Sistematización
de la documentación del ambiente rupestre
Ana
María Rocchietti. anaau@hotmail.com Universidad nacional
de Río Cuarto, Provincia de Córdoba, Argentina.
Abstract
Rock art sites´environment includes complex
entities and proceses and it´s important take account of past
and today human experience. Rock art sites exist within a total
environment and are supported by a
lithological one. They have general and special components, properties
and informative dimensions.
Nuestra investigación en la región
montañosa central de la Argentina nos ha permitido apreciar
la importancia del ambiente en el registro de los sitios rupestres
y en el diseño de políticas de sitio.
Designamos política de sitio al conjunto
de decisiones relacionadas con su estudio, con su diagnóstico
de integridad arqueológica y con el pronóstico sobre
su destino ulterior de persistir las actuales condiciones ambientales,
físicas y humanas. Las características que ofrecen
actualmente sus entornos inmediatos y mediatos ofrecen la oportunidad
de demarcar las propiedades que definen al fenómeno rupestre.
Los sitios rupestres constituyen unidades complejas
que resultan de la convergencia de dimensiones semióticas
(los signos) y no semióticas ( sustentados en la geomorfología
de cuevas, aleros y bloques de roca). Su materialidad fundamental
proviene de la arqueología de pared y de su emplazamiento
geográfico.
Los sitios rupestres y sus ambientes
Vamos a distinguir, en primer lugar, entre ambiente
total y ambiente litológico, cada uno con propiedades
y dimensiones de desarrollo específicas.
Los componentes del ambiente total son los
ecosistemas locales (y sus componentes particulares), los ecosistemas
de expansión regional, población humana (estructura
demográfica, económica y ocupacional), la organización
social, los productos del trabajo (máquinas, ambiente artificial
o constructivo) y la cultura. Las condiciones ambientales básicas
son la luz, la temperatura, el agua, la salinidad, el tipo de suelos,
plantas, animales y humanos. Las propiedades o atributos del ambiente
así como de las entidades que se encuentran en su seno (por
ejemplo, los sitios) son las características que producen
en éstas los factores mencionados. De esta manera podemos
investigar propiedades relativas al emplazamiento, a la roca, a
la distribución de especies, a las formaciones edafológicas,
a las formaciones arqueológicas, etc. Las dimensiones descriptas
son la posición geográfica, los procesos cíclicos
(sedimentación, erosión, formación de suelo,
diagénesis, sucesión de estaciones, periodicidad de
las lluvias o de la sequía, dirección predominante
de los vientos, ritmo de crecimiento de las plantas, niveles de
reproducción de los animales, etc) la zona bio -climática
en que se encuentra el emplazamiento, la transformación de
los sitios a lo largo del tiempo, la organización social
y económica (tal como se expresa en la distinción
entre áreas rurales, urbanas e industriales, los niveles
de contaminación, perturbación e intervención
en el medio)
|
Por su parte, el ambiente litológico está constituido por el tipo de roca y de minerales, los
gradientes topográficos y las geoformas típicas, con
sus propiedades derivadas (esfericidad de las rocas, formas geométricas
desarrolladas, dureza y compacidad de soportes, profundidad y forma
de las oquedades, tonalidad general de las rocas, tamaño
de bloques, número, tamaño y desarrollo lineal de
diaclasas, etc) Estas propiedades pueden remitirse a dimensiones
como procesos cíclicos, procesos específicos del emplazamiento,
tendencias de evolución de diaclasas y fisuras, energía
(o torrencialidad) del agua, su velocidad de deslizamiento así
como la de sedimentos en las pendientes, etc.
Sitios rupestres y vecindades
Todo cuanto se encuentra en la proximidad de los
sitios, se constituye en su vecindad (física o humana).
Lo cercano es su vecindad inmediata; lo lejano o remoto, es su vecindad
mediata. Todas son útiles a fin de comprender sus interacciones
ambientales (figura 1) y se registran a lo largo de transectas que
parten del emplazamiento del sitio rupestre, que se extienden en
toas las direcciones del espacio geográfico y finalizan en
el punto que decida el investigador. Si consideramos a los sitios
arqueológicos como el punto de inflexión de un paisaje
(el "rupestre") no son ajenos sus registros a los términos
de un espectáculo.
