Arte
Rupestre de Betanzos, Depto. de Potosí, Bolivia. Aproximación
a su cronología.
Matthias
Strecker siarb@acelerate.com SIARB,
La Paz
Introducción
En la región de Betanzos, Prov. Cornelio
Saavedra del Depto. de Potosí, se han registrado 11 sitios
de arte rupestre que evidencian una larga cronología, con
representaciones muy diversas claramente pertenecientes a diferentes
períodos. En algunos sitios, como Lajasmayu 1 (Supay Molino
Khakha) -el mejor conocido- este uso continuo se manifiesta por
la superposición de diferentes estilos. En este artículo
presento la documentación del sitio Jatun Cueva y discuto
la cronología en el sitio Lajasmayu 2 (Sara Cancha). Además
pongo énfasis en la tradición más antigua de
las pinturas rupestres de la región, aparte de un conjunto
de petroglifos que posiblemente tenga también gran antigüedad.
Sugiero que las primeras manifestaciones fueron producidas por cazadores
tempranos, aunque no existen datos concretos que permitan establecer
su datación en este momento. Sin embargo, tenemos algunos
hallazgos precerámicos en los sitios de arte rupestre que
podrían pertenecer al mismo período.
Espacio geográfico y datos
etnohistóricos
Betanzos es la capital de la Provincia Cornelio
Saavedra del Depto. de Potosí. Está ubicada a 48 km
al este de la ciudad de Potosí y a una altura de 3.116 m.s.n.m.
(según Muñoz Reyes 1977: 383). La región se
encuentra al pie de la Cordillera de Potosí (ibid.: 82, Ahlfeld
1973: 164-165).
El nombre antiguo del pueblo de Betanzos era Bartolo
(también se menciona en algunos documentos coloniales como
Tambo Quemado). Servía como tambo en el camino real entre
Potosí y Sucre, del cual tenemos noticias de viajeros en
la época colonial. Por lo general dan poca importancia a
este lugar que les pareció "muy frío y ventoso"
(Pino Manrique 1836: 10). D’Orbigny (1945, tomo IV: 1491) describe
brevemente el pueblo: "un burgo grande habitado exclusivamente
por indios quichuas pastores y agricultores; su aspecto es triste.
Desprovisto de árboles... Los alrededores de Bartolo están
bien cultivados; no se ve más que campos sembrados..."
Como tambo en el camino real, muchos viajeros pasaron
por el lugar. Es de suponer que ya en tiempos prehispánicos
caminos antiguos cruzaron esta región, porque todavía
en junio de 1986 yo pude observar una caravana de llamas que pasaba
por el río Lajasmayu , cargaba sal y venía del salar
de Uyuni, desde unos 200 km.
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Fig. 1.
Localización |
Antes de la conquista por los españoles,
esta región estaba dentro del territorio de los Karakara
(Caracara) quienes hablaban el idioma aymara (Villamor Michel 1978:
13-14), pero fueron "quichuizados por el dominio Incaico"
(Ibarra Grasso 1960: 2). Su área perteneció a la parte
andina de Urcosuyo (tierras altas), su jurisdicción territorial
abarcaba Chaqui; Visicia y Cayza; Tacobamba; Colo y Caquina; Picachuri;
Caracara; Macha; Mororo; y también las minas de plata del
cerro Potosí. (Espinoza S. 1969: 121-122) El Memorial de
Charcas afirma que estos indios estuvieron considerados como los
guerreros más talentosos de los Inkas, motivo por el cual
los prefirieron en las guarniciones en la frontera con los chiriguanos.
Prestaron estos servicios al imperio incaico desde la época
de Túpac Yunpanqui (ibid.: 124-125). Lecoq y Céspedes
(1997a: 27, Fig. 4; 1997b: 197, Fig.
3) presentan un mapa de ubicación de los grupos
étnicos dentro de las federaciones de los Killakas y Caracara
en el siglo XVI.
En territorio de la "Confederación Charcas"
(los Charcas eran un grupo étnico vecino confederado con
los Caracaras) existía una huaca pan-étnica,
según probanza de un cura de Calcha y de Macha, 1611, quien
informa que a este lugar sagrado "acudían en romería...
desde Cochabamba a todo el distrito de Charcas, Caracaras, Yamparaes
y Chichas, Yuras, Bisisas, Asanaques, Carangas y Chuyes" (Saignes
1986: 14). Considerando los centenares de motivos de arte rupestre
en los sitios de Betanzos y las diversas tradiciones culturales
que se presentan en estos lugares, así como las superposiciones
existentes, es posible que también se trate de lugares conocidos
más allá de las poblaciones locales. Sin embargo,
esta tesis debería ser investigada en el futuro tomando en
cuenta la distribución de estilos en la región de
Betanzos, la ubicación de los sitios en relación a
antiguas rutas de tráfico y la posible existencia de los
mismos estilos en otras regiones.
