Graffitis prehispánicos en Bonampak. Elementos para su interpretación.
Josuhé Lozada Toledo fugauno@hotmail.com
CONECULTA-Chiapas
y Alejandro Tovalín Ahumada
Centro INAH-Chiapas
Este artículo hace parte de las Memorias
del XX Encuentro Internacional “Los Investigadores de la Cultura Maya 2010” Universidad
Autónoma de Campeche, celebrado del 23 al 26 de noviembre de 2010 en las
instalaciones de la misma universidad, San Francisco de Campeche, Campeche.
INTRODUCCIÓN
Hablar sobre Bonampak es referirnos a un sitio
monumental de las tierras bajas del área maya de gran importancia cultural para
el periodo Clásico mesoamericano. Dentro de la literatura arqueológica, es
común encontrar referencias a Bonampak, dada la importancia de su pintura
mural, específicamente referiendonos al Edificio 1.
El edificio de las Pinturas fue construido
durante el gobierno de Chaan Muan II (776-796? d.n.e.), último Ahau conocido de Bonampak, y dado que la
fecha referida en una de las cláusulas de los murales es 792 d.n.e., y la de
los dinteles 1 y 2 del mismo edificio se ubican en el año 787 d.n.e., ha sido común ubicar la construcción
del edificio cercanamente a esta fecha. Por otra parte, existen restos de
pintura mural contemporánea en otros sitios arqueológicos de la región, como
son el edificio 33 y 41 de Yaxchilán, la Pasadita y el Tecolote, estos dos
últimos situados en Guatemala y a
poca distancia del primero. Estos tres sitios arqueológicos son también de
interés para nuestro tema por poseer graffitis,
sobre los cuales regresaremos más adelante.
El
estudio de la “pintura mural” ha sido un tema ampliamente desarrollado en los
últimos años, debido en parte al creciente interés de historiadores del arte y
arqueólogos que ven en dicho material arqueológico una amplia gama de
posibilidades de interpretación de la formación económico-social de las
sociedades pretéritas.
El
área maya no es la excepción, ya que contamos con un gran número de sitios
arqueológicos monumentales, donde se puede apreciar un claro lenguaje visual a
través de las pinturas murales como lo es el caso de Tikal, Uaxactún, Río Azul,
San Bartolo y la Pasadita en Guatemala, así como
Palenque, Lacanhá, Yaxchilán, y por supuesto Bonampak en Chiapas, México, entre
muchos otros.
Si
bien es cierto que el análisis de la “pintura mural” se ha centrado
prácticamente desde un enfoque por parte de la Historia del Arte, retomando
importantes premisas desde la teoría de la estética; el papel de los graffitis prehispánicos es un tema que
no ha sido totalmente valorado.
Por
lo tanto, consideramos sumamente necesario generar una propuesta de
estandarización en cuanto a las terminologías aplicadas al estudio de la
pintura mural, dando cuenta de la importancia que representan los “restos de
pintura” así como de los mismos graffitis para el mayor entendimiento de nuestra materia de estudio (Tovalín, et. al., 2009, pp 152-196).
Primeramente
habría que definir ¿Qué entendemos por pintura mural y graffiti? para posteriormente pasar al análisis de las
representaciones gráficas en el sitio arqueológico de Bonampak.
- Pintura Mural: Es entendida como
la representación gráfica plasmada directamente sobre un recubrimiento de
estuco, tiene un carácter formal, debido a que conlleva toda una serie de
preparativos antes de ejecutar dicha acción. Para su ejecución, requiere de
especialistas gráficos, así como del buen manejo del pincel, colores y también
del vehículo y la adhesividad del pigmento. Además, la “pintura mural” contiene
un buen número de representaciones figurativas, ubicándose generalmente en lugares
de fácil acceso visual y asociado a importantes edificaciones arquitectónicas.
Por lo que su presencia, hace jerarquizar inmediatamente a un edificio
prehispánico como muchos de los templos del área maya. Finalmente es común
encontrar el tema de inscripciones glíficas asociadas.
