percepción del cosmos, episodios de sus mitos, la creación, el alumbramiento y la metamorfosis de los seres naturales o supranaturales, de sus héroes culturales o de los espíritus de la etnia.
Fig. 118: Vista del cañón de Boca Chaquimayo desde
el borde de la terraza con los bloques grabados
El investigador Donald Lathrap, como resultado de sus excavaciones pioneras en un sitio arqueológico de Ucayali en los años setenta, logró establecer una secuencia cultural que se iniciaba en 2.000 ante Cristo y se remontaba hasta 1.300 de nuestra era. (Del Águila y Cogorno de González 1982-1983) A falta de excavaciones arqueológicas en la zona de San Gabán y la ausencia de contextos, a los que se podría asociar los grabados (con las reservas del caso), sugiero este rango de tiempo para situar en él los petroglifos de Boca Chaquimayo.
Las marcadas diferencias iconográficas y temáticas con grabados de otros yacimientos rupestres de la Amazonía peruana nos indica que los petroglifos de Boca Chaquimayo han sido producidos por un grupo étnico o pueblo amazónico distinto. Por la pátina “oscurecida” de los surcos y la presencia de petroglifos en la superficie de la costra erosionada de los bloques 4 y 5, podemos inferir que estos daten de varios siglos o milenios atrás.
El hecho de que en los paneles esté ausente el motivo andino característico del camélido, podría ser un indicador de que los autores de los grabados aún no habían entrado en contacto con pueblos andinos, lo que apoyaría la suposición de que se trate de grabados anteriores a la época inca. Además, la ausencia de motivos netamente andinos es una evidencia más de la autenticidad amazónica de los petroglifos.
Por la superposición de grabados en los bloques 5 y 6 suponemos que hubo más de una sesión de producción de petroglifos, empleándose sin embargo la misma técnica de piqueteado e incisión. En el bloque 6, varias líneas rectas atraviesan el panel de manera vertical- o transversal cruzando las figuras en su camino. En el bloque 5, las patas delanteras de una figura lagartiforme están superpuestas sobre líneas sinuosas producidas en una sesión anterior de grabado. (Fig. 118) Al no poder distinguir diferencia alguna entre las pátinas de las figuras superpuestas y subyacentes, el estilo de las figuras y la técnica utilizada, las superposiciones de petroglifos no se prestan para proponer diferencias o secuencias crono-estilísticas o culturales.
Fig. 119: Superposición de patas delanteras de figura
lagartiforme sobre líneas sinuosas, bloque 5.
De los seis bloques, el más importante por la riqueza iconográfica y al mismo tiempo el más amenazado es el bloque 6. Su estado de conservación es precario porque la parte angosta (lado oriental) se encuentra fracturada y puede eventualmente desplomarse si varias personas pisan la roca en la parte agrietada. Hay vestigios de graffiti grabados años atrás y otros más recientes cerca del gran círculo solar, en el centro del panel y en el extremo oriental donde alguien ha rayado la superficie de la roca con un instrumento cortante, causando un daño irreparable a los grabados.
Otro graffito en forma de letras que dicen “PROHIBIDO ACERCAR”, de mayor antigüedad a estimar por la pátina ya oscura, atraviesa el bloque 2. (Fig. 120) Los bloques 3, 4 y 5 se mantenían todavía libres de incisiones vandálicas hasta la segunda mitad del 2008 cuando visitantes inescrupulosos e ignorantes dejaron en el bloque 5 sus huellas grabadas en forma de nombres y fechas. (Fig. 121)
Fig. 120: Grafitto inciso diciendo “PROHIBIDO”
en la roca del bloque 2, atravesandoel
motivo
solar grabado en el centro de la roca.
Fig. 121: Daño reciente (antes de la colocación del cerco)
en el bloque 5. Grafitti hechos con un instrumento cortante
Los bloques 5 y 6, al haber sido socavados en sus costados en búsqueda de tesoros en tiempos pasados, están expuestas a un peligro de colapso, y sobre todo el bloque 6, que se sostiene precariamente sobre otra roca en el lado occidental. (Fig. 122)
Fig. 122: El profundo hoyo cavado debajo del bloque 6 por buscadores
de tesoros casi ha provocado el colapso de esta roca con grabados.