Antecedentes de la investigación
Parece que el primer investigador del arte rupestre
de la región de Betanzos fue Dick Edgar Ibarra Grasso quien
en 1941 realizó una documentación gráfica de
las pinturas de la cueva Inkakaka (inédita, en el archivo
de la SIARB). El sitio de Lajasmayu fue dado a conocer en la prensa
ya a partir del año 1977 (Moreno H. 1977, 1979; Sánchez
C. 1981). También M. Montaño Aragón (1978)
y M. Portugal Ortiz (1982) dedicaron breves artículos periodísticos
al arte rupestre de Betanzos. A partir del año 1986 inicié
una investigación sistemática del arte rupestre de
la región, apoyado por varios otros compañeros de
la SIARB. Se publicaron algunos resultados preliminares que dan
una introducción al estudio de estos sitios (Strecker 1986,
1990) o tratan en particular las manifestaciones coloniales (Strecker
1992).
Por otro lado, Pablo Cruz, en colaboración
con la Prefectura del Depto. de Potosí, llevó a cabo
un trabajo independiente entre los meses de abril y junio de 1996
registrando seis sitios y proponiendo un proyecto turístico
que no fue realizado. Sus informes de los años 1996 y 1997
quedaron inéditos, pero en 2002 publicó un artículo
interpretando el rol de los sitios de arte rupestre desde una perspectiva
antropológica, analizando como "se integran ... dentro
de un paisaje ritualizado".
El Instituto Nacional de Arqueología reconoció
la importancia singular de Lajasmayu y propuso un proyecto de protección
(Ponce et al. 1977) que no fue realizado. También la SIARB
trató de impulsar la protección de este sitio (Strecker
y Taboada 1987) e inclusive llegó a firmar un acuerdo con
varias instituciones de Potosí (ver Boletín 4, SIARB
1990: 6-7). Posteriormente, en 1996, propusimos un nuevo proyecto
conjunto entre la Prefectura del Depto. de Potosí y la SIARB
para proteger y administrar Lajasmayu. Sin embargo, tampoco fueron
puestos en práctica estos proyectos, por falta de recursos
y apoyo de las instituciones potosinas. Lastimosamente, entre tanto
existen lamentables actos de vandalismo en el sitio principal (ver
Boletín 15, SIARB 2001: 17).
El arte rupestre de Jatun Cueva
El sitio Jatun Cueva es un alero de piedra arenisca
con una extensión de 18 m, una altura de aprox. 1,70 m y
una profundidad máxima de 4,50 m. (Fig.
2a,b) En julio de 1990 documenté los grabados y pinturas
rupestres del lugar junto con el dibujante Hermann Antonini. El
panel principal de pinturas (Fig. 4) se halla exactamente en el centro de la pared posterior, a 0,80
m de altura desde el piso. A su izquierda, se encuentran cinco conjuntos
aislados de pocos motivos en negro o blanco (círculo blanco,
dos animales cuadrúpedos negros, líneas curvas en
negro y rojo y serpiente negra). En el panel central constatamos
— aparte del color negro — las siguientes tonalidades
rojas: rojo oscuro (Escala Munsell 5R 3/3 — animales en la
parte inferior), rojo (7.5R 5/8 — mancha en la parte inferior,
izquierda) y rojo marrón (2.5YR — cuatro figuras en
la parte superior).
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Fig2. Vista
del sitio Jatun Cueva. |
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Fig. 3.
Vista del cerro Lajasmayu. |
Pienso que las pinturas del panel principal (Fig.4) fueron producidas por lo menos en dos fases, la primera corresponde
a figuras pintadas en color rojo oscuro que se han preservado mejor
en la parte inferior y solamente en restos en la parte superior
donde predominan las figuras en negro, las que adscribo a un momento
posterior. En el primer conjunto se notan varias figuras antropomorfas
sumamente esquemáticas y diferentes especies de animales,
aparte de camélidos también una posible ave. Pablo
Cruz (1996, Fig. 47-49) documentó uno de los camélidos
de mayor tamaño donde aparece atrás un segundo animal
en tamaño diminuto - lo que interpreta en forma convincente
como "camélido pariendo"- y otro animal que interpreta
como vizcacha (Fig. 5).