- Graffiti:
El concepto graffiti proviene de la
voz italiana, del plural de “grafito” que significa garabato. Por extensión se
podría aplicar también a los realizados en la actualidad en fachadas, bardas y
aún en los vagones del metro (Tinoco y Rodríguez, 2006, p 1). A lo largo de la
historia, el graffiti ha sido
considerado como una manifestación de la cultura popular, su carácter es
informal, debido a que se trata de una representación efímera. A diferencia de
la “pintura mural”, el graffiti generalmente contiene un mayor número de representaciones abstractas. Su
ubicación no sigue un patrón definido, ya que en ocasiones se plasman
directamente sobre la “pintura mural” y otras veces en lugares de bajo acceso
visual, como en las partes bajas de columnas arquitectónicas o en los techos al
interior de ciertos edificios. Algo muy importante a resaltar, es que el graffiti se divide en dos subtipos que
son: el pintado y el esgrafiado. El pintado se realiza directamente con ayuda
de los dedos o de alguna especie de pincel y el esgrafiado normalmente está
asociado al uso de una herramienta punzo cortante con la cuál se desgasta la
superficie, logrando con ello, una representación gráfica. Otras técnicas
escasamente presentes son el excavado y el modelado.
Respecto
al interesante tema de los graffitis prehispánicos, específicamente en al área maya, tenemos algunos ejemplos
interesantes como lo son: Balankanche, Benque Viejo, Dzibilchaltun, Calakmul,
Chicanná, Chichén Itzá, El Cayo, Hochob, Holmul, Kinal, Labná, La Mar, Nakum,
Palenque, Payan, Piedras Negras, Río Bec, San Clemente, Santa Rosa Xtampak,
Uaxactún, Uxmal, Kichmook (Kampen, 1978, pp 155-180, citado por Tinoco y
Rodríguez, op. cit., pp 2-3), el
Planchón de Las Figuras (García, 1995), el Tecolote (Golden, et. al., 2005), Yaxchilán, Bonampak,
entre otros, lo que nos muestra la importante presencia de este tipo de
manifestación cultural.
En
Tikal, el arqueólogo Michael Kampen (op.
cit.), encontró varios graffitis de suma importancia para el estudio de la cultura maya, donde sobresalen
representaciones arquitectónicas de templos, un juego de pelota en plena
ejecución, además de una escena de sacrificio.
Akira Kaneko (2009, p 83), por su
parte, menciona la existencia de graffitis delineados en negro sobre un fondo rojo amarillento, que
representan a tres personajes con lanzadardos y dardos, plasmados en un muro de la crestería del edificio 6
de Yaxchilán y ubica su
temporalidad en el Clásico Terminal (Kaneko, op.cit., p
85), cuestión que regresaremos más adelante.
Para
el caso de Bonampak, hay que mencionar que hasta el momento, con excepción del edificio de las Pinturas
(Montgomery s/f), no se habían
reportado con certeza la existencia de graffitis al interior de los edificios. No obstante, en el año 2008 durante la “10ª
Temporada de Campo” del Proyecto Arqueológico Bonampak, y como una de las
tareas complementarias en lo que respecta a las labores de mantenimiento mayor
del sitio, se realizó una limpieza parcial en varios sectores de los edificios 3, 5 y 6; que precisamente eran los templos
en los que se advertían restos de pintura y graffitis a su interior. En el resto de los edificios abovedados de la acrópolis de Bonampak se han encontrado también
restos de una sencilla decoración pictórica, muestra de ello es el edificio 6,
donde se han localizado principalmente delgadas bandas o líneas rojas o negras
colocadas perimetralmente en los muros exteriores bajo la cornisa inferior, sin
embargo, no se alcanza a percibir ningún tipo de graffiti asociado.
GRAFFITIS DEL EDIFICIO 3
El edificio 3 se ubica en la primera terraza
de la Acrópolis (Figura 1), en el
extremo opuesto (este) al que ocupa el edificio de las Pinturas.
Figura 1. Vista general del
Edificio 3. Bonampak, Chiapas.
Foto: Julio C. Martínez, 2008.
Tovalín y Ortiz (2008) consideran que este
edificio pertenece a una etapa constructiva intermedia dentro de la historia de
la Acrópolis, hacia la primera mitad del siglo VII (Tovalín y Ortiz, op. cit., pp 96-97). Al interior, el
monumento conserva la mayor parte de sus aplanados de estuco, todos de color
blanco.
Los restos de pintura a manera de graffitis se localizan al interior del
edificio 3 en varias zonas que incluyen el muro norte, el muro sur, así como
las jambas de cada uno de los vanos de acceso al templo.