Desde una perspectiva puesta en el ambiente diferenciamos
entre entornos de primer nivel (los sitios y sus alrededores propios), los entornos de segundo nivel (ecosistema
del que cada sitio participa), y entornos de tercer nivel (biomas). Todos ellos no son sino una compleja y extensa
red de vinculaciones puesto que las características del entorno
inmediato siempre dependen -por forma y por función- de las
propiedades y procesos del bioma o ecosistema regional. El mencionado
entorno "propio" incluye el ambiente interior del sitio
con sus matices de luz y sombra, de humedad, de plantas, de algas
y de líquenes, de animales cavadores y de insectos, etc.).
El ambiente exterior describe las condiciones en las que existen
los sitios rupestres, el ambiente interior, las condiciones propias
de cada sitio, sus propiedades escenográficas en sentido
estricto.
Articulación entre los
sitios rupestres y sus ambientes. Políticas de sitio
Para analizar los enlaces que sostienen los sitios
rupestres con sus vecindades en nuestro tiempo pueden usarse los
siguientes criterios:
- continuidad entre sitio rupestre y ambiente.
- invasión del sitio por el ambiente.
- continuidad y discontinuidad de las propiedades
del ambiente.
- intervención del ambiente.
- daño en el ambiente.
- protección ambiental de los ambientes.
En un caso designan una situación,
en otros un estado. Ellos permiten diferenciar situaciones
de articulación.
Es posible que se verifique continuidad material
y escenográfica del sitio rupestre con lo que lo rodea; ella
puede ser mínima o de gran intensidad y, entonces, tenemos
que estimarla en una escala (grado 1, grado 2, etc.). En otras ocasiones,
el ambiente puede invadir parcial o completamente al sitio: el pastizal,
los animales o el trabajo de la población humana ingresan
al sitio y acarrean perturbación o transformación.
A veces, el sitio rupestre se encuentra en un sistema de interacciones
en las cuales el ambiente se dispone como un mosaico de condiciones,
propiedades y factores (especialmente cuando el uso de la tierra
o del paisaje lo impone) Existen ambientes, por otra parte, donde
se constata intervención (artificial, constructiva, etc)
por parte de agentes públicos o privados que parcelan el
entorno de los sitios aún cuando desarrollen acciones de
protección. Finalmente, en otros la acción depredadora
contraría o violenta el ambiente (con la consiguiente decadencia
de los sitios rupestres).
La toma de conciencia sobre estas situaciones y
estados permite desenvolver tres políticas de sitio: estudio
de sitio, diagnóstico de integridad y pronóstico
de riesgos.. Por la primera se toman decisiones sobre la investigación,
por la segunda se efectúan decisiones de registro, documentación
y evaluación de tendencias en la evolución material
de los sitios y de su ambiente total y litológico.
La política de pronóstico, por ultimo, contribuye
a diseñar la intervención estatal, privada y profesional
destinada a preservarlos. No se trata de anular, solamente, el vandalismo
sino de comprender su base social procurando alcanzar una gestión proactiva más que reactiva (Propper, 1988: 9). Es,
por la prevención presente y futura que ofrece una gestión
proactiva, que debe prestarse especial atención a las redes
sociales que implícita o explícitamente los rodean:
vecinos, comunidades locales, regionales, ditristales, nacionales.
A ellas deben sumarse los públicos derivados del turismo
y de la industria cultural. Los componentes de los ambientes (total
y litológico), los procesos cíclicos, los niveles
de organización social y económica, etc inciden directamente
en la evolución temporal de los sitios rupestres bajo distintas
formas e intensidades de transformación y sirven para entender
su grado de integridad arqueológica. Queda, por fin, la evaluación
de los vectores de riesgo: degradación de la cubierta vegetal,
erosión hídrica, salinización, carbonatación,
encostramiento y compactación de los suelos, disminución
de la materia orgánica, alteraciones de los ciclos de lluvia
y de insolación, acumulación de sustancias tóxicas
por plantas y animales, calidad del aire, niveles de ruido, ionización
de la atmósfera, calidad del agua corriente, presencia de
contaminantes químicos y biológicos en el agua corriente,
avance del ambiente artificial (constructivos, circulación
de público, aplicación de maquinaria para el trabajo
rural), densidad de la población circundante y el carácter
de sus interacciones sociales (subsistencia, recreación,
trabajo, etc.). El mantenimiento y la extensión de las redes
sociales de mantenimiento, el modelo de comportamiento colectivo,
personal y de clase, así como la presencia de algún
nivel de violencia física y simbólica convergen para
poder hacer una estimación diagnóstica de los riesgos
probables que corren los sitios rupestres.
