Una interpretación de la distribución de grabados
rupestres en el bosque de Montravail (Sainte-Luce, Martinique, Antillas Francesas)


Fabrice Casagrande. Instituto Nacional de Investigación Arqueológica Preventiva (INRAP).  fabrice.casagrande@inrap.fr

Esta contribución se deriva a una comunicación realizada en el Congreso Internacional Arqueología y Arte Rupestre, 25 Años SIARB La Paz, Bolivia, 25-29 junio 2012 (Session 8 Rock Art, Archaeology and the Caribbean).

 

ABSTRACT

In July 2007 a salvage archaeology investigation of a rock art site was undertaken in response to a development project supported by the Sainte-Luce municipality of Martinique. The site, located in the Montravail Forest, was examined using a combination of mechanical and hand excavations. A small-sized mechanical excavator was employed to dig some twenty trenches within the project area covering 3 % of the total area of 287 m˛. Stratigraphic control was maintained with the use of a special bucket until natural clay soils were encountered. The objective was to uncover features such as pits or post holes, after which any such indicated areas were dug by hand.

The rock art is found on one main boulder with at least 11 petroglyphs, as well as four adjacent rocks each of which possesses a human-like face oriented outwards from the site with observable design elements. The spatial distribution and attributes of the images, the surrounding settlement data obtained from the excavations, and the recovered material items including pre-Colombian ceramics are discussed in this presentation in an attempt to shed light on the meaning and context of the rock art.
 

 

IntroducciÓn

La isla de Martinica se sitúa en las Antillas menores. Su parte más antigua, aparecida en el Eoceno y a lo largo del Oligoceno, contiene vestigios propios del arco antiguo de las Antillas, un archipiélago de islas muy erosionadas y recubiertas de depósitos calcáreos. Sin embargo, la mayor parte de esta isla, está constituida por formaciones volcánicas más recientes que emergieron en el principio del Plioceno y que actualmente todavía están en actividad. Son éstas las que le confieren el aspecto de isla montañosa esculpida por numerosas avalanchas de lava y depósitos piroclásticos.

En este contexto se encuentra el yacimiento arqueológico de las rocas gravadas de Montravail. Situado a unos 3,5 Kilómetros del litoral, culmina a 200 metros de altitud sobre el nivel del mar y se encuentra en una arista de montaña. Este desnivel está constituido de restos de avalanchas masivas y de conglomerados que pertenecen a la cadena volcánica submarina de Vauclian-Pitault.

El yacimiento se encuentra en el interior lejos de los yacimientos hábitat que se sitúen cerca del litoral.

Los petroglifos han sido gravados en bloques de rocas andesiticas formando un caos del que emergen conglomerados que constituyen el sustrato de ese terreno.

 


Historia

En Martinica solamente se conoce la existencia de dos yacimientos arqueológicos de petroglifos. Uno de ellos se sitúa al Noroeste, cerca de la “casi isla” de la Caravelle. Las rocas están diseminadas sobre el borde de una especie de pequeño delta pantanoso de tipo manglar. Este yacimiento se llama “Galion”, ya fue evocado en 1946 por el religioso y arqueólogo Baptiste Delawarde.

Fue en agosto de 1970, que nuestro objeto de estudio fue oficialmente encontrado por diferentes investigadores. Fue el universitario Jean Cursol que mostró los petroglifos al arqueólogo Mario Mattioni. Este último, será el autor de varias publicaciones sobre este tema.

Cornelius Dubelaar escribió una obra sobre los petroglifos de las Antillas menores, e hizo una misión a Martinica en 1973.

Sofia Jönsson Marquet efectuó en 1985 une serie de dibujos gráficos y fotográficos. Otros investigadores como Henri Petitjean Roget trabajaron en la interpretación de los petroglifos.

Finalmente, la operación de arqueología preventiva que ha permitido un nuevo estudio del yacimiento se hizo entre el 04 et el 18 de julio de 2007.

Mario Mattioni, 1970 Cornelius Dubelaar, 1985
Sofia Jönsson Marquet, 1998 Fabrice Casagrande, 2007


CONTEXTO Y TAFONOMIA

Hasta hace poco, los petroglifos estaban en un terreno privado. Varios edificios fueron construidos muy cerca de las rocas gravadas. A causa de esto, estaban situadas dentro del jardín criollo de la casa. Sabemos que en un momento dado, un cerdo estuvo encerrado a los pies de la pared principal.