Para el caso del muro sur al interior del
edificio 3 (ver Figura 2), encontramos dos conjuntos de motivos figurativos,
divididos en dos sectores. Sin embargo, se advierten algunos restos más de
pintura al centro del muro, que actualmente se encuentra lleno de líquenes.
Figura 2. Nótese la localización de los dos conjuntos
pictóricos. Muro Sur (Interior). Edificio 3.
Bonampak.
Chiapas.
Foto: Josuhé Lozada, 2008.
La pintura del sector este del muro sur, se
trata de una figura muy deteriorada por efecto de la humedad al interior del
edificio. En la parte superior de la figura se observa un trazo lineal que
parece formar parte del mismo motivo. Sus dimensiones son de 62 cm de alto por
35 cm de largo (ver Figura 3).
Figura 3. Motivo pictórico
del sector este del muro sur del edificio 3. Dibujo: Josuhé Lozada.
Se trata de un posible
faldellín o cinturón. Dicho motivo, puede formar parte de la indumentaria de un personaje maya a
manera de boceto, ya que solo se observa su delineado en negro. Lamentablemente
el dibujo se ve interrumpido por los graves efectos que la humedad ha
ocasionado en gran parte del interior del edificio. Finalmente cabe mencionar que los trazos están en color
negro, bajo la clave de la tabla Munsell: 7.5 R Black N2.5/0.
El siguiente conjunto de motivos que se
alcanza a percibir en el muro sur del mismo edificio (ver Figura 4), se
localiza en el sector oeste y está conformado por al menos 5 figuras que se encuentran muy
erosionadas por efecto de la humedad. En la parte superior, se observan algunos
trazos a manera de manchas (ver Motivo 1 de la Figura 4), debajo de éste se
localiza una figura zoomorfa (ver Motivo 2 de la Figura 4), a la derecha
algunas formas geométricas igualmente a manera de manchas (ver Motivo 3 de la
Figura 4), debajo del motivo zoomorfo se localiza otra figura en forma de ovalo
alargado con relleno (ver Motivo 4 de la Figura 4) y finalmente en la parte
inferior derecha, se localiza un posible diseño arquitectónico (ver Motivo 5 de
la Figura 4).
Figura 4. Sector oeste del
muro sur del edificio 3.
Los motivos de los cuales
podemos argumentar algunas ideas son el 2 y 5. El motivo 2, se trata de una
figura zoomorfa (ver Figura 5). El rostro de la misma, demarca bien la forma de
los ojos, así como la trompa y el lomo del animal. Se alcanzan a percibir
algunos trazos en la parte inferior del motivo que posiblemente haga referencia
a sus extremidades, se trata probablemente de alguna especie de cuadrúpedo o
cánido.
Figura 5. Posible representación
de un cánido. Dibujo: Josuhé Lozada.
El motivo 5, se trata de un
posible templo maya (ver Figura 6). En la parte superior de la figura se
observan tres barras horizontales, que posiblemente representan la cornisa del
edificio, similar a la cornisa inferior del edificio 1 de la Acrópolis del
sitio. Debajo de ello, se observa un trazo lineal representando el muro y
debajo de este se aprecia lo que puede ser la banqueta perimetral del edificio.
Al respecto, existe una gran similitud con el trazo de otros templos
representados en petrograbados y pintura de diversos sitios mesoamericanos e
incluso de algunos códices. Los ejemplos son muy numerosos de los cuales se describe
una selección. En Tikal, Guatemala contamos con ejemplos interesantes de graffitis esgrafiados sobre estuco,
donde se aprecian templos y figuras humanas asociadas. En el Planchón de Las
Figuras, Chiapas contamos igualmente con representaciones de templos tallados
sobre la roca caliza. En Comalcalco, Tabasco se cuenta con esgrafiados sobre
los ladrillos de las construcciones que nos hablan de un estilo pictórico
similar fechados hacia el Clásico Tardío (Navarrete, 1992, p 222). En
Yaxchilán, también se tiene reportada la representación gráfica de un templo,
sólo que en esta ocasión no esta esgrafiado, sino pintado (García, op. cit., pp 16-18). Así mismo en
Chicanná y Rio Bec-B en Campeche, también contamos con diseños esgrafiados
sobre estuco que representan templos muy estilizados (García, op. cit., p 27). En otros casos también
contamos con la representación de figuras humanas estilizadas en Tikal,
Guatemala, en Palenque, Chiapas (en el Templo de las Inscripciones) y
representaciones de patollis esgrafiados
sobre piedra para los sitios de La Mar, El Planchón de las Figuras y el Cayo
también en el estado de Chiapas, además de los conocidos patollis identificados para Palenque en el mismo Templo de las
Inscripciones (García, op. cit., p
21).