Los entornos inmediatos a los sitios y el ambiente
total al cual pertenecen, pueden ser clasificados, por lo expuesto
anteriormente, en: ambientes integrados, ambientes invasivos,
ambientes artificiales, ambientes protegidos, ambientes divididos,
ambientes "en mosaico" y ambientes agresores, según
expresen continuidad armónica con los sitios, los invadan,
que resulten de la construcción de arquitecturas o del uso
de máquinas, resulten de políticas especiales de preservación
(pública o privada), en retazos heterogéneos producidos
por la división y uso de la tierra o los violenten y vandalicen.
Evaluación y pronóstico
de articulación ambiental en la Sierra de Comechingones (Argentina)
La Sierra de Comechingones forma parte del extenso
macizo montañoso de las Sierras Centrales, en la Argentina
continental, América del Sur (figura 3) Tiene, predominantemente,
orientación meridiana y configura un paisaje rupestre con
tres ámbitos: el paisaje serrano, el paisaje pedemontano
y el paisaje de la llanura pampeana. Posee una altura máxima
en el Cerro Champaquí (2884 metros) y se destaca como un
bloque elevado que se pierde, bajando en pendiente suave, en la
llanura pampeana oriental y que se hunde abruptamente en el valle
de Conlara, hacia el oeste en una clara asimetría determinada
por las fallas que le dieron origen. Mientras en los valles y en
las cuestas el escurrimiento de agua es rápido, en los bajos
la radiación solar y la evaporación intensa deja extensas
superficies salinas, configurando paisajes bien delimitados. (Cantero
et al, 1986; Cantero, et al 1988; Cantero et al, 1993; Kraus et
al, 1999) El centro urbano más importante es la ciudad de
Río Cuarto con 217.876 habitantes y una densidad de 11.84
habitantes por metro cuadrado. Es la cabecera de un extenso agro-ecosistema
matizado con industrias (frigoríficos, empresas lácteas,
molinos harineros, plantas seleccionadoras de maní, aceiteras,
aserraderos) y minería (fluorina, wólfram, mármol,
basalto, caliza)Es un ambiente de gran valor escénico, con
gran diversidad en la flora y cuya abundancia contribuye a proteger
las cercanías de ríos y arroyos; existen muchas especies
aromáticas y bosques de buen porte aunque empobrecidos por
la actividad maderera y por la introducción de especies exóticas.
Asimismo el monte original que cubría todo el pedemonte hace
varios siglos fue reemplazado por el pastizal que creció
en los espacios abiertos para la agricultura y el pastoreo de vacunos.
Antes, extensas superficies estaban cubiertas por
árboles del bosque serrano, por el espinal y los pastizales
que sustentaban una rica fauna silvestre (especialmente los guanacos)
permitiendo la caza, la recolección y una agricultura de
baja escala. La conquista española introdujo vacas, caballos,
cabras y ovejas cuyo lento impacto fue acentuado por la colonización
por inmigrantes europeos entre la segunda mitad del siglo XIX y
la primera del siglo XX cuyas chacras volcaron decididamente la
economía regional hacia el cultivo de cereales y hacia la
parcelización de la tierra en pequeñas y medianas
extensiones.
Los sitios rupestres se encuentran en un ambiente
litológico granítico con variaciones mineralógicas
más o menos notables así como en su estructura cristalográfica,
lo cual ha permitido a los geólogos distinguir entre batolito
de Alpa Corral, Granito del Cerro Intihuasi y Granito de los Nogales,
de norte a sur respectivamente (Fagiano et al, 1995) El emplazamiento
de los sitios tiene lugar en la sierra y en cuerpos o bloques solitarios
que afloran en la llanura, en el área de pedemonte.