Los agentes naturales en forma de líquenes y hongos que crecen encima de los bloques dificultan el reconocimiento de algunos grabados. Los líquenes de color blanco que cubrieron gran parte del panel del bloque 4 en el mes de abril del 2008 y que amenazan con invadir los bloques 5 y 6, causan el mayor problema referente a la visibilidad de los grabados. (Figs. 17 y 18)
El consorcio brasileño Intersur Concesiones, formado por las empresas brasileñas Andrade Gutiérrez, Camargo Correa y Queiroz Galvao, que construye el tramo 4 de la carretera interoceánica entre Azángaro, Puno y el Puente de Inambari en Madre de Dios, ha iniciado varias acciones para la preservación y puesta en valor del sitio. Al percatarse de la existencia de petroglifos en la terraza contigua a la carretera, la Gerencia Socioambiental del consorcio dio instrucciones a los ingenieros y maquinistas de mantener intacta la terraza en los movimientos de tierra para la ampliación del trazo. (Fig. 123)
Fig. 123: El tramo 4 de la Carretera Interoceánica cerca del sector de
Boca Chaquimayo. En el fondo la terraza con los petroglifos.
(Foto tomada en abril de 2008)
Otra acción importante fue la colocación de un cerco metálico a lo largo de la terraza encima de la carretera para que la Municipalidad distrital pueda controlar mejor el acceso al lugar y con ello disminuir el daño por vandalismo.
Fig. 124: Cerco metálico con portón colocado a lo largo
de la terraza por el Consorcio Intersur hacia fines del 2008
(N. Román, Intersur)
Con motivo de la presentación del libro sobre los petroglifos de Boca Chaquimayo en mayo del 2009 en Lima, el consorcio Intersur suscribió un Convenio de Cooperación con la Municipalidad de San Gabán para coordinar los trabajos de protección y puesta en valor del sitio. Estos contemplan el levantamiento topográfico de la terraza con los bloques grabados, la instalación de letreros interpretativos, la capacitación de jóvenes del poblado de San Gabán para servir de guías para visitantes y la formación de vigías del patrimonio, aprovechando la existencia de Rondas Campesinas bien organizadas. En la propuesta del plan de manejo fue incluida también la organización de una campaña de sensibilización en centros educativos locales de la zona, la gestión ante el INC para declarar el sitio Patrimonio Cultural de la Nación, así como la documentación pormenorizada de los petroglifos.
Otra medida sugerida es el monitoreo del posible efecto de las vibraciones sobre los bloques grabados, que pueden provocar los grandes trailers que en pocos meses frecuentarán la carretera que pasa al lado del sitio.
El reto consiste en involucrar y comprometer a la Municipalidad de San Gabán en asumir paulatinamente la responsabilidad de la protección y del manejo sostenible del sitio y de desistir de su proyecto de construir un balneario de cemento en el remanso del río a corta distancia del cañón de Boca Chaquimayo, a escasos 100 m de la terraza con los petroglifos. La masiva concurrencia de bañistas, en su mayoría jóvenes de San Gabán, representaría una amenaza real para los petroglifos debido a las visitas no controladas al lugar.
Tanto la Municipalidad Distrital de San Gabán, el Instituto Nacional de Cultura de Puno como el Consorcio Intersur que realizará la operación y el mantenimiento del tramo IV de la Interoceánica durante los siguientes 25 años, al juntar esfuerzos y voluntades, podrían convertir Boca Chaquimayo en un modelo exitoso de gestión de un sitio arqueológico que requiere de medidas permanentes de protección y educación para que futuras generaciones lo puedan apreciar y estudiar.
Quiero agradecer a todas las personas e instituciones que intervinieron en el trabajo de registro, documentación, preservación y difusión de los petroglifos de Boca Chaquimayo, en particular:
Notas
1. El artículo es una adaptación para Rupestreweb del libro “Los petroglifos de Boca Chaquimayo, San Gabán”, publicado por la empresa brasileña Intersur Concesiones en enero de 2009. Se incluyeron nuevas fotografías y dibujos, a los cuales en la mayoría de los casos se agregó la escala. Para reducir el tamaño y evitar duplicidades en la ilustración del artículo, se prescindió también del anexo fotográfico de 30 páginas, insertando algunas de las fotografías más ilustrativas en el texto.
¿Preguntas, comentarios? escriba a: rupestreweb@yahoogroups.com
Cómo citar este artículo:
Hostnig, Rainer. Los petroglifos de Boca Chaquimayo:
reliquia arqueológica de la Amazonía puneña, Perú.