Figura 6. Representación de un
templo.
Dibujo: Josuhé Lozada.
Finalmente tanto el motivo
1 y 4 se tratan de figuras geométricas, y el motivo 3 de restos de pintura
difícil de identificar alguna forma específica, ya que se tratan de trazos
bastante deteriorados por efecto de la humedad al interior del edificio. Respecto al color, sigue siendo el mismo
que el motivo descrito al inicio de este artículo, es decir, de tonalidad negra
y monocroma.
Ahora bien, hacia el muro norte al interior
del edificio 3 (ver Figura 7), también contamos con restos de pintura,
formándose dos conjuntos de motivos figurativos, divididos en dos sectores que
están delimitados por las dos pilastras del edificio. Actualmente gran parte
del muro se encuentra lleno de líquenes. Lo que aquí se describe es la pilastra
del sector este.
Figura 7. Graffitis de la pilastra oeste y este. Muro interior norte del edificio 3.
Foto: Josuhé Lozada, 2008.
Se trata de figuras muy deterioradas por
efecto de la humedad al interior del edificio. Se observan algunos trazos que
parecen corresponder a restos de figuras antropomorfas vistas de perfil.
La pilastra este, cuenta
con al menos dos motivos antropomorfos. El primero mantiene una posición de
perfil, en la cuál se observa su rostro, dorso, extremidades superiores y parte
de un posible tocado, además cuenta con elementos asociados que consisten en
tres líneas diagonales. El otro motivo consiste en restos de un posible rostro
visto de perfil.
Siguiendo con el muro norte
(interior), en su pilastra oeste observamos lo que en realidad se trata de una
figura muy particular, ya que es un motivo antropomorfo, específicamente de un
rostro maya, donde se observan algunos trazos a manera de cuentas, además de su
cuello se desprende un elemento lineal no identificable que consiste en dos
trazos lineales que se desprenden directamente del personaje, las dimensiones
de esta pintura son de 22 cm de alto por 30 cm de largo (ver Figura 8).
Figura
8. Rostro antropomorfo con elementos asociados.
Dibujo:
Josuhé Lozada.
Cabe mencionar que gracias a la aplicación del
método de “ampliación decorrelación de imágenes digitales” del programa ImageJ(1)
y específicamente al uso del algoritmo Decorrelation
(DStretch), pudimos obtener varios de los dibujos, incluyendo el último
rostro antropomorfo descrito con anterioridad.
Además de este graffiti antropomorfo, contamos con uno más de similares
características en cuanto al tipo, grueso y color del trazo. Este motivo al
cual nos referimos se localiza en el muro este del cuarto 3 del edificio 1 o
“edificio de las Pinturas” (ver Figura 9). Específicamente se trata de una figura humana vista de
perfil, donde destaca la cabeza de un personaje a través de trazos muy
esquemáticos; además se logra apreciar una figura ovalada representando su ojo
y otros trazos que forman su nariz y boca; finalmente se observa un delineado
más, representando el cuerpo incompleto del personaje. Este graffiti llama mucho la atención, pues
esta sobrepuesto a los murales de Bonampak que datan del periodo Clásico Tardío
mesoamericano, lo que nos da una buena pista sobre su posible temporalidad.
Figura 9. Figura humana al interior del edificio 1.
Dibujo: Josuhé Lozada.
Finalmente encontramos algunos restos de pintura en
los vanos este, central y oeste del mismo edificio 3, específicamente en lo que
refiere a sus jambas.
En el caso del vano este, justo en su jamba
oeste, específicamente en su esquina superior, localizamos un motivo geométrico
muy interesante. Esta figura nos refiere a un rombo de medidas exactas que van
de los 18 cm de alto por 18 cm de largo. Está formado por tres líneas
perimetrales y un pequeño triangulo en su parte media, cabe mencionar que la
esquina superior derecha del motivo se encuentra muy erosionada (ver Figura 10).
Al igual que los graffitis descritos
con anterioridad es de tonalidad negra.