Grandes árboles de mango crean un biotopo que favorece la proliferación de molsa y de liquen. La vegetalización de las paredes rocosas provocó una alteración de la superficie. Con el fin de proteger y revalorizar las rocas gravadas, en 2010, microbiólogos y geólogos procedieron a la limpieza de los petroglifos.

Las fisuras que terminan por separarse y descomponer los bloques son una amenaza todavía mayor. El ejemplo más significativo es el de un trozo de piedra que se desprendió de un bloque llevándose un petroglifo.

Todavía hoy, el yacimiento sufre degradaciones involuntarias como aquellas relacionadas con la siega que llevan a cabo algunos jardineros. Éstos, no están sensibilizados con la importancia de estos últimos vestigios, que representan la expresión gráfica de una cultura actualmente desaparecida.


LA ROCA PRINCIPAL

El soporte elegido estaba predestinado. Se trata de una superficie plana de 1m2 y 6 obtenida después de la separación natural de una gran roca del caos. Una mitad resbaló algunos metros por la pendiente dejando un tablero vertical. Se podría pensar que para los amerindios este fenómeno suscitó un interés muy particular. Ellos grabaron al menos 11 rostros antropomorfos que se encuentran representados con solamente algunos trazos. A simple vista, se podría decir que es un estilo ingenuo o inocente y que el contorno del rostro, de los ojos, de la boca y a veces de la nariz, son suficientes para sugerir la apariencia humana.

Uno de los grabados presenta a modo de boca, una especie de tridente. Este estilo ha sido igualmente empleado en una roca satélite del yacimiento, y se encuentra también en el Galion, el otro yacimiento de petroglifos de Martinica.

Paralela a la pared rocosa, se constata una alineación de bloques. En ésta, los visitantes se sientan para contemplar el arte rupestre. Algunos bloques encontrados han sido cortados recientemente, parece como si el antiguo propietario del lugar se los hubiera agenciado.


LAS ROCAS SATELITES. Cuatro rocas satélites parecen rodear la roca principal.

La que está más al sur fue realizada sobre un ángulo creando así una especie de bajo relieve. El rostro antropomorfo está constituido por dos ojos y esta coronado de una especie de doble báculo, símbolo que se encuentra a veces insertado en las cerámicas de la cultura saladoide.

En la roca gravada que está al norte, un gran rostro orientado hacia el cielo con una nariz prominente fue igualmente esculpido sobre la arista de un bloque alargado.

Imagen creada por fotogrametría con software Agisoft PhotoScan y MeshLab


Un trozo que se desprendió de un gran bloque presenta otro rostro antropomorfo coronado con tres cruces.

El cuarto gravado satélite indica una fabricación reciente. Se pueden también observar todos los estigmas de la técnica de abujardado. Lo que está claro es que si no se trata de una reproducción reciente, quizás estuvo destinada a remplazar la de la concha que resbaló por el costado del bloque y que yace hoy en el suelo.

Diseño reciente Diseño antiguo


TECNICA DE FABRICACIÓN

Los grabados fueron concebidos a través de la técnica de abujardado. Con ayuda de un percutor duro, la superficie de la roca fue golpeada regularmente. Los impactos sucesivos separaron las partículas y crearon así las cubetas y los surcos que representan los petroglifos.

Algunos autores piensan que estos trazos en forma de garganta pueden haber sido uniformizados por un movimiento de vaivén. Sin embargo, para los grabados más antiguos esto puede ser debido a la erosión natural.


LAS EXCAVACIONES

La zona periférica donde se encuentran las rocas gravadas fue explorada con ayuda de una pequeña pala mecánica. Una veintena de excavaciones que cubrieron una superficie de 287 m2, es decir, un 3% del proyecto. Su cavadura se efectuó por pasos centrimétricos hasta llegar a la argila natural. El objetivo era determinar la presencia de estructuras huecas, así como de fosas o huecos de postes.

Tres excavaciones manuales fueron realizadas en una zona más sensible. La primera fue efectuada a los pies del tablero principal. La estratigrafía reveló huecos muy profundos rellenos de un sedimento poco compacto y rico en objetos del siglo XX. Según una fuente oral, un cerdo se encontraba encerrado a los pies de los grabados.