En el piso del alero (sobre un "florecimiento
basáltico", según P. Cruz 1997) se encuentran
ocho conjuntos de grabados (Fig. 6-9).
Representan animales, figuras antropomorfas — incluyendo a
un hombre con arco y flecha — y líneas sinuosas.
Otro elemento cultural del sitio fue un amontonamiento
de pequeñas piedras que existía en nuestra primera
visita (julio de 1990, ver también la foto de febrero de
1991 de R. Querejazu Lewis, publ. en Querejazu Lewis 1992: 26),
pero que había desaparecido en años posteriores. Parece
que se trata de un elemento ritual reciente, a lo que se puede añadir
el hallazgo en el mismo sitio de un dibujo moderno en carbón
representando una mujer indígena, reportado por P. Cruz (2002:
"mujer en polleras y sombrero tipo usado por las cholitas paceñas").
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Fig. 4.
Dibujo: Jatun Cueva, las pinturas de la parte central. Documentación
y dibujo: Hermann Antonini. |
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Fig. 5.
Dibujo: Dos figuras rojas del panel central de Jatun Cueva
en la documentación de Pablo Cruz. |
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Fig. 6a-c.
Pinturas rupestres de Jatun Cueva. Documentación y
dibujo: Hermann Antonini. |
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Fig. 7a-c--8a-d. Grabados
rupestres en el piso de Jatun Cueva. Documentación
y dibujo: Hermann Antonini. |
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Fig. 9.
Grabados rupestres en el piso de Jatun Cueva. Documentación
y dibujo: Hermann Antonini. |
El arte rupestre de Lajasmayu
1-2
Al lado oeste del río Lajasmayu se encuentra
una larga pared rocosa (de piedra arenisca) con los dos sitios más
estudiados en la región de Betanzos: Lajasmayu 1 (Supay Molino
Khakha) y Lajasmayu 2 (Sara Cancha). (Ver
Fig. 3). El primero de los dos sitios se ubica a unos 50
m del río y posee unos 80 motivos pintados en un sector de
unos 10 m de largo. El segundo lugar de arte rupestre está
a unos 230 m del primero, en la parte alta del cerro. Tiene una
extensión de unos 80 m y posee mucho más motivos;
parece que la actividad de arte rupestre se inició aquí
y no en el sitio inferior, donde no encontramos escenas de caza
de la tradición más antigua pintadas en rojo oscuro,
aunque existen algunos camélidos parecidos en color blanco.
Calculo que ambos sitios tenían por lo menos
300 pinturas (y pocos grabados), de los cuales una cantidad considerable
se ha perdido en los últimos treinta años por maltrato
de visitantes e investigadores (algunos mojaron las paredes para
hacer los dibujos más visibles, como ya denunció P.
Cruz). Nunca logramos un inventario o una documentación completa,
ni por fotos. El estudio de estos sitios tiene que tomar en cuenta
toda la documentación disponible de parte de diferentes autores,
por ejemplo las fotos de R. Sánchez Carranza de los años
1970.
El análisis preliminar de la secuencia de
diferentes tradiciones pictóricas que se presenta a continuación,
se basa en mis observaciones en el sitio Lajasmayu 2.
Tradiciones de arte rupestre en
la región de Betanzos
En enero del año 2001 volví a Lajasmayu
y en esta ocasión pude estudiar más detenidamente
las superposiciones de motivos y la secuencia de estilos. En Lajasmayu
2 (Sara Cancha) las superposiciones de las pinturas claramente permiten
distinguir entre las siguientes fases prehispánicas:
- Filas de camélidos diminutos en color
rojo oscuro, en varias partes del sitio. Una escena completa fue
documentada por Freddy Taboada (Fig. 10).
- En el panel central del sitio, otro grupo en fila larga se dirige
a la izquierda. Todavía son reconocibles 21 animales; los
primeros giran su cuello mirando hacia atrás a los demás.
En la parte superior tienen en superposición un semicírculo
blanco, mientras que en la parte inferior tres figuras del segundo
tipo fueron pintadas encima de los animales. - Pablo Cruz (1996)
notó otra fila de siete camélidos en la parte inferior
derecha del panel.