Figura 10. Motivo geométrico.
Dibujo: Josuhé Lozada.
Respecto al símbolo del rombo, podemos
desentrañar su significado desde la antigüedad occidental, en el cuál era
atribuido a cuestiones de fertilidad. Con el tiempo, por asociación el rombo
asimiló el sentido de la fertilidad en general, no sólo de la tierra sino
también de lo humano. Con esto podemos entender que los graffitis localizados al interior del sitio arqueológico de
Bonampak, esconden un significado esencial que a través de una metodología
adecuada es posible de inferir su significado.
COMENTARIOS
FINALES
Si bien el programa ImageJ de “ampliación de decorrelación” fue desarrollado y escrito por el Dr. Jon Harman para uso
exclusivo sobre pinturas rupestres, hemos demostrado que su aplicación va más
allá de la gráfica rupestre, pudiéndose aplicar para el registro de graffitis sobre enlucidos de estuco,
restos de pintura mural e incluso decoración pictórica sobre cerámica. Gracias
a la amplia selección de rangos de color y herramientas digitales que contiene
el programa, ayuda a obtener un mejoramiento sustancial en nuestras imágenes.
Ejemplo de ello, fueron los dibujos obtenidos gracias a la aplicación de este
programa digital, que pudieron registrarse sistemáticamente a través de la
generación de una “Cédula de registro particular de representaciones pictóricas
en sitios monumentales mayas”, creada en el 2008 por el Proyecto Arqueológico
Bonampak del Centro INAH Chiapas (Anexo 1).
En
términos culturales, aunque las referencias más tempranas de Bonampak datan de
principios del siglo V (Arellano, 1998, p 258). La arquitectura en pie
observada en la Acrópolis abarca principalmente los siglos VII y VIII (Tovalín
y Ortiz, op. cit., pp 90-100),
alcanzando su época de mayor esplendor durante el gobierno de Chaan Muan II, en
el último cuarto del siglo VIII, previo a la súbita declinación del sitio en
los albores del siglo IX.
Los muros
internos y externos de los ocho edificios con bóveda maya existentes en la
Acrópolis fueron cubiertos con aplanados de estuco blanco. En el caso de los
edificios 5, 6, 7, 8 y 9 se
aplicaron al interior pintura negra sobre el estuco. Fuera del edificio de las
Pinturas, ninguno de los restantes fueron decorados con pintura mural, por lo
que la presencia de graffitis al
interior de algunos edificios no formaban parte del proyecto
constructivo-decorativo original de estos inmuebles y debieron ser aplicados
tardíamente, cuando la entidad política de Bonampak había entrado en franca
decadencia y la función original de los edificios cambió o quedó en desuso,
todo esto posteriormente a la última fecha conocida para el sitio arqueológico,
inscrita en los murales y que corresponde al año 792 d.n.e.
Reforzando la propuesta anterior, la
sobreposición del motivo antropomorfo presente en el muro este del cuarto 3 del
edificio de las Pinturas o edificio 1, nos indica un fechamiento relativo posterior
a los propios murales, bajo el principio básico de sobreposición de imágenes.
Además en el edificio 6, contamos con restos de pintura negra directa sobre la
roca caliza que perdió su enlucido de estuco, lo que reafirma la idea de que
los productores de estos graffitis,
representaron dichas imágenes en un momento en el que ya estaba en desuso el
sitio, sin mantenimiento aparente.
Los graffitis del edificio 3 debieron ser hechos por un mismo grupo de gentes y por lo
tanto son contemporáneos entre si, ya que el estilo que presentan, el color y
el trazo son similares. En cuanto a la pintura, hace falta determinar su
composición, no obstante, podría ser óxido de manganeso o negro humo. Respecto
a la colorimetría, cabe mencionar que también
contamos con graffitis de color
blanco (caolín), sobre fondo negro en los edificios 5 y 6 de la Acrópolis de
Bonampak.
¿Quiénes fueron los autores de estos grafitis?
Una posibilidad es que miembros del propio pueblo los hayan realizado al caer
el sistema político del lugar a finales del siglo VIII, mismos sujetos que
pudieron ser también los responsables de la destrucción de los ojos de diversos personajes plasmados en los murales.