Una excavación realizada en el costado de una de las rocas dio alrededor de treinta trozos de cerámica no torneada que se puede atribuir al periodo precolombino. Estos provienen de una especie de efecto de las paredes rocosas, debido muy probablemente a la retracción de la argila encerrada y a las arroyadas pluviales.

En las otras excavaciones no se encontraron vestigios de época precolombina. La tierra cultivable constituida de humus solamente llega a tener unos diez centímetros y descansa directamente sobre el sustrato de argila.

DATACIÓN

A simple vista, parece que haya varios estados de conservación. Las rocas que podrían ser más antiguas están muy erosionadas. Otras parecen inacabadas o en curso de fabricación, otras están recientemente escodadas. Estas constataciones nos hacen pensar que los petroglifos fueron realizaron durante un periodo bastante largo.

En la única excavación con resultados positivos, se encontraron fragmentos de placas de cocción en cerámica apodes y el borde de un recipiente decorado con líneas. Por ahora, estos artefactos no permiten una datación fiable.

HIPÓTESIS

Muchos autores están de acuerdo con el hecho de que los yacimientos de arte rupestre tienen un objetivo cultural y simbólico.

La zona geográfica del sector estudiado contiene una gran cantidad de bloques de talla variable. No sabremos nunca cuales fueron las motivaciones que llevaron a escoger ciertos emplazamientos. La roca del tablero principal, partida en dos de forma natural, atrajo quizás su atención.

Hay que señalar, que otro yacimiento muy similar a este y conocido, se encuentra en la isla de Basse-Terre en el archipiélago de Guadalupe, otra isla de las Antillas menores. Este está constituido de un masivo rocoso separado en dos por una especie de falla. Las dos superficies lisas soportan, como en la roca principal de Montravail, gravados antropomorfos.

CONCLUSIÓN

Las rocas gravadas de Montravail serán puestas en valor por la comunidad del lugar en un futuro próximo. El resto del terreno se destinará a la construcción de casas individuales.

El yacimiento se encuentra en el interior, en un entorno montañoso lejos de los yacimientos de hábitat supuestos. Asimismo, las excavaciones efectuadas con la ayuda de una pequeña pala mecánica, no han revelado ningún indicio de construcciones amerindias.

Una pared principal se encuentra rodeada de al menos cuatro rocas orientadas hacia el exterior del yacimiento y presenta ciertas características que la distinguen de las otras. Para afirmar sus rasgos particulares, algunas han sido realizadas sobre un relieve del soporte, dando así volumen a los petroglifos antropomorfos. Muchos arqueólogos están de acuerdo en el hecho de que el yacimiento tenía una vocación cultural y simbólica. Puede que los relieves periféricos protegieran el santuario.

Una de las excavaciones ha revelado un efecto de pared rocosa que encerró de forma natural algunos artefactos cuyos fragmentos de cerámica pertenecen a una cultura precolombina. Se trata quizás de vestigios de depósitos, hoy en día desaparecidos.

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Cómo citar este artículo:

Casagrande, Fabrice. Una interpretación de la distribución de grabados rupestres en
el bosque de Montravail (Sainte-Luce, Martinique, Antillas Francesas)
En Rupestreweb, http://www.rupestreweb.info/bosquemontravail.html

2014


REFERENCIAS

Jönsson Marquet 2002 : JÖNSSON MARQUET (S.) – Les petroglyphes des Petites Antilles Méridionales, contextes physique et culturel. BAR International Séries 1051, Paris Monographs in Américan Archéology 11, Oxford, England 2002.

Mattioni 1971 : MATTIONI (M.) – Communication sur les pétroglyphes de la Martinique. IVe Congres International d’Archéologie des Petites Antilles, Sainte-Lucie 1971.

Richard 1998 : RICHARD (G.) – Pétroglyphes de Guadeloupe, nouvelle approche. Archéologie Précolombienne et coloniale des Caraïbes. Actes des congrès nationaux des sociétés historiques et scientifiques, 123e Antilles-Guyane, 1998. Editions du Comité des travaux historiques et scientifiques, Paris 2002 p. 169, 172.

Westercamps & All 1990 : WESTERCAMPS (D.), ANDREIEFF (P.), PELLETIER (B.), THIBAUT (P.M.) - Carte Géologique France (1/50 000), feuille Martinique, Bureau de recherches géologiques et minières. Notice explicative par WESTERCAMPS (D.), ANDREIEFF (P.), PELLETIER (B.), THIBAUT (P.M.), Orléans 1989, 246 p.