- Figuras antropomorfas esquemáticas en
bicromía (rojo-anaranjado), que presentan fondo rojo con
diseños interiores de líneas delgadas y pequeños
puntos en anaranjado. Forman conjuntos de varias figuras puestas
lado a lado y se extienden por una parte considerable del panel.
Su torso tiene forma de V y en vez de la cabeza aparece una forma
geométrica. El dibujo de la Fig.17b
da una idea aproximada de una de estas figuras sin presentar todos
sus detalles.
- Figuras geométricas complejas en blanco
(en un caso, en blanco y negro), como una especie de laberinto
pintado encima de figuras del tipo anterior. (Ver Fig.
18). También se notan círculos concéntricos
y otras formas. A la derecha del "laberinto" se han
preservado tres cadenas verticales de pequeños círculos
concéntricos. En la parte derecha del panel se pintaron
una composición vertical dentada y una figura fitomorfa.
Está claro que esta "fase blanca" logró
dominar casi completamente el panel. - En la parte derecha inferior
documentamos dos representaciones antropomorfas estilizadas (claramente
visibles en mis fotos de los años 1980, lastimosamente
destruidas después, en un caso en el intento de sacar la
figura con cincel). Presentaban un cuerpo largo, una forma geométrica
en vez de cabeza y brazos y piernas cortos. El interior del cuerpo
estaba decorado. (Ver Fig. 19-20).
- Una figura serpentiforme en los colores rojo-amarillo,
superpuesta sobre un círculo concéntrico en blanco
y otro círculo concéntrico en los colores rojo y
blanco. (Ver Fig. 22)
Esta cronología relativa se complementa
con las manifestaciones coloniales, que en Lajasmayu 2 (Sara Cancha)
se presentan en forma de una escena de jinetes pintados en rojo
y cruces grabadas (Strecker 1992).
Sin embargo, hemos considerado solamente algunos
paneles y relativamente pocos de unos 300 motivos de Lajasmayu 1-2;
por eso estamos muy lejos de poder entender la secuencia cultural
del arte rupestre de la región. En otro trabajo (Strecker
1990) presenté una tipología de representaciones humanas
entre las pinturas rupestres de Betanzos, definiendo ocho diferentes
tipos, de los cuales el primero (A) corresponde a las figuras antropomorfas
diminutas en las escenas de caza, otro tipo (D) a las figuras antropomorfas
"geométricas" en blanco y blanco-rojo y el último
(H) a la fase colonial. En tal lista falta el tipo de figuras esquemáticas
en rojo-amarillo (Fig. 17) que yo no
había notado entonces. ¿Cómo se integran los
demás tipos a la secuencia cronológica, por ejemplo,
las representaciones antropomorfas en forma de "reloj de arena"?
(En Lajasmayu 1, un grupo de figuras antropomorfas de este tipo
- en color blanco - está superpuesto sobre una especie de
red blanca; por otro lado, en el mismo sitio, un diseño geométrico
en blanco ha sido pintado encima de otro grupo de antropomorfos
en forma de "reloj de arena".) ¿Son las figuras humanas
"geométricas" en blanco (Fig.
19-20) contemporáneas con las composiciones geométricas
o pertenecen ya a una fase posterior? ¿Es la famosa representación
antropomorfa de Lajasmayu 1 (pintada en dos colores, ver Fig.
21) de la misma fase como las mencionadas dos figuras blancas
del sitio de arriba — considerando su gran parecido estilístico
— o ya un desarrollo posterior?
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Fig. 10.
Escena de caza en Lajasmayu 2. Pinturas de color rojo oscuro.
Documentación y dibujo: Freddy Taboada. |
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Fig. 11.
Pinturas rupestres del sitio Rincón 2. Documentación
y dibujo: Renán Cordero. |
Respecto a los grabados rupestres, supongo que pertenecen
a por lo menos tres períodos culturales diferentes. Los primeros
podrían ser los petroglifos de Jatun Cueva, cuya relación
con las pinturas del mismo sitio no ha sido definido todavía.
Incluyen la representación de un hombre con arco y flecha
(Fig.9), lo que nos da una pauta de
su posible antigüedad. Klarich y Aldenderfer (2001: 50) se
refieren al arte rupestre del río Huenque (Depto. de Puno,
Perú) donde existen figuras de hombres armados con arcos
y flechas, como elementos de escenas adscritas a grupos de pastores;
aclaran al respecto: "Debe tomarse en cuenta que no se ha recobrado
evidencia sólida para el uso del arco y la flecha durante
el Arcaico en ningún sitio precerámico en los Andes."