Otra
propuesta es la llegada de invasores en la misma época de decadencia o poco
posterior a ésta. Al respecto debemos hacer referencia a los ejemplos
existentes en otros sitios de la región, que por el tipo de motivos y trazo nos
parecen comparables con los de Bonampak. Nos referimos al sitio El Tecolote,
Guatemala, sitio satélite de Yaxchilán, donde existen diversos dibujos en línea
negra, entre los que destaca la garra de un ave, y el propio Yaxchilán, donde
hay la representación de varios guerreros (Kaneko, op.cit., pp 131-132). En este sentido, podemos retomar la propuesta
de diversos investigadores donde la presencia de pastas finas en los sitios Altar de Sacrificio y
Ceibal fue el fundamento de la hipótesis del intercambio o invasión de grupos
mayas chontales o putunes en la cuenca del río Usumacinta (Sabloff y Willey, 1967; Thompson, 1970; Sabloff, 1973; Sharer, 1994).
Akira Kaneko, señala la presencia
significativa de cerámica anaranjada, gris y café fino en Yaxchilán y propone
la hipótesis de que ocupantes putunes utilizaron el sitio de Yaxchilán como un
punto de guarnición de la ruta de comunicación por el Usumacinta y los soldados
pudieron haber dibujado su victoria militar en este sitio (Kaneko, op.cit., p 136).
En el caso de Bonampak, la
presencia de pastas finas es escasa (Tovalín, 2010), por lo que habría que
dudar de una presencia invasora como la señalada en el párrafo anterior, por lo
que pensamos que el propio pueblo fue el autor de estos graffitis. Asimismo, descartamos por lo pronto, la posibilidad de
que hayan sido de autoría del pueblo lacandón actual, pues todos los elementos
dibujados son característicos del período Clásico y Terminal.
Dada la temática representada en los graffitis de Bonampak, a primera vista
podemos distinguir que se tratan de imágenes alusivas a ciertos personajes,
posiblemente de gran jerarquía (nótese el tocado e indumentaria de los
antropomorfos), asociados a templos y animales considerados como sagrados; así
mismo, las imágenes geométricas de carácter abstracto, nos hablan de códigos
específicos, restringidos a ciertos individuos o grupos de individuos,
adquiriendo un carácter de tipo privado, es decir, aptos para ser consumidos
sólo por determinados miembros del grupo social.
Un dato que nos ayuda a entender esta idea, es
que si bien el símbolo del rombo presente en los graffitis de Bonampak, lo encontramos desde decoraciones cerámicas
del Preclásico en el Centro de México hasta motivos cerámicos del Clásico maya,
esta representación no tuvo mejor asimilación que en los propios diseños
textiles. El rombo, a diferencia de otras figuras geométricas, es el diseño que
con mayor frecuencia se representa
en los bordados de Chiapas y específicamente representa a la fertilidad. Es por
ello, que probablemente ésta y otras figuras, pueden estar representando ciertas
peticiones en un momento de caos, militarismo y hambruna, a través de posibles
ritos de petición y veneración a los ancestros, que fueron plasmados
directamente sobre los enlucidos de estuco, y que hoy los hemos registrado y
definido como graffitis, valdrá la
pena en ese sentido, valorar este tipo de manifestaciones culturales, como
complejas insurrecciones a las paredes, donde su carácter muchas veces
clandestino como sistema de comunicación, también funcionan como verdaderos
sistemas de almacenaje simbólico.
ANEXO
1
NOTAS
1. El programa ImageJ permite que se manejen imágenes de alta resolución con una fluidez de trabajo muy conveniente para la investigación arqueológica. Algunas características de este extraordinario programa es que la aplicación del mismo corre en cualquier sistema operativo: Linux, Windows o Mac OS X. Otra de las ventajas de este programa es su código de lenguaje Java que está disponible de manera gratuita para el dominio público con previa autorización del autor: http://www.dstretch.com/ y no requiere de licencia para su uso, además de que abre y guarda cualquier archivo de imágenes como: JPG, TIFF, PNG, RAW por medio de extensión GIF (Lozada, 2010, p 139).
¿Preguntas,
comentarios? escriba a: rupestreweb@yahoogroups.com
Cómo
citar este artículo:
Lozada Toledo, Josuhé y Tovalín Ahumada , Alejandro. Graffitis prehispánicos
en Bonampak. Elementos para su interpretación.
En Rupestreweb, http://www.rupestreweb.info/bonampak.html
2012
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