Arte rupestre y luz
Designamos arquitectura del sitio rupestre a su forma general establecida por la relación entre paredes,
techos y pisos, a los espacios delimitados en su interior y al lugar
de emplazamiento del arte rupestre.
La arquitectura del sitio condiciona la interacción
de la luz con la roca y con el arte en el sentido de espacios
de sombra permanente, de penumbra, de luz plena, etc. y de la
interacción del agua con la roca y con el arte. Una
parte de la interacción luz-roca es iluminación, otra es energía calórica y temperatura; y ambas
no participan de la misma manera en el fenómeno rupestre.
La radiación es presencia de luz como calor;
éste expande la roca, desagrega los cristales según
sus planos de clivaje y amplifica el efecto de las microfracturas,
por lo tanto está ligada a los procesos de transformación
del sitio. La iluminación es presencia o ausencia de luz
que incide como ambiente rupestre: permite el afianzamiento
de biota vegetal y animal en el interior de los aleros (con la consiguiente
formación de tierra orgánica en los pisos y fondos),
establece el límite subjetivo del "adentro-afuera"del
sitio rupestre, se combina con los signos rupestres para enfatizar
el juego dramático de los dibujos, afecta la variación
cromática de las pinturas (especialmente los blancos) y afecta
la percepción visual de los signos haciendo que unos sean
más nítidos que otros.
Arquitectura y luz producen escenografías
distintas. Obligan a distinguir entre una escenografía general
constituída por el conjunto total de sitios y la escenografía
particular de cada sitio rupestre, formada por lo que se ve en el
sitio, por lo que se ve desde el sitio y el ambiente interior del
sitio (Rocchietti, Bolle y Gili, 1999).
Los sitios de la región se encuentran en
las siguientes situaciones ambientales, de acuerdo con los criterios
que hemos especificado antes:
- Los escasos sitios ubicados en el paisaje serrano
(por encima de los 800 metros sobre el nivel del mar) ofrecen
un espectáculo de continuidad muy grande entre ellos y
el entorno inmediato y mediato; el único contraste que
se puede verificar es entre el ambiente interior al sitio (sus
cámaras o vericuetos internos, su temperatura, su biota,
humedad, etc) y el ambiente exterior (propio de la altura serrana)
- En el pedemonte, en cambio, entre los 800 y 500
metros sobre el nivel del mar, se constatan situaciones de invasión
sea por el ganado (vacas, chivos) que entran a los aleros o en
el caso extremo- por la violación de los diseños
con graffiti (entorno que contraría la dignidad del sitio
rupestre como monumento)
- El caso más frecuente, sin embargo, es
el de los sitios que se encuentran involucrados en entornos divididos
por el uso de la tierra y por la propiedad privada las cuales
obstruyen el acceso a los mismos o conllevan decisiones que afectan
la política de sitio.
La política de tratamiento se centra en cada
sitio rupestre como un registro particular y puede ser insertada
en la categoría de estudios de impacto ambiental. Al respecto
un estudio realizado por Langiano y colaboradores en el vecino valle
del río Conlara, propone clasificar los posibles impactos
del turismo y de crecimiento urbano en: impactos primarios (degradación del bosque, destrucción del área
arqueológica); impactos secundarios ( efectos del
crecimiento urbano, calidad de recursos naturales); impactos
a corto y largo plazo (desde la acción positiva o negativa
del turismo) e impacto acumulativo ( pérdida de información
arqueológica en los sitios, pérdida de recursos culturales
destruidos por el turismo) (Langiano et al, 1999: 203) Estas situaciones
se repiten en la Sierra de Comechingones.
Consideraciones finales
La documentación de los ambientes y la diferenciación
de situaciones y estados de la articulación de los sitios
rupestres con ellos exige una perspectiva multidimensional. El enfoque
de totalidad resulta un valioso auxilio en el diseño de políticas
de sitio.
¿Preguntas,
comentarios? escriba a: rupestreweb@yahoogroups.com
Cómo
citar este artículo:
Rocchietti,
Ana maría. Sistematización
de la documentación del ambiente rupestre.
En Rupestre/web, http://rupestreweb.info/ambiente.html
2003
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