De esta manera, no creo que este conjunto de grabados tenga la misma
edad que las primeras pinturas.
Otras tradiciones de grabados consisten en depresiones
en forma de tumi, acompañadas por líneas con apéndice
que parecen una especie de hacha (ver tabla), y profundos tallados
de círculos concéntricos (diámetro entre 7
y 42 cm), que muchas veces tienen en su centro una depresión
redonda (profundidad hasta 1,5 cm). En el sitio Tumilki, estos círculos
llevan superpuestas una cantidad de cruces grabadas, de forma colonial
(Strecker 1992: Fig.
4-5), que representan la última fase de grabados,
claramente posterior a los círculos concéntricos.
Las pinturas más tempranas
de la región de Betanzos
La comparación del arte rupestre en los sitios
de la región de Betanzos permite reconocer que las pinturas
más antiguas — según la estratigrafía
de superposiciones de motivos en el sitio Lajasmayu 2 (Sara Cancha)
— son caracterizadas por animales diminutos en color rojo oscuro
que aparecen en filas o grupos; muchas veces se trata de camélidos
en actitud de correr. A veces, están acompañados por
figuras antropomorfas sumamente esquemáticas en actitud estática.
Encontramos este tipo de pinturas en siete de diez sitios documentados
por nuestro equipo. Aparte de los camélidos también
aparecen otros animales como una ave (Fig.
4) y un felino (Fig.12).
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Fig. 12.
Pinturas rupestres de Lajasmayu 2. Documentación y
dibujo: Jorge Aranibar. |
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Fig. 13.
Pinturas rupestres de la cueva del Rincón. Documentación
y dibujo: Renán Cordero. |
En el sitio Tecoya Alto (Likichiri) una escena de
tres camélidos blancos (dos animales adultos y una cría)
ha sido pintada encima de camélidos en rojo oscuro, lo que
hace suponer que pertenecen a una fase posterior (Fig.
15a,b).
Por otro lado, en una foto que Renato Sánchez
Carranza tomó en Lajasmayu 2 alrededor del año 1975
(foto inédita en el archivo de la SIARB) se nota una fila
de tres pequeños camélidos pintados en rojo (cuerpo)
y blanco (línea adicional en el cuello). Otro camé1ido
con estas características fue documentado por nuestro equipo;
aparece en un conjunto parcialmente rodeado por una línea
circundante con algunos apéndices, pintada en blanco, que
da la impresión de un cercado en el que están atrapados
los animales (Fig. 12); podría
tratarse del mismo fenómeno descrito por Rainer Hostnig (2003)
quien en la región de Macusani encontró frecuentemente
"una simple línea con pequeñas rayas equidistantes",
asociada a las escenas de caza, que él interpreta como cerco
utilizado en la emboscada de los rebaños de camélidos
salvajes. Esto podría significar que en una fase temprana
se aplicaban ya dos colores.
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Fig. 14.
Pinturas rupestres de Lajasmayu 2. Documentación: Hermann
Antonini. Dibujo: Renán Cordero. |
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Fig. 15a. Superposición
de camélidos blancos sobre camélidos rojos en
la cueva Tecoya Alto (Likichiri). Documentación y dibujo:
Renán Cordero. |
Fig. 15b. Superposición
de camélidos blancos sobre camélidos rojos en
la cueva Tecoya Alto (Likichiri). |
Supongo que los camélidos de la primera fase
de pinturas rupestres de Betanzos representan animales salvajes
(guanacos o vicuñas) y las figuras antropomorfas a sus cazadores,
posiblemente en un período precerámico. Ambos motivos
se presentan con características estilísticas típicas
del arte rupestre que ha sido asociado con grupos de cazadores tempranos.
Según el modelo desarrollado por los investigadores Klarich
y Aldenderfer (2001) - basándose en el estudio del arte rupestre
de Quelcatani, Depto. de Puno, y en la región de Ilave en
el sur del Perú, tomando en cuenta también datos de
la Sierra de Osmore, Moquegua — los camélidos representados
por los cazadores tempranos aparecen en forma naturalista y en movimiento,
tienen (casi siempre) tamaño uniforme y a veces están
acompañados por figuras antropomorfas diminutas y muy simples.