En Rupestreweb, http://www.rupestreweb.info/chaquimayo.html
2009
BIBLIOGRAFÍA
ALEXIADES, Miguel N.; PELUSO, Daniela M. (2003): La sociedad Ese Eja: una aproximación histórica a sus orígenes, distribución, asentamiento y subsistencia. In: Los pueblos indígenas de Madre de Dios. IWGIA, Doc. Nº 32, Eds. Beatriz Huertas Castillo y Alfredo García Altamirano, Lima
BAER, Gerhard (1994): Cosmología y Shamanismo de los Matsiguenga (Perú Oriental). Abya - Yala, 389 p., Quito
BAER, G; FERSTL, E; DUBELAAR, C.N (1984): “Petroglyphs from the Urubamba and Pantiacolla Rivers, Eastern Peru” Verhandlungen der Naturforschenden Gesellschaft Basel, 94, Basel, 1984, p. 287-306
BARRIALES, Joaquín O.P. (1982): Petroglifos en la cuenca del Alto y Bajo Urubamba. In: Revista Antisuyo, 2: 33-107, Lima
COBEN, Lawrence S. y Charles STANISH (2005): Archaeological Reconnaissance in the Carabaya Region, Peru. In: Advances in Titicaca Basin Archaeology – 1. p. 243-266, edit. Charles Stanish, Amanda B. Cohen, Mark Aldenderfer, Cotsen Instititute of Archaeology, University of California, Loa Angeles (ver fuente)
DEL ÁGUILA, Inés y Gilda COGORNO DE GONZALEZ DEL RÍO (1982-1983): Tello y el desarrollo cultural temprano en la floresta tropical. Hallazgos en la selva sur: Madre de Dios. Boletín del Instituto Riva Agüero, PUCP, Lima
GAMONAL QUILLILLI, Henry; PINEDA JUSTINIANI, Alberto (2007): Arte rupestre en la Amazonía cusqueña. Una lectura de los petroglifos de la provincia de La Concepción. In: Actas del Primer Simposio Nacional de Arte Rupestre (Cusco, noviembre 2004), Tomo 12 de la colección Actes & Memoires de l’Institut Francais d’Études Andines (R. Hostnig, M. Strecker y J. Guffroy, eds.), pp. 257-284, Perú
HOSTNIG, Rainer (2003): Inventario Nacional de Arte Rupestre. CONCYTEC, Lima
HOSTNIG, Rainer (2007): Revalorando nuestra riqueza. El arte rupestre de Carabaya. Legado histórico-cultural de trascendental valor en un paisaje de áspera belleza. 35 p., Suplemento de la Memoria Anual 2006. Empresa de Generación Eléctrica San Gabán S.A., Lima.
HOSTNIG, Rainer (2008): Los petroglifos de Boca Chaquimayo, San Gabán. The petroglyphs of Boca Chaquimayo, San Gabán. 98 p. Consorcio Intersur Concesiones, Lima.
HOSTNIG, Rainer y Raúl CARREÑO (2006): Los petroglifos de Pusharo, Madre de Dios, Perú: consideraciones arqueológicas y geológicas. In: Boletín de Lima. Vol. XXVIII, No. 143, Año 28, pp. 91-123, Lima
INSTITUTO NACIONAL DE RECURSOS NATURALES (INRENA) (2003): Plan Maestro de la Reserva Nacional Tambopata, 2004-2008. Puerto Maldonado
NORDENSKIÖLD, Erland (1953): Investigaciones arqueológicas en la región fronteriza de Perú y Bolivia. Upsala / Estocolmo (1906); Biblioteca Paceña. Alcaldía Municipal, 168 p., La Paz
OCHOA A., Juan Carlos (2002): Mito y chamanismo: el mito de la tierra sin mal en los Tupi-Cocama de la Amazonía peruana. Tesis doctoral. Universidad de Barcelona, Facultad de Filosofía, Barcelona
PÄRSSINEN, Martti; SIIRIÄINEN, Ari (2003): Andes orientales y Amazonía occidental. Ensayos entre la historia y la arqueología de Bolivia, Brasil y Perú. Colección maestría en historias andinas y amazónicas, Vol. 3, Mary Money (compilador), Universidad Mayor de San Andrés, Producciones Cima, La Paz
PEREIRA, Edithe (2003): Arte rupestre na Amazônia. Pará. 245 p. Museu Paraense Emilio Goeldi, Belém; Editora UNESP, Sao Paolo
PROUS, André (2007): Arte Pré-histórica do Brasil. Historiando a Arte Brasileira. Belo Horizonte
RAMIREZ, Clinton (2006): Idas y vueltas del caimán. Revista Trimestral de Estudios Literarios Volumen VII – Número 25, Abril-Mayo-Junio de 2006, Departamento de Idiomas Facultad de Ciencias Humanas - Facultad de Educación Universidad del Atlántico, Barranquilla - Colombia
RAVINES S., Rogger (1993): Cerámica Arqueológica del río Tambopata, Madre de Dios. In: Boletín de Lima Vol. XV, Nº 90, pp. 15-20. Lima. Editorial los Pinos.
REICHEL, Elisabeth (1977): Levantamiento de los petroglifos del río Caquetá entre La Pedrera y Araracuara. Revista Colombiana de Antropología, Vol. XIX, Instituto Colombiano de Antropología, Bogotá
URBINA, Fernando (1993): Mitos y petroglifos en el río Caquetá. In: Boletín del Museo del Oro No. 30, pp. 2-40, Banco de la República, Bogotá.