Por otro lado, los camélidos en el arte de los pastores son
esquemáticos, más grandes que los de la primera tradición
y de tamaño variado. Los encontramos en la región
del lago Titicaca (Strecker y Taboada 2003, 2004) y en el arte rupestre
de Calacala, Depto. de Oruro (Strecker y Taboada 2001), mientras
en la región de Betanzos tales representaciones de camélidos
domesticados son más raras y solamente un caso registrado
muestra a un animal con carga y soga conducido por un hombre, lo
que se puede relacionar con el tráfico de bienes con caravanas
de llamas (Strecker 1992: 102).
Hallazgos arqueológicos
de la región
En su trabajo pionero sobre arqueología del
sudeste del Depto. de Potosí, Lecoq y Céspedes presentan
un amplio panorama de la ocupación prehispánica desde
el Precerámico hasta el Incario. Sin embargo, sus datos sobre
los hallazgos más antiguos son muy escuetos. Mencionan la
existencia de tres sitios del Período Precerámico
(+ 6.000-2.000 a.C.) cerca de Betanzos, en forma de "pequeñas
cavernas y/o abrigos rocosos... (con) restos de pinturas rupestres...
El material recogido corresponde a puntas de proyectiles foliáceas
(de tipo jabalina), cuchillos bi-faciales, raspadores retocados
por presión y diversos núcleos y lascas de cuarcita
y silex, en su gran mayoría." (1997a: 33; 1997b: 204-205).
Pablo Cruz, quien participó en los trabajos
arqueológicos dirigidos por Patrice Lecoq y Ricardo Céspedes,
menciona (en su informe del año 1997) que en la superficie
del sitio Jatun Cueva se encontraron "algunas lascas y algunos
pocos fragmentos cerámicos. Este material se remontaría
al período arcaico superior y al formativo para la región
de Potosí". Además, en una comunicación
personal al autor (agosto de 2003), informa que encontró
entre los sitios de Khakhka Cancha (que registramos como Lamani
1) y Jatun Cueva "una extensa ocupación del Formativo,
con cerámica de grandes vasijas con engobe rojo, algunas
modeladas con rostros humanos y otras con impresión de cestería.
Muchos fragmentos se vinculan con el Formativo de Cochabamba (Mojocoya)
y en el caso de los fragmentos con impronta de cestería con
poblaciones del Chaco. También se registraron varios entierros
directos sobre un afloramiento de ignimbritas. El sitio registra
también material del Tardío e Inka (un tumi)."
Por otro lado, el arqueólogo Jorge Arellano
en 1986 nos hizo el favor de clasificar tentativamente una pequeña
colección de hallazgos de superficie que habíamos
encontrado delante de las pinturas de Lajasmayu 2 y en sus alrededores.
Identificó un instrumento lítico como punta de flecha
con aletas realizada a presión marginal (retoque) sobre la
base de una lasca de (probablemente) basalto, del período
precerámico. (Fig. 16A-D) En
las pocas muestras de fragmentos de cerámica creyó
reconocer tipos del Formativo, del período post-Tiwanaku
y del Incario.
|
Fig. 16.
Instrumentos líticos hallados delante de las pinturas
rupestres de Lajasmayu 2. Arriba: punta de flecha con aletas,
A/B — lados, C — perfil superior quebrado, D —
reconstrucción hipotética de Jorge Arellano.
Dibujos de Jorge Aranibar. |
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Fig. 17a. Figura
antropomorfa esquemática en rojo y anaranjado, Lajasmayu
2. Foto. Matthias Strecker |
Fig. 17b.
Figura antropomorfa esquemática en rojo y anaranjado,
Lajasmayu 2. Dibujo de Renán Cordero. |
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Fig. 18. Pinturas blancas en forma
de laberinto y círculos concéntricos. Lajasmayu
2. Documentación de Jorge Aranibar y Matthias Strecker.
Dibujo de Renán Cordero. |
Fig. 19. Representación
antropomorfa esquemática en Lajasmayu 2. Documentación:
M. Strecker. Dibujo: R. Cordero. |
|
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Fig. 20. Representación
antropomorfa esquemática en Lajasmayu 2. Documentación:
M. Strecker. Dibujo: J. Aranibar. |
Fig. 21. Pinturas rupestres en
el sitio Lajasmayu 1. Documentación: M. Strecker. Dibujo:
J. Aranibar. |
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Fig. 22. Pinturas rupestres de Lajasmayu 2. Documentación:
M. Strecker. Dibujo. Renán Cordero. |
Conclusiones
Como ya mencionado, el presente ensayo no trata
de dar una visión completa del arte rupestre de la región
de Betanzos que se encuentra diseminado en por lo menos 11 sitios.
Más bien, ofrece una primera aproximación a una cronología
en base a nuestras documentaciones y observaciones en Jatun Cueva
y Lajasmayu 2 incluyendo algunos datos de otros sitios. Las múltiples
superposiciones en Lajasmayu 2 demuestran que este lugar tuvo una
gran importancia para los antiguos habitantes de la región
quienes continuaron su uso por un tiempo muy largo, posiblemente
varios miles de años. Por otro lado, los autores de las nuevas
tradiciones que se plasmaron en este sitio no respetaron las manifestaciones
anteriores, sino ejecutaron sus obras encima de las creaciones anteriores;
con excepción de las representaciones coloniales que fueron
grabadas y pintadas en nuevos lugares.
Hemos reconocido hasta ahora cinco períodos
con representaciones de arte rupestre muy diferentes. Mientras la
primera fase se presenta con escenas de camélidos salvajes
y algunas figuras antropomorfas diminutas, que son típicas
para el arte de los cazadores tempranos en los Andes centrales,
las pinturas posteriores se caracterizan por motivos más
grandes, en la mayoría se trata de representaciones geométricas
o abstractas. Las figuras humanas llegan a una gran abstracción
, en parte en forma de reloj de arena, en parte presentando diseños
de textiles. Para los grabados rupestres sugiero tentativamente
un desarrollo parecido, donde la primera fase está caracterizada
por motivos de animales y hombres y posteriormente se produjeron
motivos abstractos. Finalmente, tenemos algunas representaciones
coloniales, tan pocas que parecen indicar que la tradición
del arte rupestre en la región prácticamente llegó
a su punto final. La figura moderna de una mujer indígena
en Jatun Cueva es una rara excepción. Fue un camino largo,
por varios milenios, en la creación de arte rupestre regional
que refleja cambios bruscos en la situación socio-económica
y en las creencias de los habitantes de la región. El arte
rupestre ayuda a entender el desarrollo regional, pero recién
hemos iniciado su estudio.
Fig. 23 Aproximación a una secuencia
cronológica del arte rupestre de Betanzos, a la izquierda
- pinturas, a la derecha: grabados. |
|
Agradecimientos
Agradezco profundamente la colaboración
de los siguientes amigos en mis trabajos de prospección y
documentación del arte rupestre de Betanzos: Hermann Antonini,
Eduardo Aranibar, Jorge Aranibar, Renán Cordero y Freddy
Taboada. Pablo Cruz me facilitó sus manuscritos con los resultados
de su investigación y autorizó la reproducción
de sus dibujos de pinturas de Jatun Cueva. Renato Sánchez
C. me facilitó varias fotos de las pinturas rupestres de
Lajasmayu que él había tomado en los años 1970
y que muestran detalles que entretanto se han perdido. Thierry Saignes
respondió amablemente a mis preguntas sobre la etnohistoria
de la región. Gunnar Mendoza me facilitó literatura
de la Biblioteca Nacional en Sucre. Patrice Lecoq me informó
sobre su proyecto arqueológico en Potosí. Jorge Arellano
analizó los hallazgos de superficie que encontramos en los
sitios de arte rupestre. Quisiera agradecer además a Pablo
Cruz y Freddy Taboada por su lectura crítica de mi manuscrito
y sus comentarios constructivos.
—¿Preguntas,
comentarios? escriba a: rupestreweb@yahoogroups.com—
Cómo
citar este artículo:
STRECKER,
Matthias, Arte
Rupestre de Betanzos, Depto. de Potosí, Bolivia. Aproximación
a su cronología.
En Rupestreweb, http://www.rupestreweb.info/betanzos.html
2004
REFERENCIAS
Ahlfeld, Federico E.: 1973 Geografía Física de Bolivia. 2ª. ed. La
Paz.
Cruz, Pablo: 1996 Informe diagnóstico sobre el arte parietal de la
región de Lajasmayu — Betanzos. 13 p., 51 fig. Prefectura
del Depto. de Potosí.
1997 Arqueología espacial, relación y distribución
de sitios con arte rupestre en la región de Potosí
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